Wiki Genshin Impact
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Fréminet es un personaje jugable en Genshin Impact.

A pesar de su habilidad y experiencia como buceador profesional, Fréminet prefiere mantenerse fuera del foco de atención, contento con simplemente cumplir órdenes y encontrar la paz junto a las Marealgas y Flores rociomarinas bajo el agua.

Hizo su primera aparición durante el Avance de Genshin Impact: Festejando el gran final.

Perfil[]

Primera versión[]

"¿Lo has visto? Cuando la paloma salió del sombrero, la comisura de los labios de Fréminet se torció ligeramente. ¡Imagínate cómo reaccionaría si hiciéramos volar toda una bandada! Después de todo, como su hermano mayor, es mi deber hacerle reír".

~ Palabras de Lyney a Lynette tras un ensayo.

Siendo la nación Hydro, el paisaje submarino de Fontaine es realmente alucinante, pero no todo el mundo puede conseguir un billete para el mundo subacuático. Incluso para los que dominan las técnicas básicas, bucear puede ser una aventura divertida y a la vez desafiante. Entre los muchos buceadores, Fréminet es reconocido por su gran profesionalidad, su capacidad excepcional de concentración bajo el agua y sus amplios conocimientos marítimos. Es una pena que, como todo lobo solitario, no esté dispuesto a aceptar encargos.

Como hermano menor de los famosos magos de Fontaine, Lyney y Lynette, a Fréminet no le gusta estar bajo los focos. Las miradas, reacciones y comentarios de los demás siempre interrumpen el ritmo de su respiración. Por eso, prefiere escabullirse y disfrutar de la ingravidez del océano, entregando su corazón a una flor rociomarina.

Parece que es indiferente a todo, pero en realidad sus emociones prefieren quedarse con él bajo el mar.

Apariencia[]

Fréminet es delgado y de altura media. Tiene los ojos azul grisáceo, la piel pálida y el pelo rubio pálido que cae encima de sus hombros, su fleco le cubre uno de sus ojos. Usa un abrigo azul marino que llega arriba de sus muslos, sus mangas son holgadas y largas y terminan en un doblado de un color blanco con una decoración parecida a una red con bordes dorados, en sus hombros tiene una decoración de color blanco y de bordes dorados con un moño azul marino. También viste un short corto de color negro que tiene parecido a lo que sostiene un ligero (de decoración). Lleva una liga dorada en su muslo, tiene una boina de color azul marino, con una cadena decorativa de color dorado. Tiene un par de guantes sin dedos de color negro en sus manos. Su calzado son unas botas negras con detalles de metales y tonos dorados, las botas le llegan debajo de las rodillas.

Versiones[]

Segunda versión[]

"Tienes dos opciones: compadecerte de ti mismo en el mar de miseria llamado 'pasado' hasta ahogarte... o tomar la mano de tu familia y abrir los ojos de nuevo".

Cuando era pequeño, Fréminet solía pasar mucho tiempo a solas. En aquel entonces, la Casa de la Hoguera a menudo utilizaba su apariencia débil para que los enemigos bajasen la guardia. Así conseguían que se adentrara fácilmente entre las filas enemigas y cumpliera el objetivo de su misión sin piedad alguna.

"Solo tienes que llevar un casco, aislar el ruido y cumplir las órdenes". Fréminet se define como un "mecajuguete de sangre helada".

Posteriormente, la Casa de la Hoguera cambió de manera radical. A petición de Padre, Fréminet, Lyney y Lynette formaron el trío del Hotel Bouffes d'Été. Al principio, Fréminet se sentía perdido y sin rumbo.

La cooperación entre los hermanos era tan buena que cada uno funcionaba como una pieza única. Estas piezas, dispuestas por separado, habrían acumulado polvo en algún rincón olvidado.

"Fréminet, ¡no te distraigas! Mira, ¿qué es esto?".

"¿Una carta... de Pers?".

"Jeje, fíjate mejor. ¡Es Pers! ¡Toma, continuemos! Esta misión es muy complicada. Tengo pensado colocarte a ti y a este 'héroe' en una ubicación clave. El plan es el siguiente..."

El estado de ánimo de Fréminet no cambia mucho cuando lleva a cabo una misión. Sin embargo, los deliciosos postres que probó por primera vez en el Bistró Debord durante la celebración dibujaron una sonrisa en su rostro.

"Ten, te doy el mío", dijo Lynette mientras preparaba el té para Fréminet. "Somos una familia".

Personalidad[]

Un retraído joven experto en el arte del submarinismo. Bajo su gélido y distante talante, se oculta un corazón sin mácula alguna.

~ Sitio web oficial de Genshin Impact

En comparación con sus hermanos adoptivos Lyney y Lynette, Fréminet es introvertido y le cuesta mucho hablar con personas que considera habladoras, como Estelle. En lugar de realizar trucos de magia, Fréminet disfruta buceando y está considerado uno de los mejores submarinistas del país.

Está apegado a su pingüino mecánico, Pers.

Historia[]

Detalles del personaje

Ya se trate de viajeros que contemplan por primera vez los bellos paisajes de Fontaine o de aventureros que se sienten atraídos por las leyendas de sus notables riquezas, el mundo submarino que se extiende bajo los pies de la nación ejerce sin duda una atracción casi imposible de resistir. Sin embargo, para la gente de a pie, sumergirse en las aguas de la nación carente de la debida experiencia o de la suficiente preparación previa es sin duda una arriesgada apuesta en la que uno se juega la vida. Incontables peligros aguardan tras sumergirse en las veladas aguas submarinas de la nación, desde anómalas variaciones internas en el cuerpo de los buceadores hasta peligrosas criaturas que acechan en la oscuridad. Contar con la ayuda de un buceador experto es, sin lugar a dudas, la decisión más sabia.

