Lágrimas en el final del destino es la tercera parte de las Misiones de Arconte del Capítulo III: Acto VI, Cariberto.
Detalles[]
- Sigue al Hilichurl
- Sigue al Hilichurl
- Sigue al Hilichurl hasta el interior de la cueva
- Habla con Eide
- Sigue explorando
- Habla con Eide
- Derrota al Emisario del destino
- Habla con Eide
- Sigue explorando
- Habla con Eide
Recompensas[]
Notas[]
- Al completar la misión recibirás el logro "A la otra orilla del destino" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
- Desde el inicio de la misión "El derecho a burlarse del destino", el jugador estará en un "modo especial de la trama". Si el jugador sale de este modo, puede regresar entrando a la cabaña donde se encuentra Cariberto. Para más información sobre este modo, ir a las notas de "El derecho a burlarse del destino".
Diálogos[]
- (Sigue al Hilichurl)
- Eide: Ese... no es Cariberto.
No, ese no es...
No lleva un pañuelo de seda en el brazo.
- Eide: Cierto, Cariberto lleva un pañuelo. Fue un regalo que le hice a su madre. Ahora lo uso para distinguirlo.
- Eide: Me está fallando la vista... ¿Cómo es posible que no haya reconocido a mi propio hijo? Uf, mi cuerpo ya no puede más...
Pero ese Hilichurl...
¿No crees que ese Hilichurl es un poco raro?
- Eide: Sí... No parece muy interesado en nosotros, y su único propósito es caminar en esa dirección. ¿Qué habrá por allí?
No estoy seguro.
Tendremos que averiguarlo nosotros mismos.
- Eide: ... Cuanto más sepamos sobre los Hilichurls, mejor.
- (Sigue al Hilichurl)
- Eide: ¿El Hilichurl entró aquí? Humm... Vayamos a ver.
- (Sigue al Hilichurl hasta el interior de la cueva)
- (Habla con Eide)
- Eide: Qué lugar tan siniestro... ¿Siempre ha estado aquí? Nunca lo había visto...
Mira...
¿Qué están haciendo esos Hilichurls?
- Eide: Oh. Parece que están... adorando algo. Caminan y se arrodillan para postrarse ante algo. Da la impresión de que sienten verdadera devoción.
- Eide: Nunca he visto nada parecido... ¿Qué rayos esconde este lugar?
- Eide: Solo hay una forma de averiguarlo.
(El aire que se respira aquí... Este sitio tan espeluznante... ¿No será...?)
- (Sigue explorando)
- (Habla con Eide)
- ¿?: Alto, humanos. No tienen permiso para entrar aquí a investigar el destino.
(¿Un Emisario del Abismo? No puede ser... Nunca he visto a uno como este en la Orden del Abismo.)
- ¿?: ¿Qué ocurre? ¿Acaso insisten en solicitar una audiencia?
- ¿?: ... Como quieran. Los someteré a la prueba del destino.
- (Derrota al Emisario del destino)
- (Habla con Eide)
- Eide: ¿Quién era ese? Era... era...
... ¿Aterrador?
Ya me he encontrado con tipos como ese.
- Eide: Era un ser prácticamente perfecto. Me he quedado sin palabras.
... ¿Eh?
- Eide: Tenía un aire misterioso y una energía peligrosa, pero elegante al mismo tiempo. Era verdaderamente cautivador.
- Eide: Pero tú fuiste capaz de derrotarlo. Eres más fuerte de lo que había imaginado.
Tienes unos gustos muy particulares.
Es solo que tengo experiencia peleando.
- Eide: Sigamos. A cada segundo que pasa, más curiosidad tengo y más emocionado estoy.
- (Sigue explorando)
- Eide: Creo... que hemos llegado al final.
¡¿Qué es esa cosa?!
(Amarrada con cadenas, pendiendo de la nada, con este aire tan siniestro... ¡Tal y como la estatua profanada que vimos en aquel entonces!)
