Tratamiento en la isla es una misión del mundo de Inazuma.
Detalles[]
Comienza la misión hablando con Yasumoto. Se encuentra al noreste de la Estatua de Los Siete de la Aldea Higi.
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Recompensas[]
Diálogos[]
- (Acércate a Yasumoto)
- Yasumoto: ¡Ey! ¡No soy nadie sospechoso, solo soy el médico de este lugar!
- Yasumoto: ¡Si no me creen, vengan conmigo a mi casa! ¡Pueden llevarse cualquier cosa que necesiten, pero no me hagan daño!
- Yasumoto: ¡O llévenme a ver al general Kujou! ¡Él me conoce!
Creo que te confundes...
Qué sospechoso...
- Yasumoto: ¿Eh? Un momento, ustedes no parecen ser del ejército del shogunato... Ni tampoco de Sangonomiya.
- Yasumoto: ¿Son... extranjeros? ¿Cómo pueden haber llegado hasta aquí?
Eh...
Es una larga historia...
- Yasumoto: Bueno, no importa. Lo mejor será que se marchen cuanto antes. La Isla Yashiori es muy peligrosa en la actualidad.
- Yasumoto: Hasta el momento, no hay signos de que la energía de los tatarigami vaya a disiparse, y la Comisión Tenryou tampoco parece tener intención de retirar sus tropas.
- Yasumoto: Esta isla ya no es apropiada para vivir, y mucho menos para hacer turismo.
- Yasumoto: Si estás huyendo de la Comisión, lo mejor es que sigas hacia el oeste.
- Yasumoto: La Comisión Tenryou no ve con buenos ojos a los fugitivos, pero quizás los piratas te acojan.
¿Qué ha ocurrido en la isla?
Pareces muy desanimado.
- Yasumoto: Ay... Puedes verlo con tus propios ojos. ¡Los de la ciudad y la gente de Sangonomiya no nos han traído nada bueno!
- Yasumoto: Primero, hubo una explosión en Tatarasuna que tiñó de colores extraños el cielo de esa noche...
- Yasumoto: Muchos de mis parientes y amigos perdieron su trabajo y no tenían ropa que ponerse ni nada que llevarse a la boca. Mucha gente sufrió heridas graves en el camino a casa, fue algo horrible.
- Yasumoto: Y muchos otros... no regresaron.
- Yasumoto: Luego, los de Sangonomiya destruyeron el altar que reprimía los huesos de la gran serpiente, la energía de los tatarigami se esparció y todos los isleños murieron o huyeron.
- Yasumoto: La extraña enfermedad provocada por los tatarigami sigue extendiéndose. La mayoría de los residentes están muy enfermos.
- Yasumoto: Creo que solo es cuestión de tiempo antes de que se extienda hasta ambos campamentos.
¿Qué es este sitio?
- Yasumoto: Este lugar era de donde se extraía la mayoría del mineral necesario para forjar las espadas de acero de jade de Inazuma. Mientras hubiera mineral, podíamos apañarnos y no teníamos que preocuparnos por las restricciones de la ciudad.
- Yasumoto: Y ahora... En la isla no queda mucha gente con vida. Me refiero a gente como yo, que aún pueda hablar de forma comprensible.
¿Por qué no te vas?
- Yasumoto: ¿Crees que no quiero? El hijo del Comisionado Tenryou me envió una invitación. Creo que ahora está supervisando la batalla.
- Yasumoto: “Eres médico, no eres como las personas corrientes. Quedarse en la isla es muy peligroso, ¿no quieres venir a ser el médico de mi ejército? Puedo recomendarte directamente a mi padre”.
- Yasumoto: Eso es lo que dijo.
- Yasumoto: Antes de la guerra, curar al Comisionado de la Isla Narukami hubiera sido un honor con el que yo, un humilde médico de pueblo, ni siquiera podría haber soñado.
- Yasumoto: Pero ahora... Piénsalo, el Comisionado tiene muchos médicos a su servicio, pero la Isla Yashiori... Soy el único médico con el que pueden contar los enfermos de por aquí.
- Yasumoto: Por eso no puedo irme ni dedicarme exclusivamente a atender a un bando. Mi única enemiga es la energía de los tatarigami.
¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
- Yasumoto: No... Bueno, sí, podrías ayudarme con algo.
- Yasumoto: Necesito unas hierbas especiales para hacer una medicina e intentar curar la extraña enfermedad que provoca la energía de los tatarigami. No sé si funcionará, pero tengo que intentarlo...
- Yasumoto: No obstante, esas hierbas han sido contaminadas por los tatarigami y, además, la mayoría crecen en lugares peligrosos.
- Yasumoto: Separados por los ríos y el mar, perseguidos por monstruos, y con una presencia tan intensa de los tatarigami en esta zona...
- Yasumoto: Teniendo en cuenta mi valor y mis habilidades, creo que no sería capaz de conseguirlas.
- Yasumoto: Además, como médico, no me atrevo a correr tantos riesgos para ir a recolectar hierbas, así que solo puedo utilizar tratamientos conservadores que llevan mucho tiempo... Hace mucho que no experimento con nuevos remedios.
- Yasumoto: Forastero, veo que tienes un planeador. Debes ser un viajero con mucha experiencia, por lo que esos niveles de peligro serán pan comido para ti.
- Yasumoto: ¿Podrías ayudarme a recolectar las hierbas adecuadas en estos lugares?
- Yasumoto: Cuando las tengas, reúnete conmigo aquí. No te preocupes por la recompensa, aún tengo algunos fondos.
- Yasumoto: Aunque es un encargo de alguien a quien no conoces, espero que lo consideres. Muchas gracias.
- Yasumoto: De paso, deseo que tengas un buen viaje.
- (Vuelve con Yasumoto)
- Yasumoto: Ah, estás aquí.
- Yasumoto: ¿Recolectaste ya las hierbas que necesito?
- (Entrega los objetos)
- Yasumoto: Perfecto, el tallo y las hojas no se han estropeado y son muy frescas... ¡Muchísimas gracias!
¿Te sirven?
- Yasumoto: Sí, con estas bastará. Ahora puedo empezar a investigar nuevas fórmulas.
- Yasumoto: Gracias de nuevo por tu ayuda. Esta es la recompensa que te prometí. Acéptala, por favor.
- Yasumoto: De paso, forastero...
- Yasumoto: Oh, disculpa. Te he molestado con tantas cosas y aún no sé cómo te llamas...
Me llamo Viajero.
- Yasumoto: Viajero, si todavía me quieres ayudar, vuelve en un rato.
- Yasumoto: Por supuesto, no faltará una recompensa, jeje.
- (Habla con Yasumoto al día siguiente)
- Yasumoto: Gracias, Viajero. Lamento si te causé algunas molestias.
No, en absoluto.
No digas eso.
- Yasumoto: Utilicé las hierbas que recolectaste para formular una nueva medicina, pero aún no tengo con quien probarla.
- Yasumoto: ¿Y si tú, Viajero...?
Dímelo sin rodeos.
- Yasumoto: ¿Y si compruebas tú mismo los efectos de la medicina?
- Yasumoto: La naturaleza de este nuevo remedio es muy inestable y es imposible predecir cuál puede ser el peor escenario.
- Yasumoto: Así que quiero que haya alguien para presenciar mi éxito... O encargarse de las consecuencias del fracaso.
De acuerdo.
- Yasumoto se bebe la medicina...
- Yasumoto: ¡Puaj! *Cof, cof*, ah...
¿Estás bien?
Parece que no está muy buena...
- Yasumoto: Uf... *Ejem*, tiene un sabor muy amargo y no siento la lengua. Esta parálisis parcial debe ser cosa de los tatarigami.
- Yasumoto: Está malísima, pero no parece ser dañina.
- Yasumoto: Posiblemente se requiera una observación a largo plazo para determinar los efectos secundarios en el organismo. No sé si... ¿Eh?
- Yasumoto: ¡Vienen hacia aquí! Viajero, ¡ahuyéntalos!
- (Habla con Yasumoto después de derrotar a los monstruos)
- Yasumoto: La Comisión Tenryou no ve con buenos ojos a los fugitivos, pero quizás los piratas te acojan.
