El guardián desaparecido es una misión de Arconte, que forma parte de Capítulo III: Acto IV - El Rey Deshret y los tres peregrinos.
Detalles[]
- Pregunta a la gente por información
- Alcanza a Cyno
- Sigue a Isak
- Habla con Cyno
- Busca pistas alrededor
- Habla con Cyno
- Ve a la casa del jefe de la Aldea Aaru
- Dirígete al Caravasar Ribat
- Habla con Dehya
- Busca a los conocidos de Dehya para obtener pistas
- Ve al lugar que mencionó Zaki
- Derrota a los radicales
- Habla con Dehya
- Habla con Dehya
- Espera hasta la mañana del día siguiente (06-12h)
- Habla con Dehya
- Habla con Candace
Recompensas[]
Diálogos[]
- (Pregunta a la gente por información)
- Paimon: Disculpa, ¿has visto por dónde fueron los eruditos que desaparecieron?
- Kazán: ¿Te refieres a los guardianes de la aldea? Humm... Déjame pensar...
- Kazán: El otro día mientras cenaba vi a uno de ellos a este lado de la calle murmurando y comiendo champiñones o raíces... ¡No deberían ir por ahí comiendo esas cosas!
- Paimon: ¿Algo más?
- Kazán: ¿Qué más?... Humm, no, me temo que eso es todo lo que puedo decirles, lo siento.
- Cyno: ¿Ha visto a los eruditos que desaparecieron?
- Shani: ¡Guau! ¡Esa mirada! ¡Esos ojos! Pareces un luchador de verdad.
- Cyno: No cambies de tema.
- Shani: ¡Ah, sí! ¿Te refieres a los guar...? Que diga, ¿a los eruditos dementes? Creo que llevo varios días sin verlos. Normalmente me acuesto muy temprano, así que rara vez me entero de lo que sucede por la noche.
- Shani: Pero la verdad es que me caen bien esos tipos. Aunque actúen un poco raro, me ayudaron en su día. Si no fuera por ellos, mi casa se habría derrumbado hace mucho tiempo.
- Isak: ¿Tú también crees que el abuelo y sus amigos son buenas personas?
- Shani: ¿"Abuelo"? ¡Pero si es el pequeño Isak! Te refieres al anciano que se parece a tu difunto abuelo, ¿verdad?
- Shani: Jaja, ¡es el que protegió mi casa! Lo vi con mis propios ojos. Se encontraba cerca de mi casa ese día, estaba tocando algo del suelo con las manos.
- Shani: Todavía me parece increíble cuando me paro a pensar en ello. ¿Alguien les enseñó a hacer eso?
- Shani: Pase lo que pase, siempre le estaré agradecida, a él y a quien le enseñó a proteger a los demás. Estoy segura de que ni volviéndome loca sería capaz de hacer algo así...
- Isak: ¡Entendido! ¡Gracias!
- Isak: Señor, ¿ha visto a mi abuelo? Es el que siempre se sienta y se queda ensimismado cerca de la entrada de la aldea...
- Yabari: Oh, eres tú, Isak. Tu abuelo, ¿eh? Hace tiempo que no lo veo...
- Yabari: La última vez, estaba con la mente en otra parte a un lado de la calle y le ofrecí algo de la comida que había preparado, a pesar de que mi mujer se opuso. Al igual que muchas otras personas, ella también les tiene miedo...
- Yabari: *Suspira*... Y en cuanto a mi mujer, siempre se está quejando de que no gano lo suficiente... Eso explicaría por qué está siempre furiosa conmigo.
- Isak: Oh, gracias... Gracias por cuidar de él.
- Yabari: Jaja, ¡no fue nada! Lo estás buscando, ¿verdad? ¿Salió a dar un paseo y se perdió?
- Isak: Sí...
- Yabari: Oh, no puede ser... Cuando lo encuentres, ven a mi casa de nuevo y prepararé algo de comer para ustedes.
- Yabari: Te conozco desde que eras muy pequeño, así que, para mí, eres de la familia. Puedes venir a mi casa siempre que quieras.
- Paimon: Guau, qué tipo tan simpático...
- Isak: Está bien. Gracias señor.
- Cyno: ¡...!
¿Humm? ¿Qué sucede, Cyno?
- Cyno: No digas nada.
- Cyno: Isak, quédate aquí.
- Cyno: Dirijámonos hacia allá. Muévanse en silencio.
- (Alcanza a Cyno )
- Cyno: Escuchen, intentemos enterarnos de lo que están diciendo.
- Sharkan: ¿Te has enterado? ¡El gran Rey Escarlata, el soberano de nuestra fe, regresará de nuevo en este mundo!
- Makán: Por supuesto. El Rey Escarlata es el auténtico y único soberano de esta tierra. ¡Nunca he creído en otra deidad!
- Makán: Aun así, dices que volverá, pero... no parece que nuestras vidas vayan a cambiar por completo de la noche a la mañana. ¿Qué evidencias tienes?
- Sharkan: ¿No te has dado cuenta? ¡Ahora hay más eruditos dementes en la aldea que nunca!
- Sharkan: Delavar dijo que muchos se volvieron locos justo antes de que la civilización del Rey Escarlata se derrumbara. No sabemos con certeza por qué, pero parece que existe algún tipo de conexión entre la demencia y el Rey Escarlata.