(Conque guarda relación con la Orden del Abismo... Y estos Hilichurls también me recuerdan mucho a aquel Ladrón de Tesoros...)
Eide, este sitio me da mala espina. ¡Vámonos de aquí!
- Eide: ...
¿Eide?
- Voz que resuena en tu mente: Oh, preciado ser, ¿a qué viene tan intensa veneración? ¿Acaso es por miedo a lo desconocido? ¿O es poder lo que ansías?
(¿De quién es esa voz? ¿Viene de mi mente? ¿Y Eide no puede escucharla?)
- Voz que resuena en tu mente: Oh, preciado ser, ¿por qué te inclinas ante mí? Yo no soy un dios. Yo... no soy más que un pecador.
(Un pecador...)
- Voz que resuena en tu mente: Eres como una flor nacida del pecado que aún conserva su pureza... Conozco muy bien tu destino.
- Voz que resuena en tu mente: Ya no tendrás que reprimir tu resentimiento, ya no tendrás que soportar todas esas mentiras.
- Voz que resuena en tu mente: Adelante, trasciende. Ve más allá del destino que te fue concedido...
- Voz que resuena en tu mente: Y yo derramaré una lágrima cuando llegue el fin del tiempo... cuando contemple tu vida pasada.
(¿Quién eres? ¿Qué quieres decirme con todo esto?)
- Voz que resuena en tu mente: ...
(La voz... desapareció...)
- (Viajero): ¡!
... ¿Eide?
- Eide: *Puff*... ¿Qué es lo que acaba de pasar?
- Eide: En el instante en que vi esa cosa, mi mente se tranquilizó y me envolvió un sentimiento de veneración... o quizás de felicidad...
¿Te encuentras bien ahora?
- Eide: Sí, estoy bien. De hecho... me siento mucho mejor que antes de haber venido aquí. Qué raro...
Pasa algo raro en este sitio. Tenemos que irnos.
- Eide: Oh, ¿t-tú crees? Está bien, como tú digas.
- Se marchan de la escalofriante cueva y regresan a casa de Eide.
- (Habla con Eide)
- Eide: ¡Cariberto! Oh, menos mal... Todo sigue bien.
¿Ya no es necesario orar ante la Estatua de Los Siete?
¿Por qué regresamos aquí?
- Eide: T-tengo la extraña sensación de que lo que acaba de pasar estaba predestinado.
- Eide: Todo esto ha sucedido cuando lo último que quería era postrarme ante la estatua de un dios. Es como si algo me hubiera llevado a hacerlo.
- Eide: Dices que yo me postré ante esa cosa, ¿no será que... surte el mismo efecto?
Eso no tiene mucho sentido...
Si eso es lo que piensas...
- Eide: Tengo que intentarlo, cueste lo que cueste... Tú mismo lo dijiste, tenemos que intentarlo por todos los medios posibles.
- Administran otra dosis de medicina al Hilichurl...
- Eide: ¿Cariberto?
- Cariberto: ...
- Cariberto: ¿Pa... papá?
- Eide: ¡Ah! ¡Cariberto! Por los cielos, ¡no puedo creer que haya funcionado! Oh, Cariberto, hijo mío...
¿Quién lo habría imaginado?
Ver para creer...
- Eide: ¡¿Lo ves?! ¡Funcionó! ¡Cariberto recuperó el habla!
- Cariberto: ¿Dónde... está mamá?
- Eide: Mamá... Cariberto, antes que nada, mírame. ¿Sabes quién soy?
- Cariberto: Sí... Eres mi papá.
- Eide: Jaja, ¡sí! Jajajaja... Salvación, bendita salvación... Así que así es como se siente...
- Eide: ¿Cómo te encuentras, Cariberto? ¿Te has espabilado ya?
- Cariberto: Sí... Siento como si hubiera dormido durante mucho tiempo. En mi sueño, me había escondido en una pequeña habitación. No me atrevía a salir, pero tampoco quería hacerlo...
