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Citlalí es un personaje jugable en Genshin Impact.

Conocida como "abu Itzli" entre sus compañeros Augures Vientonocturno, es una chamán muy conocida y poderosa de la tribu que tiende a vivir en reclusión para no encariñarse demasiado con quienes la rodean y tienen vidas mortales cortas. Se enfada con facilidad y es muy indulgente consigo misma.

Introducción[]

"Siempre he pensado que Citlalí tenía madera de líder y que, tarde o temprano, se convertiría en la jefa de los Augures Vientonocturno. Sin embargo, han pasado doscientos años y sigue sin mostrar interés alguno en salir de casa. Si alguien pudiera convencerla más que esas novelas ligeras, tal vez lograría que esta chamana tan talentosa prestara más atención al mundo real... pero, de nuevo, ¿quién podría hacer eso?".

~ Mavuika

Cada vez que un niño empieza a llorar desconsoladamente, los padres de los Augures Vientonocturno recurren al nombre de la abu Itztli para obtener resultados inmediatos. A lo largo de los últimos doscientos años, han circulado rumores aterradores acerca de las terribles derrotas que ha infligido a todos sus adversarios, rumores que, con el paso del tiempo, le han conferido el prestigio suficiente para callar los llantos de los niños.

Como dueña de este título, Citlalí nunca tiene que dar explicaciones; su presencia es tan intimidante que habla por sí misma.

Sin embargo, si te atreves a poner un pie en su remota morada, encontrarás botellas de vino y aperitivos por doquier, así como estanterías llenas de novelas ligeras. Nada de eso te haría pensar que la dueña de la casa es una anciana aterradora; más bien, parecería que te has adentrado por error en el refugio de una ermitaña.

En cambio, Citlalí lo negaría rotundamente:

"No soy una ermitaña. ¡Tan solo es que me importan bien poco las apariencias y las normas sociales sin sentido!".

Perfil[]

Dicen que Citlalí, conocida como la “abu Itztli”, ha visto crecer a varias generaciones de los Augures Vientonocturno. ¿Que cuál es su edad? *Ejem*, no es de buena educación preguntarle la edad a una dama.
Conoce la mayoría de los complicados rituales de la tribu y es una experta en el uso de la magia, lo que la hace una de las mejores chamanas de toda Natlan.
Al haber vivido durante tanto tiempo aislada de las demás personas de su tribu, no se le da bien llevar la iniciativa de la conversación, pero si alguien más joven habla con ella sobre novelas, no habrá forma de que se calle.
Adelante, habla con esta pobre abuelita, que seguro que se pondrá muy contenta.

~ Mensaje de presentación como introducción del personaje

(Próximamente...)

Apariencia[]

Citlalí usa el modelo femenino estándar. Lleva el pelo largo, de un tono pastel lila claro que se degrada a rosa pastel oscuro y termina en púrpura intenso. Sus ojos son azul oscuro, pero se difuminan hacia un azul más claro.

Viste un maillot negro sin mangas con una abertura en forma de rombo en el pecho, dejando la espalda al descubierto. Una tela en tonos morado y rosa pastel hace de minifalda, sujeta a la altura de la cadera con un lazo en los mismos colores, del que cuelga su Visión Cryo. También lleva un adorno en el cuello en negro, cian y rosa, y dos círculos negros con decoraciones en forma de pluma morada a los lados de la cabeza. Sus guantes negros sin dedos son de diferentes longitudes: el de la mano izquierda cubre desde la parte superior del brazo hasta la mano, mientras que el de la derecha solo cubre la mano. Además, lleva numerosas pulseras doradas y sandalias negras estilo gladiador. Su rostro, brazos y piernas están decorados con dibujos en tonos pastel púrpura, que podrían ser tatuajes o simplemente pintura corporal; no queda del todo claro. Por último, lleva las uñas de manos y pies pintadas con esmalte púrpura.

Personalidad[]

La gran chamana y la abu Itztli de los Augures Vientonocturno, respetada por toda la gente de su tribu.

Ella es la Suma Sacerdotisa de la tribu Mictlán en Natlan y es famosa por sus predicciones precisas, lo que le ha valido el apodo cariñoso de "abu Itztli" entre los habitantes de Natlan.

Su decisión de vivir en aislamiento sugiere una preferencia por la soledad y la introspección, lo que le permite concentrarse en sus adivinaciones y mantener una fuerte conexión con las fuerzas celestiales que interpreta.

Citlalí tiene una conexión profunda con Ororon y siente una gran responsabilidad por su bienestar. Esto sugiere un incidente en el pasado que ha moldeado su personalidad y sus motivaciones. Esta conexión con Ororon, combinada con su rol como guardiana, indica un profundo sentido de compasión y responsabilidad que impulsa sus acciones.

Citlalí tiene un temperamento corto y generalmente reprende a quienes cometen errores, a menudo expresándolo con palabras duras y un rostro estoico. Sin embargo, en el fondo, Citlalí se preocupa por aquellos que considera amigos, especialmente por el Viajero. No obstante, está afectada por algo que parece impedirle envejecer, y se da a entender que Citlalí trata de evitar formar lazos cercanos con los demás por miedo a saber que morirán mientras ella permanecería atrás. Esto se muestra especialmente con una joven de su tribu que la desafió durante muchos años, y cuando falleció de vieja, Citlalí honró su memoria colocando flores en su tumba. Cuando el Viajero le preguntó a quién estaba rindiendo homenaje, ella afirmó que era una persona "molesta".

Tiende a quedarse en casa, solo saliendo cuando algo requiere su máxima atención. A menudo, mientras no está afuera, Citlalí tiende a devorar novelas ligeras de Inazuma y comer bocadillos. También es una gran amante de la bebida.

Historia[]

Detalles del personaje

Los sabios y poderosos chamanes pertenecen a un gremio místico que tuvo su origen en la tribu de los Augures Vientonocturno. Como tales, dominan múltiples técnicas misteriosas. Los habitantes de Natlan no dudan en acudir a estos, ya sea porque necesitan cierto medicamento o porque requieren entender alguna críptica profecía. Los chamanes pueden hacer de curanderos o adivinos, y son necesarios tanto en los asuntos más triviales y cotidianos como en los más significativos para la tribu. Ciertamente, se trata de una profesión que infunde un gran respeto.

Entre todos los chamanes, existen aquellos que pertenecen a una categoría superior, conocidos como “grandes chamanes”. Tal título solo lo pueden ostentar los chamanes que dominen a la perfección las técnicas chamánicas. En toda la historia de Natlan, las personas que han conseguido esto pueden contarse con los dedos de las manos. Sus hazañas brillan como las estrellas más resplandecientes del firmamento nocturno, dotando de un tono legendario a la mística profesión del chamán.

