Huellas bajo la arena es una misión legendaria de la historia de Cyno del capítulo Lupus Aureus: Acto II - El protector de la promesa.
Detalles[]
- Dirígete al Caravasar Ribat
- Ve a la Aldea Aaru
- Busca pistas en el oasis
- Sigue a la persona misteriosa
- Habla con la persona misteriosa
- Entra en el lugar misterioso
- Sigue a la persona misteriosa
- Habla con la persona misteriosa
- Habla con los demás mientras esperas un poco
- Habla con los demás mientras esperas un poco
- Entra en el templo
Recompensas[]
38 100 Mora
Diálogos[]
- Paimon: Hemos llegado al Caravasar Ribat. ¿Por dónde empezamos a investigar?
- Paimon: Humm... Tal vez deberíamos preguntar a los guardias de por aquí...
- Tignari: Un momento. Miren, por allí.
- Paimon: Esa de ahí es... ¿Dehya?
- Dehya: ¿Estás seguro de que quieres adentrarte solo en el desierto? Sé que, a fin de cuentas, es tu elección, pero...
- Cyno: No es la primera vez. Estaré bien.
- Tignari: Cyno...
- Candace: Si ya has tomado tu decisión, al menos acepta nuestro consejo: cuando prepares tu equipaje, mete suministros para cinco días más de los que piensas estar fuera.
- Cyno: De acuerdo. Voy a ir preparándome.
- Tignari: Así que estabas en el Caravasar Ribat. Viniste aquí siguiéndole el rastro a Ciro, ¿verdad?
- Cyno: ¿No les dije que no me siguieran? No pensé que fueran a ser tan rápidos.
- Paimon: Lo sentimos, pero nunca accedimos a ello. ¿Por qué has decidido irte por tu cuenta?
- Cyno: No es nada personal. La situación es complicada y prefiero no involucrar a nadie más si puedo evitarlo.
- Dehya: Ja, debe de tratarse de alguien muy especial para que Cyno lo siga hasta el Caravasar Ribat.
- Dehya: Pero ¿por qué estás siendo tan reservado hoy? Solo nos has preguntado si hemos visto a un anciano de cierta apariencia, pero no nos has dicho ni cómo se llama... ¿Acaso se trata de un fugitivo de Sumeru?
- Dehya: Ah, por cierto. ¡Hola! ¡Cuánto tiempo sin verlos!
- Paimon: ¡Dehya, Candace! ¡Qué alegría volver a ver a todos nuestros viejos amigos!
- Dehya: Me alegro de verlos. Tienen buen aspecto.
Gracias.
- Dehya: Candace y yo vinimos al Caravasar Ribat por un asunto, cuando nos encontramos con Cyno preguntando por el paradero de una persona.
- Dehya: Hay gente aquí que dice haber visto al anciano. Un señor de avanzada edad cuya única compañía era un animal de carga con el que adentrarse en el desierto sin apenas provisiones...
- Dehya: Seguro que detrás de esto hay una gran historia.
- Candace: Cyno, no pasa nada si no puedes contárnoslo, pero al menos dinos cómo podemos ayudarte.
- Candace: Estamos aquí para ayudar. Cuanta más gente reúnas, mejor. Seguro que encontraremos a la persona que estás buscando.
- Cyno: ... No, no es tan sencillo. Si estoy en lo cierto, él hará todo lo posible para que no lo encontremos.
- Tignari: Zaha Hadi nos lo dijo. Por lo que contó, está claro que él también pretende encargarse del asunto por su cuenta. No va a ser fácil encontrar a alguien en el desierto que pretende ocultarse.
- Candace: Parece que la situación es mucho más complicada de lo que imaginábamos.
- Dehya: Sea como sea, su punto de partida fue el Caravasar Ribat, así que es muy probable que haya pasado por la Aldea Aaru. ¿Por qué no vas a preguntar si alguien lo ha visto?
- Cyno: Muchas gracias. Cuando todo esto esté resuelto, regresaré para agradecérselo como es debido.
- Dehya: Vamos, no hace falta ser tan formal. Con que nos invites a una ronda cuando volvamos a la ciudad será suficiente.
- Cyno: Dalo por hecho.
