Los siete pilares esculpidos por la sabiduría es una misión del mundo de Sumeru. Es la primera parte de la cadena de misiones «La elegía de Bilqis».
Detalles[]
La misión comienza automáticamente al siguiente reinicio diario después de completar «El Letargo Dorado».
- Parece que Katheryne te está buscando...
- Busca a Yeht en el Asentamiento de los Tanit
- Habla con el explorador de la tribu
- Habla con Aderfi
- Habla con Masseira
- Habla con Yuften
- Ve a ver a la matriarca de la tribu
- Habla con Babel
- Ve con Yeht a ayudar a Yuften
- Ayuda a Yeht a alimentar a los espinodrilos
- Habla con Yeht
- Informa a Yuften
- Entrégale la mercancía a Aderfi
- Ve a la residencia de Yeht
- Habla con Yeht
Recompensas[]
Notas[]
- Los primeros tres pasos se pueden ignorar si el jugador se dirige directamente a la Asentamiento de los Tanit.
Diálogos[]
- (Acércate a Katheryne)
- Katheryne: ¡Hola, viajero! Han dejado una carta para ti.
- (Habla con Katheryne)
- Katheryne: Hola, viajero. Aquí tienes una carta de parte de Yeht.
- Paimon: Oh, ¿tú también conoces a Yeht, Katheryne? ¿Sabes si le está yendo bien?
- Katheryne: Es bien sabido que el Gremio de Aventureros y Los Eremitas cooperan con frecuencia, así que es normal que la conozca. Cuando vino, Yeht parecía muy contenta. Me dijo que esperaba con ilusión volver a encontrarse con ustedes dos.
- Paimon: Oh, conque eso era. ¡Rápido, (Viajero), veamos qué nos ha escrito Yeht!
- Paimon: Oh... Tiene pinta de que no le va nada mal. ¡Parece mucho más animada que cuando nos despedimos la última vez!
- Paimon: “Asentamiento de los Tanit”... Humm, este nombre le resulta muy familiar a Paimon. ¿Recuerdas dónde lo hemos visto?
- Katheryne: Los Tanit son la tribu a la que pertenece Yeht. Su asentamiento está en las profundidades del Desierto de Deshret, cerca de las ruinas de Gurabad... Permítanme que se lo marque en el mapa.
- Paimon: Guau, sabes un montón de cosas, Katheryne.
Después de todo es Katheryne, tan impresionante como siempre.
Después de todo es el Gremio de Aventureros, tan bien informado como siempre.
- Katheryne: Jaja, me halagas, (Viajero). Ofrecer información básica para servir mejor a los aventureros es una obligación del Gremio de Aventureros.
- Katheryne: Además, la tribu Tanit siempre ha mantenido una buena relación comercial con el Gremio. Las numerosas transacciones con la Srta. Yeht como intermediaria han demostrado que los Tanit son de fiar.
- Paimon: Vaya... Bueno, en la carta también dice que quiere terminar eso que quedó pendiente la última vez, y dice claramente que quiere que la ayudemos. Qué misteriosa... ¿A qué se referirá?
- Katheryne: Oh, no tengo derecho a inmiscuirme en los asuntos privados de la remitente. Me temo que tendrán que ir en persona a averiguarlo.
- Paimon: Así que también hay información que la impresionante Katheryne no puede sonsacar, ¿eh?
- Katheryne: Lo siento, esto no es una cuestión de falta de capacidad, sino de integridad profesional. No aceptamos reclamaciones por cosas así.
- Katheryne: Ya he marcado en el mapa la ubicación del Asentamiento de los Tanit. Según sus patrones migratorios, deberían permanecer allí durante los próximos dos o tres años.
- Katheryne: Pero si por alguna casualidad no están en estas coordenadas, infórmenme cuanto antes. Procuraré actualizar la información migratoria de las tribus desérticas lo antes posible.
- Paimon: Guau... Eso es muy considerado por tu parte, Katheryne. Pero Paimon no cree que podamos esperar dos o tres años para encontrar a Yeht...