Citlalí pertenece a este grupo de grandes chamanes, y es también la única de ellos que sigue actualmente viva en Natlan.

Sin embargo, al contrario de lo que podría imaginarse la gente, lo cierto es que nunca la encontrarás encargándose de los asuntos cotidianos de la tribu, pero tampoco de aquellos de mayor importancia. Ni siquiera suele presentarse en las grandes ceremonias y rituales de la tribu. Si un forastero deseara pedirle ayuda, los obstáculos a los que tendría que enfrentarse en el camino acabarían convirtiéndose en un mayor desafío que atravesar los escarpados desfiladeros de Natlan.

“¿Buscas a la abu Itztli? ¡Será mejor que no la molestes! Pero, si insistes en ir, debes prepararte bien mentalmente... ¡Y ni se te ocurra mencionarme a mí!”. Así responderían la mayoría de los miembros de los Augures Vientonocturno, como si Citlalí fuera alguna poderosa y peligrosa criatura.

“Esa gran chamana... Jaja, no te queda más remedio que acudir a pedirle ayuda, ya que yo, el todopoderoso Señor de los Dragones, me niego a dedicarle mi tiempo a gentuza como tú. Pero, como has mostrado sumisión al preguntarme, permitiré que menciones mi nombre al llamar a su puerta. Así, se mostrará dispuesta a ayudarte”. De esta forma respondería ese estrafalario ser que se hace llamar “Señor de los Dragones”, como si Citlalí no fuera más que una personilla insignificante y de trato fácil.

“¿Requieres la ayuda de la abu Iztli? Estás buscando a la persona indicada, ¡ella sabe muchas cosas! ¿Sabes dónde vive? Olvídalo, yo misma te llevaré. Por cierto, acuérdate de llamar varias veces a la puerta, pues no le agradan demasiado los extraños, por lo que debemos mostrar más iniciativa”. Así respondería una guía de primera clase del Pueblo de los Manantiales, como si Citlalí tan solo fuera una niña tímida.

“¿Quieres que te ayude Citlalí? Sabia elección. Ella ha prestado ayuda durante gran parte de los sucesos más importantes de Natlan, así que seguro que podrás hallar la respuesta a tus dudas con ella”. Tal sería la contestación de la gran líder y maestra del Fuego Sagrado, como si Citlalí fuera la personificación del deber y una anciana de trato fácil.

Al final, tras escuchar tantas opiniones, cualquiera que pretendiera pedirle ayuda acabaría aún más confuso que al principio, y no le quedaría más remedio que desistir en su empeño.

Historia del personaje 1

La morada de Citlalí está ubicada a una distancia considerable del asentamiento de su tribu. Situada en un rincón recóndito de las montañas, es el lugar perfecto para vivir en soledad y alejarse de todo lo mundano. Sin embargo, en lo que a su apariencia externa se refiere, al contrario de lo que cabría esperar del hogar de una ermitaña, no logra camuflarse con el entorno natural, sino que resulta bastante llamativa a la vista.

Esto se debe a las llamativas pintadas de colores vivos y carácter provocativo que decoran la pared exterior, que parecen haber sido realizadas con el único objetivo de hacer enfurecer a alguien. Tal circunstancia requiere una explicación más precisa, y merece la mención de una antigua tradición transmitida de generación en generación entre los chamanes de los Augures Vientonocturno, quienes solían buscar al más poderoso de entre sus compañeros para luego inventarse alguna con la que alimentar el resentimiento de sus alumnos contra dicho rival, fomentando así el crecimiento de sus discípulos gracias a la presión ejercida por tal chamán. Tal vez esto se deba precisamente al carácter afectuoso de la relación entre maestro y alumno que suelen compartir los chamanes. Con tal de contrarrestar la propia relación casi paternal de su subconsciente, deben contar con alguien que haga de tío estricto y que pueda llevar a cabo las duras pruebas que requieren los aprendices. Hace muchos años, otra gran chamana de la época, Huitzilin, eligió a Citlalí como objetivo del resentimiento de sus alumnos, pidiéndoles que dejaran pintadas provocativas en la fachada de su hogar para proclamar así que querían desafiarla.

Citlalí hacía muy bien su papel de instar a las generaciones futuras a seguir mejorando, pues ninguno de los alumnos que tenían los humos subidos por el hecho de tener a una gran chamana como maestra podía soportar la presión de un enfrentamiento contra ella. Por eso, no les quedaba más remedio que recuperar la humildad y venerar la profesión de los chamanes.

Tras la muerte de Huitzilin, sus discípulos continuaron enfrentando a los nuevos alumnos contra Citlalí, asegurando que aquel era el deseo final de la gran chamana.

Aunque esta práctica contradecía ligeramente la tradición, esto no tomó por sorpresa a ningún miembro de los Augures Vientonocturno. Históricamente, Huitzilin había sido una gran chamana de fama similar a la de Citlalí, y se decía que comprendía el poder de esta última como nadie, siendo, a su vez, quien más la admiraba. Para Huitzilin, solo aquellos que fueran lo suficientemente osados como para desafiar a Citlalí serían dignos de heredar su legado. La realidad se ajustaba exactamente a las esperanzas de la gran chamana, pues aquellos que se atrevían a retar a Citlalí solían hacerse con logros excepcionales, tanto manteniendo posiciones clave en la tribu como obteniendo un profundo dominio de las artes místicas. Al cabo de un tiempo, desafiar a Citlalí por medio de dichas pintadas se convirtió en una nueva tradición.

Esta tradición, sin embargo, se ha vuelto una fuente de desasosiego para los chamanes herederos de la escuela de Huitzilin. Desde sus días como aprendices, habían tenido que enfrentarse a una terrible derrota a manos de Citlalí, hasta que, al final, no tuvieron más remedio que modificar los criterios del desafío impuesto por Huitzilin, haciendo que simplemente el hecho de aguantar el tiempo suficiente en un enfrentamiento contra Citlalí resultara satisfactorio. Así empezaron a diseminarse todo tipo de historias sobre la abu Itztli, alimentadas por las miserables experiencias de los aspirantes que no habían logrado su objetivo.

En cuanto un aspirante fracasa en su empeño, Citlalí usa una técnica secreta para eliminar del todo sus pintadas. Por este motivo, durante un largo tiempo, las pintadas de la fachada no han parado de sucederse una tras otra, y la actitud de Citlalí pasó de la irritación inicial a la indiferencia. Aunque, dados su poder y posición, podría haberle puesto fin a tal comportamiento sin mayor problema, la verdad es que sigue permitiendo su existencia de forma tácita. En cuanto a sus motivos, hay quienes piensan que lo hace para aprovechar el fracaso de los aspirantes y alimentar su propia reputación, mientras que otros consideran que la gran chamana que todo lo ignora al menos sigue manteniendo un ínfimo sentido de la responsabilidad de instruir a las generaciones futuras.