- Dehya: Y ahora...
- Cyno: Sí, nosotros nos encargamos a partir de ahora. Gracias de nuevo por su ayuda, no lo olvidaré.
- Dehya: De acuerdo. Entonces, lo dejamos en sus manos. Si necesitan refuerzos, vengan a buscarnos.
- Candace: No hay nada que agradecer. Sus problemas son nuestros problemas.
- Paimon: ¡No se preocupen! ¡Lo mantendremos vigilado para que no se meta en líos!
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en Candace)
- Candace: (Oh, dioses, reconozcan su bondad y protéjanlos.)
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en Dehya)
- Dehya: (Espero que, se trate de lo que se trate, no sea demasiado peligroso. ¡Ánimo, chicos!)
- (Habla con Candace o Dehya, opcional)
- Dehya: Cyno debería considerarse afortunado de que (Viajero) y Tignari lo hayan seguido hasta aquí. ¿En qué estaba pensando? ¿En convertirse en el héroe solitario?
- Candace: El desierto pone a prueba el ingenio, las agallas y el corazón de todo el que se adentra en él. No te preocupes, mientras Cyno tenga a sus compañeros a su lado, estará bien.
- (Al acercarse a la Aldea Aaru)
- Tignari: Un momento. Hay algunas cosas que me gustaría aclarar.
- Cyno: ¿Qué pasa?
- Tignari: Cuando te fuiste del campamento...
- Cyno: ... Sí. Es evidente que el Templo del Silencio esconde muchos secretos. Es fácil suponer que la institución que hay en la Academia es falsa.
- Tignari: ¿Tienes alguna relación con el Templo del Silencio?
- Cyno: La tengo. Supongo que saben que el poder que tengo procede de Hermanubis. Pues fue él quien construyó el Templo del Silencio.
- Cyno: Debido a mi constitución tan particular, fui sometido a numerosas pruebas en el desierto cuando era más joven. Más tarde, conocí al profesor, quien me llevó a la Ciudad de Sumeru.
- Cyno: Aunque ahora que hago memoria, los recuerdos de aquella época están bastante borrosos.
- Cyno: Menos mal que Kaveh se fijó en el emblema de la carta. De lo contrario, no nos habríamos dado cuenta de todo lo que había tras ella.
- Cyno: Yo en absoluto reconocí aquel símbolo. No sé si es porque no lo he visto antes o porque me falla la memoria.
- Tignari: Sí, tienes razón. Menos mal que Kaveh se dio cuenta y que Alhacén fue tan diligente cuando fue Gran Sabio Intendente.
- Paimon: Pero Ciro debe haberlo reconocido de inmediato. De lo contrario, no habría intentado evitar denunciarlo. ¡Quizá su relación con el Templo del Silencio sea incluso mayor que la tuya!
- Cyno: Yo también lo creo. El profesor nunca ha sacado el tema del Templo del Silencio en una conversación, y cuando se menciona a Hermanubis o sus posesiones, suele evitar profundizar en el tema.
- Tignari: Y por cierto, hablando de evasivas. Dado que (Viajero) y yo estamos aquí, supongo que no seguirás actuando por tu cuenta, ¿verdad?
- Cyno: Lo sé, y lo acepto.
- Cyno: ... O más bien, soy consciente de lo difícil que sería zafarme de ustedes durante el camino, así que tras pensarlo, he decidido aceptarlo.
- Paimon: ¡Así es! La verdad es que vamos a ir contigo, quieras o no. Así, si surge algún imprevisto, podremos cuidar los unos de los otros.
¡No puedes deshacerte de nosotros!
- Cyno: Está bien. Al regresar, al menos dejen que los invite a tomar algo.
- Tignari: Me parece bien. En marcha, vamos a ver qué tienen que decirnos los guardias de por aquí.
- Cyno: Hola.
- Fodil: ¡Gran Juez Cyno!
- Cyno: Estoy buscando a alguien. Me gustaría hablar contigo sobre las actividades recientes en la Aldea Aaru.
- Cyno describe el aspecto de Ciro y los objetos que podría llevar consigo.
