La misteriosa leyenda urbana es la primera parte de la Misión legendaria de la historia de Yae Miko: Divina Vulpes , Acto I: «La gran ofrenda de Narukami».
Detalles[]
- Pasea por Hanamizaka
- Investiga las historias sobrenaturales populares
- Ve al Gran Santuario Narukami y busca a Yae Miko
- Busca al hermano de Youhei
- Pregunta a los aldeanos por Youhei y su hermano
- Pregunta a los lugareños por más información
- "Exorciza" a Katou Shingo
- Derrota al espíritu que poseyó a Shingo
- Investiga la verdad que se esconde detrás del espíritu
Recompensas[]
Diálogos[]
- (Pasea por Hanamizaka)
- Paimon: Hace tiempo que no vamos a la Editorial Yae. Paimon se pregunta si tendrán algún libro nuevo. El que leímos con Ei aquella vez era muy bueno...
- Takatoshi: Vamos, ¡no es tan difícil decidir! Solo hay una cosa que vale la pena pedir, ¡Moras y más Moras!
- Kiyoto: Pero el examen es la próxima semana... Si vuelvo a fallar, estaré en graves problemas. Mejor deseo que me vaya bien en el examen.
- Takatoshi: ¡Es solo un examen! Confía en mí, no hay nada que no puedas resolver con Moras. Si no funciona, ¡sigue arrojando dinero hasta que lo haga!
- Paimon: ¿De qué están hablando? Parece que el ambiente está algo tenso.
- Takatoshi: ¿Eh? ¿Es en serio? ¿No lo saben?
- Takatoshi: "Solo tienes que pararte descalzo sobre esta tierra a medianoche, bajar la cabeza y recitar un conjuro especial, ¡entonces tu deseo se hará realidad!".
¿Qué significa eso?
¿Es una novela?
- Takatoshi: Parece que ustedes no están al tanto de nada. Es un ritual de deseos altamente efectivo, ¡está garantizado que tus deseos se vuelven realidad!
- Paimon: ¿Un ritual de deseos? ¿Eso realmente funciona?
No suena de fiar...
- Paimon: ¡Exacto! Incluso Paimon sabe que las cosas no funcionan así.
- Takatoshi: Jeje, yo tampoco lo creía al principio. ¡Pero le funcionó a alguien que conozco!
- Takatoshi: Conozco a un sujeto llamado Kunihiko. Se pasa el día sin trabajar y debe mucho dinero. Pero entonces, ¿qué pasó? No lo vi en unos días y de pronto me lo encuentro bien vestido, comiendo y bebiendo en un restaurante de lujo.
- Takatoshi: Él mismo me lo contó: usó este ritual de deseos, y al día siguiente se despertó y encontró toda su cama cubierta de Moras.
- Paimon: ¡¿T-toda su cama cubierta de Mo-Mo-Mo...?! ¡Guau!
Paimon, tranquilízate.
Estás tan emocionada que has comenzado a tartamudear.
- Kiyoto: Por supuesto, creo que eso de despertarse en una cama cubierta de Moras es una exageración.
- Kiyoto: Pero, aunque no lo crean, es un ritual muy sencillo. No hace daño intentarlo, ¿o sí?
- Takatoshi: Si todavía les cuesta creer, vayan a preguntar por ahí. Hay muchas historias para probarlo.
- Paimon: ¿En serio? ¡Viajero, vamos a preguntar por los alrededores!
¿Por qué tanta prisa?
- Paimon: Bueno, si realmente es cierto, solo imagina todo el dinero que Paimon podría... Es decir, ¡finalmente te reunirías con tu hermana! ¡Vamos, vamos!
- (Investiga las historias sobrenaturales populares)
- Paimon: Si prestas atención, hay mucha gente en la ciudad hablando del tema. Mira a esos dos. Paimon los recuerda, son de la Editorial Yae. Uno es editor y el otro, autor.
- Junkichi: Me aferro a mis pensamientos, mi mente está clara como... como la luz de la luna... Tan cercano a ti. Escucha mis... ¿Cómo era? ¿Escucha mis súplicas?
- Shigeru: No, no, no es "escucha mis súplicas", es "responde a mis súplicas". *Suspira*... A este ritmo no lo vas a conseguir.
- Paimon: Oigan, ¿qué están haciendo?
- Junkichi: ¡Ay! ¡Me asustaste! ¿En qué parte del conjuro me quedé...?