- Sharkan: ¿No es una señal del poder del Rey Escarlata que todos los eruditos dementes hayan desaparecido? En mi opinión, ¡los eligieron a ellos para el sacrificio final de la resurrección del Rey Escarlata!
- Makán: Humm, ahora que lo dices, ¡tiene sentido! Jaja, ¿eso significa que llegó nuestro momento de vivir una vida mejor?
- Sharkan: ¡Eso es! ¡Esos mentecatos sabrán lo que les espera!
- Cyno se va por la esquina del muro.
- Cyno: Ahora, repítemelo todo desde el principio.
- Sharkan: ¿Eh?
- Makán: ¡¿Qui-quién eres tú?! ¿De dónde vienes?
- Cyno: Mi paciencia se agota. Ya oíste lo que pedí.
- Sharkan: ¡Ah! A-amigo, este tipo no es normal. Mira sus ojos... Un paso en falso y estaremos fulminados...
- Makán: M-mejor no nos pongamos en su contra, ¿de acuerdo? No soy rival suficiente para este tipo...
- Sharkan: E- está bien, señor. ¿Qué quiere saber?
- Cyno: ¿Qué es eso de la resurrección del Rey Escarlata?
- Sharkan: Bueno, yo... Yo solo sé unas cuantas cosas que escuché. Fui a tomar una copa el otro día y escuché a otros hablar sobre el rumor de que los dementes desaparecerán y que el Rey Escarlata regresará a esta tierra. No me lo estoy inventando, se lo juro...
- Cyno: ...
- Makán: Eh, continúa, ¡sigue contando!
- Sharkan: ¡Es cierto! ¡Todo es cierto, señor! Los habitantes del desierto ya tuvimos más que suficiente de esos tipos de la Academia... Nos envían a sus eruditos locos sin cesar y no nos permiten tener una vida digna...
- Sharkan: ¿Aceptaría vivir así si estuviera en nuestro lugar? Por eso los radicales se emocionaron aún más que yo al oír la noticia... Todos estamos deseando el regreso del Rey Escarlata.
- Sharkan: Delavar también dijo que, cuando el Rey Escarlata regresara a nuestro lado, solo sería cuestión de tiempo que conquistaran las tierras del Muro de Samiel. Todos están dispuestos a luchar hasta el final y saborear juntos la victoria del Rey Escarlata...
- Cyno: ¿Ah, sí?
- Makán: Parece que todavía quiere saber más, ¡sigue hablando!
- Sharkan: Ah, ¡e-entendido! Yo, eh... Al principio, me dije que solo se trataba de la típica charla de taberna. Pero entonces, todos los eruditos dementes desaparecieron sin dejar rastro. ¡Justo como se rumoreaba!
- Sharkan: P-por favor, ¡no me golpee por contar esos rumores! Si yo soy culpable, ¡entonces todos en este lugar son culpables también! ¡Yo solo he repetido lo que otros dijeron!
- Paimon: Aquí todos veneran al Rey Escarlata y detestan a la Arconte Dendro...
Creo que lo que odian sobre todas las cosas es la Academia.
- Cyno: ¿Dónde está ese radical del que hablas?
- Sharkan: Hace varios días que no lo veo, quizás no esté por aquí... ¡Eh! ¿Lo has visto tú?
- Makán: Eh... No, ¡en absoluto! No nos atreveríamos a mentirle. ¡Él ahora no está aquí!
- Cyno: No parece que tengan mucha relación con los radicales.
- Makán: ¡Por supuesto que no! Tan solo sabemos sus nombres.
- Cyno: Conozco muchas maneras de cerrarles la boca, y muchas otras para impedir que envíen cualquier mensaje de advertencia.
- Cyno: Así que será mejor que se queden en casa, y que no me entere de que intentan contactar a alguien.
- Cyno: No hagan nada hasta que haya llegado al fondo del asunto. Si intentan hacer cualquier tontería, ni Candace logrará protegerles.
- Sharkan: De acuerdo, de acuerdo, ¡lo entendemos! ¡Haremos tal y como dice!
- Paimon: Fiu, ¡Paimon se ha llevado un susto de muerte! Cyno, das mucho miedo...
Tenemos suerte de no ser sus enemigos.
- Cyno: Hum.
- Paimon: Ni siquiera intentó oponerse en absoluto... Es como si estuviera acostumbrado a escuchar eso. Paimon está segura de que ya le dijeron eso muchas veces...
Más razón todavía para ponernos de su parte...
- Cyno: Lo he oído.
- Paimon: Ah, ¡Paimon lo siente!
Perdón.
- Cyno: Es parte de ser un matra.
- Cyno: El rumor que escuchamos parece ser una pista clave. Pero necesitamos ir a comprobar unos cuantos sitios más.
¿Y si vamos a las casas de esos eruditos?
Quizás encontremos alguna pista allí.
- Cyno: Está bien.
- Paimon saluda a Isak desde lejos.
- Paimon: ¡Isak!
- Isak: ¡Aquí estoy!
- Cyno: ¿Dónde está la casa de tu abuelo?
- Isak: Te llevaré hasta allí, sígueme.
- (Sigue a Isak )
- Isak: Al abuelo le gusta estar solo. A veces, se queda mirando el cielo absorto, y otras veces, simplemente se dedica a hurgar en la tierra con los dedos...
- Isak: De vez en cuando, grita hacia el cielo con todas sus fuerzas, por eso mucha gente le tiene miedo. Pero es una buena persona. De veras, ¡Yo sé que lo es! Es como si fuera mi abuelo de verdad.