- Fodil: Un hombre que encaja con esa descripción ha pasado por la Aldea Aaru hace no mucho. Se detuvo para reponer comida y agua. Tras alimentar a su animal de carga, se marchó.
- Cyno: ¿Hacia dónde fue?
- Fodil: Veamos... Se quedó sentado un rato en la entrada de la aldea hablando con la persona que traía el agua. Dijo que iba... hacia un oasis, pero no dijo cuál.
- Fodil: ¿Tiene a mano un mapa? Puedo marcar la dirección en la que fue y la ruta hacia los oasis cercanos.
- Tignari: Aquí tienes. Toma.
- Fodil: Muy bien.
- Fodil: ... Listo.
- Cyno: Muchas gracias, me has hecho un gran favor.
- Paimon: ¡Qué buena memoria tienes!
- Fodil: Ah, no hay de qué. Es lo mínimo que puedo hacer.
- Fodil: Buena suerte. ¡Espero que lo encuentren pronto!
- (Al acercarse a la ubicación señalada)
- Cyno: Un momento. Hay alguien ahí.
- Paimon: ¿Crees que deberíamos preguntarles si saben algo?
- Cyno: De acuerdo. Yo me encar...
- Tignari: No. Déjame a mí.
- Paimon: ¿Por qué se ha ofrecido Tignari a ir?
- Cyno: Dada mi procedencia, mi aspecto y mi forma de vestir, puede que no sea el visitante más bienvenido aquí. Por precaución, probablemente sea mejor dejar que alguien más neutral se encargue.
- Tignari: Hola, espero no interrumpirlos. Mis amigos y yo estamos buscando a un anciano que se ha perdido por aquí. ¿Podemos hacerles un par de preguntas?
- ¿?: Oh, ¿alguien ha desaparecido? Claro, claro, ¿qué quieres saber?
- Tignari: Quería saber si lo han visto. Dejen que les cuente los detalles...
- Tignari le describe la apariencia y el atuendo de Ciro.
- ¿?: ... Entonces, buscan a un anciano de pelo blanco, con aire refinado, de mirada penetrante y que viste una túnica... Y que, además, viaja solo.
- Habitante del desierto ocioso: Alguien así llamaría la atención más que un animal de carga en una biblioteca.
- ¿?: Sí, de haber visto a alguien así seguro que nos acordaríamos.
- Tignari: (¿Está mirando lo que hay detrás de mí?)
- Paimon: ¿Eh? Ese tipo está mirando hacia aquí.
- ¿?: Ese caballero de allí también tiene un aspecto muy peculiar.
- ¿?: ¡Ey! ¿Tú no eres el Gran Juez, Cyno?
- Cyno: El mismo.
- ¿?: No pareces sorprendido de que te reconozcan.
- Cyno: No es la primera vez.
- ¿?: Eres tú quien está buscando a alguien, ¿verdad?
- Tignari: (Tengo un mal presentimiento sobre este tipo.)
- Cyno: ...
- ¿?: Vaya, parece que has empezado a desconfiar de mí.
- ¿?: No hace falta que lo ocultes. Sé que no se fían de nosotros, pero son ustedes los que han venido en busca de ayuda, ¿no es así?
- Tignari: Creí que eran un grupo ordinario de mercaderes. Parece que me he equivocado.
- Cyno: Tus subordinados no parecen gran cosa, pero algo me dice que en un combate darían más la talla que la mayoría de los mercenarios.
- ¿?: ¿Han oído eso? ¡Ahora son mis subordinados!
- Habitante del desierto ocioso: A mí me sirve, mientras me pagues.
- Habitante del desierto impaciente: Corta el rollo con esta gente de una vez. Estoy empezando a cansarme.
- ¿?: Está bien, está bien.
- ¿?: ... Vengan conmigo.
¿A dónde nos llevas?
- ¿?: ¿No quieren encontrar a su amigo?
- ¿?: Un anciano de pelo blanco, con aire refinado, de mirada penetrante y que viste una túnica... Jaja, parece que ustedes tienen una imagen de Ciro que desconocía por completo.
- Cyno: Entonces, ¿sabes dónde está?
- ¿?: Síganme. Los llevaré donde está.
