El acto final del kabukimono es la tercera parte de las Misiones de Arconte del Intermedio: Acto III, La transposición de la génesis.
Detalles[]
- Vuelve al Santuario Surasthana
- Habla con Nahida
- Resuelve el acertijo
- Da una vuelta por el Gran Bazar para despejarte
- Sigue a la persona que viste
- Vuelve al puesto de fruta
- Vuelve al Santuario Surasthana
- Habla con Nahida
- Accede a los recuerdos
- Investiga los alrededores
- Continúa explorando
- Rememora el recuerdo
- Continúa explorando
- Avanza hasta el siguiente recuerdo
- Derrota a los enemigos
- Avanza hasta el siguiente recuerdo
- Investiga los alrededores
- Rememora el recuerdo
- Continúa explorando
- Habla con la gente
- Derrota al enemigo
- Habla con Scaramuccia
- Abandona el recuerdo
Recompensas[]
Notas[]
- Al completar el segundo paso de la misión recibirás el logro "Parinama: zorro, gato, ave y monstruo" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
- Al completar la misión recibirás el logro "Anatman" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
Diálogos[]
- (Vuelve al Santuario Surasthana)
- Aqaba: ¡Eh, son ellos!
- Paimon: ¡Aqaba, Sawada! ¿Todavía están aquí?
¿Todavía están hablando sobre la "tesis"?
- Sawada: ¡En efecto! Si tienen un momento, nos encantaría contar con ustedes una vez más.
- Paimon: Sí, estamos libres. ¿De qué les gustaría hablar con nosotros?
- Sawada: Sobre el mismo tema que ya tratamos la última vez, claro está.
- Paimon: Conque siguen buscando información sobre Tatarasuna, ¿eh? Jeje, ¿nos unimos o qué?
(Me parece bien. Estos dos han investigado el pasado de Tatarasuna, escuchemos qué nos cuentan sobre ello.)
- Aqaba: Por desgracia, no tuvimos ningún progreso significativo...
Lo que escribieron la última vez me pareció genial.
Pues yo me quedé con ganas de leer otra vez lo que escribieron.
- Aqaba: ¿Eh? ¿De verdad? Pues aquí tienes.
- Vuelves a leer la tesis de Aqaba...
- "Breve análisis sobre un importante acontecimiento histórico que podría haber ocurrido en Tatarasuna"
- Aviso: la presente tesis es una obra adjunta del proyecto "Retiravelos" patrocinado por la Escuela de Etiología. Número de edición pendiente.
- Autor: Aqaba
- Resumen: Tatarasuna siempre ha sido considerada como uno de los componentes más importantes para la industria local de fundición y forja en Inazuma. Esta zona ha sido testigo de dos acontecimientos, el primero de los cuales siempre aparece descrito de forma muy vaga en las fuentes escritas. Considero que detrás de dicho evento puede haber escondidos elementos históricos todavía desconocidos, por lo que la presente tesis se dedicará a analizar dicho evento en los documentos existentes.
- Palabras clave: Tatarasuna, Cinco Escuelas de Raiden, Mikoshi Nagamasa, kabukimono.
- Introducción: la presente tesis tiene el propósito de desarrollar y continuar la investigación que el Sr. Rumi, mi admirado y respetado tutor, presentó en su informe de investigación titulado «Una historia humana oculta en Tatarasuna». Según indican los documentos disponibles, la Arconte Electro, a saber, la Shogun Raiden, fue quien enseñó originalmente las técnicas de forja de espadas de Inazuma. Los herreros de entonces heredaron dichas técnicas y las volcaron en la industria de fundición y forja. Pero en Tatarasuna, centro neurálgico de la industria de fundición, corría un extraño rumor que discrepaba radicalmente con la versión existente en la vigorosa industria de la forja de acero. Los clanes Mikoshi y Niwa, así como cierta marioneta extraña, constituyen el punto de partida que nos permite atisbar la verdad escondida en Tatarasuna.
- Texto
- Extraña nota de Tatarasuna, sobre la que aparece escrito lo siguiente:
- 1
- "[...] Tal vez esté sobrepasando mi autoridad, pero creo que el estado de ánimo del señor Nagamasa mejora cuando forja espadas [...]".
- "[...] La obsesión por limpiar el nombre 'Mikoshi' es extenuante [...]".
- "[...] Además, el señor Katsuragi descubrió a un kabukimono sin nombre mientras patrullaba por la Playa Nazuchi [...]".
- 2
- "[...] El inspector compró una cierta cantidad de lingotes de acero de jade [...]".
- "[...] El señor Katsuragi discutió sobre temas de herrería con el suboficial de la armería hasta altas horas de la noche [...]".
- 3
- "[...] Al fin fabricamos una nagamaki única. La hemos llamado 'Hoja Tatara de Nagamasa' [...]".
- "[...] El inspector estaba de buen humor, y él y el suboficial de la armería [...]".
- "[...] Nozomu estaba tan conmovido por la belleza de la Hoja Tatara de Nagamasa que hizo un dibujo de su imagen [...]".
- "[...] y realizó una danza de espadas con el kabukimono errante [...]".
- 4
- "[...] y no pudimos encontrar a ese kabukimono [...]".
- "[...] El inspector se enfureció y ejecutó a Katsuragi. Declaró que la nagamaki estaba maldita y la arrojó a las llamas de la fragua [...]".
- "[...] Nozomu no pudo cumplir con esa orden y sacó el arma completamente derretida de la fragua, lo que le causó unas gravísimas quemaduras [...]".
- 5
- "[...] Nozomu murió esa noche. Me atrevo a decir que pensé que el señor Katsuragi pudo haber cometido un acto ilícito, pero aquello surgió de la bondad de su corazón [...]".
- 6
- "[...] Kinjiro escondió la nagamaki y el dibujo de Nozomu en el arsenal [...]".
- "[...] Nagamasa es severo, pero sabe perfectamente lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, no es fácil razonar con él y está demasiado obsesionado con limpiar el nombre de su clan. Aun así, algunas familias de Tatarasuna y yo no fuimos cegados por el asunto de la madre de Nagamasa, Chiyo, y confiamos en él [...]".
- "[...] Tampoco estoy dispuesto a olvidar la alegría de crear la Hoja Tatara de Nagamasa con él, y la alegría de ver a ese kabukimono sin nombre realizar esa danza de espadas con Katsuragi [...]".
- 7
- "[...] Antes de retirarnos, deberíamos haber dividido la llave del arsenal en tres partes: una para el inspector, otra para el oficial de la armería y otra para dejarla en Tatarasuna y, así, evitar robos.
- Pero teníamos demasiada prisa y no pudimos encontrar ni al inspector ni al oficial de la armería, así que escondí los tres pedazos en cofres del tesoro en Tatarasuna [...]".
- Las siete notas anteriores estaban dispersas por toda Tatarasuna. De ellas, las seis primeras estaban escritas en un papel bastante resistente, y parecen ser muy antiguas. Solo el papel de la séptima parece un poco más nuevo. A mi juicio, la séptima nota es posterior a las seis anteriores, pero queda pendiente determinar cuántos años en concreto. Además, el contenido de las seis primeras está interrelacionado, y parece que todas se refieren al mismo incidente.
- En «Una historia humana oculta en Tatarasuna» (en adelante, abreviada como «Una historia humana»), Rumi mencionaba que eruditos de Sumeru habían ido a Inazuma en el pasado a investigar la historia humana de Tatarasuna. Aunque, cuando Rumi escribió «Una historia humana», Tatarasuna ya estaba en declive debido a una serie de incidentes, su situación seguía siendo mucho mejor que la actual. La zona central de Tatarasuna era entonces tan inhabitable como hoy día y, de hecho, nadie vivía en ella. Los habitantes se habían trasladado a la costa y vivían junto al mar. Estos habitantes le contaron a los eruditos de Sumeru que Tatarasuna había sido muy próspera antiguamente, hace varios siglos. En la que podría considerarse su edad dorada, Tatarasuna estaba administrada por el oficial de la armería Niwa, el suboficial Miyazaki y el inspector Mikoshi Nagamasa. Asimismo, los miembros ancianos de los clanes más antiguos insistieron sobre unos extraordinarios rumores que circulaban por Tatarasuna.
- La mayoría de estos extraños rumores trataban sobre los youkai tan característicos de Inazuma, pero unos pocos de ellos incluían la palabra "marioneta". Como es sabido, las marionetas no forman parte de los youkai tradicionales de Inazuma. Esto intrigó sobremanera a los eruditos, quienes, tras indagar sobre el asunto, obtuvieron la siguiente información:
- - En Tatarasuna apareció una marioneta de aspecto agraciado y bien ataviada, que sabía ocultar los vestigios de esas articulaciones únicas que aún podían apreciarse en su cuerpo. De no mencionarse el hecho de vez en cuando, la gente de alrededor apenas habría logrado percatarse de que esa persona en realidad era una marioneta. Además, era posible que esos vestigios de articulaciones de marioneta se hubiesen ido difuminando con el paso del tiempo hasta casi desaparecer, con lo cual se habría hecho indistinguible de una persona real.
- - Nadie conocía el nombre de la marioneta. Solo se hablaba de que había aparecido en Tatarasuna; unos decían haberla visto en la zona central, y otros, en la playa. Se rumoreaba que solía estar de pie en la playa, mirando hacia el mar, en dirección de la lejana Ciudad de Inazuma. Pero nadie sabía qué se le había perdido allí o qué miraba.