- Paimon: ¿Conjuro? ¿Ustedes también están probando ese nuevo método que concede deseos?
- Shigeru: Bueno, en realidad, Junkichi lo está probando. Últimamente no se ha sentido muy creativo, así que le estoy ayudando a pedir un deseo para que pueda superar el bloqueo del escritor.
No sabía que creían en estas cosas.
- Shigeru: Yo no creo en eso, pero Junkichi nunca quiere hacerle caso a nadie, así que solo me queda seguirle la corriente.
- Junkichi: Sr. Shigeru, ¿puede tener un poco más de consideración? ¡Esto es muy importante para mí!
- Junkichi: La gente ha pedido todo tipo de deseos que se han vuelto realidad. Ser más atractivos, volverse ricos, conseguir éxito en sus estudios... Yo solo soy un pobre escritor que necesita creatividad. ¿Es mucho pedir?
- Junkichi: En fin, sé que esto va a funcionar. Tengo un presentimiento.
- Shigeru: ¿No dijiste lo mismo cuando fuiste a pedir tu deseo al Gran Santuario Narukami? "Sé que esto va a funcionar, tengo un presentimiento".
- Junkichi: Los omamori del santuario tardan demasiado en hacer efecto. En fin, ayúdame a hacer este conjuro. ¡Mi nuevo libro depende de ello!
- Shigeru: *Suspira*... Mira, para ser sincero, creo que necesitas sentarte y pensar bien qué tipo de historia quieres escribir. ¿Dónde está toda esa confianza que tenías cuando empezaste?
- Shigeru: Mírate, probando métodos dudosos sacados de una novela ligera cualquiera.
- Paimon: ¿Qué? ¿Este ritual proviene de una novela ligera?
- Junkichi: Sí, de una que se llama «Guía de invocación de espíritus».
¿Es de la Editorial Yae?
- Junkichi: No, es un título que ha sido publicado de manera independiente. Apareció de la nada y ha causado revuelo en Inazuma.
- Junkichi: Como colega escritor, me abstendré de comentar qué tan bien está escrita la historia, pero todo el mundo dice que sus conjuros funcionan.
- Shigeru: Mira, Junkichi... sí, todo el mundo dice que el conjuro funciona, pero eso solo es una parte de la historia. ¡He oído a mucha gente decir que las personas a las que se les han concedido sus deseos empiezan a comportarse de forma extraña!
- Junkichi: ¿Y eso qué tiene de raro? ¡Deben estar abrumados de tanta alegría porque su deseo se ha hecho realidad!
- Paimon: Humm... Está comenzando a sonar un poco sospechoso...
- Paimon: Viajero, ¿por qué no vamos al Gran Santuario Narukami y le preguntamos a Yae Miko?
- Paimon: ¡Ella es experta en novelas ligeras y también en lo sobrenatural!
- (Ve al Gran Santuario Narukami y busca a Yae Miko)
- Paimon: ¡Miko! Genial, aquí estás.
- Yae Miko: Oh, hola, jovencitos. ¿Qué los trae al santuario? Justo tengo por aquí una maravillosa novela. Les recomiendo que la lean.
Tenemos unas preguntas para ti.
- Yae Miko: ¿Ah, sí? ¿Qué quieren preguntarme?
- Paimon: Pues, queríamos... Humm... Pareces muy ocupada, ¿no es un mal momento?
- Yae Miko: Jeje, no, para nada. No es nada importante.
- Katou Youhei: S-Suma Sacerdotisa Yae... ¿qué quiere decir con que "no es nada importante"? Se lo suplico, ¡ayúdeme a salvar a mi hermano!
¿Qué le sucede?
¿Qué está pasando?
- Yae Miko: Realmente no es nada importante. Pero ya que tienes curiosidad por saber, que cuente la historia una vez más, solo para ti.
- Katou Youhei: Parece que tienen una buena relación con la Suma Sacerdotisa. Por favor, hablen con ella por mí, ¡tienen que convencerla de que ayude a mi hermano!
- Katou Youhei: Les contaré lo que pasó. Me llamo Katou Youhei, y mi hermano es Katou Shingo. Él siempre ha querido convertirse en un maestro espadachín, así que una vez le pidió al maestro Domon del estilo Meikyou Shisui que lo tomara como discípulo.
