Eco del Sacrificio es un conjunto de artefactos de Genshin Impact.
Efecto[]
- 2 piezas
- ATQ +18%.
- 4 piezas
- Al golpear a un enemigo con un Ataque Normal, hay una probabilidad del 36% de activar el efecto de "ritual del valle", el cual aumenta el Daño de Ataque Normal en una cantidad equivalente al 70% del ATQ. Este efecto se anula 0.05 segundos después de infligir daño con un Ataque Normal. Si dicho ataque no activa ritual del valle, la probabilidad de activarlo con el siguiente golpe de Ataque Normal aumenta en un 20%. Esta activación solo puede ocurrir una vez cada 0.2 segundos.
Personajes recomendados[]
Los siguientes personajes pueden aprovechar el efecto del conjunto de 4 piezas.
Historia[]
Flor Aromaespíritu[]

Cuando las flores aromaespíritu se abren por primera vez en todo el año, la Aldea Chiaoying comienza a preparar la ceremonia del té.
Cuando las flores se marchitan, los templos ya están repletos de fragantes tés.
El periodo de floración de estas flores es muy corto, tanto como la visita de cierta Adeptus que siempre va con prisa.
Esta nos ha dejado su ambiguo nombre, “Herbóloga”, así como una gran cantidad de leyendas poco detalladas.
Según una historia, el cuerpo inerte de Herbóloga se convirtió en la exuberante rama de un antiguo árbol de té.
Según otra historia, una bestia maligna domesticada llevó ese cuerpo hacia las moradas de los Adeptus en las montañas.
Pero aún hay otra historia:
Érase una vez, una joven que llegó a la orilla de un río. Allí, recogió del suelo un sombrero velado y se lo puso con descuido.
De no ser por el velo del sombrero que le ocultaba la cara, la joven siempre sentía vergüenza y no se atrevía a hablar.
De repente, el ser que la había puesto en esta situación asomó la cabeza a través del agua.
El fulgente brillo de aquella carpa multicolor parecía estar jactándose de su victoria sobre la joven.
“*Cof, cof, cof*, ¿te crees genial solo porque sabes nadar? ¡Ojalá te ahogues en el agua!”.
Aunque realmente estaba furiosa, solo lo dijo en broma.
Sin embargo, al final, aquel brillo resplandeciente acabó desapareciendo en el profundo estanque y nunca más reapareció.
Hoja de Jade[]

Hace mucho tiempo, frente al río no había un atracadero, sino solamente una brumosa montaña.
Antes de que la dueña de la montaña pudiera decidir qué plantar en ella, otra persona se le adelantó.
“Cuando este árbol haya crecido un poco más, le arrancaré las hojas para hacerles té.
Entonces, invitaré a Preservadora de Nubes y a Moldeador de Montañas”.
“¿Plantas este árbol en mi terreno y, aun así, tienes la vergüenza de decir eso?”.
Aunque la joven reina de la montaña contestó furiosa, en su cabeza ya podía oler la fragancia del té.
Más tarde, alguien ató este colgante de jade en la fina rama de aquel pequeño árbol.
Entonces, la dueña de la montaña regresó, esta vez con un aspecto distinto.
Ni siquiera tenía unos dedos con los que desatar la cuerda del colgante. Pero eso ocurrió hace mucho tiempo...
Muchos años después, los habitantes de las montañas trasplantaron esquejes de aquel árbol en la orilla contraria del río.
Por su parte, el aroma del té viajó desde el Valle Chenyu hasta Liyue, y luego hasta muchos otros lugares.
Hay muchas leyendas sobre los árboles de té del Valle Chenyu. Una de ellas dice lo siguiente:
“Independientemente de las condiciones hidrológicas, edafológicas y solares en las que se plante, el árbol del té solo puede crecer en el Valle Chenyu.
Esto se debe a que dicho árbol recuerda la promesa que unas amigas hicieron en el pasado al lado de uno de sus brotes”.
Símbolo Ceremonial[]