Solo Citlalí conoce la razón, pero el hecho es que esa pared llena de pintadas le recuerda a la época en la que competía con su antigua rival. Mientras las pintadas sigan sucediéndose, podrá fingir que no ha pasado el tiempo.

Historia del personaje 2

Si preguntaras cuál es la mayor afición de Citlalí, cualquiera podría responderte que se trata de las novelas ligeras, tanto los que la conocen mejor como los que la temen, e incluso aquellos que acaban de saber de ella gracias a los rumores. Esto se debe a que la primera vez que la gente suele encontrarse con Citlalí, siempre aparece sosteniendo uno de estos libros.

Pero, si preguntaras cuál es su novela ligera favorita, ni siquiera aquellos que mejor la conocen serían capaces de darte la misma respuesta.

Hay quienes creen que se trata de «Crónicas del espejismo», la novela ligera de la que más suele hablar, y probablemente la primera historia de este tipo que llegó a leer. Algunos rumores afirman que esta obra antigua no pudo ser terminada ni siquiera tras cambiar tres veces de autor, y que incluso sus primeros lectores murieron hace ya tiempo, por lo que solo alguien como Citlalí, que ha vivido durante más de doscientos años, ha sido capaz de seguir la trama. Una novela de tales características dotó de un nuevo sentido a la larga existencia de Citlalí, por lo que es muy probable que sea su favorita.

También los hay que piensan que se trata de «Una leyenda de espadas», una obra muy popular en toda Natlan. Pero cuando la gente de alrededor menciona esta novela, Citlalí suele parecer disgustada... No porque tenga alguna queja con respecto al contenido de la obra, sino por el resentimiento remanente de aquella vez que decidieron no llevar a cabo una firma de libros en Natlan.

Otra gente entra en intensos debates sobre si se trata de «La todopoderosa Shogun: renacida como Raiden con un poder ilimitado» o «Se lo ruego, Suma Sacerdotisa». Algunos piensan que a Citlalí le gusta más la primera, puesto que se enfadó mucho al descubrir que su edición de «La todopoderosa Shogun» no era la primera, hasta tal punto que casi mató del susto al librero. Los demás creen que a Citlalí le gusta más la segunda, pues vieron con sus propios ojos cómo hizo uso de sus trucos más despiadados para darles una lección a un grupo de aspirantes después de que estos irrumpieran de pronto y consiguieran que perdiera la oportunidad de obtener la edición exclusiva de «Se lo ruego, Suma Sacerdotisa».

Citlalí nunca ha respondido directamente a esta pregunta, por lo que nadie sabe la verdadera respuesta. Sin embargo, una vez, hubo un entrometido muy osado que fue contando por ahí que había un compartimento secreto en la estantería en la que Citlalí colocaba sus novelas ligeras, protegido por múltiples sellos mágicos. Obviamente, todos pensaron que dentro debía encontrarse su novela ligera preferida.

Citlalí dedujo rápidamente que ese entrometido debía haber sido un ladrón de tres al cuarto que había entrado en su casa una vez. Después de dar con él y administrarle una buena paliza, se lo entregó a los centinelas de la tribu. A partir de entonces, reforzó la magia de defensa de su morada.

Sin embargo, nunca contradijo la afirmación de aquel ladronzuelo, puesto que en su estantería realmente había un compartimento secreto.

Pero lo que se ocultaba en su interior no era una gran obra reciente, ni tampoco una edición de coleccionista de gran valor, sino una novela ligera que ni siquiera era demasiado popular en Inazuma: «Nuevas crónicas de los seis kitsune».

¿Es esa la novela favorita de Citlalí? Es difícil afirmarlo. La razón por la que la ocultó allí tal vez reside en la primera línea que leyó de la novela en cuanto la abrió.

“Las historias en las que se relatan recuerdos del pasado siempre están relacionadas con la pérdida de algo”.

Historia del personaje 3

Cada vez que los amigos de Citlalí quieren celebrar su cumpleaños, se encuentran con el mismo dilema: ¿cuál es su verdadera edad?

Al fin y al cabo, no es algo que pueda adivinarse basándose exclusivamente en su apariencia física.

Según las palabras de Citlalí, la respuesta es doscientos años. Pero, según algunos de los ancianos de los Augures Vientonocturno, Citlalí es mayor de lo que dice, puesto que conoce muy bien información sobre varios hechos que sucedieron hace incluso más tiempo.

“¿Acaso puede deberse a que ella también fue adoptada por saurios cuando era pequeña?”, tal era la deducción de Chasca, pues ella misma había sido criada por Qucusaurios durante un tiempo después de nacer y también desconocía su propia edad.

“La abuela sigue siendo la abuela, tenga doscientos años o más”, respondía Ororon cada vez que le preguntaban los demás. Como él había sido criado por ella desde muy joven, tenía un concepto más claro sobre el carácter insondable de su edad.

A Xilonen, sin embargo, no le satisfacían tales respuestas, pues, como tenían que prepararle un pastel, tal número indefinido sería todo un dolor de cabeza para el repostero. Para ella, realizar un pedido claro y conciso se trataba de un asunto de buena educación.

“¡Jaja! Si ya se traen de cabeza por solo doscientos años, imaginen si supieran la edad del Señor de los Dragones...”, dijo Ahau, siempre dispuesto a arruinar cualquier ocasión, antes de que Kinich lo mandara volando de un codazo.

“¿Por qué no lo dejamos en doscientos? La abu afirma que esa es su edad, tal vez es como esas muchachas que insisten en que tienen dieciocho años siempre para parecer más jóvenes”, tras escuchar el consejo de Mualani, todos se quedaron meditándolo durante un rato, pero terminaron por descartar la idea. En cualquier caso, sería un tanto absurdo pensar que alguien podría parecer más joven afirmando tener doscientos años siempre.

Mientras los demás se sentían impotentes, Iansán, siempre demostrando iniciativa, le pidió a Mavuika que usara los recuerdos heredados en el Fuego Sagrado para encontrar algo que pudiera darles alguna pista. Sin embargo, Mavuika tampoco pudo hallar una respuesta definitiva al problema de la edad de Citlalí, puesto que incluso en los recuerdos de los Arcontes Pyro del pasado, esta siempre había llevado la vida de una ermitaña, por lo que resultaba difícil deducir su verdadera edad.

Tal enredo continuó durante un largo tiempo. Al fin y al cabo, preguntarle a Citlalí directamente no era una opción. Aquella astuta chamana averiguaría rápidamente la intención de quien le preguntase, lo que arruinaría su propia fiesta de cumpleaños sorpresa.

