Una historia aún por terminar es la primera parte de las Misiones de Arconte del Intermedio: Acto III, La transposición de la génesis.
Detalles[]
- Ve al Santuario Surasthana
- Habla con los dos eruditos
- Sigue a la misteriosa figura que acaba de pasar
- Habla con Nahida
- Habla con Scaramuccia
- Habla con Scaramuccia
- Sigue a Scaramuccia
- Continúa explorando
- Sigue a Scaramuccia
- Habla con Scaramuccia
- Consulta los fragmentos de información del Irminsul
- Habla con Scaramuccia
- Espera un rato
- Habla con Scaramuccia
- Habla con Paimon
- Abandona el Irminsul
- Habla con Nahida
Recompensas[]
Notas[]
- Al completar la misión recibirás el logro "El misterio de Tatarasuna" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
- Al completar la misión, Scaramuccia será borrado del Irminsul y, por lo tanto, de los recuerdos e historia de Teyvat. Debido a esto, casi todos los textos, descripciones y diálogos de personajes que hacen referencia a él desaparecen o se modifican.
Diálogos[]
- (Ve al Santuario Surasthana)
- Aqaba: ¿Pero qué clase de sugerencias son esas? ¡Esto no es una kinografía de suspense! Estoy intentando escribir una tesis y eso requiere datos y rigor científico.
- Sawada: Si lo que querías eran datos y rigor científico, te has equivocado por completo con el tema, ¿no te parece? "Los misterios de Tatarasuna"... Todo lo relacionado con el tema son más conjeturas que hechos fehacientes. A menos que te limites únicamente a llevar a cabo una crítica textual.
- Aqaba: Ya, bueno, pero es que el tema forma parte del área de investigación de mi mentor, y es un tema ya de por sí fascinante, ¿no te parece? La misteriosa ubicación, la completa falta de información, esa enigmática figura...
- Aqaba: Quiero escribir una tesis sobre un tema interesante y estoy decidido a llegar al fondo de este asunto. ¡Por eso vine a verle, profesor Sawada!
- Sawada: ¡Por eso mismo deberías hacer caso de mis consejos! La dramatización hará que más gente quiera leer tu tesis. No hay duda al respecto.
- Aqaba: P-pero...
- Paimon: ¿Eh? ¿Esos dos estaban hablando de Tatarasuna, verdad? ¿No es ese un lugar importante de Inazuma?
- Paimon: ¿No te parece un poco raro que alguien de Sumeru quiera escribir su tesis sobre ese tema? Aunque... parece que nadie más le esté prestando atención. Tal vez sean solo cosas de Paimon. Tal vez los eruditos de Sumeru tengan libertad para investigar todo tipo de temas.
Deberíamos escuchar un poco más.
- Paimon: ¡Tienes razón! ¡Veamos de qué va todo eso de "Los misterios de Tatarasuna"!
- (Habla con los dos eruditos)
- Aqaba: Bien, entonces usaré mi crítica textual y tu inventiva editorial para el primer borrador. Estoy convencido de que el kabukimono desaparecido será el punto focal de la tesis.
- Aqaba: *Suspira*, si al menos supiéramos dónde está el viajero... Por lo que cuentan de él, parece el tipo de asunto sobre el que podría saber algo.
¿Me buscabas?
Aquí me tienes.
- Sawada: Oh, ¿dices que tú eres el viajero? Humm...
- Paimon: ¿A qué viene esa cara? ¿Es que no nos crees?
Pues aquí te quedas.
- Sawada: ¡Ah, no, no! No es eso. Lo cierto es que escuché hablar de tus pericias por primera vez durante mi estancia en Inazuma.
- Sawada: Pero esta es la primera vez que los veo a ti y a tu perlada acompañante en persona. Cuesta creerlo, así que, siguiendo mi costumbre, estaba... bueno, estaba examinando las evidencias. Lo siento.
- Aqaba: ¡Pero bueno, Sawada! Jaja... Discúlpennos, no solemos socializar mucho, así que nuestros modales dejan mucho que desear...
- Aqaba: Viajero, todo el mundo dice que vas de un lugar a otro ayudando a la gente que lo necesita. ¿Podrías contarnos lo que sabes de Tatarasuna?
- Paimon: La verdad es que nosotros tampoco sabemos mucho del tema. Vinimos precisamente para escuchar lo que ustedes decían y conocer un poco más.
- Aqaba: Oh, ya veo...
Siento no poder ser de más ayuda...
- Aqaba: Mi tutor eligió el tema para retarse a sí mismo. Dijo que se trataba de todo un desafío porque ni siquiera la gente de Inazuma sabe mucho sobre el pasado de Tatarasuna. Pero ¿quién habría pensado...?
- Sawada: Si tienen tiempo, me gustaría mostrarles mis ideas narrativas sobre los eventos acaecidos en Tatarasuna.
- Aqaba: Espera, Sawada, ¿no crees que es un tema un poco complejo de leer así de primeras?
- Sawada: Bueno, en eso tienes razón. ¿Qué tal si le echan un vistazo al borrador de Aqaba primero?
- Aqaba: Permítanme que los ponga al corriente. Todo esto forma parte del descubrimiento de unos registros en Tatarasuna. En ellos se mencionaba a un tal Mikoshi Nagamasa, quien parece que creó una espada increíble.
- Aqaba: Aunque parece ser que acabó arrojándola a la fundición y matando a su sirviente, Katsuragi. El por qué, nadie lo sabe.
- Aqaba: Además del maestro, el sirviente y el que escribiera los registros, también se menciona a un "kabukimono". Es un término regional utilizado en Inazuma para describir a una persona excéntrica, que se viste o actúa de forma extraña.
- Sawada: Así es. El mentor de Aqaba ha estado estudiando los hechos en el lugar. Al parecer, aquel misterioso kabukimono vivió en Tatarasuna y luego desapareció sin dejar el menor rastro. Y como ha dicho Aqaba, poco después las cosas se pusieron feas.
- Paimon: Así que después de que aquel bicho raro desapareciese, ¿hubo un asesinato? Humm, a Paimon le huele a chamusquina.
- Sawada: ¿Verdad? ¡Eso mismo pienso yo! Por eso estoy echando una mano. Le pregunté a todos mis conocidos si sabían algo acerca del tema... ¡y resulta que di en el clavo!
- Paimon: ¡Deja de gritar!
- Sawada: Es la parte más importante, quería enfatizarla.
- Sawada: Tengo un amigo que trabaja en la sala de archivos del Triunvirato. Le pedí un pequeño favor y ahora puedo asegurar que todos los sujetos mencionados en los registros vivieron realmente en Inazuma hace más de 400 años.
- Sawada: Por aquel entonces, Tatarasuna ya era el centro de la industria metalúrgica de Inazuma. A cargo estaba un alto mando del gobierno llamado Niwa. Y lo más curioso es que parece que él también desapareció sin dejar rastro.
(¡Eso quiere decir que...!)
- Paimon: ¿O sea que desaparecieron DOS personas?
- Sawada: ¡Efectivamente! Y no solo eso, Niwa es un nombre conocido por todos. ¿Han oído hablar alguna vez de las grandes escuelas de forja de Inazuma?
- Paimon: Oh, ¿te refieres a la técnica Isshin y las demás?
- Sawada: Guau, ¡eso es! Al final va a resultar que sí saben de todo. Mejor así. El caso es que Niwa era un familiar lejano del clan Kaedehara. De hecho fue el último herrero de la técnica Isshin.
- Sawada: Al parecer, ocurrió algo que llevó al clan Kaedehara a su caída... No conozco los detalles, pero teniendo en cuenta todos los sospechosos sucesos que tuvieron lugar aquel día, creo que está todo relacionado.
- Paimon: El clan Kaedehara...
- Aqaba: ¡Sawada, te has olvidado de lo más importante!
¿Es que aún hay más?
- Sawada: ¡Ah, sí, claro! ¡Casi se me olvida! Espero que estén preparados, porque los dejaré boquiabiertos, quizás hasta les parezca increíble lo que les voy a contar... Aunque no me sorprendería, porque con tantos años siendo escritor, esto es lo más...
- Aqaba: ¡Deja de irte por las ramas del Árbol Sagrado!
- Sawada: ... De acuerdo con la investigación del tutor de Aqaba, aquel extraño kabukimono no era una persona... Era una marioneta.
¡...!
- Paimon: ¿Una marioneta?
(La marioneta de la Shogun ha estado gobernando junto a la Arconte Electro, así que no puede ser ella.)
(No hay otra, debe tratarse de Scaramuccia. ¿Qué estaría haciendo hace 400 años en Tatarasuna?)
- Aqaba: ¡Ajá! ¡Está claro que ustedes saben algo! ¡Lo llevan escrito en la frente!
- Paimon: Eh...
(Mirar fijamente a Paimon para que no diga nada.)
- Paimon: Eh... Lo que Paimon quería decir es... ¡Qué historia tan espeluznante! Por como lo cuentas, ¡a Paimon le parece que es una historia de fantasmas!
- Sawada: Estoy de acuerdo. Aunque, teniendo en cuenta que en Inazuma se reúnen todo tipo de razas, las historias de fantasmas son lo más normal del mundo. ¡Y de eso es precisamente de lo que trata mi libro! Aquí lo tienen.
- Lees la obra de Sawada...
- La isla de las nubes negras
- Autor: Sawada
- Extracto (I)
- ...
- ...
- Cuenta la leyenda que, en un día como hoy aproximadamente a las tres de la tarde, un muchacho llegó a Tatarasuna. A lo lejos, divisó a unos trabajadores que se dirigían hacia la fragua, siguiendo uno tras otro el camino de la montaña. Arrastraban las suelas de sus zapatos sobre la superficie de aquellas imponentes montañas, y con su caminar emitían un sonido que enternecía el corazón de todo aquel que lo escuchase. Era como si su paso por aquel lugar no tuviera más fin que el de rescatar de entre las llamas esas gemas y diamantes de valor incalculable. Solo quien hubiera contemplado la escena en aquel momento y en aquel lugar sería capaz de comprender esa emoción.