- (Habla con Cyno )
- Isak: Aquí es donde suele estar el abuelo.
- Paimon: No hay mucho que ver por aquí...
¿Eh? Ese olor...
Cyno, ¿notas ese olor a incienso?
- Cyno: No.
- Paimon: ¿Incienso? Ah, ¡no le digas a Paimon que es el olor de la otra vez!
No puede ser otro.
- Paimon: ¿Cómo estás? ¿Te sientes mareado? ¿Estás bien?
- Cyno: ¿Hay un olor a incienso que ustedes pueden percibir pero yo no?
- Paimon: Cierto viajero que Paimon conoce se desmayó una vez por ese olor. Por suerte, Tignari acudió en su rescate ese día... y después nos dio una buena clase sobre los efectos del incienso...
- Cyno: Conque conocen a Tignari.
- Paimon: ¿Ah? ¿Tú también lo conoces? ¿Son amigos?
- Cyno: Sí.
- Cyno: Humm, ahora que me he concentrado, yo también puedo percibir el olor del incienso.
- Paimon: Espera, ¿Tignari te dio un sermón a ti también?
- Cyno: No, no fue necesario.
No me llevo bien con este olor...
- Cyno: ¿La primera vez te topaste con este olor en casa de Tignari?
No, fue en un bosque donde una erudita estaba meditando...
- Cyno: Un bosque, una erudita...
Sigamos buscando más pistas.
Será más eficiente si vamos por separado.
- (Busca pistas alrededor)
(Parece que alguien ha estado viviendo aquí todo este tiempo...)
(Estas huellas se ven algo distintas...)
(Hay todo tipo de productos de primera necesidad...)
(Parece imposible subir desde aquí...)
- (Habla con Cyno )
- Cyno: ...
- Paimon: ¿Qué estás buscando, Cyno?
- Cyno: Aquí está.
- Cyno: Miren aquí.
- Paimon: Eh... Paimon no ve nada.
- Cyno: Aunque los rastros están prácticamente cubiertos de arena, se pueden ver algunas huellas aquí.
- Cyno: A juzgar por el tamaño y la forma, sin duda son de un hombre adulto. Estos patrones se ven mucho por esta zona. Zapatos locales... Seguramente se trate de alguien de la aldea.
- Cyno: El olor... es tenue, pero perceptible. Las huellas avanzan en dirección a la puerta.
¿Quieres decir alguien más estuvo aquí?
- Isak: ¿Pero quién vendría a buscar al abuelo? No tiene ningún amigo.
- Cyno: Eso tenemos que preguntárselo a quien utilizó el incienso para atraerlo.
¿Para atraerlo? ¡Ahora lo entiendo!
- Paimon: ¿Ah? ¿Es posible atraer a alguien con un simple olor?
Como Paimon siempre que huele algo apetitoso.
Caes en ese truco todo el tiempo, Paimon.
- Paimon: ¡Eh! ¿Qué hay de malo en disfrutar de una buena comida? ¡Todo el mundo tiene algo que adora en esta vida!
- Cyno: Exacto. A la mayoría de los eruditos les gusta el aroma del incienso. Se supone que el olor les ayuda a despejar su mente y explorar nuevos conocimientos.
- Cyno: Aun sumidos en la locura, todavía anhelan aquellos días en los que perseguían el conocimiento, y seguirán el aroma del incienso siempre que aparezca ante ellos.
- Isak: Oh, no. Abuelo...
- Paimon: Así que alguien se aprovecha de su debilidad. Humm... Aun así, ¿para qué iba alguien a querer atrapar a esos eruditos?
¿Por la resurrección del Rey Deshret?
- Paimon: Entonces, ¿es cierto el rumor?
Es lo único que sabemos por el momento.
- Paimon: ¿La desaparición de todos esos eruditos podría estar relacionada con los radicales?
- Cyno: Muy probablemente sí.
- Isak: ¡Por favor, tienen que salvar a mi abuelo! Mi abuelo nunca ha hecho nada malo, ¡ayúdenlo!
- Paimon: ¡Será mejor que ayudemos a traerlo de vuelta! No te preocupes, Isak, no importa quién se lo haya llevado, ¡no se saldrá con la suya!
- Cyno: Volvamos primero a la aldea Aaru para informar a Candace y los demás sobre lo que vimos aquí. Después, podremos marchar en busca de los eruditos.
- (Ve a la casa del jefe de la Aldea Aaru )
- Candace: Sí, la ropa oscura es más bonita. A mí también me gusta...
- Paimon: ¡Candace, hemos vuelto! ¡Tenemos mucho que contarte!
- Candace: ¡Bienvenidos!
- Dehya: Veo que se hicieron buenos amigos enseguida.
- Paimon: Oh, ¡Dehya también está aquí!
- Dehya: ¡Por supuesto! ¿Todo ha ido bien?
- Cyno: Podría decirse que sí.
- Dehya: ¿Eh? ¿Alhacén no fue con ustedes?
- Paimon: ¡No lo hemos visto para nada!
- Dehya: Lo vi en la entrada de la aldea y pensé que fue a investigar con ustedes. Supongo que habrá decidido hacerlo por su cuenta.
- Candace: ¿Encontraron algo interesante?
- Les cuentas a Candace y a Dehya lo que descubrieron durante la investigación...
