El sabio entre los sabios es una misión legendaria de la historia de Cyno del capítulo Lupus Aureus: Acto II - El protector de la promesa.
Detalles[]
- Espera hasta la noche (20:00 - 00:00)
- Habla con tus compañeros
- Habla con Sethos
- Habla con Cyno
- Espera hasta el día siguiente (20:00 - 00:00)
- Dirígete a la sala ceremonial
- Prepárense para la primera ronda
- Prepárense para la primera ronda
- Participa en la primera ronda
- Participa en la primera ronda
- Prepárense para la segunda ronda
- Participa en la segunda ronda
- Prepárense para la tercera ronda
Recompensas[]
Diálogos[]
- (Al acercarse al área señalada a la hora acordada)
- El grupo se reúne de nuevo a la hora acordada...
- Cyno: Lo he estado pensando detenidamente y, conociendo el temperamento del profesor, lo más seguro es que viniera al desierto habiéndose preparado para no volver jamás.
- Cyno: Es un hombre de ideas fijas y muy testarudo. No vamos a llegar a ninguna parte tratando de convencerlo de escapar.
- Tignari: Estoy de acuerdo. Mi maestro Nafís también me dijo que Ciro era una persona muy testaruda.
- Cyno: Mhm. Al margen de eso, estaba pensando en algo.
- Cyno: Sobre el Templo del Silencio, ya saben todo lo que deben saber, así que no tengo nada más que añadir sobre el particular.
- Cyno: Sin embargo, mis recuerdos sobre este lugar están muy borrosos, probablemente debido a la abrumadora presencia de los fragmentos del Ba. Eso explicaría la fiebre y migrañas constantes que tenía cuando era pequeño.
- Cyno: Recuerdo haber tenido algunos momentos fugaces de gran emoción cuando algunas imágenes aparecían en mi mente. Aunque eran imágenes muy vagas y no las recuerdo muy bien. Solo recuerdo algunos fragmentos.
- Cyno: Era muy pequeño en aquel entonces, y todo lo que sabía es que tenía una fuerte voluntad en mi cabeza. Ahora que lo pienso, supongo que era la forma que tenía Hermanubis de tratar de dar inspiración a la humanidad, aunque no pudiera comunicarme con él directamente.
- Cyno: El poder que llegó a habitar en mi espíritu era probablemente una de las piedras angulares de toda su fe. Así que si la voluntad y el poder de Hermanubis es algo real y tangible, entonces...
- Paimon: ¿Vas a ceder ante sus amenazas? ¿No hay una solución mejor?
Mantén la calma, Cyno.
¡Seguro que la hay!
- Cyno: No, no tengo intención de devolvérselo. Necesito este poder para proteger Sumeru, pero ellos tienen el derecho de tomar la decisión final sobre su destino, dado que pertenece a uno de los siete pilares del Rey Deshret.
- Cyno: Así que voy a desafiarles, y me ganaré el derecho a usar este poder de forma justa y legítima.
- Tignari: Humm, esto me recuerda a algo que dijo Alhacén antes de que partiéramos. Nos contó que el Templo del Silencio era una antigua organización gobernada por la élite gobernante de entonces y que, como tal, ese tipo de organizaciones solían estar limitadas por sus propios protocolos.
- Tignari: Kaveh también dijo que cuando trabajaba en el desierto, escuchó que la mayoría de las tribus tienen sus propias reglas. Los habitantes del desierto siempre dicen que no pueden desobedecer las leyes de su linaje y de su tribu.
- Tignari: Creo que podríamos tomar la iniciativa y utilizar eso a nuestro favor.
- Paimon: Guau... ¡Así que podemos darle la vuelta a la tortilla!
- Cyno: Parece que estamos pensando lo mismo.
- Cyno: Aprovecharemos la oportunidad para hacerles una oferta que no podrán rechazar. Así es como ganaremos.
Suena bien.
- Tignari: Estupendo. Se me ocurre cómo empezar la conversación. Vamos a buscar a Sethos. Le diremos que tengo conocimientos sobre medicina y que me gustaría ver cómo está su abuelo.