- Entonces, el muchacho saludó a los trabajadores con euforia, corrió hacia ellos llevado por la exaltación y se unió al equipo sin dudar ni un momento. Un hombre fornido que era una cabeza más alto que los demás, se aproximó a él para darle una palmadita en la espalda y dijo con deferencia: "¡Miren quién está aquí! ¡Pero si es Miyazaki, de la Ciudad de Inazuma! Tiene mérito haber recorrido todo ese camino para ir y volver desde un lugar tan lejano".
- Miyazaki esbozó una sonrisa que revelaba su juventud e inexperiencia, pero se mantuvo sereno todo el tiempo. "El señor Katsuragi así lo dijo, la Ciudad de Inazuma es el territorio de la Shogun, y ese es el lugar del que vengo. Tomé el barco más veloz y surqué la ruta marítima más rápida, ¿acaso hay algún peligro al que no pueda hacer frente?".
- "¿Y viniste con buenas noticias?".
- "Por supuesto", tras pronunciar esta última frase, ambos estallaron a carcajadas con complicidad, a la misma vez, mientras avanzaban apretujados entre el resto de los trabajadores hacia el final del camino.
- Había un hombre que vestía un saco de tela y llevaba un pañuelo atado a la cabeza. Permanecía admirando el fulgor de las llamas del horno de fundición.
- El fuego de esa fragua no era equiparable a ningún otro. La intensidad de sus llamas y el efecto que surtía sobre el acero eran componentes clave para forjar espadas de tal calidad. El hombre que observaba el fuego también era alguien peculiar. Tomó un lagarto con los dedos y lo admiró con una sonrisa en el rostro.
- Aquel lugar era gigantesco, el horno se hallaba en la zona más profunda y, aunque al parecer se necesitaban varias personas para hacerlo funcionar, aquel hombre se encontraba parado frente a él en soledad. Tan solo volteó su rostro cuando Katsuragi y Miyazaki interrumpieron su contemplación del fuego.
- Ese hombre era el señor Niwa, el oficial de la armería y administrador de Tatarasuna. Nació en la familia Niwa, uno de los tres clanes fundadores de la técnica Isshin. Nunca había competido contra sus hermanos, por lo que siempre fue un sucesor legítimo. La prueba de esto se halla en el aprecio que nobles y otras figuras importantes mostraban hacia él.
- Miyazaki tomó un informe que había envuelto con sumo cuidado en un brocado y lo colocó sobre las manos de Niwa, a quien le dijo con total honestidad: "Así como dijo el señor Katsuragi, ese viejo pariente tuyo nunca estuvo de acuerdo con nuestro plan. Pero vale la pena darle una oportunidad al plan de Akame, así que busqué un proveedor y me dispuse a adquirir todo lo necesario de acuerdo a lo que vi en tu lista de suministros por comprar".
- Niwa apartó la vista del informe, asintiendo con la cabeza: "Bien lo apoyen los Kaedehara o no, debemos estar abiertos a nuevos métodos de forja".
- Katsuragi frunció el ceño y exclamó: "La forja de espadas es un arte complicado que requiere de una técnica cuidada. Estos veteranos ya son unos expertos, pero aun así desean continuar mejorando su destreza día tras día. ¡¿No te parece terrorífico?! Si Nagamasa estuviera aquí para escuchar esto, se le caería la cara de vergüenza".
- Niwa sonrió y dijo: "Señor Katsuragi, ¿cómo va la forja de la preciada espada del señor Nagamasa?".
- Katsuragi no pretendía mancillar el honor del líder de su clan, ni mentir a los amigos que tenía frente a sus ojos. Por eso, por más que pensase una buena respuesta, no lograba encontrar las palabras adecuadas con las que expresarse: "¿La destreza del señor Niwa le afectó al sentido del humor? Por eso no es capaz de entender bromas tan burdas como las nuestras".
- Miyazaki ocultó su sonrisa con la mano y Niwa colocó el lagarto en la palma de la mano de Katsuragi. Se disponía a hablar cuando de repente escuchó a lo lejos unos pasos que se aproximaban, resonando en el lugar con elegancia. Parecían ser los pasos de un joven. Al mirarlo con detenimiento a la luz del fuego, la forma de su cabeza llamaba la atención: era redonda y brillante, y recordaba a una especie de perla.
- El joven colocó a un lado su recipiente de comida, y se alejó tratando de pasar desapercibido, con la cabeza agachada. Katsuragi, que permanecía observándolo, exclamó: "Eh, ¿no vas a comerte eso?".
- Al escucharle, el joven no sabía cómo reaccionar, por lo que hizo una breve pausa antes de responder: "... Está bien, tomaré un bocado".
- "Ambos comemos lo mismo, no hay por qué mostrar cortesía", dijo Niwa. El joven volvió a asentir con la cabeza y se alejó como si algo le rondara por la mente.
- Extracto (II)
- ...
- ...
- El kabukimono se encontraba en la costa.
- En ese momento, el sol se disponía a despedirse de otro día más, y no quedaba ni un vestigio de luz en el cielo. En su lugar, montones de nubes se desplegaban hacia el horizonte, advirtiendo la llegada de una tormenta inminente.
- El mar se rindió ante la penumbra, la tempestad presionó a las nubes para que descendieran y obligaran a la marea a postrarse ante la tierra, como si el kabukimono también hubiera acudido a aquel lugar para ver al océano y arrodillarse ante él.
- Nadie pasó por allí en aquel preciso momento. Tampoco nadie sabría qué es aquello que esperaba con tanta calma.
- Después de cierto tiempo, el cielo se pobló de una congregación de nubes negras que formaron una espiral y rodearon al kabukimono, apresándolo como si de una pesadilla se tratase. Cuando aquello acababa de dar comienzo, él no percibió nada. No fue hasta que abrió sus ojos que logró comprender lo que estaba sucediendo: esas nubes le estaban persiguiendo a él.
- Un bote pesquero se aproximó desde la lejanía, y la linterna que iluminaba desde proa vacilaba intermitente, luchando por no apagarse con las oscilaciones de la lluvia y el viento. Una capa de niebla comenzó a extenderse sobre el mar, provocando que el pesquero que dirigía el timón apenas pudiera avistar hacia dónde se dirigía. El pesquero no dejaba de gritar alarmado: "¡¿Cómo es posible que no logre ver nada en pleno atardecer?! ¡Que alguien me ayude!".
- Las oscuras nubes se apoderaron del casco del barco y desviaron su dirección. Entonces, lo controlaron y lo arrastraron hacia la orilla con la fiereza de un monstruo. A unos pasos del lugar del incidente, el kabukimono permanecía de pie con las manos colgantes y la cabeza inclinada, contemplando los restos del barco que quedó hecho añicos.
- Del pesquero que gritaba aterrorizado unos momentos atrás tan solo quedaba parte de su brazo, que provocó una salpicadura al caer junto a los pies del kabukimono. Este último se puso en cuclillas para admirar aquel objeto extraño desde más cerca... y de repente sintió deseos de pegarle un bocado.
- Pero no lo hizo, pues aquellas nubes atezadas ya habían devorado todo lo que había quedado del barco sin dejar rastro. El kabukimono permaneció observándolo durante mucho, mucho tiempo, hasta que de pronto despertó de su ensimismamiento. Tras volver en sí, las nubes ya se habían disipado, como si nunca antes hubieran estado allí. Y lo que pasó con ese barco... debió de haberlo provocado la tormenta, ¿no es así? Aunque, en realidad, quién sabe... pues el kabukimono no lo vio con claridad.
- Extracto (III)
- ...
- ...
- Katsuragi entró apresurado por la puerta y exclamó: "¡Señor, hay un problema en la fragua! He buscado al señor Niwa por todas partes y no hay ni rastro de él. El señor Miyazaki también hace mucho que salió en busca de ayuda sin dejar ningún mensaje. Mire...".
- Mikoshi Nagamasa se giró con gentileza. La solemnidad de su rostro era tal que parecía que se disponía a participar en un funeral. Entonces, se dispuso a pronunciar las palabras más duras que probablemente dijo jamás: "Lamento ser yo quien te informe de esto, pero... Katsuragi y Miyazaki tal vez no regresen más".
- La mirada de Katsuragi se detuvo en los anchos y rígidos hombros de Nagamasa mientras este contemplaba el exterior desde la ventana. Las oscuras nubes se hacinaron sobre el mar, la tenebrosidad invadió el lugar y sumió a la gente en el terror. La oscuridad se convirtió en la única estación posible, como si una bestia abismal hubiera venido a devorar a Tarasuna para siempre.
- Ya habían muerto diez personas. Por eso... Por eso...
- De repente, el recuerdo golpeó a Katsuragi como una bofetada: ¡por eso salieron en busca de ayuda!
- Miyazaki fue el primero en partir. Cuando se marchó, estas nubes acababan de aparecer. Marchó desde Tatarasuna hasta la Ciudad de Inazuma en busca de ayuda. No parecía una tarea especialmente complicada, pero Miyazaki no regresaba...
- El segundo, el tercero y... el cuarto en marcharse fue el kabukimono. Zarpó en un barco con un tiempo tan tenebroso como este, y no volvimos a saber de él. Katsuragi lo acogió como si fuera su propio hijo y lo hizo sentir como en su propia casa, pero debido a la turbulenta situación de Tatarasuna, quizá tema ser ejecutado y haya marchado a otro lugar en busca de asilo.
- Niwa desapareció y nadie sabe a dónde fue. Tras cierto tiempo, Nagamasa convocó un ejército de hombres para que realizaran un rastreo que iniciarían en la fragua y continuarían a través de la montaña. Sin embargo, no lograron ningún hallazgo. Hay quien piensa que a Niwa le sucedió algo lamentable... Otros piensan que se vio incapaz de asumir el castigo por un extraño incidente que aconteció en el pasado.
- Levantó las sospechas de la gente y Nagamasa parecía descontento y furioso. A veces despertaba más temor mirarle a la cara que encontrarse con esas nubes tenebrosas.
- De repente, una figura apareció y desapareció cual destello. Nagamasa advirtió una extraña presencia de inmediato, por lo que blandió su espada para rasgar la máscara del sospechoso. Este tembló por un instante, pero entonces, como si de una marioneta se tratase, se situó a las espaldas de Nagamasa entre perversas carcajadas y dijo: "¿Está buscando a alguien, señor?... ¿Será que está buscando a Niwa?".