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en el Habitante del desierto impaciente)
- Habitante del desierto impaciente: (¿Estas son las personas a las que estábamos esperando? No es lo que esperaba...)
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en el Habitante del desierto ocioso)
- Habitante del desierto ocioso: (Esos tipos son muy cautelosos. Solo enviaron a una persona para hablar con nosotros, jaja
- (Habla con Sethos)
- ¿?: Es aquí.
- Paimon: ¿Aquí? Pero si aquí no hay nada. ¿Dónde ves tú a Ciro?
- ¿?: Por favor, retrocedan.
- La persona misteriosa realiza una serie de acciones como si fuera algún tipo de ritual.
- Paimon: ¡Guaaau! ¡¿Qué ha salido del suelo?!
- Tignari: ... ¿Qué hace un edificio tan grande aquí?
- Cyno: Y estaba muy bien oculto... ¿Tecnología del Rey Deshret?
- Paimon: E-espera, entonces tú eres... No. ¿Ustedes son...?
- Cyno: ¿Acaso es esto... el Templo del Silencio? ¿Tú eres uno de sus miembros?
- ¿?: No se apresuren, aún no es el momento de hablar.
- (Al entrar al Templo del Silencio)
- Paimon: Paimon no se esperaba encontrar esto en el desierto... Y mucho menos escondido al lado de un oasis.
- Paimon: Ay, a Paimon le está entrando miedo...
- Paimon: Seguro que han secuestrado a Ciro... ¿Crees que este tipo puede haber sido la persona con quien habló Zagy?
- Cyno: ...
- ¿?: ¿Qué ocurre? ¿Estás pensando en tu profesor?
- Cyno: Por tu bien, más te vale no haber hecho algo de lo que te puedas arrepentir.
- ¿?: Yo también espero no haber hecho nada merecedor de su ira.
- (Al acercarse a la ubicación señalada)
- ¿?: Bien, esperen aquí por ahora.
- ¿?: Informaré al líder de su llegada al Templo del Silencio. Esperen con calma hasta que salga a recibirlos.
- Paimon: ¿Nos deja aquí como si nada y se va? Tal vez no nos estén secuestrando después de todo.
- Tignari: No puede ser casualidad que estén en el oasis. Estaban esperándonos... Sea quien sea su líder, contaba con que viniéramos.
- Cyno: ...
- Cyno: ¿Este es el Templo del Silencio?
- Cyno: Tras abandonar la selva, ¿se escondieron aquí?
- Paimon: Ey, miren. Ese tipo ha vuelto.
- ¿?: No se preocupen. Alguien vendrá pronto a llamarlos.
- Cyno: ¿Cómo te llamas?
Por favor, al menos dinos cómo llamarte.
- ¿?: Ah, lo siento. Me he alegrado tanto al verlos que me he olvidado de las presentaciones.
- Sethos: Me llamo Sethos. Estaré por aquí si me necesitan, pero no pienso responder a todas las preguntas que me hagan. Por lo demás, pueden hacer lo que quieran.
- Tignari: ¿Nos has dado permiso para movernos libremente?
- Sethos: Sí. No me preocupa que escapen.
- Sethos: Ciro está aquí, y salvo que los haya malentendido, deben estar ansiosos por verlo.
- Cyno: ... Tiene razón. Tenemos tiempo, así que echemos un vistazo.
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en Sethos)
- Sethos: (Parece que se llevan muy bien. No es de extrañar que hayan venido todos.)
- (Habla con Sethos)
- Paimon: Sethos, ¿tienes tiempo para charlar un poco?
- Sethos: Claro.
- Sethos: Aunque más que charlar, entiendo que lo que tendrás son preguntas que hacerme. Jajaja, es normal.
¿Te suelen hacer preguntas a menudo?
- Sethos: No mucho. El Templo del Silencio es un lugar de tranquilidad y soledad. No solemos recibir visitantes.
Fuiste tú quien engañó a Zagy, ¿verdad?
- Sethos: Sí, fui yo. Aunque “engañar” no me parece del todo correcto. Yo no engañé a aquel estudiante. Él mismo estuvo preguntando a la gente de la taberna si sabía alguna forma de ganar dinero rápido.
