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Una autora muy quisquillosa es la primera misión de la serie A través de la niebla, un acto de mundo para descubrir la Isla Tsurumi en Inazuma.
Detalles[]
- Habla con Katheryne en el Gremio de Aventureros de Inazuma
- Habla con Sumida
- Habla con Kama
- Habla con Kama
- Adéntrate en la Isla Tsurumi
- Adéntrate en la Isla Tsurumi
- Habla con el niño misterioso
- Habla con Ruu
- Toca el árbol
- Haz una ofrenda al árbol
- Informa a Ruu
- Ve al lugar ceremonial
- Encuentra al sacerdote
- Encuentra el camino entre la niebla y haz ofrendas a los árboles
- Habla con Paimon
- Vuelve al lugar ceremonial
- Inspecciona la luz
- Habla con Kama para regresar
- Habla con Kama
- Informa a Sumida
Diálogo[]
- (Habla con Katheryne en el Gremio de Aventureros de Inazuma)
- Katheryne: La Srta. Etsuko me contó tus hazañas en la Isla Seirai. Buen trabajo.
- Katheryne: De vuelta al tema, el gremio recibió un encargo de mayor dificultad que el de Seirai. Me pregunto si estás interesado.
¿Aún más difícil?
¿Es algo parecido al encargo de “Peligro inminente”?
- Katheryne: ¿Eso te pareció difícil? Humm... Entendido, lo tomaré en cuenta para tus próximos encargos.
- Katheryne: ...
- Katheryne: Sin embargo, no es ese tipo de encargo.
Ni siquiera Los Once son rivales para mí.
- Katheryne: Eso parece.
- Katheryne: La solicitante de este encargo es la Srta. Sumida. En cuanto a los detalles, es mejor que ella te los explique en persona.
- Katheryne: Bien, ¡ad astra abyssosque! Espero con ansias tu próxima hazaña.
- Habla con Sumida
- Sumida: Saludos. ¿Acaso eres el legendario (Viajero)?
¿Legendario?
Solo llámame (Viajero).
Así es, el único e inigualable.
- Paimon: ¡Y Paimon es la legendaria Paimon!
- Sumida: De acuerdo. Entonces, ¿has conseguido “la espada más poderosa de la aldea”?
¿La Espada del Alba cuenta?
- Paimon: ¿Te refieres a la Espada Triunfal del Alba Apuntavictorias?
- Sumida: Jaja, suena impresionante, incluso parece que el nombre es intencional. Sin embargo...
- Sumida: ¿Has llevado una vida rodeado de apuestos hombres y hermosas mujeres?
- Sumida: Entonces, ¿derrotaste a un dragón gigante poco después de que tu historia diera comienzo? ¿O quizás te envolviste en una crisis de la que dependía la supervivencia de una nación? ¿Alguna vez te enfrentaste a una fuerza antagónica de élite con un sistema de clasificación enumerado?
No puedo decir que no...
- Paimon: Espera, ¿a qué te refieres con “poco después de que tu historia diera comienzo”?
- Sumida: ¿O quizás eres un viajero de “otro mundo” como el personaje principal de «Flores para la princesa Fischl»?
Espera, ¡¿qué?!
...
- Sumida: Humm, no puedo percibir en ti esa sensación de “destino” que un protagonista debería tener.
- Paimon: Cuando Katheryne dijo que esto sería más difícil, ¿se refería a la comunicación?
Ya fue suficiente, me voy.
- Sumida: ¿Eh? ¡Espera! ¡No te vayas!
- Sumida: Katheryne me contó tantas cosas sobre ti que asumí que serías como el protagonista de una de esas novelas ligeras...
- Sumida: Siendo sincera, creo que ese tipo de personas son difíciles de encontrar...
Entonces, sobre el encargo...
- Sumida: Mi nombre es Sumida. En cuanto a mi nombre de pluma, todavía no he escogido uno. Tengo planes de participar en el “¡Esta novela es genial!” de este año. Por eso, necesito un aventurero de confianza que me ayude durante mi viaje a la Isla Tsurumi.
¿Isla Tsurumi?
- Sumida: Así es. Actualmente, el nombre de mi novela es «Crónicas del mar de niebla». Los trazos generales de la trama son: un joven sin nombre y sus aventuras en una nación sumida en una niebla perpetua.
- Sumida: Bueno, los detalles de la trama todavía están en proceso. Pero mi objetivo final es escribir una novela épica que pueda conmover corazones y almas, ¡como «El viaje de Kino»!
¿Te refieres a...?