- Nagamasa, furioso, exclamó: "¡¿Cómo te atreves a mencionar al señor Niwa?!". Entonces, antes de que pudiera hacer cualquier movimiento, la figura se desvaneció en la niebla, y volvió a aparecerse a lo lejos, esta vez con la apariencia de un monstruoso fantasma.
- "¿Fuiste tú quien mató a los míos?". Nagamasa estalló en furia y se lanzó hacia él de inmediato. Entonces fue cuando se dio cuenta de que estaba a un paso de caer dentro del horno.
- (El fragmento restante permanece incompleto... Sin embargo, a juzgar por el contenido, es evidente que se trata de un texto puramente ficticio. Parece que el autor dio rienda suelta a su imaginación cuando lo escribió. Quizás sea un fragmento extraído de una novela fantástica.)
- Aqaba: ¡Eh! ¡No se olviden de leer el borrador de mi tesis también!
- Lees la tesis de Aqaba...
- Breve análisis sobre un importante acontecimiento histórico que podría haber ocurrido en Tatarasuna
- Aviso: la presente tesis es una obra adjunta del proyecto "Retiravelos" patrocinado por la Escuela de Etiología. Número de edición pendiente.
- Autor: Aqaba
- Resumen: Tatarasuna siempre ha sido considerada como uno de los componentes más importantes para la industria local de fundición y forja en Inazuma. Esta zona ha sido testigo de dos acontecimientos, el primero de los cuales siempre aparece descrito de forma muy vaga en las fuentes escritas. Considero que detrás de dicho evento puede haber escondidos elementos históricos todavía desconocidos, por lo que la presente tesis se dedicará a analizar dicho evento en los documentos existentes.
- Palabras clave: Tatarasuna, Cinco Escuelas de Raiden, Mikoshi Nagamasa, kabukimono.
- Introducción: la presente tesis tiene el propósito de desarrollar y continuar la investigación que el Sr. Rumi, mi admirado y respetado tutor, presentó en su informe de investigación titulado «Una historia humana oculta en Tatarasuna». Según indican los documentos disponibles, la Arconte Electro, a saber, la Shogun Raiden, fue quien enseñó originalmente las técnicas de forja de espadas de Inazuma. Los herreros de entonces heredaron dichas técnicas y las volcaron en la industria de fundición y forja. Pero en Tatarasuna, centro neurálgico de la industria de fundición, corría un extraño rumor que discrepaba radicalmente con la versión existente en la vigorosa industria de la forja de acero. Los clanes Mikoshi y Niwa, así como cierta marioneta extraña, constituyen el punto de partida que nos permite atisbar la verdad escondida en Tatarasuna.
- Texto
- Extraña nota de Tatarasuna, sobre la que aparece escrito lo siguiente:
- 1
- "[...] Tal vez esté sobrepasando mi autoridad, pero creo que el estado de ánimo del señor Nagamasa mejora cuando forja espadas [...]".
- "[...] La obsesión por limpiar el nombre 'Mikoshi' es extenuante [...]".
- "[...] Además, el señor Katsuragi descubrió a un kabukimono sin nombre mientras patrullaba por la Playa Nazuchi [...]".
- 2
- "[...] El inspector compró una cierta cantidad de lingotes de acero de jade [...]".
- "[...] El señor Katsuragi discutió sobre temas de herrería con el suboficial de la armería hasta altas horas de la noche [...]".
- 3
- "[...] Al fin fabricamos una nagamaki única. La hemos llamado 'Hoja Tatara de Nagamasa' [...]".
- "[...] El inspector estaba de buen humor, y él y el suboficial de la armería [...]".
- "[...] Nozomu estaba tan conmovido por la belleza de la Hoja Tatara de Nagamasa que hizo un dibujo de su imagen [...]".
- "[...] y realizó una danza de espadas con el kabukimono errante [...]".
- 4
- "[...] y no pudimos encontrar a ese kabukimono [...]".
- "[...] El inspector se enfureció y ejecutó a Katsuragi. Declaró que la nagamaki estaba maldita y la arrojó a las llamas de la fragua [...]".
- "[...] Nozomu no pudo cumplir con esa orden y sacó el arma completamente derretida de la fragua, lo que le causó unas gravísimas quemaduras [...]".
- 5
- "[...] Nozomu murió esa noche. Me atrevo a decir que pensé que el señor Katsuragi pudo haber cometido un acto ilícito, pero aquello surgió de la bondad de su corazón [...]".
- 6
- "[...] Kinjiro escondió la nagamaki y el dibujo de Nozomu en el arsenal [...]".
- "[...] Nagamasa es severo, pero sabe perfectamente lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, no es fácil razonar con él y está demasiado obsesionado con limpiar el nombre de su clan. Aun así, algunas familias de Tatarasuna y yo no fuimos cegados por el asunto de la madre de Nagamasa, Chiyo, y confiamos en él [...]".
- "[...] Tampoco estoy dispuesto a olvidar la alegría de crear la Hoja Tatara de Nagamasa con él, y la alegría de ver a ese kabukimono sin nombre realizar esa danza de espadas con Katsuragi [...]".
- 7
- "[...] Antes de retirarnos, deberíamos haber dividido la llave del arsenal en tres partes: una para el inspector, otra para el oficial de la armería y otra para dejarla en Tatarasuna y, así, evitar robos.
- Pero teníamos demasiada prisa y no pudimos encontrar ni al inspector ni al oficial de la armería, así que escondí los tres pedazos en cofres del tesoro en Tatarasuna [...]".
- Las siete notas anteriores estaban dispersas por toda Tatarasuna. De ellas, las seis primeras estaban escritas en un papel bastante resistente, y parecen ser muy antiguas. Solo el papel de la séptima parece un poco más nuevo. A mi juicio, la séptima nota es posterior a las seis anteriores, pero queda pendiente determinar cuántos años en concreto. Además, el contenido de las seis primeras está interrelacionado, y parece que todas se refieren al mismo incidente.
- En «Una historia humana oculta en Tatarasuna» (en adelante, abreviada como «Una historia humana»), Rumi mencionaba que eruditos de Sumeru habían ido a Inazuma en el pasado a investigar la historia humana de Tatarasuna. Aunque, cuando Rumi escribió «Una historia humana», Tatarasuna ya estaba en declive debido a una serie de incidentes, su situación seguía siendo mucho mejor que la actual. La zona central de Tatarasuna era entonces tan inhabitable como hoy día y, de hecho, nadie vivía en ella. Los habitantes se habían trasladado a la costa y vivían junto al mar. Estos habitantes le contaron a los eruditos de Sumeru que Tatarasuna había sido muy próspera antiguamente, hace varios siglos. En la que podría considerarse su edad dorada, Tatarasuna estaba administrada por el oficial de la armería Niwa, el suboficial Miyazaki y el inspector Mikoshi Nagamasa. Asimismo, los miembros ancianos de los clanes más antiguos insistieron sobre unos extraordinarios rumores que circulaban por Tatarasuna.
- La mayoría de estos extraños rumores trataban sobre los youkai tan característicos de Inazuma, pero unos pocos de ellos incluían la palabra "marioneta". Como es sabido, las marionetas no forman parte de los youkai tradicionales de Inazuma. Esto intrigó sobremanera a los eruditos, quienes, tras indagar sobre el asunto, obtuvieron la siguiente información:
- - En Tatarasuna apareció una marioneta de aspecto agraciado y bien ataviada, que sabía ocultar los vestigios de esas articulaciones únicas que aún podían apreciarse en su cuerpo. De no mencionarse el hecho de vez en cuando, la gente de alrededor apenas habría logrado percatarse de que esa persona en realidad era una marioneta. Además, era posible que esos vestigios de articulaciones de marioneta se hubiesen ido difuminando con el paso del tiempo hasta casi desaparecer, con lo cual se habría hecho indistinguible de una persona real.
- - Nadie conocía el nombre de la marioneta. Solo se hablaba de que había aparecido en Tatarasuna; unos decían haberla visto en la zona central, y otros, en la playa. Se rumoreaba que solía estar de pie en la playa, mirando hacia el mar, en dirección de la lejana Ciudad de Inazuma. Pero nadie sabía qué se le había perdido allí o qué miraba.
- El anterior texto mencionaba que en las seis notas se hacía referencia a un "kabukimono sin nombre". "Kabukimono" es un término que se suele usar en Inazuma para describir a una persona peculiar que viste o actúa de forma extraña. De esto puede deducirse que este tipo de personas impresionan sobremanera a la gente local. Según mi análisis, si la aparición de esta marioneta no sembró el pánico, debe deberse a la peculiar sociedad de Inazuma en la que humanos y youkai han coexistido históricamente. Así que es muy probable que, en aquel entonces, la marioneta se hubiera integrado como un habitante más. En cuanto al kabukimono, del que apenas hay registros y poca gente sabe de él, es muy posible que se trate de un alias de la marioneta. Solo basta que alguien vista de forma extravagantemente ostentosa para que los demás no se fijen demasiado en sus otras peculiaridades. Aún hacen falta pruebas concluyentes que corroboren esta hipótesis, pero merece la pena dejar constancia de ella como razonamiento analítico.
- Después de consultar los pertinentes registros históricos de Inazuma, he elaborado una lista de personajes posiblemente relacionados con Tatarasuna, la cual incluye los siguientes, empezando desde el nivel administrativo:
- Oficial de la armería: Niwa.
- Nombre completo: Niwa Hisahide. Heredero de la técnica Isshin del clan Niwa. Este clan, junto a los Kaedehara y los Akame, fueron los creadores de las "tres grandes espadas de la técnica Isshin". Según los registros, Niwa era una persona modesta e inteligente, a quien se le daba muy bien administrar el día a día de los habitantes de la región. Luego no se supo nada más de él. Probablemente, se llevó a los miembros de su clan de Tatarasuna cuando ocurrió el accidente.
- Suboficial de la armería: Miyazaki.
