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Chuychú es un personaje no jugable y fue la hermana pequeña de Chasca.

Perfil[]

Chuychú es médica y se encarga de la logística. También es la hermana pequeña de Chasca desde que su familia adoptó a esta, que había sido abandonada en la naturaleza. Al no saber comportarse, Chuychú tuvo que encargarse de enseñar a su hermana no meterse en problemas y a disculparse.

Ella le dijo al jefe Huayna de los Retoños arbóreos que vigilara a Chasca. Su relación con su hermana no es muy buena, ya que siempre están discutiendo y peleando, aunque ambas se quieren y se preocupan por la otra.

Después de que Ororon fue reconocido por su Nombre antiguo, el Abismo comenzó a atacar con mayor frecuencia, lo que llevó a Chuychú a acompañar a su hermana para ayudar a las personas atrapadas. Vieron a un grupo de Fatui defendiéndolos de los monstruos, y después oyeron mencionar a El Capitán, lo que las llevó a seguirles hasta su base. Chasca inicialmente quería infiltrarse en la base sola, pero Chuychú la obligó a llevarla con ella, ayudándola a observar los movimientos de los Fatui. Finalmente, descubrieron que estaban buscando el Mecanismo Fuentenigma, aunque pronto fueron detectadas y devueltas a la arena, donde Chasca se había lastimado por el agotamiento.

Chasca luego llevó a Chuychú de regreso a su hogar, después de lo cual el Abismo lanzó un ataque masivo sobre toda la nación. Ambas corrieron de regreso al estadio, donde fueron emboscadas por monstruos. Chuychú estaba infestada de energía abismal cuando el Viajero y Paimon las descubrieron, y a pesar de sus esfuerzos por purificar la energía, ya la había corroído demasiado. Chuychú agradeció a Chasca por ser su hermana mayor antes de fallecer, para horror de ambas. La presencia del Viajero permitió a Chasca controlar su dolor, lo que resultó en que ella también fuera reconocida por su propio Nombre antiguo. Chasca llevó el cuerpo de Chuychú a la arena, donde los presentes expresaron sus condolencias y le prometieron un entierro adecuado.

Más adelante, el Viajero encontró su nombre entre los memorializados en el "Registro escrito en conjunto", un testamento de su legado y sacrificio.

La muerte de Chuychú dejó una profunda marca en la Tribu Plumaflora. El jefe Mutota intentó pedirle ayuda tras la invasión, pero se dio cuenta de que había fallecido durante la misma. Cusco también se preocupaba por el comportamiento de Chasca después de la muerte de Chuychú, creyendo que se había vuelto más imprudente de lo habitual.

En algún momento después de la batalla, el espíritu de Chuychú llegó al Reino de la Noche, donde se encontró con Chasca en un sueño. Chuychú se mostró complacida al ver cómo Chasca había madurado tras su muerte. Cuando el Viajero entró al Reino de la Noche para destruir a Gosoythoth, Chuychú les brindó su ayuda en forma de un Qucusaurio y un Iktomisaurio, que les permitieron navegar por el terreno destruido.

Menciones de personajes[]

Historias de personajes[]

Chasca: Historia del personaje 1

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Al principio, había llegado a pensar que ella misma era una sauria, pero no había desarrollado un pico curvo ni garras afiladas como su madre y hermana, ni tampoco era capaz de volar, ni de alcanzar la copa de un árbol de un solo salto.

Su madre cuidaba a Chasca igual que lo hacía con su propia hija, y cuando volvía después de cazar, las alimentaba a ambas antes de contentarse con lo que sobraba.

Sin embargo, a Chasca no le agradaba la idea de quedarse gimiendo por comida en el nido como un polluelo.

Una vez que pudo correr por las montañas y atravesar ríos a la velocidad del rayo, empezó a salir del nido para ver a su madre y a su hermana en plena caza.

Tomó nota mental de sus movimientos de combate para luego emplearlos ella misma. No tenía forma de batir las alas para alzar el vuelo, pero podía saltar entre las ramas de los árboles. No tenía pico ni garras, así que usaba piedras en su lugar.

Ansiosa por intentarlo, iba de un lado a otro en el bosque, hasta que al final dio con su primer gran adversario: un jabalí salvaje que había salido a buscar comida.

Imitando los movimientos de un Qucusaurio, atacó desde los aires al jabalí, pero este cargó y la derribó contra el suelo.

Se giró y tomó una piedra de al lado para lanzársela, pero el animal la esquivó con agilidad.