¿Qué ha ocurrido en la isla?
Pareces muy desanimado.
- Yasumoto: Ay... Puedes verlo con tus propios ojos. ¡Los de la ciudad y la gente de Sangonomiya no nos han traído nada bueno!
- Yasumoto: Primero, hubo una explosión en Tatarasuna que tiñó de colores extraños el cielo de esa noche...
- Yasumoto: Muchos de mis parientes y amigos perdieron su trabajo y no tenían ropa que ponerse ni nada que llevarse a la boca. Mucha gente sufrió heridas graves en el camino a casa, fue algo horrible.
- Yasumoto: Y muchos otros... no regresaron.
- Yasumoto: Luego, los de Sangonomiya destruyeron el altar que reprimía los huesos de la gran serpiente, la energía de los tatarigami se esparció y todos los isleños murieron o huyeron.
- Yasumoto: La extraña enfermedad provocada por los tatarigami sigue extendiéndose. La mayoría de los residentes están muy enfermos.
- Yasumoto: Creo que solo es cuestión de tiempo antes de que se extienda hasta ambos campamentos.
¿Qué es este sitio?
- Yasumoto: Este lugar era de donde se extraía la mayoría del mineral necesario para forjar las espadas de acero de jade de Inazuma. Mientras hubiera mineral, podíamos apañarnos y no teníamos que preocuparnos por las restricciones de la ciudad.
- Yasumoto: Y ahora... En la isla no queda mucha gente con vida. Me refiero a gente como yo, que aún pueda hablar de forma comprensible.
¿Por qué no te vas?
- Yasumoto: ¿Crees que no quiero? El hijo del Comisionado Tenryou me envió una invitación. Creo que ahora está supervisando la batalla.
- Yasumoto: “Eres médico, no eres como las personas corrientes. Quedarse en la isla es muy peligroso, ¿no quieres venir a ser el médico de mi ejército? Puedo recomendarte directamente a mi padre”.
- Yasumoto: Eso es lo que dijo.
- Yasumoto: Antes de la guerra, curar al Comisionado de la Isla Narukami hubiera sido un honor con el que yo, un humilde médico de pueblo, ni siquiera podría haber soñado.
- Yasumoto: Pero ahora... Piénsalo, el Comisionado tiene muchos médicos a su servicio, pero la Isla Yashiori... Soy el único médico con el que pueden contar los enfermos de por aquí.
- Yasumoto: Por eso no puedo irme ni dedicarme exclusivamente a atender a un bando. Mi única enemiga es la energía de los tatarigami.
¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
- Yasumoto: No... Bueno, sí, podrías ayudarme con algo.
- Yasumoto: Necesito unas hierbas especiales para hacer una medicina e intentar curar la extraña enfermedad que provoca la energía de los tatarigami. No sé si funcionará, pero tengo que intentarlo...
- Yasumoto: No obstante, esas hierbas han sido contaminadas por los tatarigami y, además, la mayoría crecen en lugares peligrosos.
- Yasumoto: Separados por los ríos y el mar, perseguidos por monstruos, y con una presencia tan intensa de los tatarigami en esta zona...
- Yasumoto: Teniendo en cuenta mi valor y mis habilidades, creo que no sería capaz de conseguirlas.
- Yasumoto: Además, como médico, no me atrevo a correr tantos riesgos para ir a recolectar hierbas, así que solo puedo utilizar tratamientos conservadores que llevan mucho tiempo... Hace mucho que no experimento con nuevos remedios.
- Yasumoto: Forastero veo que tienes un planeador. Debes ser un viajero con mucha experiencia, por lo que esos niveles de peligro serán pan comido para ti.
- Yasumoto: ¿Podrías ayudarme a recolectar las hierbas adecuadas en estos lugares?
- Yasumoto: Cuando las tengas, reúnete conmigo aquí. No te preocupes por la recompensa, aún tengo algunos fondos.
- Yasumoto: Aunque es un encargo de alguien a quien no conoces, espero que lo consideres. Muchas gracias.
- Yasumoto: De paso, deseo que tengas un buen viaje.
Historial de cambios[]
- Versión 2.0
- Tratamiento en la isla se añadió al juego.