Vuelan las mariposas es el primer acto de la misión legendaria de la historia de Hu Tao: Papilio Charontis.
Durante el acto, el Viajero se encuentra con la directora de la Funeraria El Camino para ayudar a su pasante no remunerado a resolver su problema paranormal de la infancia.
Misiones[]
- La misteriosa Funeraria El Camino
- En busca de un fantasma
- Amistad, deseos y arrepentimientos
- Una despedida perfecta
Resumen[]
El Viajero y Paimon viajan a través de la Colina Wuwang en Liyue. Paimon está desesperada por su seguridad, ya que cree que alguien está a punto de tenderles una emboscada. Fiel a su predicción, se encuentran con alguien llamado Meng. Meng entra en pánico, creyendo que los dos son espíritus del otro lado y huye, a pesar de que Paimon le dice lo contrario.
La pareja persigue a Meng, quien le dice frenéticamente a su jefa que los fantasmas lo persiguen. La jefa, una joven, le dice que se está volviendo paranoico y que los "fantasmas" son en realidad futuros clientes. Ella les dice a los dos que Meng es un nueva pasante de la funeraria. Paimon entonces recuerda la Funeraria El Camino, ya que Zhongli trabaja allí como asesor. La chica se sorprende de que conozcan a Zhongli y se presenta como Hu Tao, la 77ava Directora del Camino, e intenta un truco de marketing con ellos, pero falla. Meng explica que él y Hu Tao llegaron a la Colina Wuwang para realizar un funeral después de escuchar informes de actividades sobrenaturales en el área. Hu Tao creyendo que son parte del Gremio de Aventureros, los convence a ambos para que la acompañen a negociar como intermediarios.
El grupo regresa a la sucursal del Gremio de Aventureros de Liyue, donde Hu Tao intenta negociar con Lan un trato comercial, pero su oportunidad más que optimista de morir inmediatamente desanima al gerente de la sucursal. Consternada, Hu Tao regresa a la funeraria donde intenta intercambiar ideas con Meng. Hu Tao termina su plan y hace que el Viajero la acompañe a conocer a varios "clientes".
Hu Tao luego revela que había renunciado a los planes de marketing después de que se rompió el trato con el Gremio de Aventureros, y que las tres personas que conocieron eran amigos de Meng.
Al regresar a la Funeraria una vez más, Hu Tao les explica al Viajero y Paimon que Meng está preocupado por el destino de su amigo de la infancia, que murió en un desafortunado accidente. Meng está preocupado de que su amigo se haya convertido en un espíritu vengativo, a pesar de la insistencia de Hu Tao de que rara vez se encuentra con espíritus malignos en su línea de trabajo. Luocheng entra corriendo y les dice a los tres que se siente enfermo y sospecha que está maldecido por un demonio.
Hu Tao le dice a Meng que realice el ritual de exorcismo que ella le había enseñado mientras prepara el lugar con el Viajero. Al llegar al sitio, Hu Tao explica que no hay maldición y que ambos hombres están siendo paranoicos. Ella explica que algunas personas se vuelven tan paranoicas que para sofocar sus miedos, tienen que cubrirlos con algo creíble, por lo que los mantiene en la oscuridad por su propia seguridad. También les habla de una antigua plaga que mató a muchos, hasta que algunos se dieron cuenta de que la propagación podía detenerse purificando el aire y quemando cadáveres enfermos. Con su ayuda, lograron erradicar la plaga después de muchos años, habiendo asegurado el equilibrio entre la vida y la muerte desde entonces.
Ambos hombres llegan algún tiempo después y Hu Tao comienza el ritual de exorcismo. El Viajero derrota a los hilichurls que atacan, permitiendo que se complete el exorcismo, para deleite de Luocheng, ya que se siente curado. Hu Tao luego le dice a Luocheng que le han hecho una broma y él se da cuenta de que la maldición no era real. Hu Tao luego explica que probablemente sufrió una enfermedad común o estaba asustado y le dice que no crea tanto en supersticiones en un futuro.
De repente, aparece el espíritu del mejor amigo de Meng ante los cuatro y lo llevan a la Funeraria.
Al regresar a la Funeraria, Hu Tao deduce que el espíritu no puede regresar a la Colina Wuwang; lo que él confirma, ya que lo que quería era volver a encontrarse a sus viejos amigos y no tenía intenciones de asustar a nadie. Meng se siente aliviado de que no se haya convertido en un espíritu vengativo.
Hu Tao luego afirma que para enviarlo de regreso en paz, necesitan preparar un funeral con recuerdos de sus amigos. Mientras ella y Meng van a preparar el sitio, le encarga al Viajero que regrese a los "clientes" en busca de algunos recuerdos, mientras les recuerda que no les cuenten sobre la situación.
Con los recuerdos a mano, la pareja regresa a la Colina Wuwang. Hu Tao les dice que están a punto de viajar a la "frontera" entre la vida y la muerte. Afirma que es un lugar común que la mayoría de las personas desconocen, pero les recuerda que sigan sus instrucciones o tendría que borrar sus recuerdos.
Finalmente llegan al sitio de la ceremonia de despedida, donde el Viajero y Hu Tao le dan a Meng y su amigo algo de espacio. Mientras los esperan, le explica al Viajero que la funeraria era más como el consultorio de un médico en su infancia, pero durante las Guerras de los Arcontes, el equilibrio entre la vida y la muerte estaba desequilibrado hacia esta última. Finalmente, se restauró el equilibrio, pero los dioses caídos durante la guerra causaron problemas hasta el punto de que la muerte abrumaría a la vida una vez más. El equilibrio finalmente se restauró después de muchos años; sin él, Liyue no sería la nación que es hoy.
Al ver que Meng y el espíritu han terminado, Hu Tao les dice al Viajero y Paimon que regresen a la Colina Wuwang. Aunque el espíritu está molesto porque él y Meng no han cumplido sus promesas, Meng le asegura que no hay vida sin arrepentimientos, entonces el espíritu sigue su camino hasta la muerte. Meng se encuentra inusualmente vacío y afirma que su deseo será un sueño. Paimon pregunta qué deseaba y les dice que él y su amigo querían estudiar una carrera, tener una familia y luego pasar tiempo juntos en un Rito de la Linterna.
Hu Tao les dice que, basándose en la reacción del Viajero, ella sabía que no encontraron lo que buscaban. También había pedido información a los muertos para ayudarlo, pero ninguna de la información ofrecida valía la pena seguir investigando. Hu Tao todavía promete seguir buscando en su nombre.
Hu Tao también comenta que mientras estaba en la frontera, el sitio estaba lleno de muertos que todavía envidiaban al mundo de los vivos, o eran incapaces de seguir adelante. No vio a ninguno de los directores anteriores allí en todas sus visitas, por lo que sabe que todos murieron sin remordimientos.