Moldeador de Montañas es la cuarta parte de las Misiones de Arconte del Capítulo I: Acto I.
Detalles[]
- Encuentra a Moldeador de Montañas
- Habla con Li Ding
- Destruye todo el ámbar que encuentres para rescatar al hermano de Li Ding
- Habla con Li Dang
- Habla con Li Ding y Li Dang
- Reúnete con Moldeador de Montañas
Diálogos[]
- (Habla con Li Ding)
- Li Ding: ¡Ten piedad, poderoso Adeptus! Te lo ruego... Ten piedad de mí y de mi hermano... ¡Perdónanos la vida!
¿Estás bien?
- Li Ding: ¿Qu-quién eres? ¿Qué está pasando?
- Paimon: ¡Nosotros preguntamos primero!
- Li Ding: ¡Oh! Caminas con seguridad por el Desfiladero Jueyun... ¡Eso solo puede significar una cosa!
- Li Ding: ¡Deben ser mensajeros de los Adeptus! ¡Seguro que los enviaron aquí para rescatarnos a mí y a mi hermano!
- Paimon: ¿Se puede saber de qué está hablando?
- Li Ding: ¡Oh, tengan piedad, poderosos mensajeros del Adeptus iluminado! Les ruego que nos salven... Mi hermano y yo solo vinimos aquí porque nuestra familia es pobre, y oímos hablar de los tesoros escondidos en el ámbar de la Montaña Hulao.
- Li Ding: Fue una estupidez... pero solo queríamos encontrar un tesoro suficientemente abundante como para venderlo, y así sustentar a nuestra familia...
- Li Ding: Seguimos el camino de la montaña, pero, de repente, el ámbar... ¡se tragó a mi hermano, Li Dang!
- Li Ding: Me escapé y llegué hasta aquí. Luego, me di cuenta de que éramos intrusos en la morada de los Adeptus, y este era nuestro castigo...
- Li Ding: No sabía cómo rescatar a mi hermano, así que empecé a rezar para que los Adeptus tuvieran piedad. Y ahora, por fin, dos mensajeros han venido en mi ayuda...
- Paimon: ¿Qué? No somos mensajeros Adeptus... También queremos encontrar a los Adeptus, ¡como tu hermano y tú!
- Li Ding: No, no, no. Son mensajeros. ¡Tienen que serlo!
- Li Ding: No tengo ni idea de qué ámbar lo atrapó... ¡Por favor, tienen que rescatarlo! ¡Se los ruego, muéstrenme la gran misericordia de los Adeptus!
Bueno... Si me lo pides así...
Como Adeptus, comprendo tus transgresiones, tu apuro y tu arrepentimiento.
- Paimon: ¡Guau! Te metiste en el papel, ¿eh? Eres un mensajero Adeptus bastante convincente.
- Li Ding: ¡Gracias a los Adeptus de la Montaña Hulao y a sus mensajeros! No volveremos a cometer semejante insensatez...
- (Habla con Li Dang)
- Li Dang: *Cof, cof*...
- Li Dang: ¿Qu-qué pasó? ¿Me rescataron ustedes? Gracias...
- Li Dang: ¡Oh! ¿Y han visto a mi hermano? Se llama Li Ding, estábamos escalando la montaña juntos.
- Li Dang: Solo espero que no se haya quedado atrapado en un ámbar también...
De hecho, él nos pidió que te buscáramos.
- Li Dang: Uf... Entonces, está a salvo...
Está en la cima de la montaña.
- Li Dang: ¿Llegó a la cima? Entonces, debería estar bien...
- Li Dang: ¡Gracias! Subiré a buscarlo.
- Li Dang: Espero no quedar atrapado en otro ámbar de nuevo...
- (Habla con Li Ding y Li Dang)
- Li Ding: Gracias por rescatar a mi hermano, oh, poderosos mensajeros de los Adeptus iluminados.
¿Has visto alguna vez al Adeptus por aquí?
- Li Ding: ¿Qué? No... Solo escuchamos que hay un Adeptus viviendo en la Montaña Hulao.
- Li Ding: Pero la gente normal como nosotros nunca tendrá la oportunidad de conocerlos.
- Li Ding: No como ustedes... Ustedes son mensajeros Adeptus, así que es una historia completamente diferente.
- Li Ding: Llevamos mucho tiempo en el territorio de ese Adeptus. Deberíamos irnos. Gracias, poderosos mensajeros Adeptus.
- Li Dang: Sí, gracias, mensajeros.
- Paimon: Sería tan útil si realmente fuéramos mensajeros Adeptus.