- Candace: Ya veo. Así que alguien utilizó incienso para atraer a los eruditos exiliados fuera de la Aldea Aaru...
- Dehya: ¿La resurrección del Rey Escarlata? Es la primera vez que oigo algo así.
- Dehya: Según tengo entendido, el tipo de incienso que mencionaron solo es popular al otro lado del Muro de Samiel.
- Dehya: A los eruditos les encanta, pero como pueden ver, ya no quedan muchos eruditos que investiguen por estos lares. A ningún comerciante le saldría rentable venderlos aquí.
- Dehya: Además, producir ese incienso requiere de un proceso muy laborioso. Nadie en el desierto tiene la paciencia de elaborar y vender algo que conlleve tanto esfuerzo.
- Dehya: Alguien más allá del Muro debe haber estado promoviendo esto.
- Cyno: Tiene sentido.
- Paimon: Humm, ¿qué deberíamos hacer entonces? ¿Regresamos a la Academia para buscar pistas allí?
- Dehya: En cualquier otro momento ese sería el siguiente paso. Pero ahora me tienen a mí en su equipo, así que tendrán una ayudita extra.
- Dehya: ¿No dijeron que el aldeano obtuvo esa información en la taberna? Bueno, pues a mí también me gusta beber ahí, así que sé unas cuantas cosas sobre esos radicales que mencionó.
- Paimon: Si Paimon no recuerda mal, ¡el líder de los radicales se llama Delavar!
- Dehya: Ah, sí. Delavar, "el ladrón de las cicatrices"; Engur, "el carnicero de ojos saltones"; y Yabari, "el villano con barba de chivo". Son unos tipos bastante famosos.
(¿Dónde escuché esos nombres antes?)
- Dehya: Todos estos tipos tienen una cosa en común: están en bancarrota. Cuanto más duras sean sus vidas, más fácil será que crean en el Rey Escarlata. Para ellos, la resurrección del Rey Escarlata es la única oportunidad que tienen de derrocar a la Academia.
- Dehya: Solo sumiendo a Sumeru en el caos lograrán cambiar su día a día en el desierto. Bueno, esa es mi suposición sobre por qué decidieron convertirse en radicales.
- Paimon: Dehya, ¡eres increíble! ¡Conoces este lugar de norte a sur!
Dehya...
(¿Eh? Dehya me está haciendo señas con los ojos. Será mejor guardar silencio.)
- Dehya: Jajaja, ¡la inteligencia es una parte importante de la vida de un mercenario! Cada Mora gastado en la taberna ha sido una sabia inversión.
- Cyno: No hay tiempo que perder.
- Dehya: No, espera. Tú debes quedarte aquí, Cyno.
- Cyno: ¿Por qué?
- Dehya: La Aldea Aaru es un lugar pequeño. Aquí los extranjeros destacan más que un perro verde. La gente ya debe haber corrido la voz sobre ti.
- Dehya: El desierto no perdona a nadie. La vida aquí es mucho más dura que la que se tiene más allá del Muro de Samiel. En un lugar como este, se sobrevive a base de contactos.
- Dehya: Comparado contigo, una mercenaria como yo no es más que un peón de tercera categoría, y mi capacidad de lucha no es digna de mención. Pero eso hace que logre ganarme la confianza de los aldeanos con más facilidad.
(¿...?)
- Dehya: Tengo que dar una vuelta para hacer unas cuantas preguntas, pero será difícil que salga bien si vienes conmigo.
- Cyno: ... Está bien.
- Dehya: Bueno, ya tenemos plan. El viajero y Paimon vendrán conmigo. Trataremos de desenmascarar a quien se haya llevado a esos eruditos lo antes posible. Cyno, tú te quedarás en la aldea y continuarás investigando por tu cuenta.
- Paimon: ¡Entendido! ¡Un plan fenomenal!
- (Dirígete al Caravasar Ribat )
- Candace: Cyno, no te lo tomes a mal. Estoy segura de que Dehya solo quiere ayudar a todos a resolver sus problemas lo antes posible. Es por eso que a veces resulta ser demasiado franca.
- Cyno: No me importa.
- Candace: Ah, ya veo... Bueno, por cómo nos mirabas desde lejos, creí que quizás todavía estaban pensando en lo que dijo Dehya.
- Cyno: No. La gente suele tratarme así.
- Cyno: Es normal tener miedo al poder. No tengo ninguna objeción en cuanto a eso.
- (Habla con Dehya )
- Paimon: Estamos de nuevo aquí.
- Dehya: Veo que ya se han familiarizado con la zona.
- Paimon: Paimon se queda fascinada cada vez que ve el Muro de Samiel. ¿Cómo puede existir un muro tan alto? Es tan... irreal.
- Dehya: Sé a lo que te refieres. Solía hacerme la misma pregunta cada vez que pasaba por aquí cuando era niña.
- Dehya: También me preguntaba qué hace un muro aquí. ¿Acaso un muro puede detener las tormentas de arena?
...
- Dehya: Solo cuando crecí pude darme cuenta de que el Muro de Samiel no sirve solo para detener las tormentas de arena. Sirve para algo más importante: mantener a distancia a la gente como nosotros.
- Dehya: Sumeru está controlado por sabios muy poderosos. Para ellos, los habitantes del desierto no somos más que herramientas que pueden usar y desechar a su antojo.
- Dehya: Mano de obra barata, como ganado domesticado... Eso es todo.