- El anterior texto mencionaba que en las seis notas se hacía referencia a un "kabukimono sin nombre". "Kabukimono" es un término que se suele usar en Inazuma para describir a una persona peculiar que viste o actúa de forma extraña. De esto puede deducirse que este tipo de personas impresionan sobremanera a la gente local. Según mi análisis, si la aparición de esta marioneta no sembró el pánico, debe deberse a la peculiar sociedad de Inazuma en la que humanos y youkai han coexistido históricamente. Así que es muy probable que, en aquel entonces, la marioneta se hubiera integrado como un habitante más. En cuanto al kabukimono, del que apenas hay registros y poca gente sabe de él, es muy posible que se trate de un alias de la marioneta. Solo basta que alguien vista de forma extravagantemente ostentosa para que los demás no se fijen demasiado en sus otras peculiaridades. Aún hacen falta pruebas concluyentes que corroboren esta hipótesis, pero merece la pena dejar constancia de ella como razonamiento analítico.
- Después de consultar los pertinentes registros históricos de Inazuma, he elaborado una lista de personajes posiblemente relacionados con Tatarasuna, la cual incluye los siguientes, empezando desde el nivel administrativo:
- Oficial de la armería: Niwa.
- Nombre completo: Niwa Hisahide. Heredero de la técnica Isshin del clan Niwa. Este clan, junto a los Kaedehara y los Akame, fueron los creadores de las "tres grandes espadas de la técnica Isshin". Según los registros, Niwa era una persona modesta e inteligente, a quien se le daba muy bien administrar el día a día de los habitantes de la región. Luego no se supo nada más de él. Probablemente, se llevó a los miembros de su clan de Tatarasuna cuando ocurrió el accidente.
- Suboficial de la armería: Miyazaki.
- Nombre completo: Miyazaki Kaneo. Asistente de Niwa, de origen incierto. Se encargaba principalmente de ayudar a Niwa en las tareas de administración del personal. De personalidad afable y amistosa, tenía muchos amigos en el lugar, y también mantenía una buena relación de amistad con Mikoshi Nagamasa.Oficial de seguridad de la armería: Miyazaki, nombre completo: Miyazaki Kaneo. Asistente de Niwa, de origen incierto. Se encargaba principalmente de ayudar a Niwa en las tareas de administración del personal. De personalidad afable y amistosa, tenía muchos amigos en el lugar, y también mantenía una buena relación de amistad con Mikoshi Nagamasa.
- Inspector: Mikoshi Nagamasa.
- Heredero del clan Mikoshi e hijo adoptivo de la guerrera oni Mikoshi Chiyo. Hermano adoptivo de Mikoshi Michihiro, conocido como "Iwakura el Sucesor". Después de que desapareciera su madre, Chiyo, su hermano adoptivo Doukei lo abandonó, por lo que tuvo que asumir él solo la responsabilidad de todo el clan, y se afanaba día y noche solo por limpiar el nombre de este. Muchos documentos muestran que, aunque Mikoshi Nagamasa era bastante obstinado, tenía un carácter recto, franco y justo. De las notas puede inferirse que estudió la forja de espadas para cultivarse espiritualmente, y por eso le pidió exprofeso a Miyazaki que le enseñara. Tras forjar la renombrada espada "Hoja Tatara de Nagamasa", por algún oscuro motivo la blandió para asesinar a su subalterno Katsuragi.
- Subalterno: Katsuragi.
- Nombre completo desconocido y origen incierto. A pesar de haber consultado cuantiosa documentación, no he podido encontrar más información personal sobre Katsuragi. Era un subalterno de Mikoshi Nagamasa, y un guerrero leal y devoto al que Nagamasa había salvado años antes cuando era joven. Por este motivo, le juró lealtad y estaba dispuesto a morir por él si fuese necesario o cumplir cualquier tarea, por pequeña que fuese.
- Kabukimono.
- Nombre completo desconocido, origen incierto. Tras consultar numerosa documentación e integrar los puntos de vista de Rumi, he deducido que este personaje se trata de la extraña marioneta de la que hablan los rumores. Se decía que era amable y de aspecto hermoso. Según «Una historia humana», fue Katsuragi quien lo llevó a Tatarasuna, y se convirtió en un habitante más. Como recién llegado, el kabukimono no sabía lavar la ropa, cocinar, o llevar a cabo ningún trabajo que exigiese delicadeza. Los habitantes le enseñaron, poco a poco y con paciencia, a lavar la ropa, bailar, forjar pequeños objetos, etc. Según las notas, el kabukimono también estaba presente durante la forja de la Hoja Tatara de Nagamasa, pero se le perdió la pista antes de que Mikoshi Nagamasa decapitara a Katsuragi. Este autor considera que es muy probable que el kabukimono, es decir, la marioneta, esté muy relacionado con la muerte de Katsuragi.
- (Parece que la tesis aún no está acabada, pero aun así, deja patente que el autor volcó un gran esfuerzo para escribirla.)
- Sawada: Entonces, ¿también quieres leer el mío? Toma, aquí lo tienes.
- Vuelves a leer la obra de Sawada...
- La isla de las nubes negras
- Autor: Sawada
- Extracto (I)
- ...
- ...
- Cuenta la leyenda que, en un día como hoy aproximadamente a las tres de la tarde, un muchacho llegó a Tatarasuna. A lo lejos, divisó a unos trabajadores que se dirigían hacia la fragua, siguiendo uno tras otro el camino de la montaña. Arrastraban las suelas de sus zapatos sobre la superficie de aquellas imponentes montañas, y con su caminar emitían un sonido que enternecía el corazón de todo aquel que lo escuchase. Era como si su paso por aquel lugar no tuviera más fin que el de rescatar de entre las llamas esas gemas y diamantes de valor incalculable. Solo quien hubiera contemplado la escena en aquel momento y en aquel lugar sería capaz de comprender esa emoción.
- Entonces, el muchacho saludó a los trabajadores con euforia, corrió hacia ellos llevado por la exaltación y se unió al equipo sin dudar ni un momento. Un hombre fornido que era una cabeza más alto que los demás, se aproximó a él para darle una palmadita en la espalda y dijo con deferencia: "¡Miren quién está aquí! ¡Pero si es Miyazaki, de la Ciudad de Inazuma! Tiene mérito haber recorrido todo ese camino para ir y volver desde un lugar tan lejano".
- Miyazaki esbozó una sonrisa que revelaba su juventud e inexperiencia, pero se mantuvo sereno todo el tiempo. "El señor Katsuragi así lo dijo, la Ciudad de Inazuma es el territorio de la Shogun, y ese es el lugar del que vengo. Tomé el barco más veloz y surqué la ruta marítima más rápida, ¿acaso hay algún peligro al que no pueda hacer frente?".
- "¿Y viniste con buenas noticias?".
- "Por supuesto", tras pronunciar esta última frase, ambos estallaron a carcajadas con complicidad, a la misma vez, mientras avanzaban apretujados entre el resto de los trabajadores hacia el final del camino.
- Había un hombre que vestía un saco de tela y llevaba un pañuelo atado a la cabeza. Permanecía admirando el fulgor de las llamas del horno de fundición.
- El fuego de esa fragua no era equiparable a ningún otro. La intensidad de sus llamas y el efecto que surtía sobre el acero eran componentes clave para forjar espadas de tal calidad. El hombre que observaba el fuego también era alguien peculiar. Tomó un lagarto con los dedos y lo admiró con una sonrisa en el rostro.
- Aquel lugar era gigantesco, el horno se hallaba en la zona más profunda y, aunque al parecer se necesitaban varias personas para hacerlo funcionar, aquel hombre se encontraba parado frente a él en soledad. Tan solo volteó su rostro cuando Katsuragi y Miyazaki interrumpieron su contemplación del fuego.
- Ese hombre era el señor Niwa, el oficial de la armería y administrador de Tatarasuna. Nació en la familia Niwa, uno de los tres clanes fundadores de la técnica Isshin. Nunca había competido contra sus hermanos, por lo que siempre fue un sucesor legítimo. La prueba de esto se halla en el aprecio que nobles y otras figuras importantes mostraban hacia él.
- Miyazaki tomó un informe que había envuelto con sumo cuidado en un brocado y lo colocó sobre las manos de Niwa, a quien le dijo con total honestidad: "Así como dijo el señor Katsuragi, ese viejo pariente tuyo nunca estuvo de acuerdo con nuestro plan. Pero vale la pena darle una oportunidad al plan de Akame, así que busqué un proveedor y me dispuse a adquirir todo lo necesario de acuerdo a lo que vi en tu lista de suministros por comprar".
- Niwa apartó la vista del informe, asintiendo con la cabeza: "Bien lo apoyen los Kaedehara o no, debemos estar abiertos a nuevos métodos de forja".
- Katsuragi frunció el ceño y exclamó: "La forja de espadas es un arte complicado que requiere de una técnica cuidada. Estos veteranos ya son unos expertos, pero aun así desean continuar mejorando su destreza día tras día. ¡¿No te parece terrorífico?! Si Nagamasa estuviera aquí para escuchar esto, se le caería la cara de vergüenza".
- Niwa sonrió y dijo: "Señor Katsuragi, ¿cómo va la forja de la preciada espada del señor Nagamasa?".
- Katsuragi no pretendía mancillar el honor del líder de su clan, ni mentir a los amigos que tenía frente a sus ojos. Por eso, por más que pensase una buena respuesta, no lograba encontrar las palabras adecuadas con las que expresarse: "¿La destreza del señor Niwa le afectó al sentido del humor? Por eso no es capaz de entender bromas tan burdas como las nuestras".
- Miyazaki ocultó su sonrisa con la mano y Niwa colocó el lagarto en la palma de la mano de Katsuragi. Se disponía a hablar cuando de repente escuchó a lo lejos unos pasos que se aproximaban, resonando en el lugar con elegancia. Parecían ser los pasos de un joven. Al mirarlo con detenimiento a la luz del fuego, la forma de su cabeza llamaba la atención: era redonda y brillante, y recordaba a una especie de perla.