Es en esos casos cuando más se repite el nombre de Fréminet, uno de los buceadores más destacados de la nación. Incluso los buceadores más curtidos, aquellos cuya piel se ha bronceado por el continuo reflejo de los rayos del sol en las aguas cristalinas de Fontaine, no pueden evitar reconocer que la joven promesa no solo se conoce la intrincada topografía del fondo marino, sino que también es experto a la hora de aplicar distintos tipos de técnicas de inmersión en función de las condiciones de la zona de buceo y la estación. El joven posee tal control sobre el desajuste respiratorio causado por la presión que se atreve incluso a adentrarse en las cuevas donde tantos otros no osarían jamás asomarse siquiera.

Al escuchar semejantes alabanzas, son muchos los que deciden proponerle sus encargos. Sin embargo, no importa cuán generoso sea el pago, la respuesta siempre es la misma. El joven sacude la cabeza y deja escapar un largo suspiro.

“No quiere aceptar el encargo. No es mal chico, simplemente es demasiado retraído”.

Y ahí es donde suele acabar la conversación.

Para Fréminet, la opinión de la gente no es más que un montón de palabras, tan cambiantes como la dirección de las corrientes marinas. Le cuesta demasiado andar imaginando qué motivación oculta en realidad cada persona. Lo que realmente aterra al joven es la posibilidad de cometer un terrible error mientras ajusta la respiración.

En comparación con esos halagos y recompensas tan superficiales como el agua de una orilla, Fréminet tiene en más alta estima a las marealgas y las flores rociomarinas que lo acompañan fielmente en cada inmersión. Por eso, él prefiere pasar tiempo bajo el agua, disfrutando de la silenciosa compañía de estas “viejas amigas”. Solo así puede por fin dejar atrás los miedos e incertidumbres que lo atenazan y expresar por fin sus sentimientos como no es capaz de hacerlo con nadie más.

Esa necesidad de poner fin al ruido del mundo y guarecerse de todo lo que ocurría en la superficie fue precisamente la razón que llevó al pequeño Fréminet a sumergirse por primera vez.

Historia del personaje 1

Mucho antes de conseguir su Visión, el joven Fréminet ya se movía con su escafandra bien colocada como pingüino por las aguas submarinas de la nación.

Desde pequeño, Fréminet, que siempre ha sido un joven más bien apocado y vergonzoso, tenía por costumbre ir a bucear cada vez que ocurría algo malo en un intento de dejar en la superficie sus penas y problemas. Así, con el paso del tiempo, las tranquilas profundidades submarinas se convirtieron en la cuna por la que el joven se dejaba mecer. Como un árbol que extiende sus ramas a lo largo y ancho del cielo conforme crece, Fréminet también fue añadiendo pedazos de aquel mundo submarino a sus conocimientos de exploración. Como si del camino a una nueva casa se tratara (aunque mucho más entretenido), el pequeño grabó en su memoria todos y cada uno de los detalles relevantes del mundo marino de Fontaine. Cierto tiempo después, Fréminet encontró un pequeño pedazo de Fontaine que le cautivó el corazón, así que instauró allí una pequeña base secreta submarina donde podía por fin dejar salir todos los sentimientos acumulados, como si de los rayos de luz de una lumiestela se trataran

Aun ahora, cuando se topa con un problema espinoso, Fréminet siempre opta por regresar a este vasto santuario abisal capaz de contenerlo todo.

Libertad, sosiego, seguridad, comodidad... Si Fréminet compartiera con la gente lo que el mar le hace sentir, es probable que la mayor parte de la gente frunciera el ceño en señal de preocupación.

Pero Fréminet nunca compartiría estos sentimientos con nadie, porque ese remanso submarino de paz le pertenece únicamente a él. Esos sentimientos permanecen ocultos en lo más profundo de su corazón, igual que los tesoros que se ocultan en estas profundidades subacuáticas.

Historia del personaje 2

A ojos de los demás, Fréminet es un chico con poca presencia y tan apático que casi resulta desmoralizante. Siempre anda solo, apenas se le escucha una palabra y no parece que le guste relacionarse con nadie de su edad. En comparación con su hermano mayor Lyney, el deslumbrante mago de Teyvat, Fréminet se asemeja a una pieza de joyería vieja olvidada en lo más profundo de un cajón. Sin embargo, a él no parece importarle lo más mínimo.

Hace ya mucho tiempo que Fréminet intenta despojarse de cualquier emoción posible y procura mantenerse al margen de las fluctuaciones de este mundo para evitar que le pasen factura.

De hecho, Fréminet se ha construido una diáfana y cristalina estancia de gruesos muros de puro hielo. Y allí permanece, acurrucado en el suelo, sujetándose las rodillas contra el pecho y buscando el más mínimo resquicio de esperanza en fábulas e historias.

Su tiempo bajo el agua le aporta calma y sosiego, y esta pequeña estancia acristalada, la calidez que tanto añora.

Se trata de un lugar en el que tan solo algunos familiares son bienvenidos. Y eso contando con que, antes de cada visita, Fréminet siempre recoge la habitación y esconde sus cuentos bajo llave.

Cuando por fin sale de su habitación, actúa como una realista y taciturna marioneta mecánica.

En una ocasión, Fréminet decidió recostarse sobre las olas, sin otorgar importancia alguna a su seguridad. Entonces, un grupo de gaviones purpuráureos comenzaron a sobrevolar sobre su cabeza, entonando algún tipo de canto extraño. Por suerte, no lo confundieron con un pez y se abstuvieron de intentar comérselo.

El caso es que, en aquel momento, Fréminet se percató de lo sencillo que resultaba dejarse llevar. No importa de qué encargo se trate o cuáles sean los requisitos. Bastaba con seguir obedientemente las órdenes sin miramiento alguno, sin preocuparse por las consecuencias, para poder obtener resultados y evitar aquellas interminables regañinas y castigos.

Mientras todos los niños corrían, reían, jugaban con sus nuevos mecajuguetes o aprendían a leer con «El Pájaro de Vapor», Fréminet se iba volviendo cada vez más insensible al mundo que le rodeaba. A su espalda cargaba ya con un gran peso y todas aquellas órdenes que tenía que cumplir acabaron por convertirse en el motor que lo obligaba a moverse.