Al final, decidieron dejar este problema a un lado, decantándose por un diseño de tarta que no requiriera cifra alguna.

La misma noche de la celebración, lograron hacer salir a Citlalí llamando a la puerta y, rápidamente, sacaron el pastel y todo tipo de regalos. Por fin podrían ver los frutos de toda su planificación.

Tal vez conmovida por el entusiasmo de todos, Citlalí acabó bebiendo demasiado aquella noche. Cuando estaba completamente ebria, los demás se animaron a preguntarle sobre aquella duda que les había traído de cabeza hasta el momento.

“¿Que cuántos años tengo? ¡*Hic*! Les contaré algo de lo más interesante. En este mundo, yo no soy la única que ha vivido tanto tiempo... Seguro que a todos les pasa lo mismo: al principio no les cuesta nada llevar la cuenta de sus años, pero al final, cuanto más viven, más difícil se vuelve, hasta que poco a poco deja de importarles el número exacto... ¡*Hic*! Mi caso es bastante más extraño... Al principio no me interesaba llevar la cuenta, pero tras vivir cierto suceso especial, empecé a prestarle más atención al asunto de mi avanzada edad... Desde aquel entonces, empecé a contar los años, y creo que a día de hoy van justo doscientos... ¡*Hic*!”.

Los demás comprendieron por fin el origen de sus supuestos doscientos años, pero con esta nueva información, les surgieron aún más dudas. Con más de doscientos años, ¿qué había causado que la joven Citlalí empezara a prestar más atención al paso del tiempo?

Sin embargo, todos se guardaron su curiosidad para sí mismos, viendo cómo Citlalí se quedaba contemplando el cielo nocturno con la mirada perdida. Eso solo quería decir una cosa: se había quedado dormida.

Historia del personaje 4

Aquella muchacha llamada Huitzilin había sido compañera de estudios de Citlalí, y Zarpín, un Iktomisaurio, se trataba de su compañero saurio. Cada vez que Huitzilin se plantaba desafiante en posición de combate, Zarpín también se situaba a su lado saltando con fuerza para animarla.

“¿Tú eres ese genio del que hablan los ancianos? ¡Lucha conmigo!”.

“¿Acaso has perdido el juicio?”.

El primer combate que tuvo lugar entre ambas fue así de repentino, y terminó con la derrota de Huitzilin. Después de aquello, Huitzilin volvía a aparecer cada cierto tiempo por la puerta de la casa de Citlalí junto a Zarpín. Las primeras veces, traía consigo vehementes proclamaciones de guerra. Después, estos desafíos por escrito empezaron a venir acompañados de aperitivos para Citlalí. Las veces posteriores, Huitzilin incluso traía un licor que le robaba a los adultos. Sin saber muy bien si era cosa del delicioso vino o simplemente se debía a que había terminado aceptando que Huitzilin no se rendiría jamás, Citlalí dejó de resistirse a sus visitas.

Así, veinte años pasaron volando.

Hasta que un buen día, las dos empataron finalmente en combate. Después de esto, Citlalí por fin aceptó la invitación de Huitzilin, y compartieron vino y aperitivos bajo la luz de la luna.

“Y pensar que las dos conseguiremos el título de grandes chamanas el mismo día... Parece que, al final, soy tu igual”.

“Hemos empatado, así que espero que estés satisfecha. Tal vez ya no tengas que venir a seguir incordiándome...”.

“¡Por supuesto que seguiré viniendo! Aunque no sea como tu oponente... Al fin y al cabo, ya somos viejas amigas que se conocen desde hace veinte años”.

Bajo el oscuro manto de la noche, una Citlalí un tanto ebria observó a Huitzilin, dándose cuenta de pronto de que la pequeña temeraria que había sido una vez se había convertido en una elegante gran chamana, y Zarpín había crecido hasta sacarles una cabeza a ambas. Incluso poseía ya la solemne aura de los Iktomisaurios adultos.

“Sí, viejas amigas desde hace veinte años...”.

Los numerosos detalles que había ocultado el paso del tiempo inundaron su mente. Citlalí ciertamente había saboreado el calor de la amistad, y había percibido cierto peligro que la había desconcertado.

Los astros siguieron su trayecto, y otros veinte años pasaron casi en un abrir y cerrar de ojos.

Un día, tras derrotar a un nuevo aspirante, Citlalí se disponía a limpiar la pintada que había dejado su oponente, como de costumbre, cuando unas pisadas muy familiares la interrumpieron.

“Vieja amiga, hace mucho que no vienes a verme para beber un trago, ¿acaso estás enfadada conmigo?”.

“Si quieres pelear conmigo, puedes venir tú misma. ¿Por qué sigues enviando a estos inútiles a incordiarme?”.

“Porque... ya tengo una edad en la que debo encontrar discípulos”.

Citlalí se dio la vuelta, percatándose por primera vez de aquel hecho. Su vieja amiga, a la que no había visto en un tiempo, presentaba nuevas arrugas y ya no tenía aquel aspecto magnificente que la había acompañado en el pasado. Huitzilin pareció darse cuenta de la expresión con la que la miraba Citlalí, llena de sentimientos encontrados, y señaló un campo cercano repleto de flores en aquella estación.

“Por muy bellas que sean las flores silvestres de Natlan, llegará el día en que se marchitarán durante la temporada de sequía. Sin embargo, no es algo que nos preocupe demasiado, puesto que al año siguiente, el campo volverá a llenarse de flores, ¿no es así?”.

“De estas flores que vemos ahora, ¿cuáles volverán a aparecer en el mar de flores el año que viene? Al final, no quedará ninguna, ¿no?”.

“Algo quedará, vieja amiga. Dame un poco de tiempo y podré darte la respuesta”.

Huitzilin al final no había conseguido calmar la emoción que se asomaba en la mirada de Citlalí, y esta por fin había averiguado el origen de aquella sensación de peligro. Aquella noche, Citlalí no pegó ojo, observando cómo los astros augurales se desplazaban por el firmamento.

Al igual que la hierba que se marchita, Huitzilin no aguantó otros veinte años.

...

Muchos años más tarde, cuando Citlalí se encontraba limpiando una vez más las pintadas de la pared, volvió a acordarse de aquella chiquilla que había venido a desafiarla una buena tarde acompañada de su joven Iktomisaurio.

Innumerables recuerdos inundaron su mente de pronto, como si hubieran ocurrido el día anterior, pero volvieron a desvanecerse igual de rápido, como arrastrados de vuelta a un pasado lejano por una corriente de viento. Incluso aquellas emociones que Huitzilin no había logrado calmar se habían diluido con el paso del tiempo hasta quedar reducidas a ligeros suspiros.

“Por cierto, al final no me diste una respuesta”.