- El joven colocó a un lado su recipiente de comida, y se alejó tratando de pasar desapercibido, con la cabeza agachada. Katsuragi, que permanecía observándolo, exclamó: "Eh, ¿no vas a comerte eso?".
- Al escucharle, el joven no sabía cómo reaccionar, por lo que hizo una breve pausa antes de responder: "... Está bien, tomaré un bocado".
- "Ambos comemos lo mismo, no hay por qué mostrar cortesía", dijo Niwa. El joven volvió a asentir con la cabeza y se alejó como si algo le rondara por la mente.
- Extracto (II)
- ...
- ...
- El kabukimono se encontraba en la costa.
- En ese momento, el sol se disponía a despedirse de otro día más, y no quedaba ni un vestigio de luz en el cielo. En su lugar, montones de nubes se desplegaban hacia el horizonte, advirtiendo la llegada de una tormenta inminente.
- El mar se rindió ante la penumbra, la tempestad presionó a las nubes para que descendieran y obligaran a la marea a postrarse ante la tierra, como si el kabukimono también hubiera acudido a aquel lugar para ver al océano y arrodillarse ante él.
- Nadie pasó por allí en aquel preciso momento. Tampoco nadie sabría qué es aquello que esperaba con tanta calma.
- Después de cierto tiempo, el cielo se pobló de una congregación de nubes negras que formaron una espiral y rodearon al kabukimono, apresándolo como si de una pesadilla se tratase. Cuando aquello acababa de dar comienzo, él no percibió nada. No fue hasta que abrió sus ojos que logró comprender lo que estaba sucediendo: esas nubes le estaban persiguiendo a él.
- Un bote pesquero se aproximó desde la lejanía, y la linterna que iluminaba desde proa vacilaba intermitente, luchando por no apagarse con las oscilaciones de la lluvia y el viento. Una capa de niebla comenzó a extenderse sobre el mar, provocando que el pesquero que dirigía el timón apenas pudiera avistar hacia dónde se dirigía. El pesquero no dejaba de gritar alarmado: "¡¿Cómo es posible que no logre ver nada en pleno atardecer?! ¡Que alguien me ayude!".
- Las oscuras nubes se apoderaron del casco del barco y desviaron su dirección. Entonces, lo controlaron y lo arrastraron hacia la orilla con la fiereza de un monstruo. A unos pasos del lugar del incidente, el kabukimono permanecía de pie con las manos colgantes y la cabeza inclinada, contemplando los restos del barco que quedó hecho añicos.
- Del pesquero que gritaba aterrorizado unos momentos atrás tan solo quedaba parte de su brazo, que provocó una salpicadura al caer junto a los pies del kabukimono. Este último se puso en cuclillas para admirar aquel objeto extraño desde más cerca... y de repente sintió deseos de pegarle un bocado.
- Pero no lo hizo, pues aquellas nubes atezadas ya habían devorado todo lo que había quedado del barco sin dejar rastro. El kabukimono permaneció observándolo durante mucho, mucho tiempo, hasta que de pronto despertó de su ensimismamiento. Tras volver en sí, las nubes ya se habían disipado, como si nunca antes hubieran estado allí. Y lo que pasó con ese barco... debió de haberlo provocado la tormenta, ¿no es así? Aunque, en realidad, quién sabe... pues el kabukimono no lo vio con claridad.
- Extracto (III)
- ...
- ...
- Katsuragi entró apresurado por la puerta y exclamó: "¡Señor, hay un problema en la fragua! He buscado al señor Niwa por todas partes y no hay ni rastro de él. El señor Miyazaki también hace mucho que salió en busca de ayuda sin dejar ningún mensaje. Mire...".
- Mikoshi Nagamasa se giró con gentileza. La solemnidad de su rostro era tal que parecía que se disponía a participar en un funeral. Entonces, se dispuso a pronunciar las palabras más duras que probablemente dijo jamás: "Lamento ser yo quien te informe de esto, pero... Katsuragi y Miyazaki tal vez no regresen más".
- La mirada de Katsuragi se detuvo en los anchos y rígidos hombros de Nagamasa mientras este contemplaba el exterior desde la ventana. Las oscuras nubes se hacinaron sobre el mar, la tenebrosidad invadió el lugar y sumió a la gente en el terror. La oscuridad se convirtió en la única estación posible, como si una bestia abismal hubiera venido a devorar a Tarasuna para siempre.
- Ya habían muerto diez personas. Por eso... Por eso...
- De repente, el recuerdo golpeó a Katsuragi como una bofetada: ¡por eso salieron en busca de ayuda!
- Miyazaki fue el primero en partir. Cuando se marchó, estas nubes acababan de aparecer. Marchó desde Tatarasuna hasta la Ciudad de Inazuma en busca de ayuda. No parecía una tarea especialmente complicada, pero Miyazaki no regresaba...
- El segundo, el tercero y... el cuarto en marcharse fue el kabukimono. Zarpó en un barco con un tiempo tan tenebroso como este, y no volvimos a saber de él. Katsuragi lo acogió como si fuera su propio hijo y lo hizo sentir como en su propia casa, pero debido a la turbulenta situación de Tatarasuna, quizá tema ser ejecutado y haya marchado a otro lugar en busca de asilo.
- Niwa desapareció y nadie sabe a dónde fue. Tras cierto tiempo, Nagamasa convocó un ejército de hombres para que realizaran un rastreo que iniciarían en la fragua y continuarían a través de la montaña. Sin embargo, no lograron ningún hallazgo. Hay quien piensa que a Niwa le sucedió algo lamentable... Otros piensan que se vio incapaz de asumir el castigo por un extraño incidente que aconteció en el pasado.
- Levantó las sospechas de la gente y Nagamasa parecía descontento y furioso. A veces despertaba más temor mirarle a la cara que encontrarse con esas nubes tenebrosas.
- De repente, una figura apareció y desapareció cual destello. Nagamasa advirtió una extraña presencia de inmediato, por lo que blandió su espada para rasgar la máscara del sospechoso. Este tembló por un instante, pero entonces, como si de una marioneta se tratase, se situó a las espaldas de Nagamasa entre perversas carcajadas y dijo: "¿Está buscando a alguien, señor?... ¿Será que está buscando a Niwa?".
- Nagamasa, furioso, exclamó: "¡¿Cómo te atreves a mencionar al señor Niwa?!". Entonces, antes de que pudiera hacer cualquier movimiento, la figura se desvaneció en la niebla, y volvió a aparecerse a lo lejos, esta vez con la apariencia de un monstruoso fantasma.
- "¿Fuiste tú quien mató a los míos?". Nagamasa estalló en furia y se lanzó hacia él de inmediato. Entonces fue cuando se dio cuenta de que estaba a un paso de caer dentro del horno.
- (El fragmento restante permanece incompleto... Sin embargo, a juzgar por el contenido, es evidente que se trata de un texto puramente ficticio. Parece que el autor dio rienda suelta a su imaginación cuando lo escribió. Quizás sea un fragmento extraído de una novela fantástica.)
(...)
(El contenido es distinto al de la ocasión anterior. Otra consecuencia más de haber modificado la información del Irminsul.)
(Scaramuccia dijo que eliminaría dos de sus identidades. No habrá sido fácil conseguir lo que tanto deseaba, pero aun así...)
- Aqaba: Bueno, ¿qué te parece?
¡Esto es una obra maestra!
- Paimon: Oye, Viajero, ¿recuerdas la última vez cuando Aqaba dijo que querían recopilar más información sobre el asunto? Ya que nosotros acabamos de regresar de Inazuma, ¿qué te parece si les contamos lo que sabemos?
¿Por qué no?
- Aqaba: ¿Descubrieron algo? ¿Es relevante?
- Paimon: Es una historia larga de contar. En resumen, tenemos algunos amigos en Inazuma, y...
- Les cuentan a los investigadores lo que averiguaste sobre las Cinco Escuelas de Raiden...
- Aqaba: ¡Guau! Cuántos detalles... Gracias por compartirlos con nosotros.
- Sawada: Bueno, veamos, parece que todo gira en torno a un tipo con sed de venganza... ¿Y dices que esto te lo contó un descendiente del clan Amenoma? Entonces debe de ser información veraz.
- Sawada: *Suspira*, eso pone fin a nuestra historia de fantasmas...
- Aqaba: Esta información sirve para corroborar mi hipótesis. Evidentemente, en aquella época los clanes de herreros desempeñaban un rol de vital importancia en la sociedad. Tal era el caso que un ataque contra sus familias suponía un ataque directo a aquellos que estaban en el poder...
- Sawada: Sí, bueno, tú tenías razón, pero eso no quiere decir que no pueda continuar escribiendo mi novela...
- Paimon: Y ya están otra vez. Hay que ver cuánta pasión le ponen.
Tenemos unos asuntos de los que ocuparnos.
- Aqaba: Oh, disculpen. Estábamos tan absortos en nuestros asuntos que por un momento nos hemos olvidado de ustedes. Muchas gracias por la información.
- Paimon: No hay de qué, ¡hasta la próxima!
- Sawada: ¡Manténgannos al corriente si se enteran de cualquier otra cosa!
- Paimon: ¡Denlo por hecho!
- (Habla con Nahida)
- Paimon: ¡Nahida, regresamos!
- Nahida: ¡Viajero, Paimon! ¿Cómo va todo?
- Paimon: Uff, ¿por dónde empezar? Paimon no ha tenido ni un momento de descanso durante todo este tiempo. Aquella noche terminamos hablando sin parar hasta que, cuando nos quisimos dar cuenta, ya había salido el sol... Y entonces, el señorito decidió de repente que quería ir a Inazuma.
