Extravío en la abundancia es una misión de Arconte, que forma parte de Capítulo III: Acto I - Tras la bruma y el bosque.
Detalles[]
- Dirígete a Puerto Ormos
- Pregunta por información a los comerciantes callejeros
- Espía la conversación entre los estudiantes de la Academia
- Ve a la Taberna Yafar
- Encuentra un sitio donde sentarte y espera al miembro de Los Eremitas
- Pregunta por información a los Eremitas
- Alcanza a Alhacén
- Busca un lugar tranquilo para seguir hablando con Alhacén
- Reúnete con el informante de Dori
- Escoge la opción "Queremos comprar algunos frutos harra sin madurar."
- Sigue a Raunak hasta el almacén
- Para aumentar la confianza, escoge las opciones:
- ¡Felicidades!
- Mareos con tinnitus, por favor.
- Al estilo de Puerto Ormos.
- Para aumentar la confianza, escoge las opciones:
- Habla con Raunak
- Escapa junto a Raunak
- Busca a la persona que habla
Recompensas[]
- EXP de Aventura
- Mora
- Cápsula de conocimiento: Técnicas de espada (VIII)
- Experiencia del aventurero
- Mineral de refinamiento místico
Notas[]
Al completar la misión recibirás el logro "Entre la comerciante y el conocimiento" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
Diálogos[]
- (Dirígete a Puerto Ormos)
- Rama: ¡Vengan a echar un vistazo ustedes mismos! Condimentos tradicionales de la más alta calidad, un arte exquisito.
- Puria: Jaja, ¡trato hecho! No puedo agradecerte lo suficiente por cuidar todo el tiempo de mi negocio.
- Jayant: Créeme, no estoy inventándomelo. Varios grupos de Los Eremitas están en un conflicto abierto, pero ¿le importa al Regimiento de los Treinta? *Suspira*, y eso no es todo, ¿sabían que...?
- Paimon: Vaya, hablando de ajetreo, ¡este lugar es muy bullicioso! Supongo que es de esperar del mayor puerto de Sumeru. Tal vez sea por lo que Dehya nos dijo antes, pero Paimon no puede evitar tener la sensación de que también hay peligro acechando entre esta muchedumbre.
- Paimon: Preparémonos para empezar a investigar.
- Paimon: Sabemos que lo que perdió la Academia está relacionado con los dioses... Pero aparte de eso, no tenemos más información.
- Paimon: Humm... Asfand nos dijo que intentáramos hacernos pasar por estudiantes de la Academia mientras preguntábamos por ahí. Paimon comprobó el Akasha de camino aquí, y la Academia no parece tener ninguna instalación de investigación en Puerto Ormos.
- Paimon: Paimon no lo entiende... ¿No pareceremos aún más sospechosos yendo por ahí diciendo que somos estudiantes de la Academia y preguntando por el objeto robado?
Deberíamos averiguar eso antes de hacer cualquier otra cosa.
Ese podría ser el quid de la cuestión.
- Paimon: Bueno, teniendo en cuenta toda la gente que pasa por aquí cada día, si hay información que encontrar, Paimon apuesta a que podríamos encontrarla en el mercado. Preguntemos y veamos qué hallamos.
- Dehya: Hace tiempo que no visito la Ciudadela Regzar. Me pondré un poco al día con el jefe antes de volver. Él y sus hombres hicieron mucho por mí en el pasado.
- Dehya: Recuerda que, para llegar a Puerto Ormos, solo tienes que seguir el río hacia el sur desde el puerto de la Ciudad de Sumeru.
- Dehya: Solo asegúrense de tener cuidado allá afuera. Nos veremos de nuevo en el Día del Sabzeruz.
- Asfand: Ustedes dos no deben de ser gente cualquiera si Dehya, la Leona Ardiente, habla en su nombre.
- Asfand: El Regimiento de los Treinta no está oficialmente supervisado por la Academia, pero como somos mercenarios a sueldo, todavía hay mucha información sensible que no puedo revelar. A fin de cuentas, la seguridad de la ciudad es la máxima prioridad del regimiento y de la Academia.
- Asfand: Les he dicho todo lo que puedo contarles sobre lo que fue robado de la Academia... En cuanto a por qué deben fingir ser estudiantes en Puerto Ormos, dejaré que lo descubran ustedes mismos.
- (Pregunta por información a los comerciantes callejeros)
- Elham: ¡Bienvenidos! ¿En qué puedo ayudarles?
- Paimon: Hola, nos gustaría hacerte una pregunta. Ehmm, ¿los estudiantes de la Academia vienen alguna vez a Puerto Ormos?
- Elham: Jeje, por supuesto, especialmente en esta época del año. Los estudiantes de la Ciudad de Sumeru que están a punto de graduarse suelen venir a Puerto Ormos a despejarse un poco.
- Elham: Mucha gente habla a menudo de lo difícil que es ser aceptado en la Academia de Sumeru, y no digamos ya graduarse. Pero los que terminan sus estudios y pasan a ser investigadores a tiempo completo en la Academia lo tienen aún más difícil.