- (Habla con Sethos)
- Cyno: Queremos hablar contigo, Sethos.
- Sethos: ¿Has tomado ya una decisión?
- Tignari: Antes de eso, tengo conocimientos médicos, y me preguntaba si podría echarle un vistazo a tu abuelo.
- Sethos: No veo por qué no, aunque tenemos nuestros propios médicos, así que dudo que puedas decirnos algo que no sepamos ya.
- Tignari: Necesitamos saber cómo está.
- Sethos: Síganme.
- Sethos: Bajen la voz, no lo molesten.
- Tignari saca su equipo médico y realiza un examen médico básico a Bamún.
- Tignari: ...
- Tignari: Hablemos fuera.
- Tignari: Bamún ha entrado en un coma profundo. Su situación es grave, aunque estoy seguro de que sus médicos ya han llegado a esa conclusión.
- Tignari: Parece que sufrió una grave lesión en su juventud que se ha ido acentuando con los años de trabajo y la edad...
- Tignari: Lamentablemente, debo informarte de que he visto a otros pacientes en su misma condición y... no le queda mucho, unos días a lo sumo.
- Sethos: ... Ya lo sé.
- Cyno: Tú eres su sucesor, ¿no es así? Se nota que sientes mucho respeto por él, pero su forma de pensar es completamente distinta. Tú tienes más preocupaciones, y tu enfoque es más realista.
- Cyno: Dime cuáles son tus condiciones y acabemos con esto mientras Bamún aún pueda presenciarlo. Sé que es algo que te importa.
- Paimon: Sí, no hay tiempo que perder. Lo sabes mejor que nadie.
- Sethos: ...
- Tignari: En realidad, ustedes dos se encuentran en situaciones muy similares. Cada uno tiene una opinión distinta de la persona que lo crio.
- Paimon: Sí, y además se trata de un conflicto de otra generación, pero son ustedes quienes tienen que tomar las decisiones...
- Sethos: Tienes razón. Ambos vemos este problema de forma muy distinta a la de ellos.
- Sethos: Estoy de acuerdo, Cyno. Todo esto empezó con Hermanubis, así que pongámosle fin con una ceremonia que él mismo creó.
- Sethos: Cuenta la leyenda que Hermanubis luchó contra alguien cuando llegó a Tulaytulah. Él y sus dos compañeros lucharon durante varios días consecutivos, ganándose el corazón de la gente y reclutando a una gran cantidad de ambiciosos guerreros.
- Sethos: Aquel grupo de entusiastas se convirtieron más adelante en los primeros miembros del Templo del Silencio, mientras que aquella ceremonia se erigió como nuestro rito fundacional: el Rito del Duelo.
- Cyno: Tiene mucho sentido. Me parece bien.
- Sethos: Como recipiente de Hermanubis, tus lazos con el Templo del Silencio son profundos, así que te permitiré participar en este rito, junto con tus compañeros elegidos.
- Tignari: Tres contra tres. Me parece bien.
- Sethos: Sin embargo, tengo algunas condiciones. Como atacantes, deben ganar tres combates seguidos para ganar. Además, Cyno, tú y yo apostaremos nuestros fragmentos del Ba.
- Sethos: Dejar que Ciro se marchara con un fragmento del Ba fue un error que el abuelo cometió por compasión. Es un asunto controvertido que el Templo del Silencio debe abordar. No puedo hacer concesiones en este punto.
- Cyno: No será necesario. Ambos pensamos igual.
- Cyno: Si gano yo, el Templo del Silencio liberará a Ciro y dará por zanjada su disputa del pasado.
- Cyno: Si ganas tú, te devolveré el poder.
- Sethos: Trato hecho. Nos vemos mañana a las ocho de la noche en la sala ceremonial.
- (Habla con Sethos, opcional)
- Sethos: Estoy deseando que empiece este Rito del Duelo. Va a ser un acontecimiento memorable.