- Katou Youhei: Domon lo rechazó. Lo vio y dijo que no tenía lo necesario para manejar la espada. Pero mi hermano no estaba dispuesto a rendirse. Entrenó todos los días con todas sus fuerzas y, finalmente, hace poco se probó a sí mismo al derrotar a uno de los mejores discípulos de Domon en un duelo.
- Katou Youhei: Pero desde su victoria, ha estado actuando de forma muy extraña. Es como si se hubiera convertido en una persona completamente diferente... Los médicos no han podido explicarlo, así que debe ser obra de un espíritu maligno. Por eso estoy aquí suplicando la ayuda de la Suma Sacerdotisa.
- Yae Miko: Jajaja... ¿Sabes? Realmente no hay tantos espíritus malignos como crees. Tu hermano ha alcanzado el objetivo por el que se había estado esforzando desde que tiene uso de razón. Ahora que ya no existe, es natural que se sienta un poco vacío y perdido mientras trata de encontrar un nuevo rumbo.
- Yae Miko: Si fuera yo, lo dejaría tranquilo un par de días. Se sentirá mejor pronto.
- Katou Youhei: ¡No! Suma Sacerdotisa, si lo viera, lo sabría. ¡Le aseguro que no actúa como alguien que se siente vacío y perdido!
- Yae Miko: Está bien, está bien. Entonces dime, ¿cuándo se enfrentó tu hermano al discípulo de Domon?
- Katou Youhei: Hace... cinco días.
- Yae Miko: Humm... Hace cinco días...
- Katou Youhei: Sí, Suma Sacerdotisa. Ha pasado mucho tiempo como para que se siga comportando así. ¡Realmente me preocupa!
- Katou Youhei: Nuestro mayor deseo es algún día fundar nuestra propia escuela, como Domon. ¡Nuestro sueño no puede frustrarse ahora!
- Yae Miko: Un momento, estoy un poco confundida. ¿Estás aquí para salvar a tu hermano, o para hacer realidad tus sueños de fundar una escuela de artes marciales?
- Katou Youhei: Bueno, pues... ambas cosas van de la mano, ¿o no?
- Yae Miko: Oh, y algo más. ¿Has oído algún rumor interesante últimamente? Si es así, me encantaría escucharlo.
- Katou Youhei: ¿Qu-qué? ¿Rumor? ¡No he oído nada!
- Yae Miko: Vaya, es una pena.
- Katou Youhei: Suma Sacerdotisa, por favor, no cambie el tema. Estamos hablando de la vida de una persona. ¡Tiene que ayudarme!
- Paimon: Miko, se ve realmente desesperado. Lo de su hermano suena muy serio... Deberías ayudarlo.
Se ve desesperado.
Da lástima.
- Yae Miko: Bueno, está bien. ¡Está decidido!
- Paimon: ¡Qué bien! Entonces, ¿vas a ayudarle, Miko?
- Yae Miko: Katou, o como quiera que te llames, estos dos invitados son conocidos míos de confianza, y de hecho son expertos en resolver todo tipo de fenómenos extraños y sobrenaturales. Los exorcismos son parte de su día a día.
- Paimon: ¡Exacto! Oye, espera...
- Katou Youhei: ¿E-es en serio?
- Yae Miko: ¿Escuché bien? ¿Estás dudando? A ver si lo entiendo, vienes a pedirme ayuda, te recomiendo a alguien para que haga el trabajo, ¿y empiezas a dudar de mí?
- Katou Youhei: ¡No, para nada! ¡Eso nunca! ¡Confío plenamente en lo que diga la Suma Sacerdotisa! Gracias a ambos por estar dispuestos a ayudarme, ¡vengan conmigo!
- Paimon: Espera, espera, Miko. Nosotros seremos muchas cosas, ¡pero no somos exorcistas!
¡Sí, eso está por encima de nuestro nivel!
¡No sabemos nada de eso!
- Yae Miko: Jeje, no se preocupen. Si quiere un exorcismo, solo tienen que tomar un puñado de sal y murmurar palabrerías mientras la espolvorean por ahí.
- Yae Miko: Es algo común en las novelas ligeras, ¿no? Solo hay que tener un poco de valentía. En cuanto el protagonista adquiere confianza en sí mismo, todo lo demás se resuelve por arte de magia.
Esta no es una novela ligera...
Se necesita más que solo valentía para llevar a cabo un exorcismo.