- Nombre completo: Miyazaki Kaneo. Asistente de Niwa, de origen incierto. Se encargaba principalmente de ayudar a Niwa en las tareas de administración del personal. De personalidad afable y amistosa, tenía muchos amigos en el lugar, y también mantenía una buena relación de amistad con Mikoshi Nagamasa.Oficial de seguridad de la armería: Miyazaki, nombre completo: Miyazaki Kaneo. Asistente de Niwa, de origen incierto. Se encargaba principalmente de ayudar a Niwa en las tareas de administración del personal. De personalidad afable y amistosa, tenía muchos amigos en el lugar, y también mantenía una buena relación de amistad con Mikoshi Nagamasa.
- Inspector: Mikoshi Nagamasa.
- Heredero del clan Mikoshi e hijo adoptivo de la guerrera oni Mikoshi Chiyo. Hermano adoptivo de Mikoshi Michihiro, conocido como "Iwakura el Sucesor". Después de que desapareciera su madre, Chiyo, su hermano adoptivo Doukei lo abandonó, por lo que tuvo que asumir él solo la responsabilidad de todo el clan, y se afanaba día y noche solo por limpiar el nombre de este. Muchos documentos muestran que, aunque Mikoshi Nagamasa era bastante obstinado, tenía un carácter recto, franco y justo. De las notas puede inferirse que estudió la forja de espadas para cultivarse espiritualmente, y por eso le pidió exprofeso a Miyazaki que le enseñara. Tras forjar la renombrada espada "Hoja Tatara de Nagamasa", por algún oscuro motivo la blandió para asesinar a su subalterno Katsuragi.
- Subalterno: Katsuragi.
- Nombre completo desconocido y origen incierto. A pesar de haber consultado cuantiosa documentación, no he podido encontrar más información personal sobre Katsuragi. Era un subalterno de Mikoshi Nagamasa, y un guerrero leal y devoto al que Nagamasa había salvado años antes cuando era joven. Por este motivo, le juró lealtad y estaba dispuesto a morir por él si fuese necesario o cumplir cualquier tarea, por pequeña que fuese.
- Kabukimono.
- Nombre completo desconocido, origen incierto. Tras consultar numerosa documentación e integrar los puntos de vista de Rumi, he deducido que este personaje se trata de la extraña marioneta de la que hablan los rumores. Se decía que era amable y de aspecto hermoso. Según «Una historia humana», fue Katsuragi quien lo llevó a Tatarasuna, y se convirtió en un habitante más. Como recién llegado, el kabukimono no sabía lavar la ropa, cocinar, o llevar a cabo ningún trabajo que exigiese delicadeza. Los habitantes le enseñaron, poco a poco y con paciencia, a lavar la ropa, bailar, forjar pequeños objetos, etc. Según las notas, el kabukimono también estaba presente durante la forja de la Hoja Tatara de Nagamasa, pero se le perdió la pista antes de que Mikoshi Nagamasa decapitara a Katsuragi. Este autor considera que es muy probable que el kabukimono, es decir, la marioneta, esté muy relacionado con la muerte de Katsuragi.
- (Parece que la tesis aún no está acabada, pero aun así, deja patente que el autor volcó un gran esfuerzo para escribirla.)
- Aqaba: Sawada sigue insistiendo en que siga una línea más creativa, pero yo creo que una tesis debe estar basada en hechos. No creo que sea suficiente si me limito a explicar la serie de misteriosas fuerzas que tomaron parte en el asunto...
- Aqaba: ¡Ah, ya sé! ¿Y si completara la novela de Sawada con elementos políticos? Por ejemplo, podríamos inventar una rivalidad entre los distintos organismos de gobierno en medio de todo el asunto.
- Paimon: ¿De verdad permiten que te inventes esas cosas? Paimon creía que ibas a escribir una tesis, no una novela histórica.
Sí que suena a novela...
No parece que tengas experiencia escribiendo tesis...
- Sawada: Aqaba, hazme caso. Tu mentor ya ha investigado el tema a fondo y yo le he preguntado a todos los que podrían saber algo al respecto. Hemos recopilado toda la información disponible, ¡hemos tocado techo!
- Sawada: Además, si realmente se tratara de un complot político como sugieres, ¿qué posibilidades tenemos tú o yo de descubrir nada al respecto?
- Aqaba: *Suspira*, supongo que tienes razón... Tendré que reestructurarlo, supongo... Dame tiempo, tengo que darle otro enfoque a la tesis.
Será mejor que los deje trabajar...
- Paimon: Sí, tenemos cosas que hacer, así que nosotros nos vamos a ir yendo ya. ¡Suerte con tu tesis!
- Aqaba: De acuerdo, y gracias. ¡Si se enteran de algo, vengan a verme! ¡Y gracias otra vez!
- Después de despedirse de Sawada y Aqaba...
- Paimon: Oye, esa marioneta de la que hablaban... Tiene que ser Scaramuccia, ¿verdad?
Así es.
- Paimon: Pero, aunque sepamos algo... no podemos compartir la información con ellos, ¿no?
- Paimon: Al fin y al cabo, le dimos una señora paliza la última vez y provocamos que lo encerraran. Paimon tiene la sensación de que no hay información más confidencial que esa, ¿no crees?
- Paimon: Paimon cree que Aqaba debería elegir otro tema para su tesis. Seguro que hay tantos temas como árboles en Sumeru. No hay necesidad de...
- Una familiar figura se acerca caminando...
- Paimon: ¡¡¡Aaaah!!!
¿Qué te ocurre?
- Paimon: ¿Es que no lo has visto? ¡Justo ahí! S-se parecía a...
- Paimon: ¡¿Scaramuccia?! No puede ser, está encerrado, ¡¿verdad?! ¡Vayamos a ver!
- (Sigue a la misteriosa figura que acaba de pasar)
- (Habla con Nahida)
- Nahida: Viajero, Paimon, ¡han venido!
- Paimon: ¡Nahida, tenemos malas noticias! ¡Hemos visto a Scaramuccia paseándose por ahí!
- Paimon: ¡¿No se suponía que estaba encerrado?! ¡Ah! ¡Ahí está!
- Scaramuccia: Hum, cómo no, aquí están.
- Paimon: ¿Qué haces en el Santuario Surasthana? ¿No se supone que estabas encerrado?
- Nahida: Seguro que tienen muchas preguntas. Permítanme que se lo explique todo.
- Nahida: Fui yo la que liberó a Scaramuccia. Hemos llegado a un acuerdo. Me ayudará a investigar el Irminsul.
- Paimon: ¿Un acuerdo? ¿Cómo puedes confiar en un tipo así?
- Scaramuccia: Ja, ¿qué esperaban? ¿Habrían permitido que me quedara en Sumeru de no ser así? ¿O es que solo piensan en acabar conmigo?
- Scaramuccia: Aunque, si ese fuera el caso, ¿por qué no lo hicieron todavía?
- Paimon: No te lo creas tanto. ¡Solo sigues aquí porque Nahida aún tiene asuntos que resolver!
- Scaramuccia: Oh, así que, si no fuera por esos asuntos, ¿terminarían lo que empezaron? Parece que me equivoqué con ustedes. Yo pensaba que se arrepentían de lo que me habían hecho.
...
- Nahida: Parece que no han empezado con buen pie... ¿Por qué no se calman todos un poco?
- Paimon: ¡Es que estamos preocupados por ti, Nahida! ¡No te dejes engañar por él!
- Scaramuccia: Jaja, no es frecuente encontrar insensatos que osen poner en tela de juicio el criterio de la Diosa de la Sabiduría. Y yo que pensaba que ya lo había visto todo...
- Paimon: ¡No intentes plantar la semilla de la duda entre nosotros!
- Nahida: Mientras ambas partes estén de acuerdo, creo que no hay ningún problema en llegar a un acuerdo. Incluso si se trata de Scaramuccia.
- Scaramuccia: Bueno, yo al menos no tengo motivos para desconfiar de ti, hasta hiciste un trato con El Doctor.
- Nahida: Así es, y obtuve información de gran valor de aquel trato. Lo entenderás con el tiempo.
- Nahida: Scaramuccia agotó todo su poder durante el enfrentamiento, así que ya no supone una amenaza. Es más, se encuentra en una situación precaria.
- Nahida: Y eso sin tener en cuenta que era un miembro de Los Once de los Fatui, lo que quiere decir que conoce todo tipo de información secreta sobre la organización. Mientras esté aquí en Sumeru, es un blanco fácil. Habrá que ver cómo responden los Fatui ante tal amenaza.
- Paimon: Alto ahí... ¿Era miembro? ¿Quiere decir eso que ya no lo es?
- Nahida: No disfruto diciendo esto, pero dudo mucho que El Doctor esté dispuesto a recibir a un perdedor con los brazos abiertos...
Es decir, que le han dado la patada.
- Scaramuccia: Así funciona el mundo, a veces usas a los demás, a veces te usan ellos a ti. La mayoría de relaciones humanas son así... al menos las más estables. Y esa es precisamente la clase de relación que tengo con los Fatui, y ellos con los Once.
- Scaramuccia: Mientras seas de valor y tengas algo que ofrecer, estarán de tu parte. Pero después de lo sucedido, incluso yo tengo que admitir que ya no soy lo que solía ser...
Vaya, qué pena, creo que voy a llorar y todo.
- Scaramuccia: ¡Bah! El caso es que si los Fatui piensan llevar a cabo una evaluación de mi utilidad, necesitaré preparar un plan B.
- Nahida: Como ya te dije, no me gusta hacer daño a ningún ser vivo, y tú necesitas protección. ¿Por qué no te unes a nosotros?
- Scaramuccia: Creo que esos dos no están de acuerdo con el trato, ¿no te parece? Y teniendo en cuenta que son tus amigos, supongo que te pondrás de su parte.
- Paimon: ¡Y que lo sepas! ¡Nahida, no hagas caso de lo que dice!
- Nahida: Dejemos eso a un lado. Aún tenemos tiempo para discutirlo.
- Nahida: Hoy será la primera prueba, y ya veremos como va el resto en función de si podemos cooperar todos hoy.
- Scaramuccia: Bien, entonces cumpliré con mi parte del acuerdo.
- Scaramuccia se marcha primero.
- Nahida: Bien, mantente en contacto.
- Paimon: Nahida, ¿vas en serio con esto?