- Sethos: No solo por los fragmentos del Ba, sino porque va a decidir el futuro de muchas personas.
- Sethos: Abuelo...
- (Diálogo opcional desbloqueado al usar la habilidad elemental de Nahida en Sethos)
- Sethos: (... Tienes que seguir adelante, abuelo.)
- (Habla con Cyno)
- Tignari: Llegados a este punto, no hay marcha atrás.
- Cyno: Nunca la ha habido. Desde el momento en el que el profesor se marchó, dar marcha atrás nunca ha sido una opción para mí.
- Tignari: Tienes que ganar. Ya sea como Gran Juez o por ti mismo, necesitas ese poder.
- Paimon: ¡Sí! Y además, ¡este poder te ha acompañado durante tanto tiempo que seguro que ya te reconoce como su dueño!
- Cyno: Ya sea como Gran Juez o por mí mismo...
- Cyno: Sí, ahora que lo pienso... He tenido que superar muchas dificultades para controlar este poder y hacerlo mío. No todo el mundo podría haberlo hecho.
- Paimon: ¡Eso, eso!
No le des muchas vueltas. ¡Concéntrate en ganar!
Nosotros también te ayudaremos.
- Tignari: Sí, (Viajero) y yo nunca perderemos.
- Cyno: Lo mismo digo.
- Cyno: El desierto fue el hogar de una antigua y gran civilización que, por diversas razones, se enemistó con la civilización de la selva. Como dijo Dehya, los prejuicios separan a la gente.
- Cyno: Pero también deben haber factores personales. Siempre he creído que a Bamún le importan muchas más cosas de las que aparenta, y no creo que Sethos sea ningún villano. Tan solo hace lo que cree que es mejor.
- Cyno: ... Mañana se decidirá todo.
- (Entra a la sala ceremonial a la hora acordada)
- Duanre: Estamos aquí reunidos para llevar a cabo una vez más el Rito del Duelo ante Hermanubis, nuestro señor, pues su poder y autoridad nos acompañan en este día.
- Duanre: Esta es nuestra más sagrada ceremonia, por lo que no se tolerará interrupción alguna por parte del público. Es deber de todos observar el duelo con el máximo respeto en todo momento.
- Duanre: Representando al Templo del Silencio: los defensores.
- Sethos: Abuelo, has venido.
- Bamún: *Cof, cof*... Un Rito del Duelo, después de tantos años... Me sorprende tu decisión, Sethos.
- Sethos: Sé lo que hago, abuelo. No te preocupes.
- Duanre: Representando a la Academia de Sumeru: los atacantes.
- Cyno: Listos. Hoy haremos eco de nuestras voces con nuestra fuerza.
- Duanre: En ese caso, que los combatientes tomen posición y decidan el orden de participación.
- Duanre: En este foro no se cuestiona la motivación de los combatientes, ni qué será de ellos si caen derrotados. Guerreros, el poder del mismísimo Hermanubis está en juego, así que ¡luchen! ¡Luchen hasta que el perdedor caiga derrotado y el vencedor se alce victorioso!
Yo iré primero.
- Paimon: ¿Eh? ¿Estás seguro?
Sí. Mantener la moral alta es importante.
- Tignari: Me parece bien. (Viajero) es muy fuerte, y que combata primero seguro que intimida al oponente.
- Cyno: Entonces, tú serás el segundo.
- Tignari: De acuerdo.
- Cyno: Ya estamos listos.
- Sethos: Nosotros también. Empecemos.
- Duanre: Los participantes de la primera ronda, por favor, den un paso al frente.
Yo me encargo.
- (Mientras peleas con los enemigos)
- Paimon: No te precipites. La seguridad es lo primero.
- Paimon: ¡Eh! ¡Si se atreven a ponerle un dedo encima, Paimon les dará la paliza de su vida!
- Sethos: Qué ruidoso es el público de esa zona.
- Paimon: ¡Qué más te da!
- (Al completar la primera ronda)
- Duanre: La primera ronda ha concluido en un instante. A continuación, que den un paso al frente los siguientes combatientes.