Esta emocionante contienda concluyó cuando Chasca regresó con las manos vacías, abatida y con el cuerpo lleno de cortes.

Su madre le trajo hierbas medicinales para curarle las heridas, y su hermana se opuso rotundamente a que volviera a salir a cazar.

Chasca prometió que permanecería en el nido mientras se recuperaba, pero una vez que sus heridas se curaron, volvió a adentrarse en la montaña.

Caminó por el bosque y el río, recogiendo todo tipo de pequeños objetos que pudieran servirle. Piedras con afiladas aristas, ramas resistentes, jugo pegajoso, la piel de animales muertos...

Su madre y su hermana no entendían del todo para qué servían aquellos artículos inútiles, pero les pareció bien que Chasca tuviera un nuevo interés.

Lo que no imaginaban era que Chasca los utilizaría para crear una nueva arma: un tirachinas hecho a base de ramas y cuero con el que podía arrojar piedras más rápido y más lejos.

...

El jabalí salvaje se disponía a arrinconar a una ardilla, pero no imaginaba que él mismo había entrado en el terreno de caza de otra criatura.

De pronto, sus pezuñas se vieron atrapadas en una sustancia muy pegajosa de la que no podía librarse por más que lo intentara. Después, una incesante salva de objetos voladores le golpearon el cráneo. El jabalí dejó escapar un gemido y perdió el conocimiento.

Chasca salió del arbusto y arrastró su nuevo trofeo al nido eufórica.

Su madre y su hermana pensaron que Chasca se convertiría en una experta cazadora a partir de entonces, pero lo que ocurrió después superó todas sus expectativas.

Chasca: Historia del personaje 3

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Chuychú, que se había levantado en plena noche, estaba escondida tras la puerta, allí donde la luz de las velas no alcanzaba a iluminar.

Debido a su juventud, no fue capaz de comprender del todo la conversación entre los dos, pero la gravedad palpable en el aire y la frustración de su padre quedaron marcadas en su corazón.

Chasca: Historia del personaje 4

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Cuando ambos salían, siempre intentaban dejar a alguien al cuidado de ambas, pero a veces, cuando surgía algo urgente, salían a toda prisa y la joven Chuychú se quedaba sola en casa con su “hermana mayor” que, al menos en lo que a su carácter y entendimiento se refiere, era más joven aún que ella.

Por fortuna, desde que Chasca había aprendido la palabra “buitre”, parecía mostrarse más dispuesta a atenerse a las reglas que cuando acababa de llegar. Al menos ahora, cuando se enredaba en alguna pequeña disputa, soltaba una retahíla interminable de insultos, pero no intentaba resolver las cosas con los puños.

Chuychú no pudo evitar pensar que, tal vez, se había dado cuenta de que su padre y su madre no estaban, y nadie podría ayudarla a pedir disculpas después.

No, con su carácter, seguramente no llegaba a entender todo el esfuerzo que ponían sus padres en ella... ni sabía lo buenos que eran con ella.

Chuychú también había imaginado alguna vez una vida con una hermana mayor que la acompañara al jugar o cuando estuviera triste, y cuidara de ella cuando estuviera enferma...

Pero, desde que llegó Chasca, su padre y su madre estaban siempre ocupados, y los demás niños con los que jugaba antes parecían evitarla, ya fuera a propósito o sin darse cuenta.

Todo era culpa de Chasca.

Aquella idea permaneció en la mente de Chuychú durante un instante, pero luego sacudió la cabeza rápidamente.

No podía pensar algo así. Los ancianos decían que todos en la tribu debían permanecer unidos, y sus padres decían que su hermana lo había pasado muy mal...

Pero si Chasca no estuviera...

“¡Eh! ¿Está Cusco? ¡Chasca ha vuelto a pelearse!”.

Los repentinos gritos sacaron a Chuychú de su ensimismamiento.

Esta vez fue ella quien salió a toda prisa hacia el lugar del altercado, como habría hecho su padre, y vio la fiereza reflejada en el rostro de Chasca y a un grupo de niños que lloraba a pleno pulmón, entre los que se encontraban varios de sus antiguos amigos.

“Estos... buitr...”, Chasca levantó la mano, señalando a los niños que sollozaban.

“¡Otra vez peleándote!”. El pensamiento que Chuychú había tenido volvió a tomar fuerza en su mente. “¡Ya no juegan conmigo porque siempre te portas así! ¡Papá y mamá tampoco pasan tiempo conmigo!”.