Estuvimos investigando el asunto de Scaramuccia.
- Nahida: Scaramuccia... Humm, suena como un nombre en clave.
(Ay, no...)
- Nahida: Qué serio te pusiste... ¿Hay algo que me quieras contar?
(Ni siquiera Nahida lo recuerda. Tal y como sucedió la última vez, cualquier cambio en el Irminsul la afectará a ella también.)
(Tal y como yo pensaba, Scaramuccia actúa con rapidez... Consiguió eliminarse a sí mismo antes de que Nahida lograse detenerle...)
(Soy el único que recuerda todo lo que ha sido eliminado. Tendré que hacer de cronista una vez más...)
- Nahida: ¿Viajero?
- Paimon: Oye, ¿qué te sucede? De repente te pusiste blanco.
Hay cosas que solo yo puedo recordar.
No puedo ocultarles la verdad por más tiempo.
- Muy a tu pesar, ordenas los pequeños indicios y pistas que has logrado recuperar con el paso del tiempo y les cuentas toda la historia...
- Hubo una época en la que existió alguien llamado Scaramuccia, una marioneta de la Arconte Electro que deambulaba por el mundo de los mortales.
- Tras vivir una serie de trágicos sucesos en Tatarasuna, Scaramuccia pensó que lo habían traicionado por tercera vez. Fue entonces cuando abandonó Inazuma y vagó errante por el mundo.
- Desconfiando de humanos y odiando de sobremanera a los dioses, continuó alimentando su ira conforme se volvía cada vez más fuerte. Finalmente, llegó el día en el que regresó a Inazuma para vengarse e intentó servirse de su Gnosis para convertirse en un dios, pero tan solo acabó perdiéndolo todo.
- Finalmente, se adentró en el Irminsul y descubrió la verdad sobre quién lo traicionó. Ahora que fue consciente de que su vida estaba basada en una sarta de mentiras, cometió una locura impensable para intentar borrar su trágico pasado...
- Nahida: ... Qué historia tan impresionante.
- Nahida: Y por eso esa marioneta llamada Scaramuccia se eliminó a sí mismo del Irminsul... con la esperanza de poder cambiar su pasado.
- Paimon: Pero ¿cómo pudo lograrlo?
- Nahida: Tal y como Viajero ha mencionado, él estuvo a punto de convertirse en un dios de Sumeru. Lo cierto es que yo lo recuerdo de forma diferente. No había nadie dentro de la máquina cuando la derrotamos.
- Nahida: Pero tiene todo el sentido. Si alguien consiguiera eliminarse a sí mismo del Irminsul, el mundo reflejaría una nueva realidad.
- Paimon: Entonces piensas que esta persona existió realmente, y que nosotras no la recordamos porque... bueno, ¿porque cambió el mundo literalmente?
- Nahida: Sí. En teoría, sí que es posible hacer algo así, pero me cuesta imaginar a alguien que se atreva a llevarlo a la práctica.
- Nahida: Viajero viene de un mundo fuera de Teyvat. Por eso no es posible encontrar información sobre él en el Irminsul, y por eso cualquier cambio que tenga lugar en el Irminsul no le afectará en absoluto.
- Nahida: Si hay alguien en este mundo que sea capaz de percibir una realidad falsificada, ese eres tú. Si se paran a pensarlo, es fascinante.
... Realmente lo es.
- Paimon: Paimon sigue sin entender qué motivo podría tener ese Scaramuccia... ¿Por qué hizo algo así?
- Nahida: Solo puedo hacer conjeturas basándome en la información que tenemos. En cuanto a qué tipo de persona era... eso solo lo recuerda Viajero.
Yo... No estoy seguro.
(Siempre hemos sido enemigos. No tengo ni idea de qué fue lo que le llevó a hacer todo lo que hizo, ni por qué siempre se mostró tan despiadado. Yo tampoco logro comprenderlo...)
(¿Acaso intentó borrarlo todo y comenzar de cero? ¿Quería salvar a alguien? ¿Pretendía destruir por completo su propia existencia?)
("Aún estoy a tiempo de enmendar los errores del pasado. Ha llegado el momento de tomar la decisión correcta". Quizás esa sea la respuesta a todo...)
(Recuerdo que me hizo una pregunta antes de marcharse. En aquel momento dudé, y él lo tomó como una respuesta.)
(Dudé porque yo mismo presencié cómo el Irminsul eliminaba todo rastro de la existencia de la Reina Mayor Rukkhadevata... Pero eso no puedo contárselo a Nahida.)
(En otras palabras, no soy capaz de explicar por qué motivo Scaramuccia hizo lo que hizo.)
- Nahida: ¿Qué es lo que te reconcome? ¿Es algo que no puedes compartir con nosotras?
Tengo la sensación de que todo ha sido en vano.
Todo este desastre... ¿Y para qué?
- Nahida: Pensó que podría cambiar el destino de aquellos que ya no están con nosotros, ¿no es así?
En efecto.
- Nahida: Cuando Scaramuccia se dio cuenta de que nadie lo había traicionado, seguramente vio con otros ojos a las personas de Tatarasuna. Es probable que ahora vuelva a considerarlos a todos sus amigos.
- Nahida: No podría haber seguido odiando a los humanos después de eso. Y si en algún momento pensó que realmente podía salvar a sus amigos, no es de extrañar que lo haya intentado.
- Nahida: Cada pieza de la historia tiene sentido.
- Nahida: Scaramuccia intentó convertirse en un dios con la ayuda de Dottore, y aunque fracasó, obtuvo suficiente poder como para conectar con el Irminsul.
- Nahida: Ese poder le permitió modificar lo que estaba registrado en el Irminsul y eliminarse a sí mismo con las últimas fuerzas que le quedaban.
- Paimon: Sí, Paimon supone que tiene sentido... Aunque al final no ha acabado nada bien.
- Paimon: A Paimon le da tanta pena... Se esforzó al máximo y aun así no ha conseguido nada.
(Así es... Su esfuerzo logró cambiar el mundo, pero no logró salvarlos. No pudo devolverles la vida...)
(¿Contra qué luchaba? ¿Las traiciones que vivió durante su vida? ¿Acaso creía que su propia existencia era un error?)
- Nahida: Espera un momento. Me gustaría comprobar algo.
- Nahida: ...
- Nahida: Lo encontré. Debe de ser este.
- Nahida: Resulta que sé de una manera con la que corroborar todo lo que Viajero nos está contando.
- Paimon: ¿De qué se trata?
- Nahida: Un registro de mi biblioteca personal. Lo mantenía resguardado en una esquina.
- Nahida: Deberían echarle un vistazo.
- Paimon: ¿Es un cuento? ¿Quién lo escribió?
- Sorprendentemente, el registro adquiere el aspecto de un cuento...
... Esto coincide con todo lo que les conté.
- Nahida: Este registro lo escribí yo misma.
- Paimon: ¿Eh? ¿Escribiste un cuento sobre Scaramuccia?
- Nahida: Si sumas a la ecuación la narrativa de Viajero, está claro que se trata de una alegoría. Todo constituye un símbolo de algo más.
- Paimon: Un momento, ¿quieres decir que este registro es parte del verdadero pasado?
- Nahida: Exacto. Cualquier información sobre Scaramuccia o el kabukimono que aparezca en otros registros habrá sido modificada, pero yo escribí este cuento de manera que su contenido no pudiera verse afectado.
- Nahida: Modificar la información del Irminsul conlleva modificar Teyvat.
- Nahida: Pero el Irminsul no puede alterar la información que haya sido protegida desde el comienzo. Supongo que escribí este cuento antes de que Scaramuccia se adentrase en el Irminsul.
- Paimon: ¡Es alucinante! ¡Tuviste una idea magnífica!
- Nahida: Hacer que Viajero también se adentrara en el Irminsul junto con Scaramuccia también fue otra medida de prevención. Sabía que él se acordaría de todo.
- Nahida: Este cuento es tan ambiguo que todavía guarda semejanza con la información registrada en el Irminsul en estos momentos.
- Nahida: Pero si atamos todos los cabos, la historia del cuento es la misma que la que nos contó Viajero. La historia sobre la olvidada vida de Scaramuccia...
- (Resuelve el acertijo)
- Nahida: Había una vez un monstruo que, cubierto con pieles de zorro, se hizo amigo de una manada de zorros. El monstruo convivió con ellos día y noche, y todos lo trataron como si fuera uno más.
- Nahida: Cada cierto tiempo, el monstruo se quitaba las pieles de zorro por la noche, observaba su reflejo en el agua y se lamentaba: "Soy un engendro, pero ellos son tan ingenuos que no se dan cuenta... Me dan lástima".
- Nahida: Pero el monstruo encontró consuelo poco tiempo después. Había dejado de ser el único de otra especie que convivía con los zorros, pues alguien nuevo había llegado: un gatito esculpido con madera de un árbol blanco al que los humanos habían abandonado.
- Nahida: El gatito también deseaba ser un zorro, pero su cola era demasiado fina y su pelaje no era tan colorido. Sin embargo, cuando los zorros se percataron de ello, lo consolaron de inmediato: "Aunque no tengas una cola o un pelaje como el nuestro, siempre serás uno de nosotros".
- Nahida: El monstruo se sintió furioso ante aquel final feliz, por lo que prendió fuego a la montaña. Los animales estaban horrorizados. La única forma de contener el fuego era haciendo un sacrificio.
- Nahida: Un zorro gris se levantó y le dijo al monstruo: "Eres el más inteligente de todos nosotros, seguro que se te ocurre una forma de solucionar esto".
- Nahida: El monstruo sonrió, agarró al zorro y lo lanzó al fuego para matarlo. Entonces, el corazón del zorro gris se convirtió en una gota de agua clara, impoluta y pura.