- Elham: Puede que no seamos la Ciudad de Sumeru, pero Puerto Ormos ofrece un hermoso paisaje y un ambiente libre de estrés. Algunos incluso dicen que da buena suerte venir a Puerto Ormos, por lo que los estudiantes e investigadores acuden en masa a este lugar cuando las cosas se ponen demasiado complicadas en la Academia.
- Elham: ¿Ven allí? Esos son estudiantes de la Academia de Sumeru.
Parecen bastante serios.
Lucen un poco preocupados.
- Elham: Desde que llegaron aquí hace unos días, se ven preocupados y abatidos.
- Elham: En mi opinión, la vida de un comerciante es mejor. Mientras el Akasha nos enseñe lo que necesitamos, la vida será buena.
- Paimon: Humm, esos estudiantes parecen estar discutiendo algo... Veamos si podemos escuchar.
- (Espía la conversación entre los estudiantes de la Academia)
- Sidhu: *Suspira*. Es inútil... He intentado preguntar por ahí, pero no he podido averiguar nada. Por no hablar de que ahora hay un montón de Eremitas de aspecto aterrador ocupando las calles.
- Bandi: Ha habido muchas peleas entre las diferentes facciones Eremitas en Puerto Ormos. Si decidimos actuar por nuestra cuenta, sería prudente mantenernos alejados de ellos.
- Bandi: Especialmente el grupo que está constantemente gritando cosas sobre "el Rey Escarlata" y algo sobre una "resurrección". Incluso he oído que la Ciudadela Regzar está empezando a hartarse de ellos. ¿Cómo se llamaba ese grupo...? Era algo así como "Ojos de al..."
- Kudari: Se llaman "Ojos de al-Ahmar". De hecho, hoy me enteré de que tienen información sobre "eso" que estamos buscando.
- Sidhu: ¿Cómo dices?
- Kudari: ¿No lo sabías? Muchos Eremitas en Puerto Ormos hacen transacciones de este tipo.
- Kudari: Suelen desconfiar de los forasteros, pero no de los estudiantes de la Academia. Es porque el tipo de productos que buscan los estudiantes no son de la clase que buscan los Eremitas. Mientras sepan que eres un estudiante, puedes comerciar con ellos.
- Kudari: He oído que a los de los Ojos de al-Ahmar les gusta pasarse por la Taberna Yafar. Si estás dispuesto a gastarte medio millón de Moras, te darán información sobre cualquier cosa.
- Sidhu: Espera, ¿acabas de decir medio millón? Si solo la información cuesta tanto, ¿cómo podemos permitirnos comprar lo que buscamos? *Suspira*, supongo que deberíamos renunciar a intentar graduarnos de esta manera.
- Kudari: Yo no me preocuparía demasiado. Nuestro campo de investigación es muy especializado. ¿Quién más podría estar detrás de un conocimiento tan rebuscado? Apuesto a que prácticamente no tiene valor para nadie más que para nosotros.
- Sidhu: Supongo que tiene sentido. Entonces, lo único que nos queda es encontrar una forma de introducirnos. ¿Por qué no juntamos nuestro dinero y pagamos por la información?
- Paimon: ¿Oíste eso? Un nicho de investigación y conocimientos rebuscados... A Paimon le suena bastante sospechoso. ¿La gente compra y vende conocimiento de esa forma?
Ciertamente, es bastante sospechoso.
Sea lo que sea que hayan robado de la Academia, está relacionado con el conocimiento.
- Paimon: ¿Qué tienes en mente?
Vayamos a la Taberna Yafar.
Probemos suerte con esos Eremitas.
- Paimon: ¡Espera! ¿No has oído lo que acaban de decir? ¡Comprar información nos va a costar medio millón de Moras! ¿¡Lo dices en serio!?
La información de calidad tiene un precio.
No los dejaré ir fácilmente si resulta ser una estafa.
- Paimon: Oh, está bien. Aunque a Paimon le duela desprenderse de tantos Moras... Si sabes lo que estás haciendo, entonces deberíamos intentarlo.
- (Ve a la Taberna Yafar)
- Sidhu: Medio millón de Moras... No es una suma pequeña, la verdad.
- Bandi: Esos de los Ojos de al-Ahmar, ¿de verdad nos darán la información que buscamos?
- Kudari: Es algo de lo que tendremos que hablar.
- (Encuentra un sitio donde sentarte y espera al miembro de Los Eremitas)
-
- Se sientan y esperan un rato...
- Eymen: Oh, ya llegaron. Por favor, tomen asiento.
- Tariq: ¿Así que creen que pueden desafiar al jefe? Ja, una vez que recuperemos el poder del Rey Escarlata, ellos serán los primeros a los que el jefe castigue.
- Tumart: No hay nada que temer. Nuestro principal rival ahora es el Batallón de Los Caracales. También han acumulado una cantidad significativa de Moras, así que no debemos subestimarlos.