“Bui.. tres...”. Inconscientemente, Chasca bajó el dedo que señalaba a los niños y siguió repitiendo aquel insulto entre susurros cada vez más bajos.

“¡Tú eres la peor de los buitres!”.

Chuychú por fin gritó lo que había guardado en su corazón durante tanto tiempo.

Chasca la miró con los ojos muy abiertos, abriendo y cerrando los labios como si quisiera decir algo. Después, bajó la mirada, se giró y salió corriendo hacia las afueras de la tribu.

... No pasaba nada, no era la primera vez que se marchaba corriendo. Bastaría con ir a buscarla más tarde.

Sin embargo, Chuychú empezó a sentirse intranquila sin saber muy bien por qué.

“¿Qué le pasa a esa niña? ¿No estaba mucho más relajada últimamente? ¿Qué habéis hecho para enfadarla tanto?”, masculló un adulto.

Los niños a los que había pegado se miraron entre ellos, dudando, sin atreverse a decir nada. Después de un largo tiempo, uno de ellos alzó la mano y dijo con voz temblorosa:

“Al principio solo estábamos discutiendo, pero luego alguien dijo... dijo...”.

“Dijo que la familia del Sr. Cusco eran todos idiotas... por dejar que una buitre como ella se quedara en la tribu... Solo era una broma... ¡Además, los mayores también lo dicen!”.

“También dijo que... no juguemos más con Chuychú... por si la enfermedad de su hermana es contagiosa...”.

Chuychú se quedó sorprendida mirando en dirección hacia donde había huido Chasca.

En el monte solo se escuchaba el aullido del viento, como si estuviera transmitiendo la tristeza de alguien que no podía expresarla en palabras.

Chasca: Historia del personaje 5

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Aunque madre vuelva a intentar echarme, mi hermana la convencerá.

Da igual cuánto me duela esa “enfermedad”, no necesito que los humanos me “curen”.

Los pensamientos caóticos se arremolinaban en la mente de Chasca.

Se movía de rama en rama con maestría, respirando el familiar aire de la montaña y el aroma de las hojas de los árboles, pero no era capaz de olvidar las danzantes llamas de las velas de la tribu.

No necesito encender una hoguera para calentarme, ni necesito la luz del fuego para iluminar la noche. Mi madre y mi hermana se las han apañado sin todo eso.

Los débiles humanos prenden el fuego porque temen las frías noches. Los poderosos y orgullosos saurios no lo necesitan.

... Pero el fuego de las velas era muy cálido.

Aquel pensamiento traicionero se hizo lugar en su mente sigilosamente, hasta que esa voz comenzó a resonar con fuerza. Entonces, Chasca sintió un intenso dolor de cabeza y cayó del árbol.

Había vuelto.

Chasca apretó los dientes y se alzó agarrándose al tronco. Sus dedos temblorosos dejaron huellas de sangre en la corteza.

Lucha, desgarra, destruye... Así olvidarás todo lo malo.

Olvida la cobardía que te ha aportado este tipo de vida, olvida todas las restricciones del mundo de los humanos, ¡todos somos bestias al nacer!

Podía oír aquella voz desde que era pequeña. Aunque al principio tan solo la había instado a cazar e hincar el diente en sus presas, luego se había vuelto mucho más frecuente, confundiéndola y mareándola, y solo sentía alivio al obedecerla.

Si madre me envió al mundo de los humanos... ¿será porque esperaba que ellos pudieran curarme?

Pero no, el mundo de los humanos era mucho más ruidoso que el nido de un saurio. Los humanos pasaban todo el día peleando y discutiendo en un mar de conflictos sin fin. Y aquella voz sonaba más nítida y tentadora aún entre todo el caos.

Hermana, no quiero decepcionar a madre, es solo que...

Chasca acostumbraba a buscar a su hermana para quejarse, pero las gargantas humanas no eran capaces de producir los graznidos de los Qucusaurios.

Sé que ustedes no quieren que me pelee, pero...

Muchas veces, Chasca había querido comunicarse con Cusco y su mujer, pero la hija de un Qucusaurio no era capaz de pronunciar palabras humanas.

¡Se lo merecían! ¡Ellos me insultaron, y a ustedes también!

Chasca había deseado explicárselo a Chuychú, pero de su boca solo había surgido un atropellado “buitres”.

No pasa nada, es más que suficiente con que solo yo pueda oír tu voz y con que solo tú entiendas la mía.