Por mucho que refunfuñara así, Citlalí en realidad no culpaba a Huitzilin, puesto que consideraba que aquella pregunta no tenía respuesta alguna. Tras el paso de varias estaciones en las que las flores nacieron y se marchitaron, la flor de sus recuerdos no había vuelto y por muy vivos que fueran los colores de una flor, al final acabaría enterrada bajo las dunas del tiempo.

Historia del personaje 5

“Somos pájaros que surcan el horizonte del tiempo. Yo persisto entre arbustos de los recuerdos, buscando un color que me acompañe en este viaje remoto”.

Cada vez que había que bordar un nuevo pergamino de tela especial en el que registrar algún gran suceso, Citlalí recordaba estas palabras que había dicho una vez Huitzilin. En aquella época, cuando ella le enseñó la técnica secreta para crear estos pergaminos de tela, esa frase había sido la presentación, llevando a Citlalí a adentrarse en aquel espacio de recuerdos lleno de color. Como una pintora experta que usara los recuerdos como pigmento, le dio forma a una colosal ilustración.

Tras aprender esta técnica secreta, Citlalí siguió el ejemplo de Huitzilin, adornando la representación de un gran triunfo con el naranja de las antorchas que los guerreros levantaban bien alto, u honrando a los héroes caídos con un leve toque de violeta del ramo de flores que cubría una tumba. Así fue creando uno a uno los pergaminos de tela que relataban la historia, continuando al mismo tiempo la tradición de los Augures Vientonocturno.

Citlalí pronto comprendió que los herederos de esta técnica secreta debían cargar con tal cometido, y por eso, cuando aquel{{{1}}} viajero de cabello rubio fue a verla, supo que no podría rechazar su petición. Esta vez, ella eligió el dorado del viajero como luz que iluminara el Abismo y como el punto final que puso término a la gran guerra. Tiñó con esmero el pergamino de tela, y los recuerdos de aquel momento parecieron tornarse más vívidos en sus manos.

“Así no quedarán enterradas en las montañas de papel blanco y tinta negra”.

Al escuchar de pronto esta frase de la boca del viajero, la emoción que se había diluido con el tiempo resurgió de pronto en el pecho de Citlalí. Volvió a acordarse de aquella frase de Huitzilin, dándose cuenta de que, en realidad, sí había cumplido su promesa.

¿Qué era lo que quedaba cuando las flores se marchitaban en la estación de sequía y cuando todo quedaba enterrado bajo las dunas?

“El color de los recuerdos”.

Aquella había sido la respuesta que le había dado Huitzilin, y también era la contestación que podía dar a la pregunta del viajero. Citlalí era consciente de que aquella respuesta volvería a llevar a una promesa a la que tendría que enfrentarse durante un largo tiempo, pero esta vez sentía una mayor resolución.

Le entregó al viajero aquel amuleto que había preparado tanto tiempo atrás. Por primera vez habló del deseo que esperaba poder cumplir durante el curso de su larga vida.

“... Espero que mi color también quede marcado en tus recuerdos”.

Las tzitzímitl

“¡Una se llama Citlalín, la estrella maligna del norte!

¡Y la otra es Itzpapa, el astro ominoso del sur!”.

Cuando alguien habla de los dos muñecos que Citlalí llama “tzitzímitl” y que la acompañan a todos lados, los Augures Vientonocturno suelen responder con tales advertencias para que la persona en cuestión deje de hablar cuanto antes y evite así una terrible maldición. Cuentan los rumores que su cuerpo alberga cierta consciencia demoniaca, y que solo la ira de la abu Itztli logra refrenarla. Por este motivo, el nombre de estos dos muñecos, junto al de la propia abu Itztli, se han convertido en una especie de conjuro capaz de silenciar el llanto de los más pequeños.

Sin embargo, aquellos que tengan la oportunidad de observar a estos dos muñecos más de cerca podrán percatarse de que sus expresiones se asemejan más a la de animalitos adorables, y no a la de seres demoniacos. Aunque Citlalí suele lanzarlos contra sus enemigos en combate, el miedo que provoca tal táctica no puede compararse con el que infundirían sus propios puños.

En realidad, es cierto que estos dos muñecos encierran en su interior astros de mal augurio, pero su consciencia no guarda relación con esto. Citlalí usó restos de animalillos que habían muerto de forma natural para crearlos, y el cuerpo de los muñecos despertó el remanente espiritual que quedaba en los huesos, dotándolos así de consciencia. Por eso, estas criaturitas que siempre acompañan a Citlalí no son capaces de lanzar maldición alguna, sino que poseen un gran valor emocional similar al de una mascota.

Sin embargo, Citlalí no suele explicarle este hecho a la gente. Al fin y al cabo, cuanto mayor miedo pueda infundir un arma, mejor.

Visión

Citlalí no consiguió un nombre antiguo hasta después de convertirse en gran chamana.

A pesar de ser un pilar indiscutible de los Augures Vientonocturno, y aunque su ayuda fuera esencial en multitud de grandes sucesos de Natlan, ningún nombre heroico llegó a resonar con ella.

Aunque a todos les pareciera una verdadera lástima, no había nada que pudieran hacer. Después de alcanzar los setenta años, Citlalí empezó a preferir no salir demasiado de casa. Era como si el mundo hubiera perdido el brillo para ella y solo quisiera encargarse de aquellos asuntos que requirieran realmente de su presencia. Naturalmente, con tal apatía, nunca obtendría el reconocimiento de ningún héroe.

Sin embargo, aunque la mayoría de la gente no llegara a percatarse de ello, Citlalí seguía sintiendo un gran entusiasmo por ciertas cosas, como por la creación de pergaminos de tela especiales con los que registrar grandes eventos de la historia.

Cada uno de estos pergaminos de tela requería décadas de dedicación, tiempo suficiente para llevarse a toda una generación antes de poder terminarlo. Pero ella seguía perseverando, tal vez porque había sido el último deseo de una vieja amiga, o tal vez porque el proceso de creación de pergaminos antiguos le permitía alejarse del resto del mundo. Nunca esperó poder completar el cometido hasta el final, ni tampoco recibir recompensa alguna por su dedicación.

“No es más que un pasatiempo”, se decía a sí misma.

Precisamente por este motivo, la noche en la que cierto ancestro la llamó a través de los nebulosos colores del viento nocturno, quedó tan estupefacta.

“¿Crees que heredaré tu nombre antiguo?”.

“Tarde o temprano lo harás, simplemente aún no sabes el porqué.

Pero escucha primero mis palabras, pues en ellas encontrarás respuesta a las dudas que se te presentarán en el futuro”.

El viento nocturno cambiaba de color, hablándole en una lengua que solo Citlalí podía descifrar.

“Somos pájaros que surcan el horizonte del tiempo.