- Tariq: ¿Cómo puede el Batallón de Los Caracales competir con el jefe cuando no es más que un grupo de oportunistas avaros que busca dinero fácil?
- Tumart: Sí, el jefe es un gran devoto. Usando este poder, esta vez traerá a nuestro dios de vuelta.
- Paimon: Humm, estos tipos solo hablan sobre el Rey Escarlata, así que probablemente son los que estamos buscando.
- Tariq: ¡Hum! Reina Mayor Rukkhadevata... ¡Esa traidora y sus seguidores no merecen el perdón! Llegará el día en que el Rey Escarlata se vengue de Sumeru y todos ellos sean castigados.
La Reina Mayor Rukkhadevata... ¿traidora?
¿De qué están hablando?
- Paimon: Sí, Paimon también se pregunta a qué se refieren. Deberíamos preguntar sobre eso más tarde si tenemos la oportunidad.
- (Pregunta por información a los Eremitas)
- Tariq: ¿Eh? ¿Quién eres? ¿Qué quieres?
Soy un viajero.
- Tariq: ¿Un viajero?
Soy un estudiante de la Academia.
- Tariq: ¿Un estudiante? ¿Qué hace un estudiante de la Academia de la Ciudad de Sumeru en Puerto Ormos?
Estoy buscando información sobre cierta... "cosa".
- Tariq: Jeje, si es información lo que buscas, has venido al lugar adecuado. La pregunta es: ¿puedes pagar su precio?
Te doy 50 Moras.
- Tariq: ¿Eh? ¿Es broma?
- Paimon: Lo sentimos, debe de haber dicho mal la cantidad... Oye, ¿en qué estás pensando?
Te doy 500000 Moras.
- Paimon: (Ay... A Paimon le duele ver tantos Moras desaparecer, pero no hay más remedio...)
- Tariq: Jeje, toma, esta es la dirección del comerciante. Sea lo que sea que estés buscando, lo encontrarás ahí. ¿Y bien? ¿Qué haces ahí parado?
Te doy 500000 Moras.
- Paimon: (Ay... A Paimon le duele ver tantos Moras desaparecer, pero no hay más remedio...)
- Tariq: Jeje, toma, esta es la dirección del comerciante. Sea lo que sea que estés buscando, lo encontrarás ahí. ¿Y bien? ¿Qué haces ahí parado?
Tengo una pregunta más.
- Paimon: Sí, eso... Te oímos mencionar al Rey Escarlata. Estamos interesados en saber más al respecto, porque... eh... ¡Porque somos estudiantes de arqueología! Jeje.
- Tariq: ... Jeje, bueno, ya que me han pagado, supongo que puedo darles un pequeño extra.
- Tariq: Como podrán ver, los miembros de los Ojos de al-Ahmar son devotos creyentes del Rey Escarlata.
- Tariq: Hace años, el Rey Escarlata fundó en el desierto una gran nación que fue nuestra tierra natal. Era una civilización avanzada, mucho más que la actual Sumeru.
- Tariq: El Rey Escarlata era el legítimo Dios de la Sabiduría, pero desgraciadamente fue traicionado por una compañera en la que confiaba y quien incluso le despojó de su título.
- Paimon: ¿Te refieres a...?
- Tariq: ¡Sí, la Reina Mayor Rukkhadevata! Esa desvergonzada destruyó la civilización del Rey Escarlata, y nuestros antepasados se vieron obligados a huir a esta tierra en donde nos hicieron sufrir la tiranía de nuestros enemigos.
- Tariq: Además, colaboró con la Academia para encubrir la verdad de sus acciones y crear la fachada misericordiosa y benévola con la que se la conoce hoy día. ¡Hum! Me repugna de solo pensarlo.
- Tariq: Pero la historia no termina ahí. El Rey Escarlata no está realmente muerto. ¡En el desierto han escuchado la profecía de su resurrección!
- Tariq: Recuerden mis palabras. Nuestro dios volverá. Y cuando llegue ese día, todos los seguidores de la traidora y todos los habitantes del desierto que han olvidado a su verdadero dios sufrirán juntos el castigo.
- Tariq: Si lo que digo los hace temblar de miedo, quizá no sea demasiado tarde para que se conviertan en creyentes del Rey Escarlata, jajaja.
¿El Rey Deshret va a volver?
¿Puedes contarnos más sobre la profecía?
- Tariq: ¡Hum! No tengo nada más que contarles a ustedes los de la Academia. Esta conversación ha terminado.
- Alhacén: Esperen un momento. Este hombre es un farsante.
- Paimon: ¡¿Qué?!
- Tariq: ¡Otra vez tú, lunático de la Academia!
- Alhacén: Sí, soy yo otra vez. Ya te advertí que, si no estabas dispuesto a sentarte a hablar conmigo, tomaría medidas para hacerles las cosas... más difíciles.