- Paimon: Bueno, (Viajero). Ahora que sabemos dónde está Yeht, ¿qué tal si nos ponemos en marcha? ¡No deberíamos hacerla esperar!
- Katheryne: En tal caso, hablen con Yeht para averiguar los detalles... Oh, lo siento. Olvidé mencionar que este no es un encargo del Gremio, sino una simple reunión entre amigos...
- Katheryne: En todo caso, ¡ad astra abyssosque! ¡Espero que su reencuentro les traiga nuevas aventuras!
- (Llega a la zona marcada)
- Paimon: Oh... Tenemos que tener un cuidado. Paimon ha oído que muchas caravanas se han perdido o han sido atacadas por aquí...
- Llegan a un cañón, pero el camino está bloqueado...
- Explorador Tanit: Eh, ¿quiénes son ustedes?
- Paimon: ¡Aah! ¡Bandidos!
- Mendas: ¿De qué bandidos hablas, maleducada? Me llamo Mendas y soy explorador. Este es Hugeweh.
- (Si hablaste con Katheryne)
Vinimos por invitación de Yeht.
- Paimon: ¡Eso es! ¡Yeht nos escribió una carta, nos pidió que viniéramos!
- Mendas: ¿Una carta? Déjenme verla.
- Los exploradores examinan detenidamente la carta que les escribió Yeht...
- Mendas: Ya que son amigos de Yeht, no los detendré. Pueden continuar, más adelante está el asentamiento de la tribu.
- Mendas: Aunque Yeht aún no ha regresado, pueden hablar con Aderfi, Masseira y Yuften. Están bastante acostumbrados a hablar con forasteros.
- Mendas: Sí, vayan a buscarlos... Pero si se atreven a engañarnos, ya no seremos tan amables.
- (Si no hablaste con Katheryne)
-
Solo somos unos aventureros que estaban de paso.
- Mendas: ¿Ah, sí?... Den gracias a que la matriarca nos tiene prohibido hacer daño a los aventureros de fuera. ¡Váyanse de inmediato!
- Mendas: ¡Hum!... Ojalá Yeht estuviera aquí, ella es mucho mejor tratando con extraños...
- Paimon: ¿Eh? ¿Has dicho “Yeht”?
- Mendas: Sí, ¿qué pasa? Se unió a nosotros hace algún tiempo y la matriarca la aprecia mucho.
- Mendas: Esa chica suele estar pegada a las faldas de la matriarca... ¡Hum! La trata mejor que a nosotros, que somos miembros del clan de nacimiento.
Si es la misma Yeht, entonces la conocemos.
Si es la misma Yeht, entonces es amiga nuestra.
- Mendas: ...
- Mendas: Ya que son amigos de Yeht, no los detendré. Pueden continuar, más adelante está el asentamiento de la tribu.
- Mendas: Aunque Yeht aún no ha regresado, pueden hablar con Aderfi, Masseira y Yuften. Están bastante acostumbrados a hablar con forasteros.
- Mendas: Pueden ir a hablar con ellos... Pero no seremos tan amables si se atreven a engañarnos.
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Mendas)
- Mendas: (Me ruge el estómago... Me pasaré a ver a Yuften y comprar un poco de cecina de espinodrilo cuando acabe el turno.)
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Hugeweh)
- Hugeweh: (¿Dónde atrapamos aquellos escarabajos dorados la última vez?)
- (Opcional, habla con Mendas)
- Mendas: Oh, eres tú. Puedes continuar.
- (Opcional, habla con Hugeweh)
- Hugeweh: Si no es importante, sigue tu camino. Y si es importante, busca a la matriarca o a Yeht.
- (Habla con Aderfi)
- Aderfi: Buenas, jóvenes desconocidos. ¿Necesitan algo?
- Paimon: Venimos a ver a Yeht. ¿Está aquí?
- Aderfi: ¿Yeht? Ah, sí, tenemos a alguien con ese nombre. ¿Por qué la buscan?
Hola. Somos amigos suyos.
- Aderfi: ¿Amigos? Ya veo.