- Sethos: Además, dijo que cualquier cosa le servía, aunque fuera ilegal. Así que le dije que Ciro se había llevado una gran suma de Moras del desierto.
- Paimon: ¡Incriminaste a Ciro por algo que no hizo!
- Sethos: Tampoco diría que eso es cierto. Si lo piensan, en la carta únicamente se dijo que conocía el secreto de Ciro, pero no dijo de qué secreto se trataba.
¿Le dijiste tú que lo escribiera así?
- Sethos: Por supuesto. Zagy fue un gran cómplice, y muy dispuesto a cooperar y hacer lo que le dicen tras un par de copas de vino. Con esa falta de asertividad, no es de extrañar que le vaya mal académicamente.
- Paimon: Entonces, ¿por qué se fue Ciro por la noche en cuanto recibió la carta?
- Sethos: Eso tendrán que preguntárselo ustedes mismos. Hay cosas que no puedo responder por él. No lo estoy ni juzgando ni defendiendo.
- Sethos: Todo lo que deben saber es que reconoció nuestro emblema, y que morder el anzuelo fue su propia elección.
- (El diálogo vuelve a la selección de opciones)
¿Conoces a Cyno?
- Sethos: Jajaja, ¿qué clase de pregunta es esa? ¿Quién en Sumeru no conoce al Gran Juez Cyno?
- Paimon: Pero cuando estábamos en el oasis, preguntaste quién era Cyno... ¿Es que nunca lo habías visto?
- Sethos: He vivido en el desierto toda mi vida. Supongo que se podría decir... que nunca había tenido el placer.
- Paimon: Humm... Paimon tiene la sensación de que nos oculta algo...
- Sethos: Acabamos de conocernos... Si te diera todas las respuestas ahora, te quedarías sin expectativas.
- (El diálogo vuelve a la selección de opciones)
¿Has estado alguna vez en la Academia de Sumeru?
- Sethos: No. Nunca.
- Paimon: ¿En serio?
- Sethos: Nunca he tenido la necesidad de ir, al menos mientras las tabernas estén repletas de gente como Zagy. Además, somos muy conscientes de las cosas que ocurren en la Academia.
¿Quieres decir que tienen espías en la ciudad?
- Sethos: ¿Espías? La puerta de la ciudad está abierta. Quien quiera entrar es libre de hacerlo. Las calles están repletas de gente hablando de todo tipo de cosas a diario. Si quieres saber algo, solo hay que dar una vuelta.
- (El diálogo vuelve a la selección de opciones)
No tengo más preguntas.
- Sethos: Ajá.
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en Cyno)
- Cyno: (Profesor...)
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en Tignari)
- Tignari: (La situación es más complicada de lo que esperaba. Primero, debo observar la ruta de salida.)
- (Habla con Cyno y Tignari)
- Cyno: Jamás habría imaginado que el verdadero Templo del Silencio estaría oculto en un lugar como este... Hemos pasado por aquí varias veces, pero nunca nos dimos cuenta.
- Tignari: Es lo que tiene la tecnología del Rey Deshret. No puedo creer que haya perdurado hasta hoy...
- Cyno: Debemos tener cuidado con nuestros anfitriones. Al menos, ahora mismo podemos estar seguros de que el profesor está sano y salvo.
- (Después de hablar con Cyno, Tignari y Sethos)
- Sethos: Oh, aquí está.
- Sethos: Abuelo, la persona que deseas ver está aquí.
- Bamún: Buen trabajo, Sethos.
- Bamún: Hola a todos, es un honor conocerlos. Me llamo Bamún, y soy el actual líder del Templo del Silencio. Quiero darles las gracias por su paciencia, así que... tráiganlo.
- Cyno: ¡Profesor!
- Paimon: ¡Ciro! ¿Estás bien?
- Ciro: ¡Arg!
- Cyno: ¡Cuidado con lo que hacen!
- Bamún: Oh, mis disculpas, nunca fue nuestra intención causar molestia alguna. Pero deben entender que Ciro es muy importante para nosotros, así que tuvimos que encontrar la forma de traerlo de vuelta.