- Yae Miko: Bueno, ustedes son los que estaban preocupados por esta situación. ¿No creen que sería un poco injusto que yo hiciera todo el trabajo?
- Yae Miko: Además, ambos sabemos que no habrían venido al Gran Santuario Narukami si no quisieran pedirme algo. Esta es su oportunidad para demostrar que vienen con buenas intenciones.
- Paimon: Paimon tiene un mal presentimiento... pero tienes razón...
- Yae Miko: Muy bien, vamos. No se preocupen, yo iré con ustedes.
- Paimon: Bien, Viajero, hay que seguir a Youhei y visitar a su hermano.
- (Busca al hermano de Youhei)
- Katou Youhei: Qué extraño. Últimamente, mi hermano ha estado meditando aquí casi todos los días, ¡pero ahora no está!
- Paimon: ¿Meditando?
- Katou Youhei: Sí, es algo que empezó a hacer desde que derrotó al discípulo de Domon. Se sienta allí solo, hablando consigo mismo... A decir verdad, es bastante perturbador.
- Katou Youhei: ¡Pero eso no es importante ahora! ¿A dónde diablos podría haber ido en ese estado?
- Yae Miko: Humm, es un pequeño problema. Si no podemos encontrar a tu hermano, no podemos realizar un exorcismo sin nada que exorcizar, ¿verdad?
- Yae Miko: Katou, o como quiera que te llames, dadas las circunstancias, ¿por qué no empiezas por buscar a tu hermano y recoges un puñado de sal en el camino? Necesitaremos usarla durante el exorcismo.
- Katou Youhei: Bien... ¡Entendido! ¡Lo haré de inmediato!
- Paimon: Miko, ¿qué hay de nosotros? ¿No deberíamos ayudarle a encontrar a su hermano?
- Yae Miko: Jeje, no es necesario. Mientras él se encarga de eso, daremos un paseo y preguntaremos a la gente qué saben de los dos hermanos. Tal vez descubramos algunos detalles interesantes.
- (Pregunta a los aldeanos por Youhei y su hermano)
- Paimon: ¡Hola! Nos gustaría preguntarle unas cuantas cosas sobre los hermanos Katou.
- Nobuo: Oh, ¿son recaudadores de deudas? Youhei me pidió que les dijera que no se preocupen, que podrá pagarles en cuanto consiga unos cuantos discípulos...
- Paimon: ¿Eh? ¿Recaudadores de deudas? No, no, ¡nada de eso!
- Paimon: Pero parece que Youhei y Shingo están en problemas...
- Nobuo: Bueno, sí, eso no se puede negar. Esos dos no tienen ni una pizca de dedicación. Comienzan algo y nunca lo terminan.
- Paimon: ¿Eh? Pero Youhei dijo que su hermano siempre ha querido convertirse en un espadachín. Incluso le pidió a Domon que fuera su maestro.
- Nobuo: Es cierto. Shingo le rogó a Domon que lo aceptara y finalmente lo hizo. Pero incluso después de convencer a un renombrado maestro para que le diera una oportunidad, siguió siendo el mismo de siempre, merodeando por ahí en clase en lugar de concentrarse en su entrenamiento.
- Nobuo: Al final, Domon se hartó y lo echó, pero Shingo quedó resentido. Culpó a Domon por no ver su potencial, e incluso dijo que desafiaría a uno de sus discípulos a un duelo.
- Paimon: Espera, ¿qué? Eso no fue lo que escuchamos...
- Yae Miko: Jeje, interesante. Escuchamos una versión ligeramente diferente... "Mi hermano no estaba dispuesto a rendirse. Entrenó todos los días con todas sus fuerzas y, finalmente, hace poco se probó a sí mismo al derrotar a uno de los mejores discípulos de Domon en un duelo".
- Nobuo: ¿Youhei dijo eso? ¿Que Shingo entrenaba con todas sus fuerzas? Eso es ridículo, solo se quedaba acostado maldiciendo al cielo todo el día, todos los días. ¡Qué manera de entrenar!
- Nobuo: Youhei me contó que Shingo ganó el combate, pero no lo tomé en serio. Puedes preguntarle más a Kenji en la entrada del pueblo. Él siempre tiene información de confianza.
- (Pregunta a los lugareños por más información)
- Paimon: Hola, venimos a preguntarte sobre los hermanos Katou.
- Kenji: Oh, ¿se refieren a Shingo y Youhei?