- Aderfi: Creo que me habló de ustedes. Algo sobre “un joven valiente y de fiar”. ¡Hum! Ha pasado demasiado tiempo lejos de su hogar... Tanto que hasta se ha hecho amiga de un niño rico vestido con ropa rara...
...
- Paimon: ¡Eh! ¿Qué quieres decir con eso?
- Aderfi: Siento haber sido descortés, pero no es mi deber recibir a los forasteros. Si necesitan algo, háblenlo con la matriarca Babel.
Cuéntame más sobre Yeht.
- Aderfi: Es una buena chica.
- Paimon: ¿Y?
- Aderfi: No hay ningún “y”. Es una buena chica, fin de la oración. No quiero que reciba la mala influencia de forasteros. Ya les dije que buscaran a la matriarca si tienen cualquier asunto. Yo no sirvo de anfitrión.
¿Qué haces?
- Aderfi: ¿Que qué hago? Negocios. Cambio la basura de la tribu por basura de la gente de la ciudad.
- Aderfi: Basta, no tengo nada más que hablar contigo. ¿Qué tal si buscas a Masseira? Es un viejo extravagante, puede que hasta le caigas bien.
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Aderfi)
- Aderfi: (... ¿Gente de fuera? ¿En qué están pensando los exploradores?)
- (Opcional, habla con Aderfi otra vez)
- Aderfi: Suficiente. Tengo asuntos de los que ocuparme, y seguro que tú también. Deja de dar vueltas y fisgonear por aquí.
- (Habla con Masseira)
- Masseira: Hola. (Viajero), ¿cierto?
Así me llaman.
¿Cómo lo sabes?
- Masseira: Shh... Deja que adivine. Estás buscando a alguien, a una amiga, ¿verdad?
Sí, pero...
- Masseira: Yeht es una buena chica. Me alegra mucho que tenga un amigo como tú.
Humm, ¿gracias?
- Masseira: Jeje. Te daré un consejo... Tienes pinta de ser bastante letal, pero todos tenemos un punto débil: los compañeros. Un punto débil que puede resultar mortal.
No te entiendo...
- Masseira: En tal caso, considera lo que te he dicho como una simple brisa de viento. Humm... La matriarca Babel aún no ha regresado. Puedes buscar a Yuften y hablar con él mientras tanto. Está junto al pequeño arroyo donde criamos espinodrilos, no tiene pérdida.
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Masseira)
- Masseira: (... Si insiste en seguir adelante...)
- (Opcional, habla con Masseira otra vez)
- Masseira: Si quieres encontrar a Yeht, tendrás que esperar a que regrese la matriarca Babel. Si me preguntas por qué... Ya te enterarás...
- (Habla con Yuften)
- Yuften: Buenas, desconocidos. ¿S-se les ofrece algo?
Hola, somos amigos de Yeht.
- Yuften: Oh, oí a la m-matriarca hablar de ti. Dijo que eras buena gente.
Hola... ¿Necesitas ayuda con algo?
- Yuften: ¿C-cómo? N-no necesito ayuda... ¿Por q-qué lo preguntas?
- Yuften: Oh, oh. ¿L-lo dices p-por mi forma de hablar?
- Yuften: Jaja... Y-ya estoy acostumbrado, y espero q-que tú t-también lo hagas. Hablar lento tiene sus v-ventajas, así da t-t-tiempo a pensar m-mejor las cosas.
- Yuften: Si vienes b-buscando a Yeht, sigue afuera... Ve a ver a la m-matriarca Babel, lleva m-mucho rato esperándote.
Cuéntame más sobre Yeht.
- Yuften: Es una buena chica.
¿Y qué más?
- Yuften: Ha hecho amigos, está muy contenta y va contándolo p-por t-todos lados como un pequeño antílope... Yo t-también me alegro por ella.
- Yuften: Oh... P-parece que la cosa se está animando ahí arriba, así que la matriarca Babel d-debe haber vuelto. Bien, n-no hagan esperar a nuestra matriarca, va-vayan a verla.
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Yuften)
- Yuften: (... N-no, ¿q-qué ha p-p-pasado? ¿P-por q-qué el fert-t-tilizante...?)