Cuenta la leyenda que la piedra en bruto de este colgante de jade procede de una montaña sagrada largamente sellada.
Igual que una caracola estelar que, tras marcharse de la costa, sigue recordando el sonido de las olas, este colgante también
rememora el suave fluir del agua.
Hay un rumor que se suele escuchar en las posadas:
“Según las leyendas, el tesoro más valioso de los riachuelos montañosos es un pedazo de jade en bruto que puede hacer que llueva.
Cuando el mundo se sumió en el caos, los monstruos comenzaron a codiciar el poder de ese jade.
Entonces, la dueña de la montaña lo partió en varios pedazos de distintas formas para que resultara más engañoso a la vista.
Algunos pedazos los sumergió en ríos, otros los escondió en las montañas, y otros los dio como ofrendas en altares.
Según las leyendas del Valle Chenyu, estos jades han sido bendecidos por el contrato de un dios.
Sin embargo, aun después de tantos años, nadie ha sido capaz de encontrarlos...”.
La sacerdotisa siempre llevaba este colgante de jade con mucho cuidado.
Antes de marcharse, se lo mostró en secreto a una amiga suya poco refinada.
Le habló con total seriedad sobre la procedencia de los patrones decorativos del colgante, así como del antiguo contrato que los ancestros establecieron con un dios.
Sin embargo, su amiga estaba concentrada en machacar unas hierbas medicinales en un mortero y la ignoró por completo.
“Este ritual es el mismo todos los años. No sé cuántas veces te lo he dicho ya”.
“¿No dijiste que me invitarías a beber té? Pues ya hablaremos entonces”.
Pero lo que salió del agua no era lo que ella esperaba y, finalmente, desapareció en esas aguas...
En el presente, los artesanos del Puerto Yilong aún fabrican accesorios sencillos como este, y los comerciantes ambulantes
se acercan al oído estos exquisitos colgantes de jade, tal y como
se dice en las leyendas, para comprobar si, efectivamente, se escucha el suave golpeteo de la lluvia al caer sobre las rocas.
Taza de la Fuente[]

Originalmente, este fue un obsequio de unas amigas, y en él había un pequeño mundo interior.
Los manantiales de su interior nunca se secan, por lo que es perfecto como residencia temporal.
Ya que puede contener el reflejo de un sol y una luna, también puede contener un banco de peces.
Comparado con el ominoso destino de los Yakshas, ella se solía jactar de que tenía muy buena suerte.
Sin embargo, el precio por ser la heredera de este rito era no poder pisar la tierra en mucho tiempo.
En aquella época, el agua dulce que corría por la superficie de Liyue no era tanta como la que hay ahora.
Para ella, la ciudad portuaria bajo la montaña y los poemas que se escribían en las llanuras eran tan lejanos como un sueño.
Pero esa joven a la que no le gustaba ser molestada dijo que iba a marcharse con la taza de té.
Las cosas que decía sobre Liyue eran tan erróneas como los festivales carentes de etiqueta que se celebran en las aldeas.
Seguramente este viaje seguiría estando lleno de discusiones y molestias.
Ella sabía que a ambas les encantaba discutir, pero ninguna se atrevía a acercarse a una multitud.
Nunca más hubo unas Adeptus tan diminutas como ellas, que admiraban y temían al mismo tiempo el bullicio.
“Pero entre nosotras tenemos muchas promesas. Eso es algo bueno”,
pensó ella antes de marcharse.
“Seguro que el viaje será muy entretenido. Te podré presentar a un viejo amigo de ella”.
Al final, los braseros y los calderos de té dejaron de usarse, y la gente aprendió a hacer tazas de té.
Así, todo el mundo pasó a tener a disposición una luna llena en sus mesas y en sus manos.
Aretes Torrenciales[]

En el Valle Chenyu hay muchas montañas, agua e historias. De estas últimas, la más conocida es la siguiente:
En la antigüedad, existía un jade en bruto que alguien sumergió en las aguas de un gran río para que no cayera en manos de algún monstruo maligno.
Del río de la leyenda nacían muchos afluentes. De hecho, también hay una historia sobre uno de ellos.
Según dicha historia, el “jade bello” fue, en el pasado, el jade en bruto de aquella montaña sagrada, así como una obra de arte esculpida por el mismísimo Rex Lapis.
Por su parte, la piedra que alguien metió en el agua podría haber sido un colgante, un ornamento, unos aretes o incluso una taza.
También hay otra versión según la cual el “jade” de la historia solo es una metáfora de una “persona hermosa”.
Entre todas esas leyendas, también hay una sobre una persona que vio un paisaje como este...
Vio una infinidad de carpas que se asemejaban a gemas que brillan bajo el sol.
Las carpas se habían liberado de las cadenas que ataban a los seres acuáticos a los ríos y a los lagos,
y volaban en libertad por los valles montañosos.
Así pues, al llegar a las orejas de cierta persona, el jade cambió de forma.
Historial de cambios[]
- Versión 2.6
- Eco del Sacrificio se añadió al juego.