- Alhacén: Escúchenme. La dirección que les dio es falsa o, al menos, lo que les espera no es un comerciante. Este grupo ha estado alardeando por todas partes de que pueden proporcionar información sobre un determinado "objeto", como medio para atraer gente a su territorio.
- Alhacén: Una vez que te presentas, continúan con su farsa hasta que tienen pruebas fehacientes de que quieres comprar dicho artículo, y entonces lo utilizan para sacarte hasta el último Mora.
- Tariq: ¡Cierra la boca, Alhacén! ¿Qué buscas ganar al arruinar nuestro negocio?
- Alhacén: Te lo dije el otro día. Quiero discutir mis condiciones con tu jefe.
- Tariq: Nuestro jefe también te lo dijo el otro día. ¡No quiere hablar contigo!
- Alhacén: Eso dijo antes, pero eso no significa que no haya cambiado de opinión.
- Tariq: Te lo advierto, ¡no nos presiones, o esto se pondrá feo! No solemos ser rudos con la gente de la Academia, porque solo complica las cosas. Sin embargo, podemos hacer una excepción con un lunático como tú.
- Alhacén: Si sugieres que pasemos de un intercambio verbal a uno físico, lo acepto. Después de todo, incluso los Arcontes fueron a la guerra para negociar la propiedad de Teyvat.
- Alhacén: Pero si no podemos ponernos de acuerdo por ningún medio de negociación, me temo que perderán algo más que unos cuantos negocios.
- Alhacén: Iré contra la reputación de Los Eremitas, la cual sé que valoran por encima de todo.
- Alhacén: Estoy bastante seguro de que, si lo hago, su jefe se acercará de buena gana a mí. Pero me temo que para entonces el daño estará hecho.
- Alhacén: Además, les daré un consejo: cuéntenle a su jefe exactamente lo que ocurrió hoy aquí. De lo contrario, en el futuro los culpará por no haber hablado.
- Tariq: ¿Qu-qué dijiste?
- Alhacén: Piénsenlo, ¿he faltado alguna vez a mi palabra?
- Tumart: A este tipo sí que le falta un tornillo...
- Tariq: Está bien, si tanto deseas morir, reunámonos dentro de una semana en el muelle frente al Faro de Pharos, a las cuatro de la tarde. ¡No nos contendremos esta vez!
- Alhacén: No tan rápido. Primero devuélvanles los 500000 Moras.
- Tariq: ¡Hum!
- Eymen: Por favor, te lo ruego, no los provoques. No podemos permitirnos meternos en problemas con ellos. Ni siquiera pagaron su comida...
- Alhacén: Sr. Eymen, parece que últimamente hay menos personal en el restaurante. No será porque están todos ocupados buscando estudiantes para difundir su mensaje, ¿o sí?
- Eymen: Eh... Pues...
- Alhacén: Alguien que elige hacer negocios con este tipo de gente no tendría por qué ponerse nervioso con una pregunta tan simple. Considere la cuenta como una compensación por nuestro silencio. Yo diría que es un buen trato.
- Paimon: ¿Viste eso? No solo nos devolvió los Moras, sino que también ahuyentó a esos Eremitas.
- Paimon: Además, parece que sabe quién es quién en este lugar. ¡Vayamos a hacerle algunas preguntas!
- (Alcanza a Alhacén)
- Paimon: ¡Un momento! Te llamas Alhacén, ¿verdad?
- Alhacén: ¿Qué pasa?
Gracias por ayudarnos.
- Alhacén: No hace falta que me den las gracias. Mi objetivo era llegar a ellos, y ustedes me dieron la oportunidad que necesitaba. Estamos en paz.
- Alhacén: Les aconsejo que se mantengan alejados de ellos. Al final no pudieron hacerse con sus Moras, así que podrían volver a molestarlos en el futuro.
- Alhacén: Bueno, adiós.
- Paimon: ¡Espera un momento! Todavía tenemos algo que preguntarte.
- Paimon: Dado que expusiste su estafa delante de ellos, debes tener información veraz sobre esa "cosa", ¿no?
- Alhacén: ¿Quiénes son ustedes exactamente, y por qué quieren saberlo?
Soy un estudiante de la Academia.
- Alhacén: ¿Un estudiante? Deberías saber que el motivo de que esos matones quisieran hacer "negocios" contigo no fue porque se creyeran tu mentira.
Quizás podríamos negociarlo y llegar a un acuerdo.
Sé una o dos cosas sobre cómo pelear.
- Paimon: ¿Eh? ¡Oh, sí! ¡Es realmente fuerte! ¿No estabas diciendo algo sobre un "intercambio físico"? Podemos ayudar con eso.
- Alhacén: Ni siquiera tiene una Visión. Olvídalo.
- Paimon: Tal vez no, pero aun así puede usar la Energía Elemental. De lo contrario, no habríamos ido a pedir información a esos de los Ojos de... al... ¡de tipos como esos!