- (Opcional, habla con Yuften otra vez)
- Yuften: Vamos, vayan a ver a la matriarca. Estoy s-seguro de que ella y Yeht se alegrarán m-mucho de verlos.
- (Acércate a la zona marcada)
- ¿?: ... P-pero... Yo no sabía qué objetivo tenían esos forasteros... ¡No es culpa mía! ¡Por favor, déjeme explicarle, matriarca Babel!
- Babel: ...
- ¿?: ¡Por favor, se lo ruego! ¡Deme otra oportunidad, señora! Puedo probar mi lealtad a la tribu... Se lo suplico... Estoy dispuesto a dar mi vida por defenderla...
- Babel: Silencio.
- Babel: O la misma que te ha roto los dientes podría también arrancarte la lengua...
- ¿?: ¡No! No, por favor...
- Babel: No lo entiendo... ¿Si tan dispuesto estás a dar tu vida por los Tanit, cómo es que estás aquí vivito y coleando?
- Babel: ¿Y qué es eso que me has llamado? ¿“Señora”?
- Babel: No entiendo la lengua de los norteños y no me interesan lo más mínimo las cortesías de la gente “civilizada”... Yo no soy ninguna “señora”.
- Babel: Tampoco entiendo por qué has dejado de considerarme parte de tu familia. Ahora por lo visto soy una “señora”.
- Babel: Tu lengua está impregnada del veneno de los forasteros y solo piensas en sus Moras. No puedes quedarte.
- Babel: No hay nada más que hablar. Llévenselo... Fue un miembro de nuestra tribu, así que ya saben qué hacer.
- Arrastran al hombre mientras solloza. Todo el mundo permanece en silencio...
- Pasado un rato, la multitud se va y pueden acercarse a la matriarca.
- Paimon: (Ay... ¿Qué es lo que acaba de pasar? A Paimon se le han puesto los pelos de punta.)
(Será mejor no hacerla enfadar...)
(Shh...)
- Babel: ¿Eh?
- Babel: Oh... Lo siento, pequeños. Estaba un poco distraída, olvidé que ustedes estaban presentes.
- Babel: Siento mucho que nuestros invitados hayan tenido que presenciar esa situación tan vergonzosa. Es culpa mía. Como matriarca de los Tanit, estoy dispuesta a compensarlos.
- Paimon: Eh... N-no es necesario. *Ejem*, ¿de qué iba todo eso de los dientes y de la lengua?
- Babel: Je... Solo era una mención al castigo que impartimos a los traidores. Como matriarca de la tribu, ha sido negligencia mía permitir que vieran algo así, les pido disculpas.
- Babel: La ciudad tiene sus leyes, y la tribu las suyas. No le den demasiadas vueltas al asunto.
- Babel: ¿Así que ustedes dos son (Viajero) y Paimon? Yeht suele hablar de ustedes.
Venimos a buscar a Yeht.
- Paimon: Pero... parece que no hemos llegado en buen momento.
- Babel: Claro que no, ¡no hace falta ser tan formales! ¡De hecho, llegan justo en el momento perfecto!
- Babel: Yeht contó con mi permiso para invitarlos, por eso pudieron atravesar sin incidentes nuestros terrenos de caza y llegar hasta aquí.
- Babel: Jaja, me da un poco de reparo decir esto, pero... Los he invitado porque me gustaría que ayudaran a Yeht a completar un asunto que tiene pendiente.
- Paimon: ¿Qué son esos “terrenos de caza” de los que has hablado?
- Babel: Tranquila, no son para cazarlos a ustedes. Nunca haríamos daño a nuestros invitados en nuestro territorio mientras recordemos sus caras.
- Paimon: Eso no suena muy tranquilizador...
- Babel: Jaja, ustedes, los jóvenes, no deberían dejarse desanimar por la gente mayor como yo... Miren, Yeht ya regresó.
- Yeht: Matriarca Babel, ya estoy aquí.
- Babel: ¿Ya te encargaste de ese tipo?