Llegó el momento en el que deseó incluso poder convertirse en una impasible máquina que no pensara nada salvo en cumplir con las misiones que se le ordenaban. Sin embargo, conforme Fréminet crecía, empezó a ser consciente de su propia debilidad. Deseaba con todas sus fuerzas poder desprenderse de su capacidad para sentir, pero también había una infinidad de sentimientos de los que simplemente no podía distanciarse. Terribles miedos lo atenazaban por las noches, como si de viscosas algas se trataran: el miedo a afrontar situaciones difíciles, a no ser capaz de cumplir con su cometido, a ofender a los demás con su inseguridad, a defraudar a aquellos que realmente le importan...

Sabía que no era ningún prodigio y, por ello, con el paso de los años se había vuelto cada vez más sensible.

Lo único que Fréminet deseaba era encerrarse en una concha resistente y perderse en el único lugar donde podía ser él mismo, el vasto y tácito mar.

Historia del personaje 3

Fréminet nació en Fontaine, en la zona cercana al Río Ceniciento. Los improperios de sus vecinos eran como el gallo que lo despertaba cada mañana y los desafinados cánticos de los borrachos, la cuna que lo mecía hasta quedarse dormido.

Nunca conoció a su madre. Lo único que sabía de él era lo que le había oído decir a su madre. Al parecer, su madre había acumulado una grandísima deuda. Sin embargo, aquellas confusas cantidades eran tan difíciles de imaginar para el joven como el aspecto de una cena en el Palacio Mermonia. Lo que sí alcanzaba a comprender el pequeño Fréminet era que aquellos números eran el motivo por el que su madre salía tan temprano y volvía tan tarde a casa.

Cuando se quedaba solo, el pequeño solía juguetear con los pocos mecanismos que había en casa, las lámparas que no funcionaban, el reloj que ya no hacía *tic, tac*...

Aquellos trastos habían estado en su casa desde que el pequeño tenía uso de razón, como si de un grupo de huéspedes agotados que se han echado a descansar se tratara. El único problema era que estos huéspedes nunca más despertaron. Fréminet solía utilizar las herramientas para desmantelar aquellas sencillas máquinas, una a una. Los mecanismos que hallaba en su interior le recordaban a un fascinante laberinto. Un giro de tuerca por aquí, un cambio de resorte por allí...

Durante el tiempo que pasaba con aquellos mecanismos, Fréminet sentía como si hubiera bebido la poción mágica de algún curioso cuento de hadas y se volviera tan pequeño como aquellos componentes. Y así, entre aquellos silenciosos y curiosos amigos, dejaba el joven volar su imaginación mientras el tiempo discurría. Aquellas máquinas le hacían compañía al joven durante sus solitarios días.

Un día, cuando su madre volvió a casa, se paró en seco al escuchar un extraño sonido. El pequeño Fréminet había arreglado el reloj de pared de la casa. Aquel familiar *tic, tac* saltaba de alegría junto al joven, encantado de haber vuelto a la vida. Su madre acarició su pelo y le dijo lo bien que lo había hecho. Fréminet se sonrojó al escuchar los cumplidos de su madre. Sin embargo, cuando se levantó al día siguiente, el reloj ya no estaba por ninguna parte. Cuando su madre regresó aquel día, traía con ella dos rebanadas de pan que Fréminet nunca antes había comido. Aun ahora, Fréminet recuerda con exactitud el delicioso sabor de aquel sencillo manjar.

A partir de aquel día, su madre solía traer pequeños mecanismos a casa, desde mecajuguetes a pequeños relojes. El niño, por su parte, estaba encantado con sus nuevos amigos y pasaba las horas trabajando para que aquellas sencillas máquinas resurgieran de su profundo letargo. Sin embargo, una vez reparadas, desaparecían como por arte de magia.

Un día, Fréminet corrió a recibir a su madre a la puerta para enseñarle el pequeño objeto que había arreglado y sostenía en la mano. Se trataba de un diminuto colgante con forma de caja de música. Al recogerlo su madre de la calle, tenía tan mal aspecto que nadie podría haber dicho nunca que volvería a hacer sonar música.

La melodía flotó entre ambos, mientras en el rostro de su madre se dibujaba una sonrisa. Era imposible no conmoverse por la expresión de emoción del pequeño Fréminet.

Aquel pequeño colgante no desapareció como el resto de sus nuevos amigos. Cada día, su madre se lo descolgaba del cuello con sumo cuidado y ambos se sumían en un dulce sueño acompañados de sus cadentes melodías.

Historia del personaje 4

Un día, su madre lo llevó con ella a la calle sin decir una sola palabra. El pequeño Fréminet intentaba seguir los pasos de su madre, pero ella lo agarraba con tanta fuerza que le dolía la palma de la mano.

“¿A dónde vamos, mami?”, preguntó, mas no hubo respuesta.

“¿Por qué lloras, mami?”, preguntó de nuevo. Su madre se detuvo de golpe y dejó escapar un único lamento.

Luego, como si estuviera a punto de sumergirse en el agua, tragó una bocanada de aire y siguió avanzando en silencio. Su madre no volvió a derramar una lágrima, pero el pequeño sentía como si aquella silenciosa opresión fuera la de una enorme ola a punto de chocar contra los riscos.

Su madre lo llevó hasta un lugar desconocido. Se detuvieron frente a una recia puerta que se abrió ante ellos con un quedo crujido.

Su madre continuó sumida en el más sepulcral de los silencios y su rostro, al igual que su ánimo, parecía encontrarse sumergido bajo una pesada masa de agua.

“Tú debes ser Fréminet”. Una mujer emergió de detrás del portón. “Sígueme”.

Confuso, el niño se limitó a mirar a su madre. Aquella sensación de sofoco que había sentido se incrementó.