- Duanre: Podrán empezar en cuanto estén listos.
- Tignari: Comencemos.
- (Mientras peleas con los enemigos)
- Cyno: ¡Cuidado! ¡Esquiva!
- Paimon: ¡Tú puedes, Tignari!
- Cyno: Se ha rehidratado antes del duelo. No debería haber ningún problema.
- (Al completar la segunda ronda)
- Duanre: Así termina la segunda ronda. Los participantes de la tercera ronda, por favor, den un paso al frente.
- Cyno: Estoy listo.
- Sethos: Yo también.
- Duanre: Esta es la fase final de la ceremonia. Les recuerdo que los términos que establecieron previamente son vinculantes para ambas partes.
- Duanre: Podrán empezar en cuanto estén listos.
- Sethos: ...
- Sethos: Soy Sethos, heredero de la fuerza de Hermanubis y nieto de Bamún, líder del Templo del Silencio.
- Sethos: Durante mucho tiempo, hemos honrado nuestro voto hacia el señor Hermanubis guardando los secretos del Rey Deshret. Incluso en tiempos oscuros, cuando no sabíamos qué hacer, nunca perdimos la esperanza, sino que nos aventuramos a realizar un nuevo experimento que nos permitiera seguir adelante.
- Sethos: Hemos anhelado fervientemente la sabiduría y el poder de nuestro señor, esperando a que llegara el día en que su espíritu y su luz descendieran sobre nosotros.
- Sethos: Y hoy... ¡Hoy lucharé por ese poder!
- Cyno: Yo soy el Gran Juez Cyno, aprendiz y sucesor del sabio Ciro. Lucho en defensa de mi poder, de mi profesor y de mi nación.
- Cyno: ¿Y tú? Te has dejado cosas por decir. Ya que se trata de un duelo sagrado, muestra tu verdadera naturaleza ante Hermanubis.
- Sethos: ...
- Sethos: (Todo el mundo, ya sean hombres o mujeres, ancianos o niños, están esperando con ansias el resultado de esta batalla.)
- Sethos: El abuelo es un líder sabio, aunque también se le conoce por ser alguien que no teme mancharse las manos de sangre. Conozco sus ideales y lo que espera de mí.
- Sethos: Pero hemos estado atados por nuestra fe durante demasiado tiempo. Después de un tiempo, cuando crecí, fui a la selva y vi a la gente de la ciudad.
- Sethos: Los tiempos han cambiado. La gente de Sumeru es más feliz y más libre ahora que en el pasado. Me di cuenta cuando estaba en uno de los puntos más altos de la ciudad, observando las calles.
- Sethos: Entonces, pensé en ti, Cyno. Ambos poseemos el mismo poder, mas nuestras vidas no podrían ser más distintas.
- Sethos: Cada fragmento del Ba representa algo distinto: poder, gloria... y muchos más secretos aún por desentrañar.
- Sethos: Una vez pensé que esa diferencia se debía a que la naturaleza de nuestros respectivos fragmentos era diferente, aunque, tal vez... Tal vez sea porque tú has encontrado una respuesta que yo nunca he tenido.
- Cyno: Soy mucho más que un guerrero. Soy dueño de mí mismo.
- Tignari: ... Exacto.
- Sethos: ...
- Sethos: El nombre de Hermanubis nos ha marcado a ambos, ha marcado el curso de nuestras vidas. Somos sus recipientes, pero también somos más que eso.
- Sethos: Muéstrame la respuesta, Cyno. ¡Enséñame en qué me puedo convertir más allá de la fe y del poder que ostento!
- Sethos: ¡Vamos!
- (Comienza una cinemática.)
- Cyno y Sethos se enfrentan en un duelo justo y feroz bajo la solemnidad de Hermanubis. Al final, Cyno obtiene la victoria.
- Según lo acordado, Sethos entrega su fragmento del Ba a Cyno. Al tomarlo, su cuerpo desprende un brillo sorprendente.