- Yeht: Lo traté con la suficiente dignidad.
- Babel: ... Muy bien. No te sientas orgullosa de ello, pequeña, deberías sentirte apesadumbrada. Al fin y al cabo, fue un miembro de mi tribu, y de la tuya también.
- Yeht: ... Comprendido.
- Babel: Jaja, está bien. Dejemos los sermones para otro día. Los amigos que tanto esperabas están aquí. Borra el pesar de tu cara y recíbelos con alegría.
- Yeht: Matriarca Babel, ¿de qué...?
Cuánto tiempo sin vernos.
- Paimon: ¡Yeht! ¡Venimos a verte!
- Yeht: ¡(Viajero), Paimon! ¡Vinieron de verdad!
- Yeht: ¡Muchas gracias, matriarca Babel! No debería haberme enfadado con todos por este asunto...
- Babel: Está bien, está bien. Me alegro mucho de que hayan podido reunirse. Ya aprobé cualquier cosa que quieras decir o hacer. No tienes por qué seguir dudando.
- Babel: Solo una cosa, pequeña... El camino que tienes por delante es extremadamente peligroso y está plagado de conspiraciones, así que ten cuidado al explorar.
- Mensajero: Matriarca Babel, tengo un mensaje para usted de parte de Azariq.
- Babel: Entendido.
- Babel: Si me disculpan, hay asuntos de la tribu que tengo que atender. Ustedes pueden ponerse al día mientras tanto.
- Yeht: ¡De acuerdo!
- La matriarca Babel se aleja apresuradamente con el mensajero.
- Paimon: ¡Yeht, estás muy cambiada desde la última vez que nos vimos!
- Yeht: Jeje, tienes buen ojo, Paimon. Pero dime, ¿en qué notas que haya cambiado?
- Paimon: Tienes la piel más morena.
- Yeht: ¡Hum! Siempre dices lo que piensas, ¿eh?
Pareces más madura.
Se te ve con más serenidad.
- Yeht: ¿Eso crees? Jeje, teniendo en cuenta todo por lo que he pasado, es normal que haya madurado un poco.[1]
- Paimon: (Viajero) tiene razón. Ahora pareces más responsable.
- Yeht: Qué va, es solo que aquí he aprendido muchas técnicas de supervivencia. He estado muy ocupada intentando sobrevivir, ¿saben?
- Yeht: La matriarca Babel ha cuidado mucho de mí durante todo este tiempo. Y yo la he ayudado con muchas tareas... Le estoy muy agradecida por haberme admitido como un miembro más de la tribu.
¿Cómo te ha ido desde la última vez que nos vimos?
- Yeht: ¿Qué pasa? ¿Crees que me he pasado todo el tiempo suspirando por ti?[2]
- Paimon: ¡Guau! ¡También te has vuelto más sincera!
- Yeht: ¡Jajaja! ¡Y yo que creí que te ibas a sonrojar!
- Yeht: Es broma, es broma. Todos los chicos de la tribu son así, siempre viniendo con esas tonterías... Qué fastidio. Bueno, de todas formas, tampoco es que puedan conmigo.
- Yeht: Jaja... Para ser sincera, la vida aquí es muy dura. Menos mal que todos nos cuidamos y ayudamos mutuamente, solo así podemos sobrevivir.
- Yeht: Los primeros días fueron insoportables porque a veces me acordaba de cuando mi padre me enseñaba y me protegía... Ja, y pensar que no paraba de quejarme cuando estaba con él...
- Yeht: Pero recordar la felicidad del pasado no me va a llenar la barriga ahora. Además, la matriarca Babel y el resto de la tribu han cuidado mucho de mí, así que debo mirar hacia delante.
- Yeht: Ya que he sido aceptada entre los Tanit, debo aprender a contribuir más a la tribu.
- Yeht: Bueno, dejemos de holgazanear. Tengo aún algunas tareas pendientes. Ya que están aquí, ¡vengan a echarme una mano!
- Paimon: Guau, ¿así es como tratas a tus viejos amigos?
- Yeht: Jeje, lo siento, pero los demás trabajamos muy duro, ¿sabes?