La mujer, que se hacía llamar directora, le agarró de la otra muñeca y tiró de él con fuerza hacia el interior.

De pronto, la mano de su madre se volvió aún más firme sobre su muñeca. Le apretaba con más fuerza incluso de la que había usado durante el camino. Fréminet se sentía como una hoja empujada por dos corrientes de aire. Allí permaneció unos instantes, tambaleándose en una y otra dirección. Daba la impresión de que ninguna de las dos mujeres estaba dispuesta a ceder.

Entonces, su madre se arrodilló frente a él, tal y como hacía cada mañana antes de despedirse.

“Prométeme que harás caso de lo que te digan”, dijo su madre mientras le besaba la frente como solía hacer. Aquellas cálidas palabras eran como un escudo que protegía el risco del fuerte oleaje y lo convertía en unas simple ondulaciones en la superficie del agua.

Así que es eso, pensó el niño. Solo se está despidiendo durante un rato.

Fréminet asintió con la cabeza para que su madre se quedara tranquila.

La directora volvió a tirar del brazo del niño, solo que esta vez su madre no se resistió y soltó a su hijo...

Fréminet pasó mucho tiempo creyendo que si se portaba bien, que si hacía bien todas sus tareas, su madre volvería para llevarlo a casa. Creía que aquel viejo portón volvería a abrirse y su madre estaría allí, esperándolo, que le apartaría el pelo de la frente y le daría otro beso por su buen trabajo.

Pero aquel día nunca llegó.

“¿Todavía no te das cuenta? Tu madre te ha vendido para poder pagar su deuda”.

Conforme se hacía grande, nuevas dudas comenzaron a revolotear por su cabeza. Un día, Fréminet reunió el valor suficiente y le preguntó a la directoria por su madre y su futuro.

A cambio, el joven recibió la respuesta más apática que podría haber esperado.

“Te han abandonado. Ya no tienes más hogar que este. Si no cumples las órdenes, no podremos garantizar la seguridad de tu madre...”. Aquella fría respuesta de la directora hizo que Fréminet sintiera por primera vez los dolorosos grilletes espinosos que lo ataban de por vida a aquel lugar. Desde entonces, Fréminet no volvió a tener confianza en sí mismo y las profundidades del océano se convirtieron en su lugar seguro.

Sentía a su madre cerca cuando se sumergía en las plomizas aguas heladas. Al fin y al cabo, su madre también lo había dejado hundirse en un vasto mar aquel día. Solo que aquel mar era aún más profundo y gélido que ningún otro.

Historia del personaje 5

Después de que Padre reemplazara a la antigua directora, Fréminet retomó la búsqueda de su madre biológica.

Al principio pensó que Padre tendría métodos aún más terribles de hacer las cosas y que sus palabras serían tan cortantes como lo habían sido las de la anterior directora. Pero pronto comprendió que los métodos de Padre no se parecían en nada a los de aquella mujer.

Aquel hogar era el nido que agrupaba y protegía a los niños. Cada uno podía elegir cómo completar sus tareas y, aunque fracasasen en el intento, los castigos no resultaban desproporcionados como antes...

Aquel nuevo ambiente de libertad permitió que Fréminet respirara por fin tranquilo. Y así, decidió buscar nuevas pistas sobre el paradero de su madre biológica.

Sin embargo, buscara por donde buscara, no parecía haber rastro alguno de ella.

“Tal vez realmente me abandonara”, trataba de convencerse el pequeño mientras pensaba en el ya desvanecido recuerdo del rostro de su madre.

Pero justo cuando pensaba rendirse, Padre le dio un colgante.

“Lo encontré entre las cosas de un prestamista. Quédatelo”, le dijo.

Fréminet lo miró incrédulo.

“¿Qué pasa? Ya sabes que tu madre tenía una gran deuda...”. Padre frunció el ceño y preguntó de nuevo. “¿Qué te contaron sobre tu madre?”.

Fréminet le repitió las palabras que aquella mujer le había dicho tiempo atrás con tanta frialdad. En aquel instante, los ojos de Padre brillaron con rencor.

“¿Quieres saber la verdad?”, preguntó fijando su afilada mirada en el chico.

Casi sin darse cuenta, Fréminet asintió con la cabeza. Más tarde, Fréminet se preguntó a sí mismo qué historia debería creerse.

Padre le contó que su madre no lo había abandonado, al contrario, todo lo que había hecho era para protegerle.

Aquel año, la deuda de su madre había alcanzado tal magnitud que iba a resultar simplemente imposible devolverla. El prestamista no solo le había arrebatado la casa, sino que tenía pensado vender a Fréminet como mano de obra para pagar el resto de la deuda. Pero una madre simplemente no podía permitir que algo así ocurriese. Por eso, no le había quedado más alternativa que llevar a Fréminet al orfanato, donde estaría a salvo del prestamista, y afrontar las consecuencias ella sola.

Fréminet no abrió la boca, ni siquiera levantó la cabeza, pero como Padre sabía cómo era, abandonó la estancia para darle algo de intimidad. El pequeño permaneció allí parado, tembloroso, mientras observaba el corroído colgante que ya ni siquiera era capaz de reproducir música. Oscuras manchas de sangre seca salpicaban la pintura. Su madre había pasado sus últimos instantes sosteniendo aquel colgante junto a su pecho. Fréminet continuó sosteniendo el colgante entre sus manos, en un desesperado intento de recuperar al menos un ápice del calor de su madre.

Aquella noche, Fréminet lloró desconsoladamente en el agua como hacía tiempo que no lloraba. Las olas enterraron sus llantos y las flores rociomarinas le acompañaron en su desconsuelo.

Desde aquel día, Fréminet agarra su mandoble con mayor firmeza, pues se juró a sí mismo que nunca más dejaría que nadie hiriera a sus seres queridos.

«Colección de cuentos del ganso nievealado»

Fréminet siempre ha sentido verdadera fascinación por los cuentos infantiles.