- Paimon: Esos matones seguro que van a llevar un montón de refuerzos a su próxima reunión. Aunque no vayas solo, ¡no te arrepentirás de llevarnos contigo!
- Alhacén: Humm...
- Paimon: Humm...
- Alhacén: Muy bien, acepto. Buscan a alguien que venda ese tipo de mercancía, ¿verdad? ¿Tienen papel y pluma? Les daré la dirección de uno de ellos. Pueden ir a probar suerte.
- Alhacén: Nos reuniremos a la hora indicada junto al muelle. No importa si al final deciden no presentarse.
- Paimon: Humm... Entonces, ya que nos has dado la información de este comerciante, ¿puedes decirnos qué es exactamente lo que estamos buscando?
- Alhacén: ¿Estaban dispuestos a pagar 500000 Moras por algo y ni siquiera sabían lo que era?
- Alhacén: Está bien. Si realmente son tan hábiles como dicen, pueden sacarles la respuesta a golpes cuando se pongan agresivos.
- Alhacén: Si han estado preguntando por los alrededores, ya deben saber algo. Díganme lo que saben hasta ahora para que no pierda tiempo repitiendo información.
- Paimon: Sabemos que esa cosa está conectada con la Academia de alguna manera, y que no solo Los Eremitas la usan para sus negocios, sino que algunos estudiantes también quieren obtenerla. Humm, ¿qué más...?
Parece que es un tipo de "conocimiento".
- Alhacén: De hecho, saben casi todo lo que hay que saber, pero son incapaces de darle sentido a la información porque nunca han visto el objeto en cuestión.
- Alhacén: Esto es lo que han estado buscando.
- Paimon: ¿Eh? Paimon no sabe qué es. Parece algún tipo de adorno.
- Alhacén: Se llama "cápsula de conocimiento". En pocas palabras, es un recipiente que puede almacenar una cantidad determinada de conocimiento encapsulado. Es como un Akasha en miniatura.
- Alhacén: Cualquiera que lo vincule a su conmutador Akasha personal se convierte instantáneamente en conocedor de su contenido.
¿Cualquiera?
- Alhacén: Correcto, cualquiera. A diferencia del Akasha, que es más restrictivo con quién puede acceder a su información, se puede acceder al contenido de las cápsulas de conocimiento sin ninguna restricción.
- Paimon: Suena increíble...
- Alhacén: Es esencialmente un repositorio de conocimiento muy práctico e inofensivo. Por desgracia, en Sumeru es ilegal poseerlos de forma particular o comerciar con ellos.
- Alhacén: Fueron creados como medio para que los eruditos transfirieran los conocimientos adquiridos del Irminsul al Akasha, y deben ser destruidos inmediatamente después de su uso.
- Alhacén: Pero a pesar de las estrictas regulaciones, algunas de estas cápsulas de conocimiento siempre logran escapar de la destrucción. Al fin y al cabo, siempre habrá en este mundo quienes no estén satisfechos con la vida tal y como la ha diseñado el conmutador Akasha y deseen cambiar su destino.
- Alhacén: Durante el último siglo, se ha fugado una gran variedad de conocimiento encapsulado de la Academia. Ahora, en Puerto Ormos, los más valiosos son una herramienta para que Los Eremitas consigan Moras.
- Alhacén: Mientras tanto, los que Los Eremitas consideran basura, ocasionalmente pueden resultar útiles para los ciudadanos y los desventurados estudiantes de la Academia de Sumeru.
- Alhacén: Bueno, eso es todo por mi parte.
He oído que la Academia ha perdido algo recientemente.
Tal vez la Academia perdiera una cápsula de conocimiento.
- Alhacén: Así que ese es tu verdadero objetivo...
Quiero saber más sobre eso.
- Alhacén: Me parece que nuestro trato no incluye la respuesta a esta pregunta.
¿Qué tengo que hacer?
Quizá podamos añadir una cláusula adicional.
- Alhacén: No te das por vencido, ¿eh? Está bien, hablemos en otro lugar con menos gente.
- (Busca un lugar tranquilo para seguir hablando con Alhacén)
- Alhacén: Continuemos nuestra conversación aquí. Si deseas saber más sobre la cápsula de conocimiento que ha perdido la Academia, entonces debes ayudarme con algo.
¿De qué se trata?
- Alhacén: Necesito que encuentres a una persona llamada Dori. Es una comerciante ambulante.
- Alhacén: A diferencia de los vendedores ambulantes que venden cápsulas de conocimiento baratas, ella suele tener productos de calidad en inventario. Hay quien dice que, mientras sea redituable, no hay nada que no se atreva a vender.
- Alhacén: Suele evitar a la gente de la Academia porque la mayoría de sus productos no cumplen con sus normativas.
- Alhacén: Creo que me puso en su lista negra porque, aunque me reuní con sus informantes, era obvio que no me dejarían llegar más lejos.
- Alhacén: Conviértete en uno de los clientes de Dori y gánate su confianza. Esta es mi condición para seguir colaborando.