- Nahida: Así es.
- Nahida: De hecho, mi principal motivo para tomar esta decisión eres tú, Viajero.
¿Yo?
- Nahida: Así es. Como ya te expliqué, hay información sobre tu hermana en el Irminsul.
- Paimon: Ah, claro, esa es precisamente la razón por la que estamos aquí. ¿Tienes alguna novedad?
- Nahida: Pues sí. Como recordarás, ya te comenté que los Fatui no han incluido a tu hermana en la lista de los Descendidos. Es un detalle a tener en cuenta.
- Nahida: Es muy posible que los Fatui dispongan de información que yo todavía desconozco. Puesto que Scaramuccia era uno de ellos, estará más familiarizado con esa información que yo.
- Nahida: Además, se le concedió el poder de conectar con el Irminsul cuando casi se convierte en un dios. Puede que ya no tenga su Gnosis, pero sigue habiendo cierta cantidad de poder remanente en él. Todavía podría acceder al Irminsul.
- Nahida: La información que maneja el Irminsul va más allá de lo imaginable. No puedo abarcarla toda sin saber qué estoy buscando, hasta a mí me llevaría demasiado tiempo.
- Nahida: Por eso, le he pedido a Scaramuccia que busque información sobre los Descendidos en el Irminsul. Está familiarizado con el tema, así que debería ser capaz de encontrarla con más rapidez.
¿Y si te engaña?
- Paimon: ¡Eso! Y si, y si... Ay, Paimon no confía en él ni un poco. Ha estado en nuestra contra desde el principio.
- Nahida: Lo entiendo, pero a veces todo depende del bando en el que estés.
- Nahida: El futuro depende de la información que consiga. Además, Viajero, sé qué es lo que más deseas en este mundo.
- Nahida: Un pedacito de tu corazón soporta el peso del anhelo... Es como sentirse completamente perdido en la oscuridad en busca de la única luz que aún brilla.
- Nahida: Soy la Arconte de Sumeru y protegeré a la ciudad de Scaramuccia. Pero también me considero tu amiga, y quiero hacer todo lo que esté en mi mano por ayudarte.
- Nahida: Este acuerdo con Scaramuccia merecerá la pena si al fin puedo darte las respuestas que tanto anhelas.
... Gracias, Nahida.
- Nahida: Oh, no tienes que dármelas. Eres el héroe de Sumeru. Te lo debemos.
- Paimon: Humm, Paimon sigue muy preocupada. ¿Hay algo que podamos hacer?
- Nahida: Precisamente estaba a punto de ponerme en contacto con ustedes, pero de pronto aparecieron aquí por su cuenta. Como si fuera telepatía.
- Nahida: Lo cierto es que quería que vigilaras a Scaramuccia por mí mientras cumple su parte del acuerdo.
- Nahida: Puede que haya perdido la mayor parte de su poder, pero sigue siendo un miembro de Los Once. Me quedaría mucho más tranquila sabiendo que tú lo vigilas.
- Nahida: Y, claro está, estaré ahí para guiarlos por el Irminsul.
Muy bien.
Me alegra poder ayudar en algo.
- Nahida: Bien, gracias, Viajero.
- Nahida: Bien, prepárense. Los transportaré al Irminsul.
- (Habla con Scaramuccia)
- Paimon: Guaaau, el ambiente aquí en el Irminsul es muy diferente al de la última vez.
- Paimon: Los colores son más suaves, ¿no te parece? Tal vez sea porque todo marcha bien por Sumeru ahora.
- Scaramuccia: Pisándome los talones, por lo que veo. No hacía falta que terminaran su pequeña reunión antes de tiempo solo por hacerme compañía. Bueno, supongo que entraron en pánico cuando se percataron de que yo entraría antes al Irminsul.
Nahida me pidió que hiciera de canguro.
- Paimon: ¡Eso, Scaramuchi! Sigues siendo un malhechor y no dejaremos que te escabullas por ahí.
- Scaramuccia: Entiendo perfectamente que se vigile a los presos, pero en estos momentos, yo estoy de permiso, así que ¿por qué no se relajan un poco?
- Nahida: Ya veo que tuvieron un grato reencuentro.
- Nahida: Me gustaría recordarles algo. En breves instantes entrarán en la zona más interna del Irminsul. Posee un ambiente único y es el lugar más importante de toda Sumeru.
- Nahida: A diferencia del resto del Irminsul, la región más interna está hecha únicamente de información. Si quieren aventurarse por el Irminsul, tendrán que poner sus diferencias a un lado y tener mucho cuidado durante el viaje.
- Nahida: Sé que no mantienen una buena relación entre ustedes, pero es imperativo que mantengan la calma cuando entren. Es por su propia seguridad.
Lo entiendo.
- Paimon: Bien, Paimon te concederá una tregua, pero solo hasta que termine la misión.
- Scaramuccia: Bastará con que mantengamos una actitud cordial. Al fin y al cabo, tenemos que completar la misión juntos.
- Scaramuccia: Tal y como acordé con la Reina Menor Kusanali, yo iré al frente. Me encargaré de guiarte y deshacerme de cualquier obstáculo que encontremos en el camino. Lo único que tienen que hacer es mantener los ojos bien abiertos y no quedarse atrás.
- Paimon: ¡Ja! Sí que te lo tienes creído, Scaramuchi. ¡Casi suena como si tuvieras más experiencia que nosotros en esto de explorar!
- Scaramuccia: Si no tienen nada que objetar, les sugiero que sigamos.
- Scaramuccia: ¿O necesitan tiempo para prepararse mentalmente?
- Paimon: ¡Serás...! ¡Eres horrible, Scaramuchi! ¡Paimon no te soporta!
Ahórrate el sarcasmo.
Métete en tus propios asuntos.
- Scaramuccia: Hum.
- Scaramuccia: Empecemos, pues.
- Nahida: Acceso al Irminsul concedido. Iniciando enlace...
- Un arbolito aparece frente a ustedes...
- Paimon: ¿Eso es un arbolito?
- Paimon: ¡Aaah! ¡Qué tipo tan molesto! ¡Vamos tras él!
- (Habla con Scaramuccia)
- Paimon: ¡Guaaau! Así que este es el interior del Irminsul...
No se parece en nada a lo que había imaginado.
- Paimon: Ooh... No se parece a nada que Paimon haya visto antes. Parece un lugar sagrado...
- Scaramuccia: El Irminsul está conectado con todo Teyvat. Toda la información que ven tiene un significado concreto.
- Scaramuccia: Y ahora, quiten esa cara de pasmados y pongámonos en marcha.
- Paimon: Cuanto más habla, más saca de sus casillas a Paimon.
- Scaramuccia: ...
- Scaramuccia: Reina Menor Kusanali, nos dirigimos al corazón del Irminsul.
- Nahida: ¿Todavía eres capaz de localizarlo?
- Scaramuccia: Sí. ¿Me concede permiso para comenzar la búsqueda de información cuando lleguemos?
- Nahida: Concedido. Adelante.
- Scaramuccia: En marcha. Y no se alejen.
- Paimon: Oye, y... ¿Qué pasaría si nos alejáramos?
- Scaramuccia: ...
- Paimon: ¿A qué viene esa risa tan siniestra?
- Scaramuccia: Me estaba imaginando la cara que pondría tu compañero si realmente te perdieras por aquí.
- Scaramuccia: Todo es posible en este lugar, puede suceder cualquier cosa. Así que, por tu seguridad, será mejor que te mantengas cerca.
- (Sigue a Scaramuccia)
- Paimon: Parece que los arbolitos se están extendiendo...
- Scaramuccia: Son paquetes de información del Irminsul. No los toquen.
(Se movió. Parece que fue teletransportado a otro camino.)
- (Continúa explorando)
- (Sigue a Scaramuccia)
- (Continúa explorando)
- (Sigue a Scaramuccia)
- Paimon: Paimon ahora entiende a qué se refería con eso de perderse. Por una vez decía la verdad. Increíble, pero cierto.
- Scaramuccia: Jeje.
- Paimon: ¡¿Te estás burlando de mí otra vez?! ¿De qué te ríes, eh?
- Scaramuccia: Cada mentira tiene un momento y situación, pero no es ahora ni aquí. Así que relájate, ¿quieres?
- (Continúa explorando)
- (Sigue a Scaramuccia)
- (Habla con Scaramuccia)
- Scaramuccia: Ya estamos aquí.
- Paimon: Qué árbol tan supergigante...
(Este es el corazón del Irminsul. Toda la información de este mundo circula por aquí.)
- Scaramuccia: Reina Menor Kusanali.
- Aunque Nahida no esté físicamente a tu lado, su consciencia te acompaña dentro del Irminsul.
- Nahida: Bien, consiguieron llegar. ¿Están preparados?
- Scaramuccia: Cuando lo esté la Reina.
- Nahida: Muy bien. Preparando acceso a las corrientes cognitivas. Estableciendo punto de conexión...
- Paimon: Paimon no se puede creer que Scaramuccia esté obedeciendo órdenes de Nahida... Seguramente lo hace por su vida.
(No solo no se ha resistido, también parece que se le da muy bien estar al frente... ¿Sería este su trabajo dentro de los Fatui?)
(Primero las historias de Aqaba y Sawada y ahora esto... Qué tipo tan curioso.)
- Nahida: Dejo lo demás en tus manos. Si descubres algo, tendrás que compartirlo con nosotros.
- Scaramuccia: Bien.
- Paimon: Humm, por una vez seremos nosotros los que miren mientras otros trabajan...
- Nahida: (Viajero, Paimon, ¿les apetece charlar?)
(Nahida, ¿estás hablando telepáticamente?)
- Nahida: (Así, es. También he invitado a Paimon a unirse.)
- Paimon: (¿Eh? ¿Podemos hablar mentalmente?)
(Supongo que no quieres molestar a Scaramuccia.)
- Nahida: (Jeje, algo así. Además, somos amigos, no hay nada de malo en charlar así de vez en cuando.)
- Paimon: (Guau, Paimon nunca había probado esto antes. ¡Qué guay!)
- Paimon: (Por cierto, Paimon tiene una pregunta. ¿No crees que Scaramuccia es un poco contradictorio? Siempre es respondón con todo el mundo, pero a ti sí te hace caso...)