- Bamún, agónico, se sintió muy conmovido al presenciar semejante escena. Le vinieron a la cabeza recuerdos del pasado sobre Hermanubis, el antiguo desierto y el Templo del Silencio...
- Cyno: ¿Esto es todo lo que puedes hacer?
- Cyno: ¿No buscabas respuestas?
- (Cyno y Sethos tienen una pelea intensa; primero usan el poder de Hermanubis y luego sus respectivas armas)
- Cyno: Fin del combate.
- Cyno: ¿Te rindes?
- Sethos: Tú ganas.
- Cyno: Bien hecho.
- Cyno: Parece que ya tienes tu respuesta.
- (Sethos extrae su fragmento de Ba y se lo entrega a Cyno)
- Sethos: Te concedo su gloria.
- (Cyno lo acepta y comienza a emanar una luz cegadora)
- Bamún: He visto este brillo antes...
- Bamún: Es la luz de nuestro señor el gran Hermanubis, sacerdote de sacerdotes.
- Bamún: Su espíritu vive en ese destello, y su voluntad sigue viva.
- Bamún: Fue un guerrero de Tignar que emergió del árido desierto y que sirvió al rey divino al-Ahmar.
- Bamún: Tras la muerte del rey divino, Hermanubis reunió a sus creyentes y a los sacerdotes tignarios y los guio hasta la ciudad de Tulaytulah donde fundaron el Templo del Silencio.
- Bamún: Desde entonces nos dedicamos a administrar el conocimiento que sobrevivió de la civilización del Rey Deshret.
- Bamún: Apenas había pasado un siglo cuando la guerra asoló el desierto cuando los distintos líderes Eremitas lucharon en batallas que acabaron con lo poco que quedaba de su civilización.
- Bamún: Solo la sabia ciudad de Tulaytulah sobrevivió gracias al liderazgo de los tignarios.
- Bamún: Pero la paz no duró mucho.
- Bamún: Codiciosas del conocimiento del Rey Deshret, las bestias dirigieron su atención a Tulaytulah.
- Bamún: El rey de Gurabad sitió la ciudad y ordenó a los sabios que le entregaran el Templo del Silencio como prueba de su victoria.
- Bamún: La élite gobernante confabuló con sus propios opresores y traicionó al Templo para conservar su gobierno sobre la ciudad.
- Bamún: Dijeron que el conocimiento conservado en el Templo era la verdadera causa de la corrupción.
- Bamún: Fue una época oscura... en la que teníamos enemigos en todas partes.
- Bamún: Nuestro señor había agotado sus fuerzas hace tiempo y mantuvo al margen el conocimiento prohibido del Rey Deshret.
- Bamún: Para garantizar la supervivencia del Templo se dividió en muchos fragmentos y, con la ceremonia del legado de Hermanubis otorgó su poder a sus creyentes mortales.
- Bamún: Gracias a ese poder el Templo derrotó al ejército del tirano pero nadie nos consideró unos héroes.
- Bamún: Al tratarse de un poder tan desconocido infundió miedo en la gente e hizo que nos rechazaran.
- Bamún: Al final los miembros del Templo y los tignarios de Tulaytulah abandonaron la ciudad y se marcharon al bosque.
- Bamún: Después, ocurrió lo inevitable.
- Bamún: La élite de Tulaytulah cayó y fue aniquilada.
- Bamún: La guerra se apoderó del desierto y nosotros vagamos de un sitio a otro escondiéndonos mientras protegíamos nuestros secretos y permanecíamos fieles a nuestra misión.
- Bamún: La traición nos llevó del desierto al bosque.
- Bamún: Luego, la desconfianza volvió a llevarnos del bosque al desierto.
- Bamún: Hemos vivido en el exilio durante demasiado tiempo...
- Bamún: Pero... hoy... el Templo del Silencio ha presenciado la gloria de Hermanubis una vez más.
- Bamún: Gracias.
- (Termina la cinemática)
- Paimon: ¿Cómo estás? ¿Te encuentras bien?
- Cyno: ...
- Sethos: ...
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Se añadió en la Versión 4.6