Deambulo por bosques verdes, atravieso el oleaje azul, sobrevuelo el magma rojo, recojo las menas doradas y persigo las plumas y flores rosadas.

Al caer el ocaso, decoro el cielo nocturno con pintadas.

Todo aquello que dejo plasmado se convertirá en un obsequio para el mundo de los caídos.

Este fue una vez mi nombre, y alguna vez también será el tuyo.

Ukumbuko: ‘recuerdos’”.

Tras pronunciar tales palabras, el viento nocturno envuelto en la niebla sopló a espaldas de Citlalí hacia el pergamino de tela que acababa de terminar de teñir, dotándolo de una impresionante iridiscencia que iluminó la imagen por completo.

Al contemplarlo, Citlalí se acordó de pronto de la noche en la que se había marchado su vieja amiga.

“El cometido que me ha entregado ese tipo era también el tuyo, ¿verdad?”. “Sí, pero parece que para ti era mucho más que eso”.

Siguiendo el rastro de los colores, Citlalí abrió la mano, y una Visión refulgente apareció de la nada sobre su palma.

“Parece que esto también es lo que deseas”.

Información de combate[]

Talentos[]

  • Talento Espiritismo atrapasombras Espiritismo atrapasombras
    Ataque normal

    Ataque Normal
    Hace uso de las artes secretas transmitidas de generación en generación entre los Augures Vientonocturno para realizar hasta 3 ataques consecutivos, los cuales infligen Daño Cryo.

    Ataque Cargado
    Entra en el modo de puntería y, tras mantener pulsado, consume una cierta cantidad de Aguante para lanzar una estrella de escarcha que inflige Daño Cryo a los enemigos que hay en su trayectoria.

    Ataque Descendente
    Concentra el poder del hielo y se lanza desde el aire para golpear el suelo y dañar a los enemigos a su paso, infligiendo Daño Cryo en el AdE en el momento del impacto.

  • Talento Estrella negra albaescarcha Estrella negra albaescarcha
    Habilidad elemental

    En virtud de los pactos secretos milenarios transmitidos en su tribu, Citlalí crea un escudo de obsidiana blanca e invoca a la (supuestamente) terrorífica tzitzímitl de obsidiana negra: Itzpapa, la cual inflige Daño Cryo en el AdE de naturaleza noctámbula. La absorción de daño del escudo de obsidiana blanca se basa en la Maestría Elemental de Citlalí, y tiene un 250% de efectividad de absorción de Daño Cryo. Al crear el escudo, se aplicará el elemento Cryo brevemente sobre Citlalí.
    Tras usar esta habilidad, Citlalí obtendrá 24 pts. de noctambulismo y entrará en el estado de bendición noctámbula.

    Bendición noctámbula: Citlalí
    El estado de bendición noctámbula de Citlalí terminará cuando Itzpapa se retire del campo de batalla.
    Itzpapa
    • Itzpapa se mueve junto al personaje.
    • Si Citlalí tiene al menos 50 pts. de noctambulismo, Itzpapa entrará en el estado de “fuego opalescente”, durante el cual consumirá pts. de noctambulismo de forma continua para desencadenar una tormenta de escarcha que se mueve junto al personaje y que golpea a los enemigos dentro de su AdE, infligiéndoles Daño Cryo de naturaleza noctámbula.
    • Cuando los pts. de noctambulismo de Citlalí se agoten, el estado de fuego opalescente de Itzpapa también terminará.
  • Talento Edicto multiastral Edicto multiastral
    Habilidad definitiva

    Invoca a los “aliados” del cielo estrellado y la vasta tierra para lanzar un temporal gélido que azota el área frente a sí misma e inflige Daño Cryo en el AdE de naturaleza noctámbula, restaura cierta cantidad de pts. de noctambulismo a Citlalí e invoca un cráneo espiritista cerca de cada enemigo (hasta un máximo de 3) situado en el AdE del temporal gélido. El cráneo espiritista explotará al cabo de un rato, infligiendo Daño Cryo en el AdE de naturaleza noctámbula y restaurando cierta cantidad de pts. de noctambulismo a Citlalí.

  • Talento Lluvia helada de Mamaloaco Lluvia helada de Mamaloaco
    Pasivo 1

    Mientras Itzpapa esté activa, después de que un personaje cercano del equipo cause una reacción de Congelado o Derretido, la RES Pyro e Hydro de los enemigos afectados por dichas reacciones se reduce en un 20% durante 12 s. Además, Citlalí recupera 16 pts. de noctambulismo. Solo puede recuperar pts. de noctambulismo una vez cada 8 s de esta forma.

  • Talento Astrovestimenta de Itzpapálotl Astrovestimenta de Itzpapálotl
    Pasivo 2

    Durante la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, el daño de la tormenta de escarcha de Itzpapa aumenta en una cantidad equivalente al 90% de la Maestría Elemental de Citlalí. Durante la Habilidad Definitiva, Edicto multiastral, el daño del temporal gélido aumenta en una cantidad equivalente al 1200% de la Maestría Elemental de Citlalí.
    Además, cuando un miembro del equipo cercano causa una explosión noctámbula, Citlalí recupera 4 pts. de noctambulismo.

  • Talento Espejos, humo y vientos Espejos, humo y vientos
    Gracia de la noche

    Al encontrarse en una zona con alguna mecánica de flogisto de Natlan, se podrá utilizar “Transmisión noctambular: Citlalí”. Cuando el personaje en uso esté a cierta altura en el aire, al cambiar a Citlalí, esta saltará muy alto y llamará a la “tzitzímitl de obsidiana blanca: Citlalín” para flotar en el aire. Tu equipo solo puede activar Transmisión noctambular una vez cada 10 s.

    Al mantener pulsado para apuntar, Citlalí entrará en estado de “espiritismo”, en el cual puede interactuar con pintadas e inscripciones místicas para extraer la información y el poder que contienen. Para interactuar con estos objetos, se seguirán las mismas reglas de interacción de los Iktomisaurios.

    Además, al mantener pulsado para saltar, Citlalí consumirá 75 pts. de Aguante para dar un salto. Si se encuentra en una zona con alguna mecánica de flogisto de Natlan, consumirá con prioridad 5 pts. de flogisto para saltar aún más alto.
    Cuando está en el aire, Citlalí puede mantener pulsado el Ataque Normal consumiendo flogisto o Aguante para apuntar y ejecutar Ataques Cargados. Al hacer esto, consumirá 20 pts. de flogisto de forma preferente.

  • Talento Cantos enigmáticos Cantos enigmáticos
    Pasivo 3

    Al encontrarse en una zona con alguna mecánica de flogisto de Natlan, causar una explosión noctámbula restaura 20 pts. de flogisto.
    Este efecto no se activará en dominios, Dominios de la cruzada o en la Espiral del Abismo.