A diferencia del mundo real, los mundos que relatan esas historias siempre estaban dibujados con vívidos colores. Puedes encontrarte desde castillos hechos de gominolas y ríos de zumo de burburanja, hasta cristalópteros Hydro que hablan, pinzones crestirrojos y muñecos dispuestos a ser tus amigos.

El pequeño solía cerrar los ojos con fuerza, inspirar profundamente y sumergirse en las páginas de un nuevo libro. Así se adentraba en los fantásticos mundos de sus historias y se servía de su imaginación y de aquellos estimulantes pasajes para ampliar un poquito más los límites de su pequeño mundo. Recogía palabras de aquí y allí o analizaba las curiosas imágenes con las que se topaba. Cada historia tenía sus propios colores y hacía despertar en él sensaciones distintas. Con cada lectura, el joven Fréminet aprendía algo diferente.

...

Cada vez que se sentía solo, «El pingüinito Pers» extendía sus alas blancas y negras y, sirviéndose de su barriga, se deslizaba hasta meterse de lleno en el mar, invitándole a que lo acompañara en una fascinante competición de pesca.

Cuando sentía que no era lo suficientemente valiente, «La princesa jazminpoluto», de largos cabellos rosados, se asomaba al balcón, y ambos se miraban en la distancia. Él sabía que cuando la princesa era aún una pequeña semilla, había abandonado su hogar y surcado los mares a pinzas de un gran cangrejo en busca de la vida que tanto deseaba...

Cuando se sentía extenuado, «El Sr. Zorro y el mecaguardián» estarían a su lado, protegiéndole. La gran cola del Sr. Zorro levantaba el polvo del suelo a cada movimiento. El mecaguardián, por su parte, luchaba contra el terrible picor de nariz que sentía, sin moverse de su puesto. “Todo el mundo pasa por dificultades”, le decían. “No te rindas, chico, eres más fuerte de lo que crees”.

...

Aun cuando ya era más mayor, aquellos mundos de fantasía todavía permanecían grabados en su memoria.

Fréminet creía en aquellas maravillosas historias y confiaba en los amigos que había conocido allí.

Para él, aquellos amigos vivían en un mundo de ensueño y poesía. Un mundo sin miedos ni preocupaciones, un mundo en el que el sonido de las risas es lo único que subyace. Un mundo en el que los sueños podían hacerse realidad y la justicia estaba al alcance de la mano...

El único problema era que Fréminet no era capaz de llegar a aquel mundo, al menos por el momento.

Visión

Aquel día, Fréminet estaba llevando a cabo una misión en la que tenía que sumergirse junto con otros niños. Al principio, todo iba como la seda, tal y como solía ocurrir.

Pero, de pronto, Fréminet sintió que había algo extraño.

Las criaturas que se sabe que son más débiles deben mantenerse siempre alerta para poder descubrir los peligros ocultos. Y, en el caso de Fréminet, era exactamente igual. El chico no solo se mantenía ojo avizor a todo lo que le rodeaba, sino que mantenía un riguroso control de la respiración. Aquella perspicacia suya les había evitado a todos una infinidad de problemas en pasadas ocasiones.

Fréminet se apresuró a hacerles señas a sus compañeros para informarles del peligro, pese a que todavía desconocía la causa de aquella reciente alarma. Podía sentir el peligro y eso hacía que se le acelerara el corazón cada vez más.

Sus compañeros no pusieron más objeción y comenzaron a ascender hacia la superficie.

Para aquellos niños, que no habían llamado la atención de ningún dios, el ascenso debía realizarse con calma. Sin embargo, Fréminet podía sentir aquella señal de alarma tan fuerte que le abotargaba los sentidos. Sintió como se le nublaba la vista y era incapaz de discernir si las sombras que cruzaban ante sus ojos eran de alguna gran criatura o un presagio de que estaba a punto de perder el conocimiento.

Entonces lo comprendió. ¡El equipo de inmersión estaba estropeado!

Fréminet se preguntó si se trataba solo de su equipo o si el problema había afectado a otros compañeros.

Se esforzó por abrir los ojos, pero cada vez tenía menos control sobre su propia consciencia.

No podía sucumbir, debía llevar a los demás de vuelta a casa. Si al menos pudiera seguir moviendo los brazos y las piernas..

Empezaba a sentirse muy somnoliento.

Cada vez le costaba más concentrarse... Si la situación seguía así, no sería capaz de llegar hasta la superficie.

... Fue entonces cuando se le ocurrió. ¿Y qué si no podía llegar a la superficie? Por un momento, contempló el futuro que le aguardaba y cómo pasaban los días, uno tras otro. Contempló una vida sin esperanza.

Se sintió agotado. Llevaba luchando tanto tiempo que sentía que no le quedaban más fuerzas

No quería aquella familia numerosa. Entre ellos no había amor ni cariño. Aquello no era una familia, solo un grupo de máquinas de distinto color y modelo.

Tal vez el fondo del océano era su verdadero hogar. Tal vez podría por fin descansar... Y, así, Fréminet cerró los ojos.

Un repentino sonido lo despertó. Fréminet. Fréminet. Aquel sonido era cálido y solemne. Procedía de un mundo muy lejano y denotaba cierto titubeo.

¿Pers?

Fréminet extendió los brazos hacia el despejado cielo y abrió los ojos extrañado.

No había ningún pingüino llamado Pers en el fondo marino. Todos los niños habían perdido el conocimiento.

¡Tengo que salvarlos!, gritó para sí Fréminet. ¿Y qué si no se tenían cariño? ¡No podía abandonarlos! No importaba si el futuro estaba cubierto por la sombra de la incertidumbre, mientras tuviera valor para afrontar la tormenta, siempre había esperanza de ver un mañana en el que el sol brillara al fin.

De pronto sintió como si su pecho rebosara vitalidad y su respiración recuperó su ritmo habitual.

Inmediatamente, se lanzó a rescatar al resto de niños...