¡No tienes por qué dar explicaciones, ni hace falta que entiendas nada! ¡Destroza todo lo que te haga infeliz! ¡Despedaza cualquier cosa que no quieras ver!

En aquellos momentos, la voz seguía dando gritos en su cabeza.

¡Ya basta! ¡Tú eres lo que más odio! ¡Tú eres el buitre más malvado y odioso!

Chasca rugía en su interior mientras descargaba sus puños contra un árbol, como si estuviera intentando agarrar aquella voz y hacerla pedazos.

Los trozos de corteza y las hojas volaban por los aires, pero la voz se reía cada vez más fuerte.

...

La luz de la luna asomaba entre las ramas, iluminando ciertas zonas del pálido rostro de Chasca.

Cayó al suelo con los puños en carne viva, dejando ver los perlados huesos de sus manos en algunos puntos.

El dolor le impedía moverse, mientras que sus ojos se iban cerrando impulsados por el cansancio. Ni siquiera la voz de su cabeza tenía fuerzas ya para seguir gritando.

Lógico, porque está a punto de morir... porque soy yo.

No estoy demasiado lejos de la tribu, y los árboles lo cubren todo... Seguramente, madre y mi hermana no podrán encontrarme.

Cusco y su mujer habían partido, así que no la encontrarían a tiempo.

Nadie se daría cuenta de que Chasca iba a morir en aquel lugar.

Pero no era algo tan malo, puesto que así el mundo se libraría de una buitre más y del aún peor buitre que había en su interior, pensaba Chasca obstinadamente.

La luz de la luna se le antojo demasiado fría.

...

Vagamente, le pareció notar algo cálido en el rostro. Era como las ligeras plumas de su madre, o como las llamas que encendían los humanos. Chasca abrió los ojos lentamente.

Enfrente encontró una hoguera sencilla, y a su lado se encontraba agachada una niña que empujaba las llamas con sumo cuidado. Era Chuychú.

“¡Ah!”, al darse cuenta de que Chasca había despertado, Chuychú escondió rápidamente la mano tras la espalda. Gracias a la luz que desprendían las llamas, Chasca pudo percatarse de que parecía haberse quemado.

“¿Cómo está tu mano?”, preguntó Chuychú intentando evitar el tema.

Entonces, Chasca se dio cuenta de que le había vendado la mano con firmeza. Aunque la técnica era torpe, al menos había detenido la hemorragia.

“No pude moverte, así que he tenido que atenderte aquí como he podido... Aunque he encendido una hoguera, así que los adultos de la tribu nos encontrarán pronto”.

Chasca no respondió, pero su mirada interrogante hablaba por sí sola.

“Si te hubiera pasado algo, papa y mamá se habrían puesto muy tristes”.

...

“Además... Gracias por defenderme. Siento haberte gritado antes de preguntarte qué había pasado”.

...

“Bueno... Volvamos a casa”.

“Casa...”, Chasca por fin abandonó su silencio y murmuró esa nueva palabra. Luego asintió y dijo: “Vamos a casa...”.

Chasca: “Pacificadora”

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Después, tal y como indicaba el pergamino, le escribió una carta a Chuychú para su cumpleaños felicitándola. La expresión de Chuychú y sus padres adoptivos fue de grata sorpresa.

Chasca: Visión

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Justo antes de extender la mano para rozar a la ilusión, oyó una voz cálida que la llamaba a sus espaldas:

“Hermana, ¡la próxima vez que vayas a marcharte de casa, deja una nota aunque sea!”.

“Puedes escoger la vida que quieras llevar, pero recuerda que este siempre será tu hogar”.

“(Ya que has elegido quedarte entre humanos, no vuelvas más)”.

“(Coya no sabe lo que dice, te echamos mucho de menos...)”.

Sacudiendo la cabeza, Chasca detuvo su avance.

En un pasado, había obedecido ciegamente a aquella voz y había anhelado el conflicto y una fuerza aún mayor.

Pero ahora, aunque se había acostumbrado a caminar en solitario, también comprendía el significado de los lazos que había forjado como humana.

Volvió a alzar la pistola y apuntar a aquella ilusión, disparando todas las balas hasta vaciar el cargador.

La ilusión se hizo añicos como si estuviera hecha de cristal y de entre las grietas fluyó sangre escarlata.

“Ja, qué hipócrita... Aseguras que quieres acabar con los conflictos y, sin embargo, has alzado tu pistola contra mí... Eres una decepción”.