- Paimon: ¿Por qué quieres que nos reunamos con ella?
- Alhacén: Hasta que no completen esta tarea, no tienen el privilegio de hacer preguntas.
- Paimon: Está bien, tú ganas. Entonces, ¿cómo lo hacemos?
- Alhacén: Ustedes dos son forasteros que no llevan mucho tiempo aquí, así que Dori debería verlos como clientes seguros. Les daré la dirección del informante y su contraseña de contacto.
- Alhacén: Sin embargo, más allá de la contraseña, no sé qué otros trucos pueda tener bajo la manga. Tendrán que improvisar.
- Paimon: Ay, Paimon está algo nerviosa...
- Alhacén: El verdadero desafío comienza después de conocerla. Tiene un buen olfato para el dinero, un buen ojo para las mercancías, y solo le gustan los clientes que considera de buen gusto.
- Alhacén: Les daré algunos fondos. Compren sus artículos de mayor calidad y gánense su aprobación.
- Paimon: Pero acabamos de ver una cápsula de conocimiento por primera vez. No sabemos cómo distinguir cuáles son buenas y cuáles son malas... ¿Es algo que podamos aprender rápidamente?
- Alhacén: Tienes razón. Humm... ¿Han oído hablar de la Visión Elemental?
Puedo usarla.
- Alhacén: ¿Eh? Sorprendente. Supongo que tendré que tenerte en mayor consideración. Eso resuelve muchas cosas.
- Alhacén: Aquí hay dos cápsulas de conocimiento. ¿Puedes detectar alguna diferencia en su calidad?
- Paimon: Humm... Paimon las ve igual.
- Alhacén: Intenta examinarlas utilizando la Visión Elemental.
- Paimon: ¿Qué tal? ¿Pudiste ver algo?
Ambas emiten un brillo verde.
La de la izquierda brilla con más intensidad.
- Alhacén: Se dice que las cápsulas de conocimiento de mayor calidad suelen ser más brillantes cuando se ven a través de la Visión Elemental.
- Alhacén: Eso es porque el conocimiento se origina en el Irminsul. Es la raíz del propio poder Dendro. Cuanto más poderoso sea el conocimiento, más rico será en energía Dendro.
- Alhacén: Sin embargo, algunos conocimientos encapsulados con una alta concentración de energía elemental son de poca utilidad hoy en día, por lo que esas cápsulas tienen poco valor.
- Alhacén: El uso de la Visión Elemental es solo un pequeño truco, pero debería ser suficiente para ganarse la confianza de Dori.
- Paimon: Suena muy impresionante...
- Alhacén: Aquí hay una hoja con la ubicación del informante y la contraseña de contacto, y aquí están los Moras para comprar el conocimiento encapsulado.
- Alhacén: No escatimen, tendrán que gastar para llamar la atención de Dori. Si queda algo de Moras, son todos suyos.
- Alhacén: Vayan con cuidado. Últimamente se ha visto a la matra en Puerto Ormos. Sus esfuerzos serán en vano si les atrapan.
- Paimon: ¿La matra?
- Alhacén: Pertenecen al órgano de supervisión de la Academia. También se encargan de los casos de transacciones ilegales de conocimiento encapsulado. Como dije, la Academia prohibió tanto su comercio como su posesión.
- Alhacén: La matra siempre está muy atenta. Si ponen la vista en ustedes, esperen lo peor. Si quieren echarse atrás, ahora es el momento.
Estoy dispuesto a correr el riesgo.
Te ayudaré a encontrar a Dori.
- Alhacén: Bien, tenemos un trato. Si logras negociar con Dori, ven a buscarme a la Posada Wikala. Entonces podremos conversar abiertamente.
- (Reúnete con el informante de Dori)
- Latish: Hola, ¿qué quieren comprar?
Queremos comprar frutos harra crudos.
- Paimon: Espera, ¿estás seguro de que lo recuerdas bien? Paimon no cree que fuera eso lo que aparecía en el papel.
Queremos comprar algunos frutos harra sin madurar.
Queremos comprar algunos frutos harra sin madurar.
- Latish: Jeje, qué paladar tan singular. Tenemos frutos harra sin madurar, pero normalmente los guardamos en la parte de atrás. Haré que alguien los acompañe.
- Paimon: ¡Gracias al papel pasamos la primera ronda!
- Latish: Raunak, estos dos quieren comprar frutos harra sin madurar. Enséñales el almacén.
- Raunak: Entiendo. Ustedes, síganme por favor.
- (Sigue a Raunak hasta el almacén)
- Latish: (Latish te sonríe y guiña un ojo para indicarte que sigas a Raunak.)
- (Habla con Raunak)
- Raunak: Disculpen, pero antes de que se lleven los bienes, tengo que realizar algunas comprobaciones.
- Raunak: Por favor, discúlpenme, pero es posible que hoy no tengamos suficientes existencias para ustedes. Los ratones se llevaron muchos de nuestros frutos harra.