- Bamún: Ciro me debe una vida, y además tiene una deuda de gratitud con el Templo del Silencio. Lo dejé ir hace mucho tiempo, pero ahora ha llegado el momento de que pague su deuda.
- Ciro: *Suspira*, quería terminar mi disputa con este viejo antes de que llegaran, pero han llegado aquí demasiado rápido.
- Ciro: ... Vuelve, Cyno. Este es un asunto que concierne a este par de ancianos. No es nada con lo que unos jóvenes tengan algo que ver.
- Cyno: Así que por eso no querías que nadie se enterara de lo de la carta. Tenías pensado venir aquí desde un principio, y te fuiste a toda prisa solo para librarte de nosotros.
- Ciro: Hay cosas en la vida de las que no se puede escapar. No debiste haber venido, y mucho menos con tanta gente.
- Tignari: Acompañamos a Cyno de forma voluntaria con la esperanza de salvarle y de que nos cuente la verdad. De lo contrario, sería bastante injusto con la gente que se ha quedado atrás.
- Ciro: Los secretos son secretos por algún motivo. Revelarlos trae mala suerte.
- Bamún: ¿Tienes miedo? ¿No te atreves a contarles lo que hiciste en el pasado a los preciados estudiantes que con tanto esmero has educado?
- Bamún: Reconoces nuestro emblema porque has estado mucho tiempo aquí y casi te convertiste en uno de nosotros.
- Bamún: En cuanto viste la carta, supiste que éramos nosotros los que nos estábamos dirigiendo a ti, y no Zagy. Fuiste amenazado porque sabes lo que hiciste. Tu propia culpa te condenó.
- Bamún: ¡Porque tú, Ciro, eres un traidor! Una vez compartiste tu aprendizaje con nosotros, y te uniste a nuestra misión de revivir el poder de Hermanubis, de traer nuevas esperanzas, nuevas oportunidades...
- Bamún: Pero después nos traicionaste. Te llevaste el poder de Hermanubis junto con su portador, y utilizaste el favor que habías recibido como escudo.
- Bamún: Si recuerdas lo que te dije aquel día, te dije que como líder te permitía marcharte, pero que un día, las arenas del tiempo te alcanzarían, y cuando llegara ese día, tendrías que pagar el precio.
- Ciro: ... Ja, sí que se te da bien ser rencoroso.
- Paimon: ¿El poder de Hermanubis... y su portador?
- Tignari: ¿Se está refiriendo a ti?
- Cyno: ¿Algo que decir, profesor?
- Ciro: ... Bamún dice la verdad. He estado aquí antes.
- Ciro: Hace muchos años, me rescató cuando estuve a punto de fallecer en el desierto. Cuando se enteró de que era un erudito, me invitó a venir aquí y a revivir juntos el poder de Hermanubis.
- Ciro: Era un plan... ambicioso, y llevado muy bien en secreto. El Templo del Silencio había estado desprovisto de Hermanubis, y su fe y su fuerza habían ido menguando...
- Ciro: Por eso, Bamún propuso implantar fragmentos del Ba, que son fragmentos del alma de Hermanubis, en el cuerpo de la persona adecuada. Si el experimento tenía éxito, esa persona se convertiría en el recipiente del alma de Hermanubis.
- Ciro: Muchos creyentes se ofrecieron voluntarios para el experimento, pero pronto descubrimos que los cuerpos de los adultos no podían resistir el poder de Hermanubis. Al final, Bamún ofreció a su propio nieto adoptivo.
- Ciro: Había, además, otro candidato apto para ser el recipiente, y sus padres accedieron a intercambiarlo a cambio de una pequeña fortuna. Estos dos niños eran nuestra única esperanza de albergar el poder de Hermanubis.
- Cyno: ...
- Bamún: Durante muchos años, el Templo del Silencio estuvo en posesión de dos fragmentos del Ba de Hermanubis. Como restos de su poder en bruto, eran tesoros extremadamente raros.
- Bamún: Los sujetos de prueba fueron enviados a una sala preparada para la ceremonia y se les ordenó que se acercaran a los fragmentos del Ba, cuyo poder había sido amplificado. Si, transcurrido un tiempo, este poder no los repelía, significaría que eran recipientes aptos.