La ilusión se desvaneció como una nube de humo, y solo quedó una voz vacía resonando en sus oídos.

“Precisamente porque te conozco bien, estoy convencida de que esta es la única forma de mediar en nuestro conflicto”.

Chasca extrajo el cargador vacío, preparada para volver a llenarlo. Entonces, lo que le pareció una bala cayó al suelo, emitiendo un nítido tintineo.

Bajó la cabeza y vio aquella Visión que titilaba fulgurante.

Recogió la Visión y la lanzó hacia arriba con el pulgar antes de tomarla al vuelo extendiendo la mano.

“Vamos, no importa cuántos conflictos me esperen en un futuro, los resolveré uno a uno... Y eso te incluye a ti”.

Diálogos de personajes[]

Personaje Diálogos

Chasca
Sobre Chasca - La Tribu Plumaflora: Cuando acababa de llegar a la Tribu Plumaflora, no era capaz de integrarme en el mundo de los humanos. Era como si hubieran soltado de golpe a un tipo de criatura completamente distinta en un grupo de personas... Pero Chuychú y su... no, mis padres... me aceptaron tal y como era en aquel momento.

Encontrarme con ellos ha sido una gran felicidad en mi vida, y por eso dedicaré el resto de mi vida a... defender la Tribu Plumaflora que tanto aman.

Sobre nosotra(o)s - Familia: Quería darte las gracias por el asunto de Coya... No sé cómo habría acabado todo si no llegas a estar tú. Mi hermana ya no siente tanto resentimiento hacia los humanos, aunque me temo que necesitará más tiempo para adaptarse y abandonar un hábito tan arraigado. A Chime, por el contrario, le encanta venir a jugar a la Tribu Plumaflora, y se lleva muy bien con Yatlan y los demás... Je, a veces, cuando los veo, no puedo evitar pensar en mi hermana y yo cuando éramos pequeñas. El dolor de cabeza ahora me lo está dando mi madre... Últimamente me está insistiendo mucho para que construya mi propio nido como hizo mi hermana, y no para de preguntarme si tengo a alguien cerca que sea adecuado... Me pregunto qué intenta decirme... ¿Hmm? ¿Por qué te ríes?

Sobre Ifá: Chuychú y padre siempre iban a hablar con él sobre medicina. Cuando regresamos del taller en el cielo, lo primero que hice fue acudir a Ifá para ver cómo se encontraba mi hermana. No le hizo falta más que un vistazo para decirme: “No es más que un rasguño, Cusco puede arreglárselas”. Después simplemente se dio la vuelta para atender a sus otros pacientes... *Suspira*, tenía razón, por supuesto. Siempre me preocupo demasiado.

Más sobre Chasca (IV): Desde que nací, nunca tuve la infancia que una niña normal debería tener... Pero “madre” me dio una nueva oportunidad cuando me encontraba al borde de la muerte, y Chuychú me otorgó una gran convicción cuando estaba perdida... Detrás de mí siempre he tenido a mi familia humana y mi familia sauria, además de la familia que forman todos los seres de Natlan. Por eso no puedo ser derrotada. Ni el Abismo ni las dificultades de la vida podrán conmigo... ¡Yo puedo con todo!

Más sobre Chasca (V): Chuychú... Ella quería que me convirtiera en una heroína, así que no puedo detenerme ni mostrar debilidad... Pero cuando la reliquia explotó y mi “hermana” se interpuso ante mí... no pude evitar recordar el miedo de perder a mis seres queridos... ... Lo siento, no sé muy bien con quién hablar de estas cosas, siempre he intentado no pensar mucho en ello... Aunque ahora me siento mucho mejor. Ya que no puedo olvidar mis miedos... será mejor que los tenga siempre en mente... hasta que acabe superándolos.

Curiosidades[]

  • Chuychú comparte su actriz de voz china, Duoduo poi, con Paimon.

Etimología[]

Otros idiomas[]

IdiomaNombre oficial
EspañolChuychú
InglésChuychu
Chino
(Simplificado)
葵可
Chino
(Tradicional)
葵可
Japonésクイク
Coreano추이추
FrancésChuychu
RusoКуичи
TailandésChuychu
VietnamitaChuychu
AlemánChuychu
IndonesioChuychu
PortuguésChuychu
ItalianoChuychu
TurcoChuychu

Historial de cambios[]

Versión 5.1
Chuychú se añadió al juego.
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