Lo siento por ustedes...
- Paimon: Un momento, parece que lo entendiste mal. ¡"Se lo llevaron los ratones" significa que se han vendido todas las existencias!
¡Felicidades!
- Raunak: Jeje, gracias. Si llegan mercancías de mayor calidad, serán los primeros en saberlo.
- Raunak: Parece que son clientes muy hábiles. ¿Qué les parece si escojo algunos frutos que los hagan marearse?
Mareos con tinnitus, por favor.
- Paimon: Sí, ¡esa es la respuesta correcta! Pero comer un fruto harra que hace que te dé vueltas la cabeza y te zumben los oídos suena como una mala decisión...
- Raunak: ¿Desean que empaquemos al estilo de la Ciudad de Sumeru o al de Puerto Ormos?
Al estilo de la Ciudad de Sumeru.
- Raunak: Supongo que va a optar por un empaque más tradicional, ya que es la primera vez que viene.
- Paimon: Espera un segundo. "Al estilo de la Ciudad de Sumeru" significa que solo vamos a comprar unas pocas cosas. ¡No nos llevará a ver a Dori si hacemos eso!
Al estilo de Puerto Ormos.
- Raunak: Vaya, veo que son clientes muy generosos. Nos aseguraremos de empaquetar sus productos lo mejor posible.
Prefiero algo que me dé insolación.
- Paimon: No, ¡estás mal! El papel dice que la "insolación" es la respuesta a "ser sabio". Ay... Comer algo que causa insolación suena a una terrible decisión...
- (Si has elegido las respuestas incorrectas)
-
- Raunak: Lo siento, pero tal y como están las cosas, no podremos cumplir con su pedido. ¿Por qué no se lo piensan mejor?
- Paimon: Está siendo cauteloso con nosotros. Vamos a echar un vistazo más de cerca al papel que nos dio Alhacén.
- (Si has elegido las respuestas correctas)
-
- Raunak: Todo está confirmado. La Srta. Dori está esperando arriba... ¡Oh, no, es la matra! ¡Corran!
- Paimon: ¡¿La matra?! ¡¿Dónde?! Alhacén dijo que estaríamos perdidos si nos atrapan. ¡Rápido, corre!
- (Escapa junto a Raunak)
- Paimon: ¡Se fue corriendo en esa dirección!
- Paimon: ¡Mira, allí está!
- (Busca a la persona que habla)
- Dori: ¡Por aquí! Ya pueden parar de correr.
- Paimon: Así que tú eras quien nos estaba llamando. ¿De verdad estaremos a salvo aquí?
- Raunak: Estos distinguidos clientes desean comprar algo de fruto harra, Srta. Dori. Me retiraré por ahora.
- Dori: Buen trabajo. ¡Gracias!
- Paimon: ¿Eh? Un momento, ¿tú eres Dori? Paimon pensaba que tendrías un aspecto mucho más aterrador...
- Dori: ¡Oye! ¿Qué quieres de decir, cabeza de alcornoque? Puedo dar bastante miedo cuando lo necesito, ¡créeme! Si no mides tus palabras, puedes olvidarte de hacer negocios conmigo.
- Dori: Pero parece que lo han hecho bastante bien hasta ahora. No solo consiguieron encontrar al informante, sino que han sido bastante astutos. No parecen criminales ni nada por el estilo, pero apuesto mis Moras a que están metidos en algún asunto turbio.
- Paimon: Eh... Paimon no está segura de si eso fue un cumplido, pero lo aceptará.
- Dori: No puedo arriesgarme a hacer negocios con gente que empieza a resoplar a los pocos pasos, por muchos Moras que tengan. No solo la matra les pondría las manos encima, sino que también nos meterían en problemas. Como gente decente que intenta llevar un negocio honesto, no necesitamos nada de eso. ¿No creen?
- Dori: Por eso prefiero tener clientes como ustedes.
- Dori: Es su primera vez aquí, pero no se preocupen, no les haré demasiadas preguntas. Incluso si desean comprar cápsulas de conocimiento suficientes como para decorar su casa, no hay ningún problema.
- Dori: Mientras tengan dinero contante y sonante, aquí todos somos amigos.
¿Podemos ver la mercancía?
- Dori: ¡Oh, por supuesto! Adelante, hela aquí. ¡*Tachán*!
- Paimon: (¡Cuántas cápsulas de conocimiento! Probablemente se vería en serios problemas si la matra la atrapara con todo esto.)
- Dori: ¿Qué tipo de productos buscan, mis queridos clientes? No se preocupen, no me interesan sus motivos de compra, pero puedo hacerles algunas sugerencias.
- Dori: Miren este, por ejemplo... "Análisis de la ideología sociológica y la dialéctica de los Hilichurls". Solo tres personas en todo Teyvat lo han estudiado, ¡lo que lo hace extremadamente raro! ¡Está a la venta ahora por tan solo 350000 Moras!