- Paimon: Porque parece que este Adeptus tiene un verdadero problema de humor...
- Paimon: Pero tampoco es que hayamos hecho nada malo, así que... con suerte, estaremos bien.
- Moldeador de Montañas: ¿Quién se atreve a entrar en mi montaña? ¿Quién osa liberar al ladrón de su aprisionamiento?
- Moldeador de Montañas: Mortal insensato, ¡ven a recibir tu castigo!
- (Reúnete con Moldeador de Montañas)
- Moldeador de Montañas: Te entrometes en el territorio sagrado de la Montaña Hulao, destruyes el ámbar de mi montaña y liberas a un ladrón cuya libertad no es decisión tuya.
- Moldeador de Montañas: La ignorancia de esos ladrones fue una afrenta para los Adeptus... ¡pero tus acciones no muestran ningún respeto hacia nosotros!
- Paimon: ¡Espere! ¡Podemos explicárselo!
Mire esto...
Escultor de la Luna nos dijo que viniéramos.
- Moldeador de Montañas: ¿Escultor de la Luna... confió en un simple mortal para que fuera su mensajero?
- Moldeador de Montañas: ¿Un Sello del Permiso? No sabía que seguían existiendo en el mundo de los mortales.
- Moldeador de Montañas: ¿Esto es... un Sello del Permiso? Me sorprende saber que tales cosas todavía existen en el reino de los mortales.
- Moldeador de Montañas: En el principio, Rex Lapis se los forjó a los mortales con sus propias manos. En aquel entonces, pocos Sellos se hicieron y, miles de años después, menos aún quedan...
- Moldeador de Montañas: Habla. Escucharé el asunto que les trajo aquí y, luego, comprobaré su veracidad.
- Moldeador de Montañas: Lo más prudente por tu parte sería que dijeras la verdad, ya que Liyue no está tan lejos de aquí como para no estar al corriente de lo que ocurre.
- Le explican a Moldeador de Montañas lo sucedido en Liyue...
- Moldeador de Montañas: ¿Rex Lapis... ha sido asesinado?
- Moldeador de Montañas: ¡¿Y en el Rito del Descenso?!
- Moldeador de Montañas: ¿Qué mortal en Liyue... no, en todo el mundo, conspiraría para cometer tal traición? O debería preguntar... ¿Quién en este mundo tiene el poder suficiente para lograrlo?
- Moldeador de Montañas: Rex Lapis nos encargó a los Adeptus proteger Liyue, y siempre hemos cumplido con este deber. A medida que el pueblo ha prosperado, nosotros nos fuimos retirando a las montañas. De hecho, esto fue un gesto de nuestra buena voluntad para con la humanidad.
- Moldeador de Montañas: Pero ahora... Rex Lapis... ha muerto...
- Moldeador de Montañas: Viajero, ya estoy al corriente de los asuntos de los que me has informado. Ahora comprendo por qué Escultor de la Luna te envió.
- Moldeador de Montañas: Una vez haya terminado ciertos asuntos que requieren mi atención, me reuniré con el resto de los Adeptus.
¿Me explica alguien por qué pasó lo del ámbar?
- Paimon: ¡Paimon puede explicarlo! En los libros de cuentos, los Adeptus siempre tienen poderes mágicos. Parece que también es cierto en la vida real.
- Paimon: Ya sabes, en los cuentos se dice que la hierba es, en realidad, el cabello de los Adeptus, y los ríos, su saliva... Algo similar debe ocurrir con el ámbar.
Entonces, ¿la lluvia son las lágrimas de los Adeptus?
Podrías haber puesto unos ejemplos menos... asquerosos.
- Moldeador de Montañas: La estupidez mortal no tiene límites... El ámbar es producido por una flor que suelo plantar aquí, llamada “trepamontes”.
- Moldeador de Montañas: La mayor parte de la planta está escondida bajo tierra. Cuando se pisa, produce ámbar para atrapar al invasor.
- Moldeador de Montañas: Cuando comencé a vivir aquí, planté muchas para asegurar que la tranquilidad de la montaña permaneciera intacta. A lo largo de los años, han ayudado a prevenir muchas perturbaciones, pero también han atrapado cosas muy curiosas...
- Paimon: Oh, ¿entonces el ámbar está... vivo?
- Moldeador de Montañas: Correcto. No puedo dejar este lugar en este estado, vidas inocentes peligrarían en mi ausencia.
- Moldeador de Montañas: Partiré tan pronto como me haya ocupado de este asunto. Confío en que su partida sea más temprana.