- Dehya: Incluso cuando un niño del desierto obtiene un conmutador Akasha, todas las solicitudes de conocimiento que envíe serán rechazadas. Los de la Academia piensan que no somos merecedores.
- Dehya: Encontrar un genio como Setaria es prácticamente un milagro. Los otros niños nunca conseguirán ni la más mínima oportunidad de intentar cambiar su destino... Por más que los de la Academia sean conscientes de que nosotros somos humanos al igual que ellos...
- Paimon: ¡Es horrible!
- Dehya: Destruiría este muro con mis propias manos si pudiera.
(Entiendo cómo se siente...)
(Espero que no cometa una locura aquí...)
- Paimon: Oye, Dehya, tú... no estarás pensando en hacer algo terrible, ¿verdad?
- Dehya: Ah, no, en absoluto. Es solo que este lugar... me trae ciertas cosas a la mente, eso es todo.
- Dehya: Además, estamos aquí para buscar información, ¿no?
- Paimon: ¡Sí! Tenemos que atrapar a esos...
- Dehya: ¡Shh!
- Dehya: El Caravasar Ribat está atestado de gente, así que tengan cuidado con lo que dicen. No queremos que nadie descubra por qué estamos aquí.
- Dehya: Nuestra misión comenzó en cuanto llegamos aquí.
- Dehya: Vamos a echar un vistazo a la taberna, puede que allí haya alguien a quien conozca.
- (Busca a los conocidos de Dehya para obtener pistas )
- Dehya: Uf, qué mala suerte... Ninguno de ellos está aquí hoy.
- Paimon: ¿Quieres decir que no hay nadie que conozcas?
- ¿?: ¿Dehya? ¿Eres tú? Jaja, ¡qué coincidencia! ¿También viniste a beber algo?
- Dehya: Humm... ¿Zaki? ¡Por fin, un amigo de por aquí!
- Zaki: ¿Oh? ¿A quién trajiste contigo? ¿Tus invitados vienen de otras tierras?
Hola. Es un placer.
- Zaki: ¡Hola, hola! Soy Zaki, soy... ¿Cómo decirlo? ¿El amigo de copas de Dehya?
- Dehya: Jaja, fuimos de copas juntos unas cuantas veces. Podría decirse que hicimos buenas migas.
- Dehya: Son muy educados, ¿no? No es frecuente conocer a extranjeros tan agradables y modestos.
- Zaki: Por supuesto, mucho mejores que las personas que se encuentran al otro lado del Muro. Bueno, Dehya, ¿buscas a alguien?
- Dehya: Sí, ¿has visto a Engur, Delavar o Yabari recientemente?
- Zaki: Claro que sí. De hecho, estuvimos bebiendo juntos hace unos días.
- Dehya: Tengo entre manos un negocio de especias con una región extranjera. Pensé que quizás a Delavar y sus muchachos les interesaría. ¿Sabes dónde puedo encontrarlos?
- Zaki: Ah, qué considerado de tu parte. Entonces supongo que también sabes que Delavar ha estado teniendo dificultades para llegar a fin de mes últimamente, ¿has venido para ayudarle?
- Dehya: Eh, baja la voz. Digamos que prefiero mantenerlo como un trato en secreto. Todos en el Caravasar Ribat son como de la familia. Si se trata de hacer Moras, ¿por qué no hacerlo juntos? Además, Delavar y sus amigos están fuertes. Son ideales para escoltar las mercancías.
- Zaki: Jajaja, sí, eres muy considerada. Delavar también es mi amigo, así que los llevaré hasta él. Vengan conmigo.
- (Ve al lugar que mencionó Zaki )
- Dehya: ¿Ya llegamos?
- Zaki: Sí, es aquí.
- Dehya: Pero está prácticamente desolado... ¿Qué hacen en lugar como este?
- Zaki: Jajaja, ¿qué tal si lo adivinas tú? Apesta a traición... Jeje, ¡aquí son como corderitos rumbo al matadero!
- Dehya: ¡...!
- Paimon: Oh, no. ¡Una emboscada!
- Dehya: ¿Qué estás tramando, Zaki?
- Zaki: Déjate de teatros Dehya, ¿de verdad creías que lo que dijiste en la Aldea Aaru no llegaría a nuestros oídos? Los muchachos te han estado vigilando desde el primer momento en el que pisaste aquel lugar.
- Zaki: No solo sé que estás buscando a Delavar, también sé que te pusiste de acuerdo con los de la Academia para buscar a los eruditos perdidos.
- Dehya: ¿Estuvieron pisándonos los talones desde el comienzo?
- Paimon: Guau... ¡Paimon sabía que dejar atrás a Cyno fue un error!
- Zaki: Jeje, dejaste al más fuerte de los tuyos en la aldea, ¿no? ¿Quién te crees que eres? ¿De verdad creíste que nos creeríamos ese cuento del negocio?
- Dehya: *Tch*...
- Dehya: Conque Delavar y tú conspiraron juntos todo este tiempo...
- Zaki: Jajaja, Dehya... Supongo que es normal que una mercenaria como tú que pasa tanto tiempo por ahí viajando no esté al tanto. Esos que siempre rondamos por la taberna tenemos un vínculo más fuerte de lo que crees.
- Zaki: Pero tenías razón en una cosa. Todos esperamos con ansia una gran revuelta en Sumeru. No hay nada que deseemos más que ver cómo la gente del desierto arroja a los de la Academia por la borda.