- Nahida: El monstruo entregó el corazón del zorro al gato, y le dijo: "Los zorros han decidido. Tú serás el que se sacrifique. Toma esto, adéntrate en las llamas y muere en honor a tu amigo zorro".
- Nahida: El fuego quedó extinguido y el gatito sobrevivió. Abandonó el refugio de los zorros y se encontró con un pequeño pájaro que tenía un ala rota.
- Nahida: Ambos prometieron que permanecerían juntos el resto de sus vidas, pero al pequeño pájaro no le quedaba mucho tiempo. Después de enterrarlo, el gatito abandonó la montaña para siempre.
- Nahida: El gatito nunca más volvió a sentir cariño por ningún ser vivo de aquella montaña, ni por una hoja tan siquiera. Así, pasó sus noches deambulando sin rumbo, rechinando sus colmillos ante la luna.
- Nahida: Cuánto anhelaba engullir la luna y devorar su luz. Si el mundo quedara envuelto en tinieblas, por fin podría reinar la paz y la alegría.
- Nahida: "Yo seré la nueva luna, la respuesta a todo. Así nadie descubrirá jamás que hubo una vez pájaros, zorros y gatos en este mundo. Y nadie sabrá nunca lo especiales que fueron".
- El cuento de Nahida levanta el sello que pesaba sobre el recuerdo...
- Paimon: ¡Lo resolvimos!
- Nahida: ...
- Nahida: Ya lo recuerdo. Esta no es solo la historia de Scaramuccia, son sus propios recuerdos. Hice una copia para asegurar que no se perdieran, pasase lo que pasase.
- Nahida: A fin de convertirse en dios, lo sometieron a una infinidad de experimentos y modificaciones. Fue una absoluta tortura, y solo pudo soportar aquel calvario porque era una marioneta.
- Nahida: Fueron los eruditos quienes extrajeron estos recuerdos. Seguramente los conservaron para disponer de algo con lo que defenderse.
- Nahida: Crear un dios no era más que el primer paso. Algunos de ellos pretendían controlarlo. Por eso conservaron esta copia de sus recuerdos, para poder utilizarlos llegado el momento.
- Nahida: Y yo los escondí en las profundidades de mis propios sueños y los camuflé en forma de cuento alegórico para evitar que fueran modificados.
- Paimon: Es difícil de creer que una persona así existiera de verdad, por no hablar de lo que intentó hacer... Incluso intentó deshacerse de nosotros más de una vez...
- Paimon: Paimon no tiene ningún recuerdo de él. Es como si se hubiera evaporado...
- Nahida: Scaramuccia aceptó ayudarme a encontrar información sobre los Descendidos, y aunque no tuvo suerte, los ayudó de todas formas.
- Nahida: Antes de que desapareciera, confirmó un detalle de crucial importancia: Khaenri'ah fue el primer lugar de este mundo al que llegó tu hermana.
- Nahida: Todavía no sabemos qué efecto tendrá la modificación del Irminsul en los rangos de los Fatui, pero lo que sí sabemos es que no recordarán a Scaramuccia.
De repente me siento indefensa ante la vida.
Siento que la vida es tan insignificante como una mota de polvo.
- Paimon: Paimon siente que no le gustaría ese tipo ni un poquito. Aunque tampoco le gusta como terminó todo este asunto...
- Nahida: Y es por eso que la sabiduría no tiene respuesta a todas las preguntas. Aunque miremos, observemos y comprendamos, la pregunta seguirá rondando por nuestras mentes.
- Nahida: Obtener la respuesta no lo es todo. Las personas ansían saber y resolver los problemas a los que han de hacer frente.
- Nahida: Cuando le revelas la verdad a alguien, le das la oportunidad de decidir sobre su propio destino.
- Nahida: A ojos de los demás, quizás sea un esfuerzo inútil. Pero para él, la oportunidad de llevar a cabo lo que él deseaba debió de ser muy importante.
- Nahida: Nunca olvides que, incluso al caminar a través de oscuras nubes y atravesar un camino desbordado de sufrimiento, la luz de la sabiduría siempre estará ahí para guiarnos hacia un lugar mejor.
- Nahida: Y eso es lo que tú estuviste haciendo todo este tiempo.
- Paimon: Sí, Nahida tiene razón. ¡Arriba esos ánimos! ¿Qué les parece si vamos a por algo de comer? Podemos seguir hablando del tema más tarde.
- Nahida: Me parece una gran idea. Paimon, ¿qué te parece si te le llevas a dar un paseo para que pueda despejarse un poco?
- Paimon: ¡Paimon lo hará encantada! Vamos, Viajero, necesitas dejar de pensar un rato. Verás como te sientes mejor después de dar un paseo.
- (Da una vuelta por el Gran Bazar para despejarte)
- Paimon: ¡Vayamos a por uno de esos aperitivos que tienen en los puestos del Gran Bazar!
- Paimon: Debe de ser muy duro ser el único que lo recuerda todo... Pero piensa que Paimon siempre estará aquí para animarte.
- Paimon: ¡Aquí estamos! ¿Qué comemos primero?
(Tengo un mal presentimiento, como si algo no encajase... Como si hubiera olvidado algo muy importante...)
- Paimon: ¡Oye! ¿Me vas a responder hoy o qué?
Perdona, Paimon. Estaba pensando en algo...
- Paimon: *Suspira*, está bien, lo que tú quieras... Paimon estará aquí esperando hasta que te hayas aclarado las ideas. ¡Pero luego vamos a por algo de comer!
(¿Qué era? ¿Sería algún tipo de pista? Era algo sobre el Irminsul y... eliminarse a uno mismo...)
(Reina Mayor Rukkhadevata... Conocimiento prohibido... Nahida...)
- Paimon: ¿Y bien? ¿Lo recuerdas ya?
(¡...!)
(¡Sí, eso es! La Reina Mayor Rukkhadevata dijo que nadie puede eliminar su existencia por completo, ¡ni siquiera ella misma!)
(O si no, ¿por qué habría creado su propia reencarnación en la Reina Menor Kusanali para que se adentrase en el Irminsul y la eliminara? ¡No tendría sentido!)
- Paimon: ¡Eh! ¡¿Por qué te levantas tan de repente?!
(No, no puedo contárselo a Paimon... Ella no sabe nada sobre la Reina Mayor Rukkhadevata...)
(Pero es un detalle crucial. Scaramuccia no ha podido borrar su existencia por completo. Así que... ¿Qué ha pasado con él realmente?)
- Escuchas una conversación que está teniendo lugar muy cerca...
- ¿?: Disculpe, jefe. Parece que hubo un problema con el recibo. Mire, aquí...
(¡¿...?!)
- Comerciante: ¡Eh! ¡Eh, espera!
- ¿?: ¿Hum? ¿Se refiere a mí?
- Comerciante: ¡No, tú no! Le hablo a ese muchacho. ¡¿No lo viste?! ¡Se llevó las dos últimas solsettias frescas que quedaban y salió disparado!
- Comerciante: Escúchame, si de veras quieres serme útil, tienes que tener la mente aquí, ¿de acuerdo? ¿Acaso te parece un trabajo aburrido? ¿O es que todo lo que sucede en la ciudad te distrae?
- ¿?: No presté la atención que debía... Lo siento, jefe.
- ¿?: Tiene usted razón, debe de ser por la ciudad. Me parece tan emocionante que no logro concentrarme.
- Paimon: ¿Quién es ese tipo? ¿Lo conoces de algo?
Ese chico... es Scaramuccia.
- Paimon: ¡¿Eh?!
- Comerciante: Qué rarito eres, muchacho. Dices que no quieres que te pague por trabajar aquí, pero en cuanto te doy algo que hacer, te encuentro con la cabeza en las nubes...
- Comerciante: No tengo intención alguna de aprovecharme de ti, estaré encantado de pagarte como es debido. Pero si sigues por este camino, me temo que no voy a poder permitirme tu sueldo...
- ¿?: No, no, por favor, lo digo de verdad, no tiene que pagarme nada. Ya le estoy agradecido por haber aceptado que le ayudase.
- Comerciante: No hay nada que agradecer, supongo... ¿Y ahora qué? Nos quedamos sin solsettias y ya le he prometido a la señora del final de la calle que esta noche le llevaría una bandeja de fruta.
- ¿?: Yo me encargo. Deme un momento, volveré enseguida.
- Comerciante: Quieto ahí.
- Comerciante: *Suspira*, no me andaré con rodeos, muchacho. Nunca conocí a un empleado que no quisiera dinero, y al principio me pareció una opción difícil de resistir, no podía creer que tuviera tanta suerte... Pero pensé que al final acabarías pidiendo otra cosa a cambio.
- Comerciante: No quieres dinero, ni días libres, y lo único que haces en tu tiempo libre es deambular de aquí a allá y mirar el paisaje... ¿Te dedicas a vagar errabundo o algo así?
- Trotamundos: Sí, justamente.
- Trotamundos: Podemos seguir hablando de todo esto más tarde. Primero iré por esas frutas que necesita. Eran solsettias, ¿no? Regresaré en un santiamén.
- Paimon: ¡Eh! ¿Qué hacemos ahora?
¡Sigámosle!
- Paimon: Está bien, ¡pero no dejes que te vea!
- (Sigue a la persona que viste)
- Trotamundos: Con esto bastará.
- Paimon: Si, tal y como tú dices, ese es Scaramuccia... ¿qué vamos a hacer? ¿Robarle las solsettias? ¿No te parece un poco cruel?
Paimon, shh...
- Paimon: Oh, bueno...
- Trotamundos: Sí, con estas debería ser suficiente. Humm, creo que debería lavarlas antes de llevarlas de vuelta...