- Paimon: (Eh... ¿Quién querría ser un experto en ese tema?)
- Dori: ¿O qué les parece "Estilos arquitectónicos y métodos de construcción en Teyvat a principios de la Guerra de los Arcontes"?
- Dori: Con este pueden convertirse en expertos en conservación de la arquitectura histórica y encontrar un trabajo excelente y bien remunerado en casi cualquier nación.
- Paimon: (¡Este sí que nos podría servir!)
- Dori: Dos millones de Moras y es todo suyo. No es negociable.
- Paimon: ¡Guau! ¡Qué caro!
- Dori: Por supuesto, son libres de elegir lo que deseen. El contenido y el precio de cada cápsula de conocimiento se indican en un pequeño texto en la parte inferior del envase de cada una.
- Paimon: (Muy bien, probemos el método que mencionó Alhacén.)
Me llevo esta.
Y esta.
Y también esta.
- Dori: Oh... Tienes un buen ojo cuando de calidad se trata.
- Eliges una gran variedad de conocimientos encapsulados.
- Paimon: Nos llevaremos estas. ¡Por favor y gracias!
- Dori: Vaya, vaya, su gusto por lo exquisito y lo extravagante es un don. Los clientes como ustedes son una especie muy inusual. Uno de cada cien... No, ¡uno entre mil!
- Dori: Escuchen, tengo una oferta especial para ustedes. Si gastan solo 100000 Moras más, pueden elegir cualquier cápsula de conocimiento por un valor de hasta un millón de Moras.
- Paimon: ¡¿Cómo dices?!
- Paimon: ¿Oíste eso? ¡Gastamos otros 100000 y podemos conseguir una cápsula que vale un millón!
Paimon, tranquilízate.
No caigas en sus trucos para gastar más.
- Paimon: Pero todo el conocimiento encapsulado que acabamos de comprar vale fácilmente medio millón de Moras. Si gastamos un poco más, podemos conseguir algo que valga un millón. ¿No es un trato fantástico?
- Paimon: Piénsalo, nos hemos tomado todas estas molestias para conseguir este conocimiento encapsulado, y hasta ahora todo lo que hemos comprado pertenece a Alhacén.
- Paimon: ¿No tienes la más mínima curiosidad por saber cómo funciona todo esto de las cápsulas de conocimiento? ¡Estamos hablando de conocimiento instantáneo! ¿No quieres probarlo tú mismo?
Eres tú quien tiene curiosidad, Paimon.
Simplemente quieres verme probarlo.
- Paimon: ¡Vamos! Todavía nos quedan unos 100000 Moras de Alhacén, así que vamos a darle un buen uso encontrando algo útil para ti. ¡Tenemos un trato, Dori! Nos gustaría gastar 100000 Moras extra.
- Dori: Excelente. Entonces, por favor, seleccionen de esta colección de cápsulas de conocimiento de aquí.
- Paimon: Oye, espera un segundo. ¿No podíamos elegir lo que quisiéramos? ¿Por qué no podemos elegir entre las de allí?
- Dori: Oh, pero mi querida clienta, las cápsulas de conocimiento de aquí valen un millón de Moras cada una. Estoy segura de que clientes exigentes como ustedes encontrarán algo de su agrado. Por favor, tómense su tiempo.
- Paimon: Oh, Paimon tiene un mal presentimiento... Usemos la Visión Elemental de nuevo para inspeccionarlas.
Está bien, voy a echar un vistazo.
- Paimon: ¿Qué has visto?
Todas parecen ser igual de brillantes.
- Paimon: Entonces, ¿todas valen lo mismo?
Quizá debamos pasar esta vez...
- Paimon: ¿Eh? ¿Por qué?
Digamos que es por nuestra salud mental.
- Paimon: Oye, estamos hablando de una cápsula que vale un millón de Moras. ¡No seas tan aguafiestas!
- Paimon: Ya que hemos gastado los Moras, al menos tratemos de encontrar algo útil.
- Paimon: Deja que Paimon eche un vistazo por aquí... "Introducción a la elaboración de vino tradicional de Sumeru", "Técnicas de plantación de especias", "Síntesis de runas antiguas"... ¡Oh! ¿Qué tal esta? ¡"Técnicas de espada (VIII)"!
- Paimon: Paimon no está segura de dónde vamos a sacar los volúmenes del uno al siete, pero al menos este conocimiento debería ser útil, ¿no? ¡Llevémonos esta cápsula!
Está bien.
Lo que sea mientras te haga feliz, Paimon.
- Paimon: ¡Dori, nos llevamos esta!
- Dori: Muy bien, ¡muy bien! Estoy esperando nuevas mercancías en los próximos días, así que asegúrense de volver pronto. Ya sea conocimiento encapsulado o cualquier otra cosa que necesiten, ¡traigan sus Moras a Dori y las puertas se abrirán!
Historial de cambios[]
- Versión 3.0
- Extravío en la abundancia se añadió al juego.