- Dehya: Si ese es el caso, estoy segura de que Delavar no se perdería ni un detalle.
- Delavar: Te voy a ser sincero. Si no fuera por lo que dijiste en la aldea, tu pequeño monólogo sobre el Muro de Samiel me habría convencido.
- Dehya: Delavar... y Engur. Ustedes también están aquí, ¿eh?
- Engur: Cuánto tiempo sin verla, Srta. Mercenaria. Deberías saber de sobra que no hay nadie a quien nosotros, los seguidores del Rey Escarlata, odiemos más que a los traidores.
- Delavar: Dehya, pensé que alguien que ha crecido en el desierto como tú comprendería a la perfección por qué el Rey Escarlata es superior a la Arconte Dendro. ¡No mereces unirte a nosotros!
- Dehya: Oh, no, qué oportunidad tan brillante me he perdido... ¿Defender ideas radicales y secuestrar eruditos inocentes? ¿Todo por unos rumores infundados? ¿Me perdí de algo más?
- Delavar: ¿Ves? Ahí lo tienes... Los mercenarios no son más que escoria con una sola cosa en su cabeza: Moras. Patético, son un montón de ratas.
- Dehya: Tienes razón, los mercenarios solo buscan Moras, y deposito mi fe en el mejor postor. Siempre que haya una posibilidad de obtener ganancias, cualquiera puede convertirse en mi amigo.
- Zaki: Basta ya de charla. ¡A ellos!
- Dehya: Hum, justo como pensé. ¡Enseñémosles una lección, viajero!
- (Derrota a los radicales )
- (Habla con Dehya )
- Zaki: Imposible... ¿C-cómo?...
- Dehya: Bueno, ¿qué piensas ahora de tu increíble red de contactos, Zaki? ¿Cómo dijiste?... Ah, sí: "Es normal que una mercenaria como tú que pasa tanto tiempo por ahí viajando no esté al tanto".
- Dehya: Imagino que quien te informó te dijo que tan solo soy una mercenaria incompetente con cero habilidades de combate, ¿no es así? Al fin y al cabo, eso es lo que dije.
- Dehya: Y naturalmente, tú creíste todo lo que dijo. Lo único que conoces sobre mí es que soy una mercenaria, pero tú nunca me habías visto en acción.
- Dehya: Incluso tras haber escuchado que fuimos juntos a encargarnos de unos monstruos, creíste que Candace era la única que peleó.
- Dehya: "¡Esa fama de ‘Leona Ardiente’ no es más que un fraude! Lo admitió ella misma, solo utiliza sus contactos para ganarse la confianza de otros".
- Dehya: Eso es lo que te pensaste, ¿no?
- Zaki: Grr, mentiste en la aldea porque te enteraste de que te vigilábamos...
- Dehya: Y eres tan estúpido que caíste. Lo supe desde el primer momento en el que bebimos juntos. Creíste que eras muy astuto. Qué patético.
- Dehya derrumba a Zaki de una patada dejándolo inconsciente al instante.
- Dehya: Bueno, ya nos encargamos de todos.
- Paimon: ¡Vaya! Entonces, ¿estuviste planeando todo esto desde que estábamos en la Aldea Aaru?
- Dehya: Ninguna tarea puede completarse sin la preparación requerida. A decir verdad, solo reparé en un par de tipos que nos miraban con sospecha mientras investigábamos.
- Paimon: Oh... Pero en vez de atraparlos de inmediato, dejaste que regresaran a reportar lo ocurrido.
- Dehya: Esos dos que estaban husmeando por aquí son unos peces pequeños. Si queremos pescar al pez gordo, tendremos que tener paciencia y esperar un tiempo para que muerda el anzuelo.
Y los nombres que mencionaste...
- Paimon: Oh, ¿quieres decir los nombres que mencionó en la casa del jefe de la aldea? Paimon no los recuerda bien... "El carnicero de ojos saltones", "el ladrón de las cicatrices"...
- Dehya: Solo son disparates de borrachos. A Engur y Delavar les gusta hablar de más cuando beben. "El carnicero de los ojos saltones" y "el ladrón de las cicatrices" solo son apodos que se inventaron para sí mismos.
- Dehya: El alcohol tiene el poder de hacer que ciertas personas compartan lo que realmente piensan, y Engur y Delavar siempre están soltando su discurso sobre cómo el Rey Escarlata es una deidad superior.
- Paimon: ¿Y qué hay de Zaki?
- Dehya: Es un tonto que cayó de lleno en nuestra trampa. Zaki seguramente fuese el que mejor se encubrió de todos. Mi plan inicial era encontrar a Delavar primero, y después seguirle la pista.
Entonces, ¿quién es "el villano con barba de chivo"?
- Dehya: Eso es lo que querías preguntarme antes en la casa de Anpu, ¿no? Yabari es uno de los aldeanos con los que hablaron. Ese que quería invitar a Isak y a su abuelo a comer.
- Paimon: Espera, ¡¿es un radical también?!
- Dehya: No, no lo es. Solo necesitaba ponerle un apodo a un aldeano cualquiera para hacer creer a esos mentecatos que estaba haciendo hipótesis sin sentido basándome en mi intuición.
- Paimon: Guau, ¡qué idea tan brillante! ¡Eso sí que es ser una mercenaria profesional!
- Dehya: Jaja, qué amable. En realidad solo son los viejos trucos de siempre.