- Bamún: El plan original era un experimento dividido en tres fases: resonancia, implantación y observación de las probabilidades de supervivencia. La fase de resonancia transcurrió sin problemas para ambos candidatos.
- Bamún: Entonces, empecé a dudar sobre si debía hacer los implantes secuencialmente y adaptar el plan en función de los resultados, o si sería mejor implantarlos al mismo tiempo en ambos recipientes para comparar los efectos...
- Bamún: Pero en ese momento, ambos fragmentos del Ba se activaron de repente. Brillaban con una luz que nunca antes habíamos visto... Sabía que si no se implantaban de inmediato, se desintegrarían y desaparecerían para siempre.
- Bamún: Nuestros dos recipientes parecían muy prometedores por el simple hecho de resonar con los fragmentos. Dadas las circunstancias, la idea de implantar ambos fragmentos en un mismo recipiente parecía descabellada.
- Bamún: Para preservar nuestra fe y el poder, implantamos en cada uno de ellos un fragmento por separado.
- Ciro: Al final, puse fin al experimento y me marché, llevándome a uno de los niños conmigo.
- Bamún: En reconocimiento a tus contribuciones pasadas, opté por no enviar a nadie a darles caza y matarlos a ambos. Sus vidas fueron perdonadas, pero he pagado un alto precio por tu traición.
- Bamún: Siempre he querido verte, Cyno. Perderte a ti y a tu fragmento del Ba supuso para nosotros un golpe devastador. Hemos estado en declive desde que te fuiste.
- Cyno: Ya veo... Así que así es como obtuve mi poder.
- Ciro: Tómatelo como si hubiera tomado prestado tu fragmento del Ba durante una década o más. Ya soy un anciano, si quieres quitarme la vida, que así sea.
- Ciro: Pero no puedes tocarle un pelo a Cyno. Él es el Gran Juez. Tus acciones serían vistas como una declaración de guerra contra la Academia de Sumeru.
- Bamún: Estoy seguro de que ya no te acuerdas, mi querido Cyno, pero nos has conocido a todos anteriormente. Eras muy pequeño cuando nos reuníamos todos para celebrar el renacimiento de nuestro señor.
- Bamún: Tú y él, Sethos, eran nuestra última esperanza.
- Cyno: ¿Quieres que devuelva mi poder?
- Bamún: Como seguidor de Hermanubis, he permitido que este poder circulara por la selva durante mucho tiempo. Es hora de recuperarlo.
- Ciro: ¡No tienes derecho a pedirle a alguien elegido por los dioses que devuelva lo que le ha sido otorgado!
- Bamún: Te equivocas. Cyno fue elegido, pero no fue el único. Mi chico, Sethos, tiene el mismo don que él.
- Cyno: ¿Esas son tus condiciones para liberar al profesor?
- Bamún: Desprécienme tanto como quieran. Mis pecados son míos, y el Templo del Silencio no tiene nada que ver con ellos. Es por mi estupidez de hace tantos años que la gloria del templo ha menguado, y ahora debo asumir la responsabilidad de la decisión que tomé en aquel entonces.
- Cyno: Así que lo que estás diciendo es que el poder de un fragmento del Ba no es suficiente. ¿Me estás pidiendo que devuelva el que tengo en mi poder para implantarlo en su cuerpo?
- Ciro: El poder divino causa un gran sufrimiento a quien lo ostenta. ¿Cómo sabes si Sethos sería capaz de resistirlo?
- Bamún: Ya no es un niño. Además, es nuestro deber cargar con este peso, y tampoco es que nos haga falta tu comprensión, dado que nos traicionaste hace mucho.
- Cyno: ...
- Cyno: Siento y creo que lo que estás planteando es una idea terrible. Sin embargo...
- Ciro: ¡No le hagas caso, Cyno! ¡No tienes derecho a renunciar tu poder! ¡Debes entenderlo!
- Cyno: Lo sé. Pero si es mi poder a cambio de tu libertad... No hay nada que debatir.
- Tignari: Perdón por interrumpir, pero en mi opinión, creo que hay ciertas controversias en todo este asunto que conviene aclarar.