1 → 10 para un talento


Constelación[]

Cada activación de constelación necesita un Stella Fortuna.


  • Desconocido Cuchillas radiantes de Centzon Mimixcoah Constelación Niv. 1

    Al usar la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, Citlalí obtiene el efecto de “toga alboestelar” hasta que Itzpapa sea retirada del campo de batalla. Durante este tiempo, obtendrá 10 cargas de “cuchillas estelares”, de manera que, cuando un personaje en uso cercano (a excepción de Citlalí) inflige daño con un Ataque Normal, Cargado o Descendente o con una Habilidad Elemental o Definitiva, se consume 1 carga para aumentar el daño infligido en una cantidad equivalente al 200% de la Maestría Elemental de Citlalí.
    Cuando un personaje cercano del equipo cause una reacción de Congelado o Derretido, Citlalí obtendrá 3 cargas adicionales de cuchillas estelares. Este efecto solo puede ocurrir una vez cada 8 s.

    Al usar la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, se restablecerán las cargas de cuchillas estelares.
    Además, cuando Citlalí salte o cuando apunte o use su Ataque Cargado en el aire, su consumo de flogisto disminuye en un 45%.

  • Desconocido Patrulla devoracorazones Constelación Niv. 2

    La Maestría Elemental de Citlalí aumenta en 125 pts., y la de los demás personajes que estén bajo la protección del escudo de obsidiana blanca o que esté siguiendo Itzpapa aumenta en 250 pts.
    Además, al usar la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, también otorga un escudo de obsidiana blanca a los personajes en uso cercanos.

    Por otro lado, mejora el efecto del talento pasivo “Lluvia helada de Mamaloaco”:
    Mientras Itzpapa esté activa, después de que un personaje cercano del equipo cause una reacción de Congelado o Derretido, la RES Pyro e Hydro de los enemigos afectados por dichas reacciones se reduce en un 20% adicional. Este efecto dura 12 s y, para poder activarlo, es necesario desbloquear el talento pasivo “Lluvia helada de Mamaloaco”.

  • Desconocido Cresta de la serpiente de las nubes Constelación Niv. 3

    Aumenta el nivel de habilidad de Estrella negra albaescarcha +3.
    Puede ser aumentado hasta Niv. 15.

  • Desconocido Féretro de los renegados Constelación Niv. 4

    Durante la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, al golpear a un enemigo con la tormenta de escarcha de Itzpapa, se invocará un cráneo espiritista: estrella negra adicional. Cuando un cráneo espiritista invocado de esta forma explote, infligirá Daño Cryo en el AdE de naturaleza noctámbula en una cantidad equivalente al 1800% de la Maestría Elemental de Citlalí y le restaurará 16 pts. de noctambulismo y 8 pts. de Energía Elemental. Este efecto solo puede ocurrir una vez cada 8 s y este daño no se considera daño de Habilidad Definitiva.

  • Desconocido Maleficio de los nemontemi Constelación Niv. 5

    Aumenta el nivel de habilidad de Edicto multiastral +3.
    Puede ser aumentado hasta Niv. 15.

  • Desconocido Pacto secreto de Teoiztac Constelación Niv. 6

    Al invocar a Itzpapa con la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, permanecerá siempre en el estado de fuego opalescente. Dicho estado no terminará ni siquiera cuando se agoten los pts. de noctambulismo.
    Además, al usar la Habilidad Elemental, Estrella negra albaescarcha, Itzpapa consumirá todos los pts. de noctambulismo y, mientras esté activa, consumirá pts. de noctambulismo de forma continua. Por cada punto de noctambulismo consumido de esta forma, Citlalí obtiene 1 pt. de “numerología secreta”.
    Se pueden obtener hasta un máximo de 40 pts. Por cada punto de numerología secreta que posea Citlalí, aumenta el daño que inflige en un 2.5% y todos los miembros del equipo cercanos obtienen un 1.5% de Bono de Daño Pyro e Hydro.
    Cuando Itzpapa sea retirada del campo de batalla o tras usar de nuevo la Habilidad Elemental de Citlalí, todos los puntos de numerología secreta que posea serán eliminados.

Ascensión[]

Ascensión Nvl. Máx. Costo Material Elemental 1 Material Elemental 2 Especialidad Local Material Común
1 20 20,000 Ninguno
2 40 40,000
3 50 60,000
4 60 80,000
5 70 100,000
6 80 120,000
Máx 90 Nivel máximo

Estadísticas[]

Gachapón[]

La siguiente lista muestra los 1 banners en los que Citlalí ha aparecido como personaje promocional, en orden del más reciente al más antiguo.

Banner Susurros estelares
01 de enero al 21 de enero de 2025

Vestuarios[]


Galería[]

Arte de cumpleaños[]

Menciones de personajes[]

Historias de personajes[]

Personaje Ororon

Ororon: Historia del personaje 1

Este es un fragmento de la historia del personaje.

El nombre de Ororon venía escrito en el interior de la tela con la que estaba envuelto cuando lo encontraron. Estuvo investigando y leyendo ciertos tomos antiguos, e incluso le preguntó a varios ancianos, pero nadie conocía tal nombre, ni mucho menos su significado.

¿Podría haber sido que la abuela estaba ya mayor y había leído mal las letras borrosas sobre la tela?

Ororon solo podía darle vueltas a aquella pregunta en silencio, pues sabía que si se la hacía a su abuela, se llevaría un buen coscorrón.

Personaje Mavuika

Mavuika: Historia del personaje 5

Este es un fragmento de la historia del personaje.

En esta época, quizá solo una persona llamaría a su puerta inoportunamente en estos momentos de tranquilidad, y esa era Citlalí.

Tal vez fuera porque le gustaba beber, o tal vez porque serían excelentes compañeras de copas.

Personaje Mualani

Mualani: Historia del personaje 4

Este es un fragmento de la historia del personaje.

“¡Háblame de los augurios para este nuevo viaje, por favor!”. Mualani se echó contra la puerta con todo su peso y gritó: “¡Te pagaré!”.

“¡Búscate a otra persona!”, respondió desde el interior Citlalí, la sacerdotisa de la tribu de los Augures Vientonocturno, también apoyada en la puerta. “Solo vas a salir de viaje. ¡No le des más vueltas, no hay tanto peligro!”.

Las dos siguieron forcejeando a ambos lados de la entrada del hogar de Citlalí, y Mualani solo se detuvo cuando Citlalí le aseguró amenazadoramente que tendría que compensarle íntegramente el precio de la puerta si llegaba a romperla.

Eso no disuadió a Mualani, que apareció una segunda vez con una cesta llena de comida.