(Ver para creer...)
- Trotamundos: ...
- Trotamundos: Ustedes dos, ¿quieren algo de mí?
- Paimon: ¡Aaay! ¡Nos ha visto!
- Trotamundos: Me han estado siguiendo todo el camino desde que salí de la ciudad, habría que ser tonto para no darse cuenta.
Pues sí, te estábamos siguiendo.
- Trotamundos: ¿Es que nos conocemos?
- Trotamundos: No, no me suenan... ¿Pero ustedes sí me conocen?
Así es.
- Trotamundos: No creo haberte visto en mi vida...
Es difícil de explicar, pero yo sí te conozco.
- Paimon: Humm... ¿Estás seguro?
- Trotamundos: Perdona, pero no puedo creerte así como así.
Puedo demostrártelo.
Eres una marioneta.
- Paimon: ¿Una marioneta? ¿Por qué piensas eso?
- Trotamundos: ¡...!
- Paimon: ¡Ah, tenías razón! Mira qué cara ha puesto...
- Trotamundos: Debe de ser cierto que me conoces. Eso no es algo que yo vaya pregonando a los cuatro vientos...
- Trotamundos: Verás, yo solo soy un trotamundos. Pero si me has seguido durante todo este camino, seguramente sea por algo importante.
Me gustaría llevarte a un sitio.
- Trotamundos: Está bien, pero permíteme que le entregue la mercancía a mi jefe primero.
- Paimon: ¿En serio trabajas para ese tipo? Dijo que no quieres ganar Mora a cambio, ¿es eso cierto?
- Trotamundos: Sí, me lo encontré en mitad de la naturaleza durante una tormenta, él me dejó resguardarme de la lluvia dentro de su carro. Para devolverle el favor, le dije que sería su ayudante durante un tiempo.
- Paimon: Es muy considerado por tu parte...
- Trotamundos: Cuando le haya llevado esto, iré con ustedes. ¿Les parece bien?
De acuerdo.
- Paimon: Entonces ya podemos regresar a la ciudad.
- (Vuelve al puesto de fruta)
- Trotamundos: Aquí están, jefe. Las dejo aquí.
- Comerciante: ¿De verdad fuiste a recoger más? ¿Eh? ¿Quiénes son estos dos?
- Trotamundos: Me ha surgido algo. Estos señoritas requieren mi presencia. Lo siento, jefe, tendré que ausentarme del puesto durante un rato.
- Comerciante: *Suspira*...
- Comerciante: Justo estaba a punto de pagarte. Ve a donde quieras, chico. No pierdas tu tiempo aquí.
- Trotamundos: ¿Qué?
- Comerciante: Ya lo entiendo, solo querías ayudarme para agradecerme que te ayudara a resguardarte de la lluvia aquel día. Pero aun así, sigo sin entender cómo no quieres que te pague un sueldo...
- Comerciante: Pero escúchame, ese día llovía a cántaros, y ahí estabas tú, deambulando de aquí a allá sin nada que temer, como si no tuvieras a dónde ir y te diera igual que lloviese o no...
- Comerciante: Ponte en mi lugar por un momento. ¿No te parece raro? ¿Por qué iba a haber un tipo vagando por ahí con la que estaba cayendo si no intentaba llegar a ninguna parte? ¿Y por qué tomó un atajo a través de la naturaleza si ni siquiera tenía prisa por llegar?
- Trotamundos: ...
- Comerciante: De todas formas, no fue nada. No me debes nada, y no tienes que trabajar gratis para compensarme por ello. Tu tiempo es oro. Ve y disfruta de la vida.
- Trotamundos: Pero yo no...
- Trotamundos: No... Tiene razón.
- Trotamundos: Supongo que ha llegado la hora de decir adiós. Gracias de nuevo por haberme traído a la ciudad.
- Comerciante: No hay de qué, muchacho. Me he encontrado con todo tipo de personas durante todos estos años... Espero que encuentres tu camino.
- Trotamundos: Gracias...
- Trotamundos: Bueno, ya está. Gracias por esperarme, ya podemos irnos.
- (Vuelve al Santuario Surasthana)
- (Habla con Nahida)
- Paimon: ¡Nahida, Nahida!
- Nahida: ¿Qué ocurre?
- Nahida: ¿Eh? ¿Eres...?
- Trotamundos: Hola, pido disculpas por mi intrusión tan abrupta...
- Paimon: Encontramos a este muchacho en la calle, pero parece que no recuerda nada... Y sí, ¡han pasado un montón de cosas!
- Le cuentas a la Reina Menor Kusanali cómo encontraron al Trotamundos en el Gran Bazar...
- Nahida: Conque vagas a través de todo Teyvat como forma de entrenamiento... Aquellos de Inazuma que se describen de esa manera se hacen llamar "shugenja". ¿Por qué tú te haces llamar Trotamundos?
- Trotamundos: Bueno, me parece más adecuado para alguien como yo... Para mí, es como si fuera una planta sin raíces.
- Trotamundos: Pero estos dos dicen conocerme, y que tengo un pasado secreto que ni yo mismo conozco.
- Nahida: Yo no lo llamaría "pasado", más bien... *Suspira*, es difícil de explicar.
- Nahida: No es que me guste utilizar este tipo de términos a menudo, pero en tu caso yo diría que se trata de una "vida anterior".
- Paimon: Oh, ¿como una vida pasada o algo así?
- Nahida: Sí. Algo distante del pasado, tan remoto que no eres capaz de percibirlo.
- Trotamundos: Entonces, me pregunto... ¿Qué tipo de persona era yo en mi vida anterior?
- Paimon: Eeh...
- Nahida: Humm...
- Trotamundos: Oh... Entiendo.
- Trotamundos: Hay algo que tienen que contarme, pero no se atreven a articular palabra. Por lo visto, no contentaba mucho a los demás en mi existencia anterior.
*Ejem*, solo estábamos pensando por dónde empezar...
- Trotamundos: Si tienen que pensarlo tanto, seguramente sea porque no es agradable de escuchar.
- Trotamundos: Pero yo soy capaz de afrontarlo. Por favor, díganme la verdad.
- Nahida: ¿Tan importante es la verdad para ti?
- Trotamundos: ... Sí.
- Nahida: Entonces seré franca. En tu vida anterior hiciste muchas cosas que podrían considerarse crueles.
- Nahida: Estuviste al borde de la muerte por lo que otros te hicieron... Y otros estuvieron a punto de morir por lo que tú les hiciste a ellos. Ya que no eras un ser humano, odiabas a los mortales y a los dioses.
- Nahida: Vagaste de un lugar a otro y nunca lograste asentarte, ni siquiera cuando obtuviste un estatus y una identidad. Creías sobre todas las cosas que te faltaba un corazón.
- Trotamundos: ...
- Nahida: ... Las acciones enraizadas en la persistencia en ocasiones dan frutos amargos. A veces tenemos que dejar ir ciertas partes de nosotros mismos para poder ser felices.
- Nahida le habla al Trotamundos sobre su pasado...
- Trotamundos: Hice todo lo que pude, pero apenas cambió la historia.
- Nahida: Si solo tienes en cuenta los resultados... es cierto.
- Trotamundos: ...
- Trotamundos: No creo que yo pueda juzgar si todo lo que acabo de escuchar está bien o mal.
- Trotamundos: Todas las decisiones que toman las personas se basan en el aquí y el ahora, en la causa y en el efecto... Es un ciclo de karma y consecuencias.
- Nahida: Es la naturaleza de la verdad. Si algo es lo correcto, lo contrario debería ser lo incorrecto, pero dicotomías como esta no son suficientes para explicar la complejidad de este mundo.
- Trotamundos: Parece que en mi anterior vida no fui un individuo ejemplar.
- Paimon: Jaja... No pretendíamos herir tus sentimientos ni nada parecido... Pero sí, la verdad es que no éramos precisamente tus fans.
Éramos archienemigos.
- Trotamundos: Si éramos enemigos, ¿por qué me ayudaron a descubrir la verdad?
...
- Paimon: Aaah, ¡Paimon no puede soportarlo más! ¡Se supone que este tipo era nuestro archienemigo, pero de repente se convirtió en un tipo cualquiera que nos encontramos en la calle!
- Paimon: Tiene muchas explicaciones que darnos, pero preguntarle parece de mala educación... Paimon está muy confusa.
- Trotamundos: Reina Menor Kusanali, como Diosa de la Sabiduría, supongo que todo lo que me contaste es cierto.
- Nahida: Sí, es todo verdad. Incluso puedo mostrarte los recuerdos reales, si así lo deseas.
- Trotamundos: Sí, por favor. Quiero verlos con mis propios ojos. Quiero revivir las fechorías que yo mismo cometí.
- Nahida: ¿Aunque eso le cause una terrible angustia mental a tu yo del presente?
- Trotamundos: No soy más que una marioneta sin corazón y sin nombre. Nada puede causarme conmoción ni satisfacción... excepto, tal vez, los lazos inquebrantables del karma.
- Nahida: Bien. Como desees.
- Paimon: Un momento, ¡¿no deberíamos ir con él?! Somos en parte responsables de esto. Nosotros lo trajimos hasta aquí...
- Trotamundos: No se preocupen. Sean cuales sean los peligros a los que me someta, he de hacerles frente yo solo.
- Nahida: Viajero, ¿podrías vigilarle en mi lugar?
De acuerdo, lo haré.
- Paimon: Oh, buena idea, dada tu... *ejem*, situación especial. ¡Es mejor que no te quitemos el ojo de encima!
- Trotamundos: Entendido.
- Nahida: Gracias. Ahora, prepárense todos.
- (Accede a los recuerdos)
- (Investiga los alrededores)
- Paimon: Parece que estamos en Inazuma...