- Yeht: A ver... deja que piense. Yuften necesita ayuda para alimentar a los espinodrilos. ¡Vayamos a verlo!
- (Habla con Yuften)
- Yeht: ¡Yuften, aquí estoy! ¡Estos dos son mis amigos, (Viajero) y Paimon!
- Yuften: Ho-hola, Yeht. ¿Y-ya terminaste el trabajo importante?
- Yeht: ¿Eh? ¡Pero si a lo que vengo es a ayudarte! He traído a mis amigos también para que echen una mano.
- Yuften: ¿Oh, sí? Gracias, Yeht, p-por acordarte y dignarte venir a ayu-yudarme.
- Yuften: Jaja, c-cuando el anciano Bleda estaba con n-nosotros, siempre le estabas dando la lata para a-alimentar juntos a los espinodrilos.
- Yeht: ¡*Ejem*! ¡En boca cerrada no entran moscas!
- Yuften: Eh... B-bueno, aquí está la comida de los espinodrilos, c-carne cr-cruda fresca. Tomen.
- Yeht: De acuerdo. ¡Andando, (Viajero)!
- (Después del diálogo)
- Yeht: Vengan conmigo. ¡Tengan cuidado de que los espinodrilos no les muerdan los pies!
- Paimon: ¡Aaah, no!
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Yuften)
- Yuften: (... ¿P-podrá la g-g-genio mejorar la c-calidad de la t-t-tierra...?)
- (Opcional, habla con Yuften otra vez)
- Yuften: Esos esp-pinodrilos son t-todos muy dóciles. Aunque hay que tener c-cuidado cuando tienen hambre...
- Yuften: T-Tengan cuidado con los dedos.
- (Acércate a la zona marcada)
- Yeht: Dar de comer a los espinodrilos es muy fácil... Solo tienes que arrojar la carne, y vendrán ellos solos a comérsela atraídos por el olor.
- Paimon: Por cierto, Yeht, sobre lo de antes... Su matriarca parece bastante aterradora.
- Yeht: ¿Lo de antes? ¡Ah! No es nada, solo era un traidor.
- Yeht: El tipo era muy astuto, tuve que seguirle la pista por el desierto durante medio mes antes de poder atraparlo y traerlo de vuelta. Tampoco era ningún angelito, tuve que arrancarle varios dientes para que se rindiera... Todavía me duele la mano.
- Paimon: Ay, ahora tú suenas más aterradora...
- Yeht: Por eso, querida Paimon, será mejor que tengas cuidado cuando hables conmigo. No querrás que me enfade, ¿verdad?
- Paimon: *Glup*...
Paimon, cuidado con los dientes.
- Paimon: ¡Aaah!
- Yeht: ¡Jajaja! ¡Te lo has creído! ¡Que estaba de broma, Paimon! ¡Somos amigas!
- (Después del diálogo)
- Yeht: Los espinodrilos de aquí son distintos a los de la selva, son más pequeños y dóciles.
- Yeht: Su especie ha tenido que adaptarse para poder sobrevivir en el desierto.
- (Acércate a la zona marcada)
- Paimon: Parece que la gente te valora mucho por aquí. ¡Todo el mundo te trata con respeto!
- Yeht: Bueno, es porque tengo un mejor instinto sobre las cosas de fuera de la tribu gracias a mi experiencia de aventuras pasadas.
- Yeht: Por eso, la matriarca decidió asignarme tareas como rastrear a forasteros con malas intenciones y castigar a quienes traicionan a la tribu.
¿Así es como cuida de ti?
¿Por qué deja que te encargues tú de esas tareas?
- Yeht: Como no nací en la tribu, no importa que castigue a esos criminales con métodos radicales... Eso es lo que me dijo la matriarca Babel.
- Yeht: Y como a mí me da un poco igual... Pero, la verdad, no estoy segura de si esto es un privilegio o más bien una forma de alienación.
- Yeht: Bueno, al fin y al cabo, yo no nací aquí y la tribu Tanit no es ni un hogar ni una familia para mí. Lo único que puedo hacer es procurar hacer las cosas bien. Si consigo echar raíces aquí, todo irá bien.