- Paimon: Sí. Oímos que Shingo derrotó a uno de los discípulos de Domon hace poco. ¿Es verdad?
- Kenji: Jaja, es cierto. Espera, ¿entonces están aquí porque escucharon que han abierto su propia escuela y quieren inscribirse?
- Paimon: No hemos venido a inscribirnos. Nos gustaría escuchar más detalles sobre la pelea.
- Kenji: Pues han acudido a la persona correcta. Yo mismo la presencié.
- Kenji: Pensé que era una broma cuando escuché que Shingo iba a desafiar a un discípulo del estilo Meikyou Shisui. Pero en cuanto sacó su espada, se convirtió en una persona totalmente diferente.
- Kenji: La forma en la que manejaba su espada era fluida como el agua. Verlo era fascinante. El discípulo de Domon no fue fácil de derrotar, pero tampoco fue rival para Shingo.
- Paimon: ¿En serio Shingo es tan fuerte?
- Kenji: Sí. Estaba eufórico después de ganar. Celebró exclamando algo como "¡Qué gran duelo, no me había sentido tan bien en mucho tiempo!".
- Yae Miko: Jeje, ¿hay algo más que quieras compartir? Hemos oído que Shingo se ha comportado de manera muy extraña desde entonces.
- Kenji: Humm... Definitivamente diría que ahora es más diligente. Antes, no hacía más que echarse a tomar el sol todo el día.
- Kenji: Ayer, por ejemplo, lo vi cortando árboles para el jefe de la aldea. En una sola tarde, hizo lo que a la mayoría de la gente le tomaría más de tres días. Y no solo eso, ¡también consiguió derribar un árbol de calavanda de una sola patada!
- Paimon: ...
...
- Yae Miko: Guau, impresionante.
- Kenji: Sin embargo, las cosas se pusieron raras después de eso. El jefe de la aldea sacó un poco de tofu para él, y se volvió loco. Comenzó a gritar: "¿Qué es eso? ¡Aleja eso de mí!", y luego salió corriendo.
- Katou Youhei: Suma Sacerdotisa, exorcistas, ¡por fin los encuentro!
- Katou Youhei: Encontré a mi hermano, está en la cascada. ¡Y conseguí la sal que me pidieron! ¡Vamos!
- Yae Miko: Me encantaría quedarme y escuchar más detalles, pero será mejor que nos vayamos ahora que lo hemos encontrado.
- ("Exorciza" a Katou Shingo)
- Paimon: Así que él es el hermano de Youhei. Vaya, ¡está meditando sentado en la cascada! ¡Qué locura!
- Paimon: Oigan, escuchen, está hablando consigo mismo.
- Katou Shingo: ...
- Katou Shingo: ¡Uf! Jejeje, ¿qué tal estuvo? ¿Puedes... sentirlo?
- Katou Youhei: Ehmm...
- Katou Shingo: ¿Puedes sentir... la sensación de... virilidad?
- Katou Shingo: Fundar tu propia escuela... ¡Ja! Qué superficial... ¿Cómo un hombre varonil puede aspirar a algo tan... patético?
- Katou Shingo: Oh... Por favor, dame un respiro... Y-ya no puedo sentir mi... v-virilidad... N-ni siquiera puedo sentir el frío.
- Katou Shingo: ... No puedo... No puedo soportarlo... Voy a morir...
- Katou Shingo: Youhei... ¡Youhei! ¡S-sálvame! ¡¡Sálvame!!
- Paimon: ¿Escuchaste, Viajero? Está diciendo tonterías, ¡pero también está pidiendo ayuda!
- Katou Shingo: ¿Eh? ¿Quién... anda ahí?
- Paimon: Se levantó... ¡y ahora viene hacia acá!
- Katou Youhei: ¡No! ¡No te acerques!
- Katou Youhei: ¡Ayuda!
- Paimon: ¿Ahora qué hacemos? ¡Viajero, Miko! ¡Piensen en algo!
- Yae Miko: Ay, pobrecillo.
- Yae Miko: Youhei, la vida de tu hermano pende de un hilo y está usando su último aliento para pedirte ayuda. ¿Qué deberíamos hacer?
- Katou Youhei: Eh, yo... ¡No lo sé!
- Yae Miko: A mí me parece que Shingo está resentido contigo. ¿A qué se debe?
- Katou Youhei: ¡No lo sé! ¡No tengo ni idea!