(Y además parece que su punto fuerte es hacer tareas extrañas para otros...)
- Nahida: (Como ya dije, su persona aún guarda misterios por resolver. Yo veo las cosas muy claras, pero él todavía no ha abierto los ojos.)
- Nahida: (Puede que hoy al fin encuentre esas respuestas.)
(¿Tiene que ver con su pasado? ¿Con las traiciones y los eventos que tuvieron lugar en Inazuma en el pasado?)
- Nahida: (Bien pensado. Tan inteligente y perceptivo como siempre.)
(Lo cierto es que vislumbré algunos recuerdos cuando me encontré con Haypasia en el Jardín Dhyai.)
- Le cuentas a Nahida y Paimon lo que viste en la mente de Scaramuccia...
- Nahida: (Así que estableciste una conexión con esa parte de su mente... Es cierto, fue la traición lo que convirtió a Scaramuccia en la persona que es ahora.)
- Paimon: (Paimon nunca pensó que este tipo pudiera tener sentimientos, pero parece que siente y padece como los demás.)
- Nahida: (Todos tenemos una historia, Paimon. Incluso una marioneta creada por la Arconte Electro tiene la suya.)
- Paimon: (Hablando de historias, nos hemos encontrado con unos eruditos de la Academia. Resulta que pensaban escribir sobre los accidentes que tuvieron lugar en Tatarasuna... ¿Sabes algo al respecto, Nahida?)
- Nahida: (Si te refieres a lo ocurrido con el kabukimono y demás... Sí, estoy al tanto de todo.)
- Paimon: (¿De verdad? Ellos dijeron que todavía no se sabe lo que ocurrió en Tatarasuna y que la mayor parte de la historia no es más que rumores infundados...)
- Le cuentan a Nahida lo que Aqaba y Sawada habían escrito...
- Nahida: (Humm, qué interesante. Esos dos han adivinado parte de la historia solo con sus deducciones.)
- Paimon: (¿Así que estaban en lo cierto?)
- Nahida: (Al menos en una cosa: alguien saboteó Tatarasuna.)
- Scaramuccia: Debe ser una conversación fascinante. Es curioso que siempre se lo pasen tan bien cuando yo no estoy de por medio.
- Paimon: ¿Eh? ¿Y-y tú qué sabes si estamos hablando o no?...
- Scaramuccia: No insultes mi inteligencia, están conversando sín mí, y está claro que soy el tema de conversación.
Tenemos todo el derecho a tener secretos.
- Scaramuccia: Por supuesto, no estaría bien contarle todo a un prisionero peligroso.
- Paimon: ¿Y bien? ¿Has encontrado algo o no?
- Scaramuccia: Sigo buscando, pero no alberguen grandes esperanzas. Tu hermana y tú vienen de otro mundo, así que no sería de extrañar si no hubiera información sobre ustedes en el Irminsul.
- Paimon: ¿Eh? ¿Cómo sabes tú todo eso? ¿Te lo dijo Nahida?
- Scaramuccia: Ni que esta fuera la primera vez que nos vemos. Además, eres famoso en todo Teyvat. Lo sorprendente sería que no supiera nada sobre ti.
Sigues siendo un pesado.
Al menos ya no eres tan molesto.
- Scaramuccia: Por ahora, hemos firmado una tregua. No me interesa crearme más problemas a mí mismo, y soy capaz de mantener una conversación cordial de vez en cuando.
- Scaramuccia: ¿Eh? Un momento...
- Paimon: Esa luz se parece mucho a los arbolitos esos. ¿Qué será?
- Encuentran un arbolito sin nombre dentro del Irminsul. ¿A quién pertenecerá el recuerdo que guarda?
- Scaramuccia: ¿Información anónima?
- Paimon: ¡Tienes que cumplir el acuerdo! ¡Cuéntanos lo que has descubierto!
- Scaramuccia: Calla. Dame un momento.
- Comienzan a extraer el recuerdo...
- ¿?: ... Sr. Niwa, ¿está seguro de que el riesgo merece la pena? Está hablando nada más y nada menos que de la fragua de Tatarasuna. Tal vez no deberíamos precipitarnos...
- ¿?: Nadie más puede hacerlo. Tengo que ser yo quien entre.
- ¿?: Ya veo... Si insiste...
- Scaramuccia: ¡¿?! Es...
(Niwa... Es el señor que estaba a cargo de la fragua de Tatarasuna, ¿verdad? Y también era heredero de la técnica Isshin...)
- Paimon: ¡Aaaaah!
- (Consulta los fragmentos de información del Irminsul)
- ¿?: Llevo ya un tiempo en Tatarasuna y tanto usted como Mikoshi Nagamasa y todos los demás han sido muy amables conmigo.
- ¿?: Con usted guiándome he descubierto lo cálida, afable y satisfactoria que puede ser la vida en Tatarasuna. Todo el mundo se mantiene ocupado y sus vidas tienen un sentido, rebosan vitalidad.
- ¿?: Por lo que tengo entendido, la Shogun Raiden ha logrado erradicar buena parte del mal que moraba en Inazuma. Tatarasuna fue creada con el único propósito de almacenar de forma segura la médula cristalizada.
- ¿?: Desde entonces, la forja de materiales hechos con médula cristalizada ha florecido. También ha dado paso a diversas generaciones de herreros, algunos con mayor renombre, otros con menos, pero todos con un legado que dejar para la posteridad.
- ¿?: Técnicas, esfuerzo y sueños... Todos los herreros forjan su propósito en la vida con acero y fuego. Por eso usted decidió aceptar la propuesta que le presentamos Akame y yo.
- Niwa: Bueno, si no fuese por su llegada a Inazuma y que son conocidos, nunca habrían llegado a cooperar. Estoy seguro de que Akame estaría de acuerdo en que él solo no podría haber revitalizado la forja por sí mismo, y mucho menos a semejante escala.
- Niwa: Permitió que se llevara todo el mérito por una técnica en la que habían trabajado juntos, y él me la vendió a mí. Ahora, todos los herreros de Tatarasuna se sirven de esa técnica.
- Niwa: Y aún sigue aquí como asesor de Tatarasuna, apoyando nuestro trabajo. En lo que a mí respecta, nuestras vidas y nuestros métodos de forja cambiaron gracias a usted, señor.
- Escher: Me halaga. Desde un principio vi todo lo que la forja en Inazuma podía llegar a ofrecer, y ha sido un honor para mí poder trabajar junto a ustedes.
- Niwa: Lo que usted diga, Sr. Escher... ¿Pero es esa la verdad realmente?
- Escher: Mi buen señor, ¿qué quiere decir con eso?
- Niwa: Hasta el día de hoy me he negado a pensarlo siquiera, pues pensaba que no eran más que especulaciones, y no deseaba que las cosas acabaran así.
- Niwa: ¿Qué hemos ganado de esta nueva tecnología? Una gran y peligrosa nube de humo negro, problemas en la línea de producción... La fatiga aumenta, y con ella el número de bajas también asciende a un ritmo verdaderamente alarmante.
- Niwa: Y hace poco, como usted ya sabe, hubo un fallecimiento dentro de la fragua a causa de la inmundicia que de allí emana. Hemos contenido la noticia, pero estoy seguro de que usted comprende la situación incluso mejor que yo.
- Niwa: De todos aquellos que se marcharon a pedir ayuda, ninguno ha regresado. Nuestro amigo, el kabukimono, lleva consigo en estos momentos la pluma dorada a la Isla Narukami para solicitar audiencia con la Shogun. Es nuestra última esperanza.
- Niwa: Aunque eso no parece infundirle el menor temor, ¿verdad, Sr. Escher? Nada le da miedo. Si no, ¿cómo podría estar ahí parado con ese semblante jocoso?
- Escher: Me sorprende que haya decidido sincerarse. Por lo que veo, hace tiempo que sospecha de mí.
- Niwa: ...
- Niwa: Mikoshi Nagamasa habría descubierto un denominador común en todos estos hechos: usted, Sr. Escher. Pero el Sr. Mikoshi es más precavido que yo.
- Escher: Después de todo, Nagamasa es el hijo adoptivo de Mikoshi Torachiyo, un youkai enviado por la mismísima Shogun. Si lo que quiere es redimir el honor de su familia, lo más racional sería mantenerse siempre alerta.
- Niwa: ... Está muy bien informado al respecto para tratarse de un simple mecánico procedente de Fontaine. ¿No será que está sobrecualificado?
- Escher: Oh, Sr. Niwa, ¿está sugiriendo que debería trabajar de diplomático? Por desgracia le tengo demasiado afecto a mi profesión...
- Niwa: Ya basta, Sr. Escher.
- Niwa: Estoy aquí porque una fuerza malvada está tomando control de la fragua y alguien necesita llevar su nuevo dispositivo a la zona de mayor riesgo para absorber dicha entidad y poner fin a todo esto.
- Niwa: Yo soy el responsable del lugar y asumiré mi responsabilidad en el asunto, incluso si eso supone mi muerte. Mas no puedo evitar preguntarme, ¿qué hay de usted? ¿Qué hace todavía aquí?
- Escher: Puedo ver claramente en sus ojos que no confía en mí.
- Niwa: Deje de fingir. Sea quien sea usted, su plan para destruir Tatarasuna ha funcionado.
- Niwa: Lo único que me interesa ahora mismo es saber por qué sigue aquí. ¿Acaso no tiene ya todo lo que quería?
- Escher: Le seré sincero, Sr. Niwa, solo estoy esperando el momento idóneo.
- Escher: Justo como este. El momento en el que deje por fin de hablar y pueda impedirle entrar a la fragua.
- Escher ataca por sorpresa a Niwa, quien se desploma sobre el suelo...
- Niwa: ¡Ah! Tú...
- Escher: Jaja, es usted más astuto de lo que yo pensaba.
- Escher: Pensaba que mi disfraz sería infalible, al menos durante un tiempo. Pero resulta que me estuvo investigando desde el primer día.
- Escher: Hay un gran trecho entre Inazuma y Fontaine, pero eso no pareció importarles. Al final descubrieron que Escher era un nombre falso y que ni siquiera era de Fontaine.