Fréminet luchó aquel día contra viento y marea y consiguió rescatar a todos sus compañeros, igual que Pers, el héroe de sus historias.

Solo cuando todos estuvieron a salvo se percató por fin de la cristalina esfera que colgaba de su traje de buceo.

Fréminet nunca le contó a nadie lo que había pasado aquel día, al igual que los verdaderos héroes no hacen alarde de su magnificencia.

Información de combate[]

Talentos[]

  • Talento Espada vortiginosa Espada vortiginosa
    Ataque normal

    Ataque Normal
    Realiza hasta 4 ataques de espada consecutivos.

    Ataque Cargado
    Consume Aguante de manera constante para realizar golpes de espada giratorios contra los enemigos cercanos.
    Al final del Ataque Cargado, realizará un golpe de espada más poderoso.

    Ataque Descendente
    Se lanza desde el aire para golpear el suelo, dañando a los enemigos cercanos e infligiendo Daño en el AdE en el momento del impacto.

  • Talento Criopresurización Criopresurización
    Habilidad elemental

    Ejecuta un ataque ascendente que inflige Daño Cryo y hace que Fréminet entre en el estado de “hora de Pers” durante 10 s.
    En este estado, la Habilidad Elemental de Fréminet se convierte en Presión quebrantadora.

    Presión quebrantadora
    Ejecuta distintos ataques en función del nivel de presión de hora de Pers y cancela dicho estado.

    • Nivel 0: realiza un corte vertical que inflige Daño Cryo.
    • Niveles 1-3: junto a Pers, realiza un corte vertical que inflige Daño Cryo y Daño Físico. El daño infligido varía en función del nivel de presión.
    • Nivel 4: toma prestado todo el poder de un Pers completamente presurizado para infligir Daño Físico. Además, el Ataque Normal: Espada vortiginosa se convierte en Presión quebrantadora.

    Hora de Pers
    Cuando Fréminet ejecuta un Ataque Normal, al mismo tiempo libera unas oleadas de escarcha que infligen Daño Cryo y aumenta el nivel de presión de hora de Pers.
    El Daño Cryo infligido de esta forma se considera Daño de Habilidad Elemental.

    Arjé: pneuma
    Cada cierto intervalo de tiempo, tras realizar su ataque ascendente, Fréminet crea una espina halitoespiritual que ejecuta otro ataque ascendente y que inflige Daño Cryo cargado de energía pneuma.

  • Talento Emboscada cazasombras Emboscada cazasombras
    Habilidad definitiva

    Libera una ola de frío intocable que inflige Daño Cryo en el AdE, reinicia el TdE de la Habilidad Elemental, “Criopresurización”, y hace que Fréminet entre en modo “acecho subacuático” durante 10 s.

    En este estado, aumenta la RES a interrupción de Fréminet, y Criopresurización obtiene los siguientes fortalecimientos:

    • Su TdE se reduce en un 70%.
    • Al ejecutar un Ataque Normal, el nivel de presión de hora de Pers aumenta en un nivel adicional y las oleadas de escarcha liberadas con el Ataque Normal infligen un 200% de su daño original.

    Este efecto se anulará si Fréminet abandona el campo de batalla.

  • Talento Buceo de saturación Buceo de saturación
    Pasivo 1

    El TdE de Criopresurización se reduce en 1s si, al usar Criopresurización: Presión quebrantadora, el nivel de presión de hora de Pers es inferior a 4.

  • Talento Condensador de flujos Condensador de flujos
    Pasivo 2

    Cuando Fréminet causa una reacción de Rompehielo contra un enemigo, el daño infligido por Criopresurización: Presión quebrantadora aumenta en un 40% durante 5 s.

  • Talento Pilotaje submarino Pilotaje submarino
    Pasivo 3

    Disminuye en un 35% el Coste de Resistencia Acuática de tus personajes del equipo.
    No se puede acumular con otros talentos pasivos que tengan los mismos efectos.

1 → 10 para un talento

Constelación[]

Cada activación de constelación necesita un Stella Fortuna.


  • Constelación Efervescencia onírica Efervescencia onírica Constelación Niv. 1

    Aumenta en un 15% la Prob. CRIT de Criopresurización: Presión quebrantadora.

  • Constelación Pingüinotopía Pingüinotopía Constelación Niv. 2

    Al usar Criopresurización: Presión quebrantadora, Fréminet recupera 2pts. de Energía Elemental. Si la Presión quebrantadora que libera es de nivel 4, en su lugar regenera 3pts.

  • Constelación Melodía del torbellino y la arena Melodía del torbellino y la arena Constelación Niv. 3

    Aumenta el nivel de habilidad de Ataque Normal: Espada vortiginosa +3.
    Puede ser aumentado hasta Niv. 15.

  • Constelación Danza luniflautina Danza luniflautina Constelación Niv. 4

    Cuando Fréminet causa una reacción de Congelación, Rompehielo o Superconductor a un enemigo, aumenta el ATQ en un 9%. Este efecto dura 6s, puede acumularse hasta 2 veces y puede ocurrir una vez cada 0.3s.

  • Constelación Noche de hogueras y júbilo Noche de hogueras y júbilo Constelación Niv. 5

    Aumenta el nivel de habilidad de Criopresurización +3.
    Puede ser aumentado hasta Niv. 15.

  • Constelación Resolución del alba Resolución del alba Constelación Niv. 6

    Cuando Fréminet causa una reacción de Congelación, Rompehielo o Superconductor contra un enemigo, su Daño CRIT aumenta en un 12%. Este efecto dura 6s, puede acumularse hasta 3 veces y puede ocurrir una vez cada 0.3s.