¿No te resulta agotador, Yeht?
- Yeht: No está tan mal... Me esfuerzo por sobrevivir, eso es todo. También he aprendido muchas cosas aquí.
Por fin has encontrado un hogar.
- Yeht: Jaja, no te rías de mí... pero me alegro mucho de que hayas venido.
- Yeht: Bien, creo que los espinodrilos ya están llenos. ¡Vámonos!
- (Habla con Yuften)
- Yuften: ¿Y-ya terminaste, Yeht?
- Yeht: Sí, ¡y ahora tengo que ir a darme una ducha! ¡Esa comida de espinodrilo tuya apesta a sangre y carne cruda!
- Yuften: Jaja... ¿Huele p-peor que la sangre de un tra-traidor?
- Yeht: ¡Deja de burlarte de mí!
- Yuften: Gracias. De p-paso, hay otra cosa con la que quiero p-pedirles ayuda...
- Yuften: Tomen, esta es la c-cecina de espinodrilo que le prometí a Aderfi. Por favor, entréguensela.
- Yeht: De acuerdo, le llevaré tu c-c-c-cecina de espinodrilo.
- Yuften: ¡Hum! ¡Serás d-descarada!
- Yeht: ¡Jajaja! ¡Hasta luego!
- (Después del diálogo)
- Yeht: Bien, ¡ahora tenemos que ir a donde está Aderfi!
- Paimon: Aderfi... ¿Es ese comerciante con tan mal carácter?
- Yeht: Jaja, no le hagan caso, ¡él es así!
- (Habla con Aderfi)
- Yeht: ¡Aderfi! ¡Soy yo!
- Aderfi: ¿Eh? ¿Vienes a presumir de los amigos que has hecho fuera?
- Yeht: ¡Más o menos! De paso, ¡aquí tienes esta cecina de parte de Yuften!
- Aderfi: Oh, gracias. Qué amable.
- Yeht: Jeje, ¡de nada! En cuanto a Benben... ¿Podrás arreglarlo?
- Aderfi: Descuida, no es ningún problema grave. Los resultados estarán listos en un par de días.
- Yeht: ¡Genial! Entonces, me marcho.
- Aderfi: Ve con cuidado.
- (Después del diálogo)
- Yeht: Aderfi tiene un montón de cosas difíciles de encontrar o intercambiar. A todos nos gusta ver qué tesoros encuentra.
- Yeht: Ya saben, tiene pequeñas herramientas, juguetes, ropa nueva... Ah, y también cosméticos.
- Paimon: ¿Eh? ¿Tú usas maquillaje?
- Yeht: ¿Qué quieres decir? La sombra de ojos con polvo de lapislázuli es estupenda como protector solar, algo esencial para la gente del desierto. Y el corrector que se vende en la ciudad nos sirve para disimular las cicatrices. ¡El maquillaje es de lo más útil!
- Paimon: Así que era por eso...
- (Opcional, utiliza la habilidad Omnisciencia de
Nahida en Aderfi)
- Aderfi: (... ¿Estos son los nuevos amigos de Yeht? Qué interesante...)
- (Acércate a la residencia de Yeth)
- Yeht: Uff... Con tanto correr de aquí para allá, una empieza a sudar enseguida.
¿Sueles estar así de ocupada, Yeht?
No das abasto, Yeht.
- Yeht: Jaja, no es para tanto. Y de todos modos, no soy de quedarme quieta.
- Yeht: Ay, lo siento, ¡no les dije que vinieran hasta aquí para hacer recados conmigo!
- Yeht: La cosa es que, hace poco, la matriarca Babel por fin accedió a que enterrase los restos de mi padre... bueno, de mi padre y de mi madre, en el Oasis Eterno.
- Paimon: ¿Cómo? ¿El Oasis Eterno existe de verdad? Paimon pensaba que solo era uno de esos lugares de las leyendas.