- Cariberto: Un momento...
- Cariberto: ¡Mi cuerpo! ¿Qué me ha pasado? Este... ¿Este soy yo?
- Cariberto: Papá... ¡¿Qué me ha pasado?!
- Eide: ...
- Eide: No temas, hijo mío. Es solo que... mientras dormías, nos adentramos en un mundo de fantasía.
- Eide: En este mundo ya no existe nuestro hogar, Khaenri'ah, pero precisamente por eso tampoco existen ni un cielo rojo ni catástrofes apocalípticas.
- Eide: En este mundo, vivirás siendo un pequeño monstruito... pero estarás con tu papá para siempre.
- Cariberto: ¿Estoy... muerto?
- Eide: No, no, para nada. Mira, Cariberto, todavía tienes el pañuelo de tu madre atado al brazo. Eso es que ella sigue cuidando de ti y protegiéndote, así que ¿cómo vas a haber muerto?
- Cariberto: ¿De verdad?
- Eide: ¡Claro! Acabas de despertarte, así que esto debe de ser muy confuso para ti. Descansa aquí por ahora... Todo irá bien.
- Eide: Oh, y... tienes que prometerme una cosa...
- Eide: Nunca te quites la máscara.
- Eide: ¿Me has entendido? Pase lo que pase, nunca te quites la máscara.
- Cariberto: De acuerdo, papá... No me la quitaré, lo prometo...
- Padre e hijo hablan largo y tendido. Eide es un hombre nuevo después de esta experiencia.
- Eide: Desde aquel día, nunca antes me había sentido tan dichoso como ahora. No puedo creer que esto esté sucediendo de verdad...
Sí...
Es sin duda increíble.
- Eide: Humm, sabía que nunca debería haber esperado nada de la Estatua de Los Siete. Hasta me postré ante a ella... Nunca antes en mi vida me he sentido tan avergonzado.
- Eide: Un asesino siempre será un asesino... Qué iluso fui al creer que aquellos que conspiraron en nuestra contra querrían salvarnos.
- Eide: En cambio, el dios que vimos en la cueva... ¡Ese sí que era un auténtico dios! No como Los Siete.
- Eide: Ese misterioso poder era tan cautivador... ¡Seguro que ese fue el motivo por el que acabé arrodillándome!
- Eide: Humm, entonces... Si tras haberle pedido un deseo a un dios, ese deseo acaba cumpliéndose... se supone que tengo que... ¿rendirle culto?
- Eide: No soy un entendido en este tema, pero... creo que tengo que venerar al dios que escuchó mis plegarias.
Pero ese no era un dios, Eide... Era un pecador.
Era un pecador, no un dios.
- Eide: ¿Un pecador? Vamos, no digas tonterías. No sabes nada sobre ese dios, ¿cómo te atreves a blasfemar de esa manera?
- Eide: Tú también presenciaste su poder divino. ¿Acaso Los Siete podrían hacer algo así? ¡Él debe de ser un dios más poderoso que ellos! ¿Y tú lo llamas "pecador"? ¡Qué absurdo!
- Eide: Da igual... Piensa lo que quieras, no doblegarás mi fe.
- Eide: Iré a venerarlo, ya sea contigo o sin ti.
No tienes remedio.
(Esta experiencia ha afectado mucho a Eide... Puede que antes fuera un tanto inestable, pero esta devoción tan ferviente y repentina...)
(En fin, tendré que ir con él de todas formas. Recuerdo que había muchos monstruos por la zona, no puedo permitir que le hagan nada a Eide...)
Bien, hazlo.
(Esta experiencia ha afectado mucho a Eide... Puede que antes fuera un tanto inestable, pero esta devoción tan ferviente y repentina...)
(En fin, tendré que ir con él de todas formas. Recuerdo que había muchos monstruos por la zona, no puedo permitir que le hagan nada a Eide...)
Historial de cambios[]
- Versión 3.5
- Lágrimas en el final del destino se añadió al juego.