Uno de los dos monarcas más evolucionados de los Engendros Fontamarinos. Los poetas y los escritores suelen calificarlo de arrogante y noble, aunque tales descripciones probablemente se deban a su aspecto esbelto y grácil. No obstante, esa es la razón por la que se le llama “corcel”, y por la que el rey de los Cangrejos Acorazados es llamado “emperador”. Según las leyendas de Fontaine, entre los Engendros Fontamarinos tuvo lugar una cruenta guerra de la que solo salieron vivos el Corcel de Mar Perlamilenario y el Emperador Piroacorazado, los cuales se convirtieron en rivales que se disputaban el norte y el sur del Gran Lago. En el «Cantar de Dobhar-chú», el autor describe cómo fue el fin de la guerra: antes de morir, la Raya Depredadora conocida como la Reina de las Tempestades provocó un tsunami que más tarde pasó a llamarse la “primera subida del nivel del agua”. No obstante, todo esto no es más que producto de la imaginación de las personas, las cuales se niegan a tener una vida en la que no haya ni un ápice de fantasía. Los Engendros Fontamarinos solo son criaturas acuáticas que no pertenecen ni en ningún momento destruyeron una corte real, y que tampoco cuentan historias de hazañas o maldades.
Un solitario monarca de los caballitos de mar que ha evolucionado hasta adquirir esta forma de bestia fantástica y que ha superado a prácticamente todos los Engendros Fontamarinos. En su parte inferior tiene una perla extramarina formada por una cristalización del elemento Electro que le permite ejecutar feroces ataques elementales y le otorga una potente defensa. Además de romper la perla extramarina con Reacciones Elementales, también puedes destruir la perla de coral resonante que invoca guiando sus truenos fontamarinos para infligir daño a dicha perla.