- Yeht: Bueno, yo estaba muy perdida cuando nos separamos la última vez, y no sabía ni por dónde empezar... Pero la matriarca Babel está segura de que se encuentra en algún lugar de este desierto.
- Yeht: Los Tanit creen que el Oasis Eterno se esconde en algún lugar debajo de esa tormenta de arena interminable que hay en medio del desierto.
- Yeht: Pero esa es una zona prohibida para los Tanit y está cerrada al paso. Excepto los exploradores que vayan de patrulla, nadie puede acercarse a ella.
- Paimon: ¿Prohibida? ¿Tan peligrosa es?
- Yeht: Así es. Algunos ancianos creen que por ahí deambulan antiguos espíritus que consumen las almas y los cuerpos de la gente. Aunque probablemente no sea más que un cuento de viejos. Yo desde luego no me lo creo.
Parece que es un sitio terrorífico...
- Yeht: Jaja, sí. Pero yo no tengo miedo. Ya he visto muchas cosas extrañas. Mientras mis hojas puedan cortarlas, ¡no tengo nada que temer!
- Yeht: Y en cuanto a las que no pueden cortar, no pasará nada mientras pueda correr más rápido que ellas.
¿Y cómo es que Babel te ha dado permiso?
- Yeht: Supongo que es porque la matriarca Babel sabe que no le tengo miedo a nada, y por eso recibo un trato un tanto especial.
- Yeht: También puede ser porque soy medio forastera, así que ciertos tabús a los que los ancianos Tanit dan mucha importancia no se apliquen a mí... Digo yo...
- Yeht: Jaja, el caso es que no tengo por qué respetar esas prohibiciones de la tribu, así que puedo ir a explorar el Oasis Eterno.
- Yeht: Lo hago tanto para cumplir mi gran sueño como para contribuir al futuro de la tribu. Ellos creen que allí se ocultan los secretos de la Maestra de las Flores.
- Yeht: Si pudiésemos descubrir esos secretos seguro que serían de gran ayuda para la supervivencia de la tribu en el desierto.
- Yeht: Sé que esto es tanto una misión como un privilegio. Pero he estado dándole vueltas, y tenía la sensación de que debía invitarte para que juntos seamos testigo de todo.
- Yeht: Después de todo... ustedes son los amigos en quienes más confío desde que mi padre falleció. Y también lo más parecido a una familia que tengo. Por eso quería pedirles que me acompañaran en este viaje.
- Paimon: *Solloza*... Yeht... Tú tranquila, ¡por supuesto que te ayudaremos!
No podríamos fallarle a una amiga.
- Yeht: Oh, ¡muchas gracias!
No vinimos hasta aquí para nada.
- Yeht: ¡Jajaja! ¡Sabía que dirías eso! ¡No dejaré que se vayan con las manos vacías, pueden estar seguros!
- Yeht: Jeje... Pero primero, debemos ir a las ruinas de Gurabad para encontrar no se qué “fragmento de genio”.
- Yeht: No lo entiendo muy bien, pero los cuentos de la tribu dicen que solo cierta genio sabe cómo abrir el camino que conduce al Oasis Eterno. Así que debemos encontrarla primero.
- Yeht: Esa es toda la información que tengo. Azariq podrá contarles más. ¿Y bien? ¿Nos ponemos en marcha?
Partamos.
- Yeht: ¡Estupendo, en marcha! ¡Tengo muchas cosas que contarte!
- (Termina la misión)
- Yeht: ¡Estupendo, en marcha! ¡Tengo muchas cosas que contarte!
Ahora mismo no quiero salir...
- Yeht: Oh, no pasa nada si quieres quedarte un rato más para familiarizarte con el lugar. Yo te espero aquí. Estaré lista cuando ustedes lo estén.
- Yeht: Je, contigo a bordo puedo estar tranquila. Azariq debe estar esperándonos en las ruinas de Gurabad. Avísame cuando lo hayas preparado todo y nos pondremos en camino.
Curiosidades[]
- El nombre esta misión es una referencia a Proverbios 9:1 de la Biblia.
Referencias[]
Historial de cambios[]
Se añadió en la Versión 3.4