- Nahida: Ahora se encuentran en un sueño que creé utilizando la información que extraje de sus recuerdos.
- Nahida: Estos sueños te mostrarán la verdad, pero ten en cuenta que tus enemigos aquí reaccionan tal y como lo harían en la realidad. Has de ir con cuidado.
- Paimon: Tiene pinta de ser una experiencia inmersiva. Qué bien que vinimos...
- Trotamundos: No tienen por qué hacer esto por mí. No merezco su protección.
- Paimon: Pero nosotros nunca nos rendimos a la mitad. Solo nos detuvimos una vez, y fue por ti.
Y ahora hemos venido a terminar lo que empezamos.
- Trotamundos: Entiendo, gracias.
- Nahida: Trotamundos, este es el Pabellón Shakkei, es el lugar donde la Arconte Electro te dejó después de crearte. Tenías muchos recuerdos de este lugar.
- Paimon: ¿Porque este sitio es algo así como su lugar de nacimiento?
- Nahida: Podría decirse que sí. Enseguida descubrirán por qué.
- Trotamundos: ... Oigo pasos.
- Se encuentran con la persona de los recuerdos de Scaramuccia...
- Katsuragi: Este sitio es enorme... Cuesta creer que las rocas no destruyeran el lugar durante el derrumbamiento. ¿Quién crees que lo construyó? ¿Habrán sido los mineros que extraen la médula cristalizada?
- Katsuragi: No, no es posible. Fíjate en esta construcción tan exquisita, tan bien conservada... Un equipo de mineros corrientes no sería capaz de hacer algo así.
- Katsuragi: ¿Eh? Hay alguien tendido en el suelo...
- ¿?: ¿Quién... eres tú?
- Katsuragi: ¡¿E-estás consciente?! ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo te quedaste atrapado aquí? ¿Estás herido?
- Katsuragi: Humm, no tiene ni un rasguño, y viste finas ropas... ¿Quién será?
- Nahida: Este hombre es Katsuragi, subjefe del hijo adoptivo de Torachiyo, Mikoshi Nagamasa. Él encontró a Scaramuccia en el Pabellón Shakkei y lo llevó de regreso a Tatarasuna.
- Paimon: Y el resto es historia... O al menos solía serlo.
- Nahida: En la versión original de los hechos, Nagamasa asesinó a Katsuragi.
- Katsuragi: Te sacaré de aquí. Nuestros refuerzos están cerca, ¡aguanta!
- Nahida: Cuando aconteció el incidente de Tatarasuna, Dottore asesinó a Niwa cuando este se hizo pasar por un mecánico. Scaramuccia, conocido como el kabukimono, desapareció poco después.
- Nahida: Como segundo al mando, Mikoshi Nagamasa tuvo que afrontar la responsabilidad de lo sucedido.
- Nahida: Pero Katsuragi había jurado lealtad de por vida a Nagamasa después de que este le salvase la vida. Ante las insistencias de Katsuragi, Nagamasa lo mató para poner fin al incidente de Tatarasuna.
- Trotamundos: ...
- (Continúa explorando)
- Paimon: Parece que Katsuragi era un buen tipo.
- Trotamundos: A simple vista puede parecer un guerrero, pero en realidad era un alma noble.
- Trotamundos: ¿Por qué no pudo limitarse a vivir una vida larga y feliz?
- Continúan avanzando por los recuerdos del pasado de Scaramuccia...
- Katsuragi: Nagamasa, encontré a este muchacho en una cueva sellada tras un derrumbamiento. No se acuerda de su nombre.
- Mikoshi Nagamasa: Bueno, de alguna forma tendremos que llamarte. He oído que algunos compañeros te llaman "kabukimono"?
- Kabukimono: Me parece bien.
- Mikoshi Nagamasa: Katsuragi, informa a Niwa. Dile que tenemos un nuevo compañero.
- (Rememora el recuerdo)
- Paimon: ¿Eh? ¿Qué hacemos aquí otra vez?
¡Oigo voces!
- Se encuentran con la persona de los recuerdos de Scaramuccia...
- Niño: Guau... ¿Aquí es donde naciste? ¡Qué bonito! Pero no hay nadie... *Cof, cof*...
- Kabukimono: A mí también me abandonaron, como a ti. Al principio, me quedé aquí un tiempo, pero... este sitio no es para nosotros. No podemos quedarnos...
- Niño: ... Es verdad.
- Niño: Escuché que mamá y papá solían forjar espadas, pero el gerente de la forja murió, y después mi padre enfermó... *Cof, cof*...
- Niño: Él solía toser todo el tiempo, igual que yo. Pasado un tiempo, mamá empezó a toser también...
- Kabukimono: Pero tú no acabarás así, porque me lo prometiste.
- Niño: Sí, somos familia ahora. ¡Estaremos juntos por siempre jamás!
- Nahida: Este niño no tenía nombre. Y Scaramuccia tampoco sabía cómo dirigirse a él. Su padre murió antes de poder ponerle un nombre.
- Nahida: Después de que su madre muriera, se quedó él solo en la cabaña. Al final lo criaron algunos vecinos.
- Nahida: Tras marcharse de Tatarasuna, Scaramuccia se encontró con este niño sin nombre, un niño como él. Fue entonces cuando prometieron que siempre permanecerían juntos.
- Paimon: ¿Y qué pasó al final con el niño?
- Nahida: Murió a una edad muy temprana a causa de su enfermedad. Un día que acababa de regresar a casa, Scaramuccia se percató de que había dejado de respirar.
- Kabukimono: ¡Eh! ¿Q-qué sucede?... ¡Di algo!
- Kabukimono: ¡Prometimos que viviríamos juntos como una familia! Eres igual que Niwa y los demás... Tú también me has traicionado... Jaja...
- Trotamundos: ...
- Trotamundos: Ya no oigo las voces. Parece que el recuerdo termina aquí.
- Paimon: Sigamos adelante.
- (Continúa explorando)
- Kabukimono: ¿Es que no ves que estás obstaculizando mi camino?
- El Bufón: Mi intención no es ser un obstáculo para ti, solo te estaba esperando.
- El Bufón: Tú en realidad eres un arma. Podrías ser un arma con una voluntad de hierro o continuar vagando hasta el fin de tus días.
- Kabukimono: ¿Estás intentado engatusarme?
- El Bufón: La rebelión que tanto tiempo hemos estado esperando ya comenzó. ¿Por qué no tomas asiento en el banquete y te unes a la celebración?
- (Avanza hasta el siguiente recuerdo)
- Trotamundos: Qué lugar tan oscuro...
- Paimon: Uf, Paimon conoce este sitio... ¡Es la Fábrica de Engaños de Inazuma!
- Nahida: En la versión original de los acontecimientos, Viajero una vez se encontró a Scaramuccia aquí.
- Paimon: Qué ambiente tan escalofriante... Resulta tan familiar...
...
(Ya lo recuerdo... A cualquiera se le ponen los pelos de punta al pisar este lugar.)
- Paimon: ¡Ah, miren allí!
- Se encuentran con la persona de los recuerdos de Scaramuccia...
- Scaramuccia: ¿Por qué pusiste a mi disposición una fábrica arruinada y una panda de tontos? No tendrías que haberte molestado, Signora.
- Signora: Jaja, ¿qué ganas tú despreciando a tus subordinados? Quizá no te apetezca admitirlo, pero eres parte del plan.
- Signora: ¿Tal vez te parezca más entretenido combatir en el Abismo? Aunque desde luego no es tan interesante como ser parte de los experimentos de Dottore.
- Scaramuccia: Jeje, qué lengua tan afilada tienes.
- Scaramuccia: Pero nunca te sirvió a la hora de negociar. De cara a la misión que nos espera, te recomiendo que guardes tus sentimientos para ti misma.
- Signora: Hum, ahórrate saliva. Yo sé lo que hago.
- Scaramuccia: Eso es lo que tú crees, pero te recuerdo que no eres invencible. Y no deberías permitir que tus emociones interfieran.
- Signora: ¿Acaso te preocupas por mí?
- Scaramuccia: Es solo que no quiero que me estorbes. Nobile y tú siempre se empeñan en hallar formas de complicar las cosas.
- Signora: Yo me limito a sembrar un poco de caos en una nación ya de por sí caótica, pero tú... Supongo que ser un muñeco abandonado hace que quieras destruirla hasta no dejar rastro.
- Signora: ¿Te acuerdas de la última vez que estuviste aquí? Asesinaste a un buen puñado de herreros. Seguro que los descendientes de las Cinco Escuelas de Raiden continúan sufriendo las consecuencias a día de hoy.
- Signora: Mírate... No deberías alterarte tanto. Y ahora descansa esa lengua tan patética que tienes y deja de creerte que estás por encima de los demás.
- Signora: Hasta luego, pues. Te veré en el banquete de la victoria.
- Scaramuccia: ¿Lengua patética? Jajaja... A eso llamo yo jugar con fuego. ¿Quién se piensa que es?
- Scaramuccia: Qué más da. Quizás alguien me encuentre aquí en cualquier momento. Tengo que estar listo para darles una cálida bienvenida.
...
- Trotamundos: ...
- Nahida: La trama no termina aquí. Todavía queda historia por ver. Trotamundos, ¿seguro que quieres seguir?
- Trotamundos: Sí, no se preocupen por mí.
- (Derrota a los enemigos)
- Signora: ¿Por qué me miras tan fijamente? ¿Es que no sabes hablar como las personas o qué?
- Scaramuccia: No tengo obligación de ser amable contigo. Además, creía que a ti no te importaba nada más allá de los resultados y tus propios intereses. ¿No es así, bruja?