- Sumida: Sí, justamente ese, ¡«El viaje de Kino»!
- Sumida: Donde Kino, una persona que viene de fuera y que no logra encajar en ninguna parte, recorre una infinidad de tierras extrañas, conoce todo tipo de personas y se ve envuelta en toda clase de embrollos y despiadadas guerras. Algún día, todas y cada una de sus aventuras se convertirán en oro reluciente...
- Paimon: Paimon no entiende muy bien de qué va, pero parece que está hablando de ti, (Viajero).
Entonces, sobre el encargo...
- Sumida: Ah, sí. Perdón, me fui por las ramas.
- Sumida: En realidad, he estado reflexionando sobre ese hábito mío. Se refleja en mi escritura también, hasta el punto de que una vez escribí más de veinte páginas antes de llegar al punto principal.
- Sumida: En ese entonces, quise utilizar la leyenda de la Sacerdotisa Kitsune, quien guiaba a la gente a través de los corredores subterráneos de Araumi para salvarla de un desastre, como base para un cuento sobre la vida pacífica de su nueva encarnación entre la gente de Hanamizaka...
Entonces, ¿qué quieres que haga en la Isla Tsurumi?
Al grano.
Ya fue suficiente, me voy.
- Sumida: ¿Eh? ¡Espera! ¡Lo siento, no te vayas!
- Sumida: Lo siento, lo siento... Por favor, te pido que vayas a la Isla Tsurumi y encuentres la forma de traer un maushiro de ahí. Es un instrumento legendario de una civilización local que desapareció hace milenios.
- Sumida: Bien, esta es la trama: «Crónicas del mar de niebla» (título sujeto a cambios) se desarrolla en la Isla Tsurumi. Todo comienza cuando un joven sin nombre pone un pie en ella...
- Paimon: (Viajero), vámonos.
- Sumida: Y entonces oye un ruido extraño, pero en realidad es el sonido de los legendarios maushiro que figuran en los registros populares, así que, como quiero hacer una descripción precisa de su sonido, necesito un maushiro auténtico.
Vaya, no te desviaste del tema.
- Paimon: En realidad, estuvo a punto de salirse por la tangente. Pero, Sumida, ¿de verdad necesitas un maushiro para escribir una novela? ¿No basta con un “tururú” o un “boing boing”?
- Sumida: El arte de la escritura es una labor seria. Debes tratar las cosas que describes con sumo respeto.
- Sumida: Por ejemplo, si deseas describir las zonas eléctricas, ¡debes ir a la Garganta Musoujin para vivirlo en carne propia! Es la única forma de procurar autenticidad y credibilidad.
Suena peligroso.
- Sumida: Ciertamente. De no ser porque le pedí a Kama que me sacara de ahí si veía que las cosas salían mal, habría muerto en el intento...
- Sumida: Después de que me rescatara, tuve que estar en cama por varios días. Todo lo que veía... y todo lo que vomitaba... era morado.
- Sumida: Pero ahora que lo pienso, quizás era porque todo lo que veía era morado...
Suena a que comiste mucha calavanda.
- Sumida: ...
- Sumida: Hum... Ahora que lo mencionas, tienes razón. Debo reflexionar sobre la relación entre ambas cosas.
¿Y qué escribiste de todo esto?
- Sumida: No pude dejar la cama por algunos días, así que se me pasó la fecha de entrega.
- Paimon: Entonces, ¿todo fue en vano?
- Sumida: ¿Cómo puedes decir eso? Me será de gran ayuda la próxima vez que tenga que escribir una trama convincente sobre “aquella vez que fui devorada por un Slime Electro”.
- Sumida: En fin, esta carta es para ti. Entrégasela a un hombre llamado Kama. Se encuentra en Ritou. Él te llevará a la Isla Tsurumi.
- Sumida: Te lo pido. ¡El premio de “¡Esta novela es genial!” de este año está en juego!
- Habla con Kama
- Kama: ¿Ocurre algo?
Venimos de parte de Sumida.
- Kama: Conque uno más, ¿eh?
¿Uno más?
- Kama: ... No es nada. En fin, ya que vienes por recomendación de la Srta. Sumida, no tengo quejas. ¿Estás listo para ir a la Isla Tsurumi?
Estoy más que listo.
- Kama: Entonces partamos ahora que hace buen tiempo.
Aún no.
- Kama: En ese caso, vuelve cuando lo estés.
- Kama: Después de dos viajes, ya sabrán qué dirección deben tomar.
- Paimon: ¡Gracias, Kama!