- Yae Miko: ¿No sabes? Pero debes saber más que nadie cómo es que tu hermano llegó a ponerse así.
- Yae Miko: Youhei, sugiero que pienses muy bien lo próximo que vas a decir. Esta es una situación de vida o muerte.
- Katou Youhei: Eh... P-pues...
- Yae Miko: Tu hermano es tu familiar más cercano. Debes haberlo notado de inmediato cuando comenzó a actuar extraño.
- Yae Miko: Y, sin embargo, pasaron cinco días antes de que se te ocurriera venir a pedirme ayuda. ¿Realmente esperas que no me dé cuenta de las lagunas en tu historia?
- Katou Youhei: Yo...
- Yae Miko: Como quieras. Por mí, no hay problema si no quieres decir la verdad.
- Yae Miko: Pero una vez que Shingo muera, tú serás el siguiente.
- Yae Miko: Es inútil tratar de escapar. Aunque vayas hasta el fin del mundo, irá detrás de ti. Después de todo... ambos lo invocaron juntos.
- Katou Youhei: ¡¡Aaah!!
- Katou Youhei: Está bien, ¡hablaré! ¡Les diré todo! ¡Mi hermano y yo usamos un conjuro! ¡Pedimos un deseo!
¿Pidieron un deseo?
¿De la «Guía de invocación de espíritus»?
- Katou Youhei: ¡Sí! ¡Esa misma, la que está de moda últimamente! ¡Solo tienes que recitar un conjuro a media noche y tu deseo se hará realidad!
- Katou Youhei: Tal y como se describe en el libro, dibujamos el símbolo mágico, nos metimos en él descalzos a medianoche, pronunciamos el conjuro y, de repente, ¡unas esferas de luz aparecieron a nuestro alrededor!
- Katou Youhei: Luego de que mi hermano deseó convertirse en un maestro espadachín, el conjuro funcionó. De pronto, su habilidad con la espada se volvió increíble, pero también su personalidad cambió por completo.
¿Por qué no buscaste ayuda de inmediato?
¿Por qué esperaste hasta ahora para buscar ayuda?
- Katou Youhei: Porque... estaba preocupado de que, si volvía a la normalidad, perdería su habilidad con la espada.
- Katou Youhei: Si eso ocurriera, se arruinarían nuestros planes de crear una escuela de artes marciales y volveríamos a ser pobres. Solo quería mantener esto en secreto hasta que pudiéramos abrir el gimnasio y pagar nuestras deudas...
- Paimon: Entonces, ¿por qué fuiste al Gran Santuario Narukami?
- Katou Youhei: Porque, por la forma como se está comportando ahora, me preocupaba que empezaran a correr rumores de que se había involucrado en las artes oscuras o algo así. ¡Entonces nadie querría ser su discípulo!
- Katou Youhei: Se me ocurrió que tal vez la Suma Sacerdotisa sabría la manera de que mi hermano volviera a la normalidad conservando sus habilidades con la espada...
- Yae Miko: Vaya, lo tenías todo bien pensado, ¿eh?
- Yae Miko: Deja de engañarte. Estas nuevas habilidades con la espada no son suyas, pertenecen al espíritu que lo ha poseído.
- Katou Youhei: ¡Sí, tiene razón! ¡Hicimos mal! ¡Lo merecemos!
- Yae Miko: Muy bien, entonces, es tu turno. Lanza la sal, y luego saca tu espada.
- Tras esparcir la sal, Katou Shingo colapsa y aparece aquello que los dos hermanos invocaron...
- Paimon: ¡¿Qu-qué es eso?!
- Katou Youhei: ¡¡Aaah!! ¡Es el e-espíritu!
- Yae Miko: ¿Lo ves? Es lo que invocaste. Y mira, ahora que Shingo ya no le sirve, viene directamente por ti.
- Katou Youhei: ¡¡Aaah!! ¡Sálvenme! ¡Sálvenme!
- Paimon: ¡M-Miko! ¡Se desmayó! ¿Ahora qué hacemos?
- Yae Miko: Tú y yo no tenemos nada que hacer.
- Yae Miko: En cambio, tú, querido, tendrás una pequeña pelea y esto se termina.
- Arakawa Kouji: Oh, tú también eres... ¡un maestro espadachín!
- Arakawa Kouji: ¡Vamos! ¡Pelea contra mí!
- Paimon: Ahí viene, ¡Viajero, ten cuidado!