- Escher: Y, aún con toda esa información, no fue capaz de descubrir mi verdadera identidad o mi objetivo en Tatarasuna. ¿De verdad pensó que sería capaz de descubrir mis planes?
- Niwa: ... *Cof*, si me mata, nadie será capaz de entrar en la fragua... Lo que quiere es destruirla por completo... ¡¿Es eso?!
- Escher: Oh, no, se equivoca. Hay alguien más. Bueno, no sé si "alguien" es el término más adecuado, pero eso fue lo que usted le dijo, ¿no? "No eres una marioneta, eres un humano. Solo te falta un corazón".
- Niwa: ¡...!
- Niwa: No sé para quién trabajan, pero no se saldrán con la suya, la gente lo descubrirá todo. Pero... no tiene sentido. ¿Qué intentan conseguir con todo esto? ¿Por qué se molestan tanto en hacer esto?
- Escher: No es molestia... La paciencia es la madre de la ciencia. Es todo parte de mi experimento.
- Escher: Aunque si tanto le interesa, no me importa desvelar mi identidad. Soy un miembro de Los Once de los Fatui, al que llaman El Doctor.
- Niwa: ¿Los... Fatui? ¿Qué... pretenden?
- Escher: Solo queríamos crear un par de inconvenientes para la nación.
- Niwa: ¿Solo por eso? ¿Ese es el motivo... de que nos dieras esa tecnología maldita...? ¿Para liberar la energía maligna de la médula cristalizada?
- Escher: Jaja, ¿lo ves? Hasta al más justo de los hombres lo embarga el veneno cuando ha de afrontar su muerte.
- Escher: Mi dispositivo funciona tal y como usted piensa. Si quiere evitar una catástrofe y ocultar la verdad al resto del mundo, es su única alternativa. Aunque no lo diseñé para usted.
- Escher: Es más fácil que un espíritu maligno posea a una persona que ya está llena de odio, ¿sabe? Así que ¿por qué no se deja llevar por la rabia? Me gustaría comprobar lo que ocurre cuando se coloca un corazón malévolo dentro de una marioneta.
- Escher: Además, incluso sin usted aquí, alguien más habría acabado haciendo uso de esa marioneta. ¿Por qué si no iba nadie a hacerse amigo de un ser como ese?
- Niwa: *Jadea*, *cof, cof*...
- Niwa: Si le entrega... mi corazón... diga... que Nagamasa... y yo... le consideramos uno de... nosotros.
- Niwa: No tiene nada que demostrar... Porque no todos quieren... aprovecharse... de los demás. Eso solo lo haría... alguien como ustedes...
- Escher: Eso es lo que llamo yo ver el mundo de color de rosa. Casi hace que me sienta culpable... Humm, tal vez por respeto a usted debería redefinirme.
- Escher: Puede pensar en mí como algún tipo de monstruo o demonio, no importa. Así su muerte no será a causa de su propia insensatez, sino simplemente una derrota ante un ente más poderoso que usted.
- Escher: Ahora comprobaremos, Sr. Niwa, si su querida marioneta se convierte en un humano. Aunque, sinceramente, es de lo más improbable.
- Escher: ¿Sr. Niwa? Vaya, ya está muerto. Qué lastima.
- Escher: En fin...
- En el fugaz parpadeo de luz, Escher se revela como El Doctor.
- Dottore: Pierotto, he completado la misión que me encargaste. Crear una disyuntiva, infiltrarme en las operaciones de Inazuma... Jaja, fue divertido.
- Dottore: Me gustaría presentarle a una marioneta. Si resulta de utilidad, podría convertirse en uno de nosotros. Si no... la haremos polvo.
- (Habla con Scaramuccia)
- Scaramuccia: ...
- Paimon: Oye... ¿Qué pasó?
- Scaramuccia: ¿Dottore? Jajaja... ¡¡Dottore!!
- Scaramuccia: ...
- Scaramuccia: Eso es, muy bien...
- Paimon: ¿Ese era Dottore? ¿S-se hizo pasar por un mecánico de Fontaine?
Eso me temo.
Él estuvo detrás del incidente de Tatarasuna.
- Paimon: ¿Pero por qué hemos visto la escena desde su punto de vista?
- Nahida: Cuando toqué a Dottore para comprobar si había borrado todos sus segmentos, obtuve este recuerdo de su memoria. Tienes que admitir que es la verdad.
- Scaramuccia: Puede. Pero eso no significa nada.
- Nahida: ¿Eso crees? Esto demuestra que Niwa nunca te traicionó. Él nunca quiso que llevaras el dispositivo a la fragua.
- Nahida: Tú sabes lo que eso significa, lo sabes mejor que yo.
- Scaramuccia: ...
(Así que aquella traición en realidad es una mentira que ha creído durante cientos de años. ¿Formaba todo esto parte del experimento de Dottore?)
(Si nunca fue traicionado... entonces está todo en su imaginación. ¿Qué pasará ahora con él?)
- Paimon: Paimon cree que deberíamos darle algo de espacio. Tiene cara de malas pulgas. Paimon tiene miedo de acercarse siquiera.
Bien, esperemos ahí.
- Nahida: (Necesita tiempo para lidiar con sus emociones.)
- Paimon: (Paimon no termina de comprender todo el asunto de Tatarasuna. Sí, Dottore estuvo detrás del incidente, ¿pero por qué está tan enfadado Scaramuccia?)
- Nahida: (Eso es porque nadie te ha engañado de esa manera, Paimon. Por eso no lo entiendes. Antes o después, Scaramuccia necesitaba descubrir la verdad.)
- Nahida: (Ahora ya saben todo lo que pasó en aquel entonces: Katsuragi se llevó consigo al kabukimono para que viviera en Tatarasuna. Pero El Doctor apareció y se hizo pasar por un mecánico de Fontaine. Y ahí empezaron los problemas...)
- Nahida: (Todo lo ocurrido era parte del horrible experimento que estaba llevando a cabo... Aquella semilla que plantó en Inazuma, daría sus frutos en el futuro.)
- Nahida: (De todos los participantes involuntarios, Scaramuccia se convirtió en el sujeto principal del experimento.)
- Nahida: (Después de los acontecimientos que han vislumbrado, Dottore puso el corazón de Niwa en el dispositivo y se lo entregó a Scaramuccia. Luego hizo que entrara en la fragua y absorbiera toda la inmundicia que emanó.)
- Nahida: (La carga fue mayor de lo que esperaba, pero Scaramuccia sobrevivió... Cuando abandonó la fragua, le preguntó al mecánico: "Creo que el dispositivo me ha protegido. ¿Qué había en él?")
- Nahida: (El mecánico le respondió: Niwa huyó por miedo a ser castigado, pero te dejó un regalo. Dijo que era aquello que tanto ansiabas... Lo arrancó del pecho de uno de sus pobres sirvientes.)
- Nahida: (Mientras lo decía, el mecánico sacó el marchito corazón del dispositivo.)
- Nahida: (Scaramuccia no podía creer que semejante crueldad fuera la que le había por fin concedido aquello que tanto deseaba. Y sin embargo, aquel réprobo corazón obtenido mediante un brutal asesinato era lo que le había protegido de la inmundicia...)
- Nahida: (Creyó que Niwa le había traicionado, aunque aquella traición había sido también el motivo de su supervivencia. Abrumado por la ira y el dolor, Scaramuccia arrojó el corazón al suelo y abandonó Tatarasuna para no volver jamás.)
- Paimon: (Es horrible... ¿Así que El Doctor asesinó a sangre fría a un pobre hombre y le echó la culpa de todo? ¡Qué crueldad!)
(Él pensó que había sido traicionado y abandonado por su mejor amigo, y el resentimiento de aquellos recuerdos le reconcomió... Fue por eso que decidió vengarse de las Cinco Escuelas de Raiden hace cien años.)
(La venganza nunca es la solución correcta...)
- Nahida: (Así es. Solo podrá seguir adelante si llega a comprenderlo.)
- (Espera un rato)
- (Habla con Scaramuccia)
-
- Más tarde...
- Paimon: ¿D-deberíamos ir a ver cómo está?
- Paimon: Oye, ¿estás bien?
- Scaramuccia: ...
- Paimon: Ay, sigue con cara de malas pulgas...
- Scaramuccia: ¿Acaso están preocupados por mí? Si no fuera por nuestro pasado, casi diría que somos amigos.
Solo queremos asegurarnos de que el acuerdo sigue en pie.
- Scaramuccia: Claro que sí. Cumpliré con mi parte.
- Scaramuccia: ...
- Paimon: Oye, ¿es que estás buscando la información que queríamos?
- Scaramuccia: Eso es precisamente para lo que estamos aquí.
- Scaramuccia: Por desgracia, no hay información sobre los Descendidos en el Irminsul.
- Nahida: Si tú tampoco puedes encontrar nada, entonces es que el Irminsul no registra información sobre ellos. Todo aquel que proceda de fuera del continente no se considera parte de Teyvat.
- Paimon: Así que todo esto ha sido en vano...
...
Me lo esperaba, pero gracias de todas formas.
- Scaramuccia: No me des las gracias todavía.
- Scaramuccia: Pareces decepcionado... Ja, bueno, ya que lo del Irminsul ha sido un fiasco, supongo que podría compartir información de otra índole que podría interesarte.
- Paimon: ¿Eh? ¿De qué se trata?
- Scaramuccia: El motivo por el que hay registros de tu hermana en el Irminsul podría tener que ver con Khaenri'ah. Aquella fue su primera parada tras llegar a este mundo.
- Scaramuccia: Además, ella solo vino a este mundo porque los cielos respondieron a su llamada.
- Paimon: ¿Los cielos respondieron a su llamada?
- Scaramuccia: Eso fue lo que me dijo El Bufón, así que te aseguro que es cierto. Él fue el hechicero real de Khaenri'ah, y vivió un tiempo con tu hermana.
El Bufón, otro de Los Once de los Fatui...
... ¿Por qué?
- Scaramuccia: Desconozco los detalles, así que es cosa tuya si me crees o no. Lo único que te puedo decir es que no te mentiría sobre algo así.
- Scaramuccia: Supongo que tú también lo has oído, Reina Menor Kusanali.