- Paimon: Entonces, lo que dijiste... ¿Era cierto?
- Dehya: ¿Eh? ¿Qué cosa?
- Paimon: Eso de que a los mercenarios solo les importan los Moras y que cualquiera a quien le puedan sacar provecho es su amigo...
- Dehya: ¿Eso te molesta?
No me pareces ese tipo de persona.
- Dehya: ¿Y por qué lo dices?
Aquí no te ha contratado nadie, pero nos has ayudado.
- Dehya: ...
- Paimon: Dehya, ¿también odias a la Arconte Dendro como los demás habitantes del desierto?
- Dehya: Jeje, ustedes dos son muy perspicaces. No, no tengo nada en contra de la Arconte Dendro.
- Dehya: Dunyarzard me contó muchas cosas buenas sobre la Reina Menor Kusanali. Comprendo su devoción y gratitud hacia ella.
- Dehya: Dunyarzad es una persona normal y corriente. Una deidad no podría ser tan importante para las personas de la gente de a pie si no fuera realmente compasiva.
- Dehya: He comenzado a darme cuenta de que los sabios están detrás de todo lo que sucedió últimamente. La fe ciega de los radicales en el Rey Escarlata, haciendo de la Arconte Dendro su enemiga... Todo es una artimaña de la Academia.
- Dehya: Pero a mí no me engañan. Y a diferencia de ellos, yo nunca podría ser hostil con alguien que no hizo nada malo.
- Paimon: Dehya...
- Dehya: Bueno, parece que acabamos con nuestro cometido aquí. Viajero, échame una mano. Los ataremos y los llevaremos de vuelta a la aldea.
- (Habla con Dehya )
- Dehya: Listo. A partir de ahora, los dejo en tus manos.
- Candace: Bien. Estamos en contacto, atentos a mis noticias.
- Paimon: Candace, ¿necesitas ayuda?
- Dehya: Candace sabe arreglárselas ella sola. Yo confío en ella, así que tú puedes hacerlo también.
- Dehya: Ha protegido la Aldea Aaru por mucho tiempo. Si hay una persona cualificada para interrogar criminales, esa es ella.
- Candace: Mientras los interrogo, ¿qué les parece si se van a explorar la zona?
- Dehya: Te veré de nuevo aquí mañana por la mañana, viajero.
De acuerdo.
- Dehya: En cuanto a estos tontos... Espero que logren ver otro amanecer.
- (Espera hasta la mañana del día siguiente (06-12h) )
- (Habla con Dehya )
- Paimon: ¡Hola, Dehya! ¡Ya estamos de vuelta!
- Dehya: Justo a tiempo.
¿Alguna novedad?
- Dehya: Pronto lo sabremos.
- Paimon: Paimon se estuvo preguntando algo... Parece que conoces a Candace muy bien. ¿Hace mucho que son amigas?
- Dehya: Nos conocemos desde hace tiempo. Es una persona muy interesante. Aunque sea una guerrera formidable, nunca utilizaría su fuerza contra los demás.
- Paimon: Oh, Paimon sabe a qué te refieres. Como muchos artistas marciales dicen: "nunca se pelea fuera del ring".
- Dehya: Sí, supongo que se puede entender así. Hay que tener un convencimiento férreo para ser tan dedicada como ella, y también para poder cargar con tanta responsabilidad.
- Dehya: Nosotros, los mercenarios, solemos vivir al día.
- Paimon: Bueno, ¡Paimon piensa que tú también eres genial!
- Dehya: ¿De verdad? Gracias.
- Cyno: ...
- Paimon: ¡Oh, ya está Cyno aquí! ¡Él vino tempranito también!
- Cyno: Sí. También vine ayer para echar una mano.
- Paimon: ¿Ayudar? ¿Haciendo qué?
- Cyno: Compartiendo algunas técnicas de interrogatorio.
- Paimon: Oh... ¿Te refieres a que le enseñaste a Candace más... métodos de persuasión?
- Cyno: Algo así.
- Candace: Pasen todos.
- Dehya: Andando, vayamos dentro.
- (Habla con Candace )
- Paimon: Candace, hemos vuel... Guau, ¡te ves furiosa!
- Candace: ¿Yo? Eh... ¿Cómo se dieron cuenta?
- Dehya: Ninguna máscara es capaz de ocultar tu ira. Aunque te cubrieras los ojos, todavía te delatarían tus comisuras.
- Candace: Quizás deba mejorar mi compostura...
- Candace: Aun así, es perfectamente comprensible por qué estoy enfadada. Seguro que todos los presentes estarán más que de acuerdo.
- Delavar: Ah, s-sí, señora.
- Engur: Por favor, no nos golpees más... Moriremos si lo haces.
- Paimon: Vaya, parece que Cyno sí que le enseñó bien...
Candace aprende rápido...
Ahora Candace da tanto miedo como él...
- Candace: Ustedes mismos tienen miedo a la muerte, pero no dudan en poner a otros en peligro. Me estalla la mente con tal estupidez.
- Candace: Esos a los que ustedes llaman "eruditos dementes", para nosotros son guardianes de la aldea. Son una pieza fundamental en nuestra comunidad, algunos de ellos son como nuestra familia.
- Candace: Y ustedes vienen aquí, a mi aldea, a tratar a mi gente como si no fueran más que peldaños que pisan para llegar a su cometido. Díganme, ¿qué harían ustedes si estuvieran en mi lugar?