- Signora: Jeje... Marioneta perdida, si has llegado a ser el sexto es porque eres capaz de soportar el dolor y los abusos mejor que cualquier humano. Pero ¿en serio te crees que eso es una ventaja?
- Scaramuccia: Estar contigo es tan divertido como jugar en un círculo en llamas. Pero antes de matarnos el uno al otro, es preferible que nos hagamos cargo de nuestras responsabilidades.
- (Avanza hasta el siguiente recuerdo)
- (Investiga los alrededores)
- (Rememora el recuerdo)
- Paimon: ¡Esto tiene pinta de ser Sumeru!
- Paimon: ¿Eh? ¿Ese es...?
- Se encuentran con la persona de los recuerdos de Scaramuccia...
- Erudito de la Academia: Ya que el sabio Nafís de la Escuela de Biología se negó a ser parte del proyecto, yo participaré en su lugar.
- Dottore: Bienvenido, espero que nuestra colaboración sea beneficiosa.
- Scaramuccia: ... Hum.
- Scaramuccia: ¿Cuándo empezamos?
- Dottore: ¿A qué viene esa impaciencia? Deberías saber que convertirse en un dios no es una tarea sencilla.
- Azar: La transformación biológica requiere un largo tiempo. Por eso, sugiero que comencemos lo antes posible. En cuanto se establezca una conexión, su cuerpo se vinculará a la máquina para siempre, y así no podrá moverse por sí mismo sin ella.
- Scaramuccia: Esto no es nada en comparación con todo lo que he vivido antes, ¿verdad, Dottore?
- Dottore: Eres el sujeto más perseverante que he conocido. Gracias a ti, logré obtener gran cantidad de información.
- Dottore: Aunque cuando recibiste la orden de permanecer en el Abismo, apenas pudimos vernos y cada vez era más complicado pulir el conocimiento que había obtenido.
- Scaramuccia: Sí, ya, muy bonito, pero ¿alguna vez te has preguntado qué pensarían los demás si se enterasen de que todo te importa un comino más allá de tus experimentos?
- Dottore: Deberías dirigirte a mí con más respeto, Scaramuccia. Que seas útil no significa que seas indestructible.
- Paimon: Dottore, otra vez... Verle la cara duele a la vista. Hum.
- Trotamundos: Ese tipo emana una energía muy siniestra.
Ese es Dottore. Él es quien está detrás de todo esto.
- Paimon: Es normal que te den escalofríos con solo verle. A Paimon le da cada susto...
- Trotamundos: ...
- Nahida: Sigamos.
- (Continúa explorando)
- (Habla con la gente)
- Trotamundos: Tú eres una diosa... ¿Piensas que soy malvado?
- Nahida: Si aceptas el hecho de que el tú de entonces eres tú, así como el tú de ahora eres tú, entonces sí, eres malvado.
- Trotamundos: Dime, ¿existe alguna diferencia entre un humano y una marioneta para ti?
- Nahida: ¿Crees que hay diferencia entre tu yo de ahora, tu yo del pasado y tu futuro yo? Si no la hay, ¿qué diferencia puede haber entre un humano y una marioneta?
- Nahida: Solo aquellos que vivieron las alegrías y las penurias del mundo humano son verdaderamente humanos. Aquellos que amaron y sufrieron una pérdida, que lloraron de pena, que estallaron en rabia cuando la tragedia de la muerte eclipsó el milagro de la vida, también son humanos.
- Trotamundos: ...
- Trotamundos: Ya vi suficiente de mi pasado. Si es posible, me gustaría recuperar los pecados por los que debo pagar.
- Trotamundos: Sean cuales sean las consecuencias, no pienso huir de la culpa o el castigo. Si es lo que merezco, que suceda.
¿Quieres decir que...?
- Trotamundos: ¿Podría recuperar mis recuerdos?
- Paimon: ¿Eh? ¿Pero eso no supondría perder tu identidad de ahora?
- Trotamundos: Siempre creí que la vida de los seres humanos se basaba en una serie de normas, y que cada persona era una colección de experiencias pasadas.
- Trotamundos: Ya que soy una marioneta que vive en el mundo humano, mi vida debería respetar las mismas normas.
- Nahida: Recuperar tus recuerdos significa que regresarías a tu vida anterior. Todas las emociones que abandonaste en su momento volverán a formar parte de tu ser.
- Nahida: ¿Estás seguro de que es lo que quieres?
- Trotamundos: Toda mi vida he sentido un vacío en el pecho. Mi creadora no volvió a necesitarme desde que me desperté, así que me limité a vagar de un sitio a otro.
- Trotamundos: Pero cuando los conocí, logré darme cuenta de que si recuperaba mis pecados olvidados, podría llegar a ser yo mismo.
(¿Será esto a lo que se refería la Reina Mayor Rukkhadevata? Nadie puede eliminarse completamente a sí mismo, y aunque el Scaramuccia de antes se haya ido, esta nueva persona continuará viviendo en su lugar...)
(¿Los pecados de los que intentamos escapar son una parte inexorable de nuestro destino?)
- Trotamundos: Siempre tendí a desear algo más, de una manera mucho más profunda que la mayoría de las personas... Pero ni siquiera durante mi travesía como shugenja logré comprenderlo. Ahora que lo pienso, parece que yo mismo atraje esta maldición.
- Trotamundos: Así que, se lo ruego... Denme esta oportunidad de aspirar a un propósito. Así podré cambiar mi destino y poner fin a mi travesía errante.
- Nahida: Muy bien.
- Nahida: Ya que lo tienes tan claro, te devolveré lo que te pertenece.
- El torrente de recuerdos irrumpe en la mente del Trotamundos, y cada escena de su identidad como Scaramuccia retorna a su mente. Mientras tú y Paimon ven con expresión consternada cómo el tremendo impacto lo postra con un dolor insoportable, el falso Dios Mecánico que puso en grave peligro a toda Sumeru resurge de sus recuerdos más profundos y se manifiesta de nuevo para atacarlos. Pero el Trotamundos, abrumado por los recuerdos, no es capaz de reaccionar. Presa de la desesperación, te armas de coraje y das un paso adelante para enfrentarte al Dios Mecánico. Pero no puedes mantener el ritmo de sus ataques incesantes y, en el momento crítico, no te da tiempo a esquivar el golpe que está a punto de alcanzarte. De repente, estalla una humareda y, cuando se dispersa, descubres que estás ileso.
Tras recuperar sus recuerdos, la identidad del Trotamundos y su anterior de Scaramuccia ahora son la misma persona y, en su haber, algo inesperado que le permitió bloquear el golpe:... una Visión. - Nahida: Has tomado una decisión
- Nahida: así que toma esto.
- Trotamundos: ¡Ah!
- Yae Miko: ¿Liberarlo?
- Katsuragi: ¿Una marioneta?
- Trotamundos: ¿Qué hace aquí?
- Niwa: ¡Ah! Es...
- Niwa: Por lo que a mí respecta, eres un humano.
- Dottore: Espléndido, ya están todos aquí.
- Miyazaki: ¡Qué gran espada!
- Miyazaki: Nagamasa estará encantado.
- Trotamundos: Es... mi...
- Paimon: ¿Se encuentra bien?
- Paimon: ¡No puede ser!
- Paimon: ¡Oye! ¿Ya terminaste?
- Trotamundos: Toda inmundicia...
- Trotamundos: ¡ha de ser erradicada!
- Trotamundos: Así que...
- Trotamundos: ... ¡esto no acaba aquí!
- Paimon: ¡¿Scaramuccia?!
- Trotamundos: Muere...
- El torrente de recuerdos irrumpe en la mente del Trotamundos, y cada escena de su identidad como Scaramuccia retorna a su mente. Mientras tú y Paimon ven con expresión consternada cómo el tremendo impacto lo postra con un dolor insoportable, el falso Dios Mecánico que puso en grave peligro a toda Sumeru resurge de sus recuerdos más profundos y se manifiesta de nuevo para atacarlos. Pero el Trotamundos, abrumado por los recuerdos, no es capaz de reaccionar. Presa de la desesperación, te armas de coraje y das un paso adelante para enfrentarte al Dios Mecánico. Pero no puedes mantener el ritmo de sus ataques incesantes y, en el momento crítico, no te da tiempo a esquivar el golpe que está a punto de alcanzarte. De repente, estalla una humareda y, cuando se dispersa, descubres que estás ileso.
- (Derrota al enemigo)
- Trotamundos: Se me está acabando la paciencia.
- Paimon: ¿Ya recuperaste todos tus recuerdos?
- Trotamundos: ¡¿Otra pregunta estúpida más?!
- (Habla con Scaramuccia)
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: ¡¡...!!
- Trotamundos: ¡Idiota, fuera de mi vista!
- Paimon: Se esfumó... ¿Eso es que ganamos?
- Trotamundos: ¿Qué esperabas? Nunca perdería contra eso.
- Paimon: Jaja, y ahí está ese tono arrogante de nuevo. Parece que vuelves a ser el de siempre.
- Paimon: Espera, lo que había dentro de esa cosa también eras tú. ¿A qué viene ese aire de superioridad?
- Trotamundos: Lo siento, soy tan duro conmigo mismo como lo soy con los demás. Así soy yo.
Has recuperado tus recuerdos...
El pasado acabará alcanzándote.
- Trotamundos: Jaja, tu tono me dice que estás preocupado por mí.
- Trotamundos: No tienes de que preocuparte. Gracias a ti, incluso si no logré cambiar nada, al menos conozco la verdad.
- Nahida: Parece que recuperó la memoria sin problema. Este sueño cumplió su cometido.
- Trotamundos: Vamos, sigamos hablando de esto fuera.
- (Abandona el recuerdo)
Historial de cambios[]
- Versión 3.3
- El acto final del kabukimono se añadió al juego.