- Nahida: Sí, es sorprendente cuando menos.
- Scaramuccia: ¿Cuenta eso como parte de la misión? No es información del Irminsul, pero es valiosa.
- Nahida: Muy valiosa.
- Scaramuccia: Bien, entonces, ahora me gustaría estar solo un rato.
- Scaramuccia utiliza su poder para crear una barrera a su alrededor, aislándolos de Nahida.
- Paimon: ¿Eh? ¿Para qué?
- Scaramuccia: La Reina Menor Kusanali tenía razón, he agotado mi poder. Incluso si uso el poco poder divino que me queda, no podría mantener este escudo durante mucho tiempo.
- Scaramuccia: Viajero, he compartido información contigo, así que ahora me debes algo a cambio. Quiero que me respondas a una pregunta.
¿De qué se trata?
- Scaramuccia: Dame la mano.
¡...!
- Scaramuccia: (¿Puedes oírme en tus pensamientos?)
(¿Estás intentando invadir mi consciencia?)
- Scaramuccia: (No, eso ya no entra dentro de mis posibilidades. Solo puedo limitarme a hablar contigo.)
- Scaramuccia: (Dime, Viajero. ¿Es posible cambiar el pasado en este mundo?)
(¡!)
(¿Por qué me preguntas algo así?)
- Sin esperar a que le des una respuesta clara, Scaramuccia te suelta la mano.
- Scaramuccia: Hecho.
- Paimon: ¿Eh? ¿Q-qué ha pasado? Paimon solo vio cómo se tomaban de las manos...
- Scaramuccia: No es nada. Solo le daba las gracias por ayudarme.
(Esa expresión... ¿Será porque me vio dudar? Solo fue porque yo sí recuerdo a la Reina Mayor Rukkhadevata...)
(Oh, no... Al dudar, ¡le he dado la respuesta que quería!)
- Scaramuccia: Nos vemos. Les sugiero que salgan de aquí cuanto antes.
- Paimon: ¿A dónde vas? ¡Oye, Scaramuchi! ¡Paimon ya te advirtió que no te dejaríamos marchar!
¡Scaramuccia, detente!
¡Paimon, tienes que detenerle!
- Scaramuccia: Eres rápido, pero no creo que volvamos a vernos.
- Scaramuccia: A partir de hoy, los nombres de "Scaramuccia" y "kabukimono" dejarán de existir.
- La figura de Scaramuccia se desvanece en el Irminsul.
- Scaramuccia: ... Aquellos que murieron por mí en Tatarasuna se merecen una segunda oportunidad.
- Paimon: ¡Scaramuchi! ¡No hagas ninguna locura!
- Scaramuccia: Lo cierto es que aborrezco los insectos. Montones de pequeños bichos correteando de un lado para el otro... Disfruto aniquilándolos como la plaga que son.
- Scaramuccia: Pero una colonia de hormigas que no ha hecho daño a nadie no merece ser molestada... Por suerte, aún estoy a tiempo de enmendar los errores del pasado. Ha llegado el momento de tomar la decisión correcta.
- Paimon: ¡Scaramuccia! ¡Scaramuccia!
- Paimon: ¡Oh, no! ¡Ha desaparecido! ¡Tenemos que encontrarlo!
- (Habla con Paimon)
- Paimon: ¡Oh, no! ¡No está!
- Nahida: ¿... Hola? ¿Me oyes?
- Paimon: ¡Nahida!
- Nahida: Viajero, Paimon, Scaramuccia, ¿qué ha ocurrido? Una especie de poder cortó la conexión...
- Paimon: ¡Ha sido Scaramuccia! ¡Él te dejó fuera!
- Le cuentas a Nahida todo lo ocurrido...
- Nahida: ... No pensé que fuera capaz de hacer algo así con el poco poder del que dispone ahora.
- Nahida: ¿Podría ser que ocultó parte de su poder cuando fue derrotado? O tal vez logró alcanzar algo que escapaba a sus posibilidades y se aprovechó de ello cuanto pudo...
- Paimon: ¿Y dónde se supone que está ahora? Lo siento, Nahida, se suponía que íbamos a vigilarle...
- Nahida: No se preocupen, no es culpa suya. Yo me encargaré de todo. Aunque no estoy segura de si podré solucionarlo.
- Nahida: No tenemos mucho tiempo. Sigan mis indicaciones para salir del Irminsul.
- (Abandona el Irminsul)
- (Habla con Nahida)
- Paimon: ¡Estamos fuera! Y estamos en... ¿una posada o algo así?
- Nahida: Se trata de una emergencia. Por favor, quédense ahí. Ya me he encargado de todo, nadie los molestará aquí.
¡Nahida, deja que te ayude!
¿Puedo hacer algo para ayudar?
- Nahida: Lo siento, pero esta vez no necesitaré ayuda. Dejen que yo me encargue.
- Paimon: ¿Es una emergencia?... ¿Tan grave es? Nahida, ¿estarás bien tú sola?
- Nahida: No se preocupen. Si mis estimaciones son correctas, no se trata más que de pequeñas alteraciones, no supondrá un gran problema. Ustedes quédense aquí a descansar y recuperen fuerzas mientras tanto.
- Paimon: ... Su voz ha desaparecido.
- Paimon: Paimon tiene la sensación de que algo muy muy malo ha sucedido. ¿A qué crees que se refería Scaramuccia? ¿Y por qué te tomó de la mano?
(Paimon tampoco recuerda a la Reina Mayor Rukkhadevata, y la pregunta de Scaramuccia fue muy extraña... Ni siquiera sabría cómo explicárselo todo y podría preocuparla aún más...)
(Será mejor que no le hable de la Reina Mayor Rukkhadevata y me centre en Scaramuccia.)
- Le cuentas a Paimon lo que pasó con Scaramuccia y lo que crees que trama...
- Paimon: ¿Quiere cambiar el pasado? Pero... ¡eso no es posible!
No es fácil, eso está claro.
- Paimon: ¡Uno no puede reescribir la historia sin más! ¡Todo aquello pasó de verdad!
- Paimon: Es como si Paimon se bebiera toda el agua de la posada. Incluso si nadie más lo ve, Paimon no olvidaría que se bebió todo el agua.
Una gran ejemplificación.
- Paimon: Ay, Paimon sigue muy preocupada... A Paimon le da un poco de miedo pensar en lo que podría llegar a hacer...
- Paimon: Ayyy, Paimon no lo entiende...
Tal vez quiera borrarse a sí mismo del pasado.
- Paimon: ¿Eh?... ¡¡AAAH!!
¡Paimon! ¿Estás bien?
- Paimon: Ay, Paimon lo siente, fue sin querer... Bah, ¡todo esto es culpa de Scaramuchi por alterar tanto a Paimon!
- Paimon: ¡Borrarse a sí mismo de la historia es una locura! ¿De verdad puede hacerlo en el Irminsul?
Podría ser... No estoy seguro.
Solo es una conjetura.
- Paimon: ... Humm... Ay, la cabecita de Paimon está a punto de estallar intentando averiguar qué es lo que se trae entre manos, ¡y todavía no se le ocurre nada!
- Paimon: ¡Ah! ¡Qué tipo tan testarudo! ¡No deja de traernos problemas desde el primer día!
- Paimon: ¿Tú no crees que vaya a conseguirlo, no? Además, ¿no afectaría eso a todos los que lo conocen?
(Así es, si Scaramuccia se borra a sí mismo, mucha gente en Inazuma se verá afectada... No puedo ni llegar a imaginar lo que eso supondría.)
(En el peor de los casos, afectaría a todos aquellos relacionados con las Cinco Escuelas de Raiden... Kazuha, Ayaka, Ayato... ¡¿Quiere decir que ellos también desaparecerían?!)
- Paimon: Encima no hay nada que podamos hacer por ayudar... ¿Qué deberíamos hacer ahora?
...
- Paimon: ¿Cómo puedes pensar en dormir en estos momentos? Paimon tiene demasiado miedo como para descansar...
Igual que yo...
- Paimon: ¿Que tal si... enumeramos nuestras comidas favoritas para relajarnos un poco? Si eso no funciona, a Paimon le va a dar un patatús.
- Paimon: Bien, empieza Paimon. En primer lugar... ¡el pescado a la parrilla de Mondstadt! Y también está la brocheta de champiñones y pollo, los panqueques, el guisado de temporada, los matsutakes salteados...
- Paimon: Y también el pollo al chile Jueyun, el tofu de almendras y la ensalada saludable...
- Paimon: Y-y también la tentación de Adeptus, las albóndigas de camarón dorado, las tiras de tres sabores, la sopa de loto y huevo...
- Paimon: Ay...
- Paimon: ¿Eh? Humm...
¿Paimon? ¿Qué ocurre?
- Paimon: Eh... ¿Dónde estamos?... ¿Q-qué estaba haciendo Paimon?
- Paimon: Paimon cree recordar que estaba hablando, pero ¿de qué estaba hablando?
Estabas muy preocupada por Scaramuccia.
Estabas listando tus comidas favoritas para olvidarte de Scaramuccia.
- Paimon: ¿Eh? ¿Scaramuccia?
- Paimon: ¿Es algún tipo de comida? Qué nombre tan extraño...
(¡¿?!)
(¡Paimon no recuerda a Scaramuccia! No puede ser... ¿Lo ha logrado?)
(Pero ¿cómo? Esto no tiene sentido...)
- Paimon: ¿Qué te pasa? Tienes los ojos tan abiertos como platos... ¿Es que Paimon ha dicho algo extraño?
No, no es nada.
- Paimon: Scaramuccia... ¿Es el nombre de una persona? A Paimon le suena a apodo.
(...)
(Si de verdad lo ha logrado, tengo que averiguar qué más ha cambiado.)
Paimon, ven conmigo.
- Paimon: ¿Eh? ¡Bien! ¿A dónde vamos?
Tenemos que volver a Inazuma.
- Paimon: Humm, a Paimon le parece bien. Pero ¿a qué viene esa cara tan seria?
No hay tiempo para explicaciones.
Te lo explicaré más tarde.
Historial de cambios[]
- Versión 3.3
- Una historia aún por terminar se añadió al juego.