- Zaki: ¡Ah! ¡Piedad, por favor, ten piedad!
- Dehya: Te lo buscaste tú solito.
- Candace: Quizás todos aquí somos habitantes del desierto, pero hay una cosa que entiendo mejor que ustedes. La resurrección del Rey Escarlata desembocará en guerra... y las guerras nunca traen nada bueno a nadie.
- Candace: A la gente de la Aldea Aaru le importa poco el dios que esté en el poder. La vida es dura y agotadora, pero deseamos mantenerla a toda costa.
- Candace: Una guerra no ocasionaría más que perder todo lo que tenemos, y esa no es una responsabilidad que puedan asumir ustedes.
- Zaki: ¡Ya lo entendimos! ¡Lo sentimos!
- Zaki: ¡Te lo contaremos todo! Pero por favor, déjanos marchar...
- Candace: Soy toda oídos.
- Zaki: No nos lo vas a creer, pero esto no fue idea nuestra. Alguien estaba difundiendo esos rumores en la taberna, así es como acabamos enterándonos de la resurrección del Rey Escarlata.
- Zaki: Un hombre misterioso nos contó que los eruditos dementes harían el sacrificio perfecto para conseguir la resurrección del Rey Escarlata. A cambio de sus vidas, nosotros podríamos pedir cualquier cosa que deseáramos.
- Cyno: Se llaman "guardianes de la aldea". Otro desliz y se arrepentirán.
- Zaki: ¡S-sí! ¡Lo siento!
- Zaki: ¡Todo fue obra de ese hombre misterioso! Nos dijo que difundiéramos lo que contó sobre la resurrección del Rey Escarlata, y nos convenció de que lo ayudáramos... Como agradecimiento, dijo que ayudaría a hacer que el proceso de resurrección fuese más sencillo.
¿Dónde están los guardianes de la aldea ahora?
- Zaki: N-no estoy seguro...
- Cyno: Ahí va uno.
- Zaki: ¿Eh?... ¿Un qué?...
- Cyno: Un error. Si cometes un total de tres, te mataré con mis propias manos.
- Zaki: E-espera, ¡les estamos contando la verdad! No sabemos nada, todo lo hizo él...
- Cyno: Dos.
- Zaki: ¡Hizo que utilizáramos una especie de incienso para sacarlos de sus casas en la noche. ¡Los condujimos a un cruce fuera de la aldea y el hombre se los llevó!
- Cyno: ...
- Zaki: ¡Tienes que creerme! ¡Estoy diciendo la verdad, lo juro! ¡P-pregúntales si no me crees!
- Cyno: Es la verdad. Viajero, continúa.
¿No tienen alguna idea de la identidad de ese hombre misterioso?
- Zaki: ¡Tienen que creerme! Si lo supiera, ¡les habría dicho su nombre sin dudar! ¡No me pienso arriesgar a otro golpe más solo por callarme sus secretos!
- Zaki: Él... Eh... Ese tipo lleva una capa y siempre tiene cuidado de cubrir su rostro... Eh, se hace llamar "el emisario del Rey Escarlata".
- Anpu : Creo que ya sé qué es lo que está sucediendo aquí.
- Candace: ¿Tío Anpu? ¿Qué quieres decir?...
- Cyno: ...
- Cyno noquea a los tres tipos, dejándolos inconscientes al instante de un solo golpe.
- Dehya: ¡Ja, qué agilidad!
- Cyno: De acuerdo, hablen.
- Anpu: Si mis sospechas son ciertas, el hombre misterioso del que hablan debe pertenecer a la Academia.
- Cyno: ...
- Anpu: Hace tiempo, los de la Academia intentaron llevarse a los guardianes de la aldea. Yo me negué, porque ellos son parte de nuestra comunidad.
- Anpu: Acabo de percatarme de que este hombre misterioso tenía el mismo objetivo que ellos.
- Dehya: Lo que significa que es muy posible que la Academia estuviera difundiendo un rumor a propósito para engañar a los radicales para que llevaran a los guardianes de la aldea hasta ellos.
- Dehya: Hum, fueron ellos quienes los trajeron hasta aquí en un principio... ¿Y ahora intentan llevárselos? No permitiremos que eso suceda.
- Cyno: Otra vez la Academia...
En Sumeru, Setaria había mencionado que...
"La resurrección del Rey Deshret es una campaña de desinformación de la Academia".
- Dehya: Eso pensaba.
- Dehya: Pero ¿qué podrían querer de los guardianes de la aldea?
- Cyno: Las personas no son más que herramientas a ojos de la Academia. Un cambio de planes debe significar que encontraron otra manera de explotar a los eruditos.
- Cyno: ...
- Cyno: En cualquier caso, ahora nuestra prioridad es localizar a los guardianes de la aldea.
- Candace: Tienes razón. Isak todavía espera noticias de su abuelo...
- Dehya: Es hora de marcharnos. Salgamos de la aldea y busquemos pistas.
- Cyno: Sí, recojamos nuestras cosas y preparémonos para marcharnos.
- Dehya: No hay problema. Candace, quédate aquí y ocúpate de los radicales. Nosotros nos encargamos de los asuntos de fuera de la aldea.
- Candace: Está bien.
- Paimon: ¡Nos veremos aquí cuando todos estén listos!
Historial de cambios[]
- Versión 3.1
- El guardián desaparecido se añadió al juego.