- Kama: No es nada. Así son las instrucciones de la Srta. Sumida, eso es todo.
- Paimon: En realidad... Paimon tiene curiosidad...
¿Has llevado a mucha gente a la Isla Tsurumi?
- Kama: ...
- Kama: He llevado personas y mercancías a la Isla Tsurumi, también a las tierras del otro lado del océano.
- Kama: Para mí, es lo mismo. Siempre y cuando me lo pida la Srta. Sumida, lo haré.
¿Qué sucede con esa “señorita”?
- Kama: Estoy en deuda con la Srta. Sumida.
- Paimon: Suena a una larga historia.
- Kama: ...
- Kama: Ya he dicho demasiado.
- Kama: Bueno, hasta la vista.
- Habla con Kama
- ¿?: ¡AH!
No fue mi intención asustarte.
- ¿?: Eres... un forastero...
- ¿?: Y te acompaña... ¿una niña flotante? ¡Guau! ¡Hace mucho que no veía forasteros por aquí!
- Paimon: ¡Paimon no es una niña! ¡Es Paimon! ¿Y quién eres tú?
- Ruu: ¡Me llamo Ruu!
Yo soy (Viajero).
Soy el legendario (Viajero).
- Ruu: ¡Oh! ¿El legendario (Viajero)?
- Paimon: En fin, lo importante es que...
... Debemos recordarle a este niño que vaya a un lugar seguro.
... Debemos preguntarle sobre el maushiro.
- Paimon: ¡No! ¡Todavía tenemos que aclarar quién es el más pequeño de los dos! ¿Cuál es tu edad, Ruu?
- Ruu: ¿Eh? ¿Qué quiere decir “edad”?
- Paimon: Es el número de años que han transcurrido desde que naciste.
- Ruu: ¿El número de años? Humm... Déjame contar.
- Ruu: ¡Creo que tengo algunos miles de años! Lo siento, no lo recuerdo con detalle.
Ehmm...
- Paimon: Humm...
¿Se puede saber cómo cuentas los años?
- Ruu: Humm... Como todo el mundo los cuenta, por supuesto: cada vez que se escucha un trueno.
- Paimon: ... ¿Qué?
- Paimon: (Espera, ¿no dijo Sumida que la civilización de la Isla Tsurumi desapareció hace milenios?)
- Paimon: (¡Sin mencionar que su forma de contar los años es muy extraña!)
(Quizás es porque no pueden ver el sol ni la luna con toda esta niebla.)
(En fin, escuchemos qué tiene que decir.)
- Ruu: Bien, ¡han llegado en el momento adecuado! ¡Hoy es el día de nuestra gran ceremonia!
- Ruu: ¡Kapatcir estará feliz de tener nuevos visitantes que asistan!
- Paimon: ¿Quién es “Kapatcir”?
- Ruu: ¡Es mi amiga!
¿Una ceremonia?
- Paimon: ¡Suena divertido!
- Ruu: ¡Exacto! ¡Todos dicen que en esta ocasión yo seré la estrella!
- Ruu: ¡Pero tengo que hacer algunos preparativos antes de que la ceremonia comience!
- Ruu: En fin, (Viajero), Paimon, acompáñenme.
- Adéntrate en la Isla Tsurumi
- Paimon: ¡Guau! Así que esta es la Isla Tsurumi... Es...
- Paimon: ¡Es realmente deprimente! ¿Qué es esa niebla tan densa?
Sumida mencionó algo al respecto.
Qué fenómeno tan interesante.
- Paimon: Kama, ¿has oído hablar de...? ¿Cómo se llamaba...?
¿«El viaje de Kino»?
- Kama: Sí, he oído a la Srta. Sumida hablar de eso.
- Paimon: ¡No, Paimon no estaba hablando de eso! ¡Paimon se refería a esa cosa que Sumida nos pidió que buscáramos!
¿El maushiro?
- Paimon: ¡Sí, eso es!
- Paimon: Kama, ¿tienes idea de dónde podemos comenzar a buscar?
Si él lo supiera, no haría falta nuestra ayuda.
- Paimon: ¡Qué dolor de cabeza! ¿Por qué Paimon tiene que hacerlo todo ella misma?
¿Olvidaste quién hace el trabajo duro?
En fin, ¿tienes alguna sugerencia?
- Kama: Más vale que entren por el portón. De lo contrario, es fácil perderse en la niebla.
- Kama: Aquí los estaré esperando.
- Kama: Vengan a buscarme cuando tengan el maushiro en sus manos. Yo los llevaré de vuelta.
(Por añadir...)