Pan de frijoles con camarones fritos, estofado de carne flameante, sauriogalletas... Aunque a Citlalí no le apetecía recibir invitados, especialmente porque le daba pereza tener que ordenar su casa, no pudo negarse a abrir la puerta al ver tanto manjar junto.

Cuando estuvo llena y satisfecha, Mualani aprovechó para probar uno de sus trucos y así obtener su favor.

“¿Sabes, abu? ¡El nuevo volumen de «Crónicas del espejismo» está a punto de salir!”

“Claro que lo sé. Al fin y al cabo soy una ávida lectora conocedora de muchas cosas”, respondió Citlalí sin inmutarse.

“Mi próximo cliente llegará a Natlan para recoger material de inspiración y escribe para la Editorial Yae. ¿Quién sabe? Podría conseguir una copia antes de tiempo”.

“*Ejem*, bueno, Natlan es una tierra repleta de misterios, por lo que debemos guardarnos del fuego y la noche. Está bien, te haré una adivinación, pero solo como una excepción, ¿eh?”.

...

“Cuando te encuentres con una encrucijada, continúa por la senda de la derecha”. Esa fue la revelación que recibió Citlalí mientras meditaba y se abría paso entre las nieblas del futuro. “Menos mal que tenías tanta confianza. Si no lo hubiera vaticinado, habría ocurrido un desastre”.

Antes de partir, Mualani revisó el mapa. El destino al que se dirigía aquella vez pasaba por un solo camino principal. Sin embargo, cuando alcanzaron el interior del volcán, se encontró con una encrucijada que no estaba marcada en el mapa. Al parecer, el reciente aumento de la actividad volcánica había alterado el terreno.

Siguió las instrucciones de Citlalí y logró guiar al grupo hasta su destino, tal y como había sido vaticinado.

Desde aquel momento, Mualani empezó a considerarla como una sabia anciana, y siempre le lleva todo tipo de regalos cuando la visita para recibir consejos sobre la vida. Desde entonces, Mualani también comenzó a hablar mucho más sobre los buenos y malos augurios.

Hoy en día, todavía se la puede encontrar forcejeando en la puerta de Citlalí. En el momento en que esta muestre un ápice de debilidad, Mualani entrará victoriosa.

Diálogos de personajes[]

Personaje Diálogos
Personaje Chasca
Chasca
Sobre Citlalí... : Mi padre me contó que llegaron a pedirle a los ancianos más sabios de toda Natlan que idearan un método para mantener a raya la corrupción del Abismo que me había afectado. Fue un verdadero caos en el que nadie escuchaba la opinión de los demás y la discusión se hizo eterna, pero aun así nadie se percató de que Citlalí había abandonado la estancia sin mediar palabra. Cuando regresó, se sirvió un plato de comida y una copa de vino y empezó a comer sin inmutarse... Durante un momento, toda la mesa quedó en silencio.
Si solo te fijaras en su aspecto, nunca lograrías adivinar toda la experiencia que tiene a sus espaldas.
Personaje Kachina
Kachina
Sobre Citlalí... : Mualani me dijo que pudieron salvarme gracias a un invento de Citlalí. Me sentí culpable de que se rompiera la roca espiritista, así que me armé valor para ir a pedirle disculpas y le dije que, si quería, podía quedarse con un par de gemas de mi colección. Entonces, ella se rascó la cabeza y dijo: “Supongo que no puedo no escoger ninguna, ¿verdad? Bueno... entonces, escogeré alguna que tenga un parecido razonable y así estamos en paz”. Al final escogió una obsidiana que no tenía nada de especial y se marchó. ¿Crees que debería buscarle una mejor? Por casualidad no sabrás qué le podría gustar, ¿verdad?
Personaje Kinich
Kinich
Sobre Citlalí... : Como habrás adivinado, ya he aceptado trabajos de ella anteriormente. La ayudé a comprar una pesada pila de material de lectura a un mercader de Inazuma. No es por entrometerme en los asuntos privados de mis clientes, pero... ¿no usaban los Augures Vientonocturno tela para los materiales de lectura en vez de papel?
Personaje Mavuika
Mavuika
Sobre Citlalí... : Mucha gente la encuentra extraña o difícil de tratar con ella, pero, tal y como yo lo veo, aunque Citlalí no se preocupe por asuntos triviales, siempre está ahí cuando hace falta. Estoy segura de que lo has visto por ti mismo. Es una persona que puede llegar a ser muy obstinada y meterse en problemas, así que intento ocultarle ciertas cosas, pero es difícil que no me descubra... Es demasiado intuitiva.
Personaje Mualani
Mualani
Sobre Citlalí... : La abu Citlalí es sin duda la sacerdotisa más cualificada de los Augures Vientonocturno. Es mucho más que una simple anciana de la tribu, ¡es la anciana más increíble de todas! Además, las predicciones que me hace siempre acaban cumpliéndose. Hace mucho tiempo, me dijo que el rosa y el azul me traerían suerte en los negocios, y tal y como me dijo, los peciglobos que mejor se venden son los de estos colores.
Hace poco volví a importunarla, quiero decir, a visitarla. Me dijo que una(un) forastera(o) me traería buenos augurios... Un momento, eh... ¡Tú eres una(un) forastera(o)!
Personaje Ororon
Ororon
Sobre Citlalí... : La abuela es una persona muy franca: esté contenta o no, te lo hará saber, pues no se le da muy bien ocultar sus emociones. Ustedes dos parecen de la misma edad o... ¿quizá tú eres algo mayor?
Lo siento si no he sido muy cortés, no debería hacer tantas preguntas. Pero si es cierto, podrías ir a hablar más con ella... Siempre está rodeada de gente joven, así que se pondrá muy contenta de verte.
Personaje Xilonen
Xilonen
Sobre Citlalí... : A veces Citlalí se presenta en mi taller para comprar minerales. Según ella, el polvo que resulta de moler ciertos minerales puede usarse como medicamento o como ayuda para realizar predicciones y plegarias. ¿Que si le he pedido que me lea el futuro? No, no me interesa lo que aún está por venir. Ya tengo suficientes preocupaciones con el presente. Además, siempre me entra sueño durante los rituales de adivinación...

Curiosidades[]

  • La actriz de doblaje de Citlalí en inglés, Skyler Davenport, también da voz a Siete de Marzo en Honkai: Star Rail, otro juego de Hoyoverse.

Etimología[]

  • Citlalí es un nombre propio mexicano derivado de la palabra náhuatl "citlalli", que significa "estrella".
  • El "Itztli" de su alias "Abuela Itztli", significa "obsidiana" en náhuatl.

Historial de cambios[]

Versión 5.3
Citlalí se añadió como personaje jugable.
Versión 5.0
Citlalí se añadió al juego.

Navegación[]

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