- (Derrota al espíritu que poseyó a Shingo)
- (Investiga la verdad que se esconde detrás del espíritu)
-
- Después de una pelea desafiante, logras derrotar al espíritu que poseía a Shingo...
- Arakawa Kouji: Jeje... Jajaja... ¡Excelente! ¡Guau! ¡Qué emocionante!
- Arakawa Kouji: No me sentía así de bien... ¡en mucho tiempo!
- Paimon: Desapareció... pero se veía bastante contento al final.
- Paimon: Ehmm... Paimon está muy confundida. ¿Tú entiendes qué está pasando, Viajero?
Tengo una vaga idea.
Yo también estoy muy confundido.
- Yae Miko: Shh, podemos hablar de eso después, se están despertando.
- Katou Shingo: *Cof, cof*... ¿Qué estoy haciendo aquí...? ¿Youhei? Youhei, ¿eres tú?
- Katou Youhei: ¡Shingo! ¿Estás bien?
- Katou Shingo: Youhei, tuve un sueño muy raro...
- Katou Shingo: Soñé que ya no era malo con la espada, y que incluso derrotaba a uno de los discípulos de Domon.
- Katou Shingo: Pensé que al fin podríamos tener nuestro propio gimnasio... pero después me di cuenta de que no podía controlar mi cuerpo y había una voz que me hablaba todo el tiempo.
- Katou Shingo: Me moría de miedo y quería recuperar el control de mi cuerpo, pero no podía. Y aquella voz me seguía hablando de "virilidad"...
- Katou Youhei: Shingo, no debimos pedir ese deseo. Invocamos un espíritu y... ¡te poseyó!
- Yae Miko: Sí, y si no hubiéramos venido a rescatarte, no habrías vivido por mucho tiempo. Luego, el espíritu habría perseguido a tu hermano hasta que también muriera de cansancio.
- Katou Youhei: ¡Gracias, Suma Sacerdotisa! ¡Y gracias a ustedes, exorcistas, por su ayuda!
- Yae Miko: Bien, llévenlo a descansar. Se encuentra muy débil por haber estado poseído tantos días.
- Yae Miko: Tendrá fiebre alta, pero no será nada mortal. Recuerda, este es el precio que tienes que pagar.
- Yae Miko: En este momento, normalmente te daría un sermón sobre las terribles consecuencias de utilizar artes ocultas para obtener un poder que no te pertenece... pero creo que ya lo entendiste, ¿no?
- Katou Shingo: Sí... ¡Aprendimos la lección! ¡Nunca más lo volveremos a hacer!
- Katou Youhei: ¡Gracias, Suma Sacerdotisa! ¡Gracias, exorcistas!
- Katou Youhei: Bueno, entonces nos despedimos. Vamos, Shingo.
- Paimon: Miko, ¿de verdad habrían perdido la vida si no nos hubiéramos involucrado?
- Paimon: Y, si es así, ¿por qué te negabas a ayudarlos?
- Yae Miko: Ay, no les habría pasado nada.
- Yae Miko: Tenía que asustarlos un poco. De lo contrario, no creo que hubieran aprendido la lección.
- Paimon: Entonces... ¿qué fue lo que poseyó a Shingo?
- Yae Miko: Ustedes lo vieron con sus propios ojos. Estoy segura de que pueden saber qué tipo de espíritu lo poseyó, ¿no?
Un maestro espadachín...
Una fuerza extraordinaria y un gran vigor.
Alguien a quien no le gusta el tofu...
- Paimon: ¡Ah! ¡Paimon sabe! ¡Era un oni!
- Yae Miko: Correcto. Aunque poseyó a Shingo, no tenía ninguna mala intención. De hecho, parecía que estaba tratando de entrenarlo para que se volviera más audaz.
- Paimon: Humm... Bueno, parece que tuvo el efecto contrario.
- Yae Miko: Lanzar la sal hizo que saliera temporalmente del cuerpo de Shingo. Luego, agotó sus fuerzas al luchar contigo y desapareció.
- Yae Miko: Incluso si no hubiéramos hecho nada, llegaría el momento en que el cuerpo de Shingo se habría debilitado tanto que no habría sido capaz de albergar el espíritu, y este habría acabado marchándose por voluntad propia.