Ascensión[]

Ascensión Nvl. Máx. Costo Material Elemental 1 Material Elemental 2 Especialidad Local Material Común
1 20 20,000 Ninguno
2 40 40,000
3 50 60,000
4 60 80,000
5 70 100,000
6 80 120,000
Máx 90 Nivel máximo

Estadísticas[]

NivelVidaAtaqueDefensaAtaque
Antes de ascenderDespués de ascenderAntes de ascenderDespués de ascenderAntes de ascenderDespués de ascenderAntes de ascenderDespués de ascender
110122159
202625338155715571
40511556521081191081196%
50653172481371531371536%12%
608136867317118317118312%12%
7095701010720221320221312%18%
80110141155123224323224318%24%
901246526373124%

Gachapón[]

La siguiente lista muestra los 4 banners en los que Fréminet ha aparecido como personaje promocional, en orden del más reciente al más antiguo.

Banner Entre luces y sombras (2)
24 de abril al 14 de mayo de 2024
Banner Cenizas de la hoguera
24 de abril al 14 de mayo de 2024
Banner El adiós de Snezhnaya (5)
05 de septiembre al 26 de septiembre de 2023
Banner Soledad de la nobleza (5)
05 de septiembre al 26 de septiembre de 2023

Vestuarios[]

Galería[]

Arte de cumpleaños[]

Menciones de personajes[]

Historias de personajes[]

Personaje Arlecchino

Arlecchino: Historia del personaje 1

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Todo continuó así hasta que el año pasado, una lagartija que cayó del techo le dio un susto de muerte a Fréminet. Lynette, siempre tan ágil, atrapó a la pequeña intrusa y la acorraló tapándola con un cuenco sobre la mesa.

Cuando Arlecchino llegó a casa, pensó que el cuenco y la lagartija eran su regalo de ese año.

Al día siguiente, cuando Lyney llevó un informe de trabajo a la oficina de madre, vio que sobre la mesa había un terrario con un animalito que le resultaba familiar.

La temperatura y la humedad del terrario eran perfectas, así que la lagartija estaba muy a gusto en él.

Además, daba la sensación de que madre ya había tenido reptiles anteriormente.

Cuando La Sota alzó su taza de té, Lyney desvió la mirada de la lagartija, pero grabó bien ese momento en su mente.

Después de eso, Lyney, Lynette y Fréminet recabaron mucha información sobre cómo criar lagartijas para compartirla con madre la próxima vez que la vieran.

Sin embargo, cuando Lyney volvió a su oficina unos días más tarde, el terrario ya no tenía ningún inquilino.

Personaje Lynette

Lynette: Historia del personaje 1

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Lynette suele alegar que está en modo espera o ahorro de energía para tener que evitar lidiar con ciertas situaciones.

Cuando se topa con algún asunto complicado, si Lynette dijera que está descansando, lo más probable es que la gente lo entendiera como que tiene tiempo libre y que siguieran atosigándola para que hiciera lo que quieren.

Pero si dice con total franqueza que está en modo espera o que necesita recargar energía y utiliza su característico semblante impasible, la gente suele quedarse mirándola con cara de pasmados.

Ese momento de estupefacción es la oportunidad perfecta para que Lynette se escabulla de la escena con calma.

Aunque este truco ya no le funciona con sus conocidos, estos saben mejor que nadie que Lynette simplemente detesta los asuntos engorrosos. Además, todos están al tanto de las consecuencias que tendría obligarla a hacer algo que no quiere...

Estas robóticas excusas que Lynette suele repetir abarcan prácticamente todo su conocimiento sobre mecánica.

Tanto es así, que en casa, todos saben que no deben dejar a Lynette a solas con la lavadora, la aspiradora o cualquier otra máquina.

Si alguien llegara a dejarla sola con un mecanismo, para cuando llegue un tercero a salvar la situación (ese tercero suele ser Fréminet) la situación puede haberse desarrollado de dos formas.

Personaje Lynette

Lynette: Alimentadora “no tan automática”

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Fréminet encargó una vez una alimentadora automática para poder dar de comer al creciente número de animales de la casa.

Un día, al acabar un espectáculo, Lynette se percató de que había una caja desatendida en la puerta de la Ópera.

Al abrirla, un grupo de gatitos que no habrían cumplido ni un mes levantó la cabeza hacia ella. Estaban tan desnutridos que no pudieron ni intentar escapar. Se quedaron allí, contemplándola atentamente.

Lynette no medió palabra, y tampoco extendió la mano para no agitarlos más. Simplemente les devolvió la mirada.

Finalmente, cuando comprendieron que Lynette no escondía malvadas intenciones, los gatitos bajaron la cabeza y se calmaron.

Fue entonces cuando Lynette tomó la caja entre sus brazos. Las crías no hicieron el menor ruido, se limitaron a tumbarse en la caja mientras la señorita que los cargaba los llevaba a su nuevo hogar.

Cuando llegó a casa, dio lugar un intenso debate entre todos los residentes acerca de si debían o no adoptar a aquellos gatitos. Lynette, que normalmente se mostraba tan taciturna, insistía vehementemente esta vez en que debían cuidar de ellos.

Finalmente el debate llegó a oídos de Padre, quien puso punto y final a aquella infantil disputa.

“Si quieres adoptarlos, hazlo. Pero tendrás que cuidar de ellos tú misma, no le causes problemas a los demás”.

Después de unos segundos de silencio, Padre añadió unas palabras: “Si para cuando acabe el invierno no les has enseñado a respetar las reglas, tendrás que deshacerte de ellos tú misma”.

Las palabras de Padre habían sonado tan tajantes, que ninguno de los allí presentes se atrevió a decir nada más. Y así fue como Lynette asumió la responsabilidad de criar a aquellas pequeñas criaturas.

Fréminet, conocedor de lo mucho que detestaba su hermana los problemas, decidió encargar una alimentadora automática. Se trataba de una máquina equipada con un temporizador y un peso internos. También disponía de un recipiente antihumedad que garantizaba la conservación del pienso. Así, la máquina depositaba en el plato cada cierto tiempo la cantidad justa de alimento para los gatos.

Contra todo pronóstico, la máquina sobrevivió a los torpes cuidados de Lynette y se convirtió en un fiel aliado. Tras muchos años de servicio, tanto los mecanismos internos como el exterior se conservaban en perfecto estado. Tan solo el cuenco donde depositaba la comida mostraba señales de frecuente uso.