- Tignari: Digamos que Cyno se niega a devolver su poder, tú te niegas a liberar a Ciro y llegan a un punto muerto. Dudo que no lo hayas previsto y que tu plan acabara ahí.
- Tignari: Intentas tantearnos, pero llegados a este punto, no creo que sea necesario seguir negociando. Vamos, muestra tus cartas.
- Bamún: Espera, esas orejas... ¿Tenemos un descendiente de los shuna del valuka con nosotros? Magnífico... Jajaja, ¡el destino nos sonríe después de todo!
- Bamún: Hermanubis nos proveerá de todo lo que necesitamos. Tal vez, ocurra hoy mismo... *Cof, cof*...
- Bamún: *Cof, cof*...
- Paimon: ¿Por qué está tosiendo tanto de repente? Parece que no se encuentra muy bien...
- (Viajero): (El estado de Bamún parece crítico. Debe haberse esforzado en aparentar fortaleza.)
- (Viajero): (También le debe estar fallando la vista. Si no, se debería haber dado cuenta de inmediato de las orejas de Tignari.)
- Ciro: Bamún, tú...
- Sethos: Lleven al líder de vuelta a su dormitorio.
- Bamún: ¡Sethos!... *Cof*. Tú...
- Sethos: Abuelo, sé lo que vas a decir. Déjamelo a mí.
- Sethos: No me gusta complicar las conversaciones, así que seré breve.
- Sethos: Si Ciro no hubiera detenido el experimento hace años, lo más probable es que el plan hubiera sido un éxito y la sabiduría de Hermanubis hubiera sido nuestra.
- Sethos: Pero ha pasado mucho tiempo, y no tiene sentido hablar de suposiciones.
- Sethos: No soy como mi abuelo. El Templo del Silencio tiene un gran legado y un deber sagrado que cumplir, así que es inevitable que el líder sea alguien con un gran orgullo.
- Sethos: Pero yo veo las cosas de otra forma. No creo que el Templo del Silencio tenga el mismo prestigio de antaño. El tiempo ha ido haciendo mella y ha cambiado enormemente las cosas.
- Sethos: Así que no voy a forzarles a nada. Todos son libres de irse, excepto Ciro. Mi abuelo le dio su oportunidad una vez, y ahora les estoy dando a ustedes la suya.
- Ciro: Jajaja... Tienes la misma determinación y juicio que tenía Bamún cuando era joven.
- Ciro: De verdad espero que puedan ver la Academia de Sumeru actual de forma objetiva. Tú mismo has estado en la Ciudad de Sumeru. Estoy seguro de que eres consciente de que muchas cosas han cambiado.
- Ciro: Todo está mejorando. ¿Por qué no se plantean colaborar de nuevo con la Academia?
- Sethos: Si no hubieras traicionado a mi abuelo, podría estar abierto a tener en cuenta tu opinión. Pero ya es demasiado tarde para eso, Ciro.
- Cyno: Tignari tenía razón con lo que dijo antes. Dijo que su plan debía tener algo más, y yo también lo creo.
- Cyno: Todo lo que quieren Bamún y tú es el fragmento del Ba. El profesor aceptó su venganza, pero soy yo quien debe tomar una decisión. Así es como siempre ha debido ser.
- Cyno: A fin de cuentas, lo que quieren es hacer un intercambio: el profesor por el fragmento del Ba, ¿verdad?
- Sethos: Parece que te lo estás pensando detenidamente.
- Cyno: No puedo abandonar al profesor, ni tampoco procurar evitar un problema que deberé afrontar tarde o temprano. Dame una noche para decidirme.
- Sethos: De acuerdo. Estaré esperando tu veredicto, Cyno.
- Sethos: Ah, por cierto. Mi abuelo todavía tiene un par de cosas que hablar con Ciro, así que lo llevaré hasta él.
- Tignari: ¿Estás seguro de que quieres negociar con él?
- Cyno: Deja que me lo piense bien. Nos vemos más tarde en la noche. Hasta entonces, hagan lo que les apetezca.
- Paimon: Bueno, pero no te presiones demasiado. Y si tienes algún problema, ¡no dudes en pedirnos ayuda!
Historial de cambios[]
Se añadió en la Versión 4.6