- Yae Miko: Claro que de esa forma habría sido más estresante para Shingo y Youhei, jeje. Aun así, esa experiencia puede haber sido más efectiva que el hecho de que yo exagerara un poco para asustarlo.
- Paimon: Uff... Bueno, lo importante es que nadie resultó herido.
- Yae Miko: Bien, parece que ya está todo resuelto por aquí. Vamos, tenemos que marcharnos.
- Paimon: ¡Espera, Miko! Dices que ya está todo resuelto pero... ¿estás segura?
- Yae Miko: Humm... ¿No estás de acuerdo?
El conjuro que usaron...
El libro «Guía de invocación de espíritus»...
- Yae Miko: Oh, quieres decir que tomaron el conjuro de ese libro. Sí, eso lo sé.
- Paimon: De hecho, ese libro es la única razón por la que vinimos a buscarte al santuario. Parece que ahora los conjuros son muy populares.
- Yae Miko: Los seres humanos no tienen poderes como nosotros los youkai. Es comprensible que se interesen en conjuros para invocar lo sobrenatural.
- Paimon: ¡No se trata de eso! El problema es que los conjuros del libro son capaces de invocar espíritus y otras cosas, ¡y mucha gente los está probando!
- Yae Miko: *Suspira*... El poder de los humanos es limitado. Incluso si logran invocar a un espíritu con el conjuro, no se quedará con ellos por mucho tiempo. Yo no me preocuparía por eso.
- Paimon: Pero, ¿quién escribió ese libro y por qué? ¿No crees que puede haber un riesgo de seguridad más grande?
- Paimon: ¿Qué piensas, Viajero?
Sí me preocupa un poco.
- Paimon: Sí... puede que Youhei y Shingo estén bien, pero las cosas se volvieron bastante aterradoras cuando Shingo fue poseído.
Si Miko dice que no hay problema, no deberíamos preocuparnos.
- Paimon: Bueno, si lo pones de esa manera... ella ha sido bastante confiable. Desde el principio dijo que no era nada importante, y hasta ahora, no ha habido ningún gran peligro.
Siento más curiosidad por la reacción de Miko.
- Paimon: Tienes razón. Debería estar preocupada por lo que sucede en el negocio de las novelas ligeras, ¿no? Pero parece que no le importa ese libro en absoluto.
- Kuroda: ¡Srta. Yae! Al fin la encuentro.
- Yae Miko: ¿Kuroda? ¿Qué haces aquí?
- Kuroda: Estoy aquí para informar sobre las ventas de la Editorial Yae en el último mes. Aquí están todos los números, por favor, échele un vistazo.
- Yae Miko: Déjame ver... ¿Qué? ¿Estamos perdiendo participación en el mercado?
- Kuroda: Sí. "El más vendido", "La elección de los lectores" y "Tendencias"... ¡Nos están ganando en todas las categorías!
- Kuroda: Hay un libro que se encuentra en el primer puesto de todas las categorías... Se llama «Guía de invocación de espíritus».
- Yae Miko: ¡Oigan, ustedes dos! ¡Regresen, por favor!
- Paimon: ¿Qué sucede, Miko? Te ves sorprendida.
- Yae Miko: Esto es serio. La «Guía de invocación de espíritus» es un éxito total, supera en todo a las novelas de la Editorial Yae.
¿Cuál es tu definición de "serio"?
- Yae Miko: ¿Qué clase de pregunta es esa? He trabajado muy duro para promocionar nuestra última obra, y ahora un libro aparece de la nada y nos roba el protagonismo. Si esto no es la definición de "intolerable", no sé lo que es.
- Yae Miko: Tengo que idear un plan. Y ustedes van a ayudarme.
- Paimon: ¿Eh? ¿En qué momento se convirtió en nuestro problema?
- Yae Miko: Paimon, por favor. "¿Quién escribió este libro y por qué? ¿No crees que puede haber un riesgo de seguridad más grande?".
- Yae Miko: *Suspira*... ¿La seguridad de los habitantes de Inazuma no es tan importante para ti después de todo?
- Paimon: Espera... ¿Qué acaba de pasar? Técnicamente tienes razón pero... ¡Paimon tiene un mal presentimiento!
- Yae Miko: No pasa nada. Andando, ¡esto es la guerra!
- Yae Miko: Voy a regresar y hacer algunos preparativos. los espero afuera de la Editorial Yae.
Historial de cambios[]
- Versión 2.5
- La misteriosa leyenda urbana se añadió al juego.