Personaje Lyney

Lyney: Historia del personaje 2

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Lyney estaba impresionado con las dotes de aquel taciturno joven y le pidió que compartiera con él su conocimiento. Así, podría solucionar los pequeños desperfectos que causara su hermana.

El callado joven por su parte, no acostumbrado a negarse a nada, acabó aceptando. Así, aprendiendo el uno del otro, ambos niños acabaron haciéndose amigos.

Por otra parte, Lyney nunca escatimó en la cantidad de tiempo que dedicaba a cuidar del resto de niños, no solo de Fréminet. Nunca les obligó a contarle sus historias, simplemente les hacía compañía en silencio.

Era una técnica que había aprendido del conciso consejo de su hermana en una ocasión: “Nadie necesita cuidados egoístas o ególatras”.

Pasado un tiempo, los huérfanos del hotel fueron abriéndose poco a poco con Lyney. Algunos incluso acabaron por contarle sus vivencias, lo que permitió que el joven los comprendiera y pudiera ayudarlos mejor.

Fréminet no terminaba de entender aquel comportamiento. Era consciente de que todo respecto al hotel había comenzado a girar en torno a aquel recién llegado y no dudó en manifestar su opinión de que no había necesidad de que Lyney se esforzara tanto.

Este le explicó que, al principio, había estado dispuesto a ayudar en los pequeños asuntos del hogar porque sabía que su hermana acabaría causando más problemas en lo que a mecanismos se refiere y no se sentía cómodo causándole problemas a los demás.

Pero aquella excusa no engañó a Fréminet, que se limitó a mirarle fijamente. Al final, Lyney acabó por confesar.

“Lynette siempre ha sido mi única familia. De ella he aprendido cómo ha de comportarse un buen hermano”.

Personaje Lyney

Lyney: Historia del personaje 3

Este es un fragmento de la historia del personaje.

El día que el Hotel Bouffes d'Été abrió sus puertas, todos los chicos colaboraron en la decoración del edificio.

Los niños pensaban que el hotel tenía un aspecto frío y que aquello no encajaba con sus vidas actuales y que así no sería capaz de transmitir ninguna calidez.

Por eso, Lyney organizó a todos los presentes para que se pusieran manos a la obra. Lynette compró una ingente cantidad de decoraciones y el resto de los chicos las colgaron por todos los salientes del hotel. Incluso escribieron sus propias bendiciones y las colocaron entre los adornos.

Fréminet, por su parte, estaba a cargo de asegurarse que todos los artefactos mágicos funcionaran correctamente. Lyney confiaba plenamente en sus capacidades, así que estaba claro que el instrumental de un día tan importante como aquel debía serle confiado a Fréminet.

Pero el más ocupado aquel día fue sin duda Lyney. No solo asumió la responsabilidad de coordinar a todo el equipo, sino que también debía idear un truco de magia que estuviera a la altura de las circunstancias.

Gracias al esfuerzo de todos, la velada resultó tal y como habían planeado. El gran gramófono reproducía alegres tonadas en el vestíbulo, donde los niños saltaban, bailaban y disfrutaban de la deliciosa comida. Aquel día no se celebraba el cumpleaños de nadie y, aun así, todos sentían como si fuera el día en que por fin habían renacido en sus nuevas vidas.

Y como cierre de aquella hermosa velada, Lyney, Lynette y Fréminet habían preparado un increíble truco de magia. En el centro de la estancia yacía un baúl y todos los niños lo contemplaban en completo silencio.

Para garantizar que todos disfrutaran de la sorpresa, Lyney no había compartido los detalles del truco ni siquiera con Lynette y Fréminet. Las luces se fueron apagando y todos se centraron en la figura de Lyney, que estaba de pie junto al baúl. Tal era la expectación, que todos se sentían un poco nerviosos.

Personaje Lyney

Lyney: Historia del personaje 5

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Cuando la Guardia llegó para arrestarle, descubrieron el artefacto de comunicación y se burlaron de él. “El mensaje que has enviado solo alerta a tus colegas para que salven su propio pellejo. Nadie sería tan tonto como para venir a rescatarte”.

El funcionario respondió simple y llanamente que aquello era más que suficiente para él. Incluso sabiendo el final que le esperaba, estaba convencido de que aquella cooperación había sido la decisión correcta.

Justo cuando los guardias iban a esposarlo, unos artilugios previamente instalados empezaron a desprender una gran cantidad de humo. Entre aquella densa humareda, el funcionario atisbó también una brillante llamarada...

Instantes después, el funcionario se tiró al Río Ceniciento, donde sería rescatado por Fréminet.

Se rumorea que los guardias dedicaron una gran cantidad de tiempo a seguir el rastro de aquel destello candente pensando que el criminal había huido utilizando algún tipo de planeador para escapar volando. Más tarde, descubrieron enganchado en un árbol un parapente del que colgaba un muñeco de madera vestido.

Curiosidades[]

  • A Fréminet se le puede ver blandiendo la Espada del Tiempo en su carta de personaje.
  • Debido a que los tres fueron acogidos en la Casa de la Hoguera, tanto él, como Lyney y Lynette se consideran hermanos, siendo Fréminet el menor. Los otros huérfanos en la Casa también son sus hermanos.
  • Fréminet comparte su actor de doblaje chino con Lyney.
  • Él, Lyney y Lynette son actualmente los únicos personajes con más de una carta de personaje.

Etimología[]

  • El nombre de Fréminet puede deberse a Sieur Fréminet, inventor del primer traje de buzo que utilizaba un depósito de aire comprimido.
  • El nombre del pingüino reloj de Fréminet, Pers, procede de la palabra francesa pers, un adjetivo utilizado para describir los ojos azul-verdosos, que encaja con su color de ojos real.

Historial de cambios[]

Versión 4.0
Fréminet se añadió al juego.

Navegación[]

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