¿Dónde estará el Barco de la Consciencia? es la cuarta parte de las Misiones de Arconte del Capítulo III: Acto V, Pulso de Akasha, fuego que arrasa.
Detalles[]
- Espera a las 16h y busca a Nahida en el Santuario Surasthana
- Habla con Nahida después de prepararte
- Recorre el pasaje y llega hasta donde está Scaramuccia
- Habla con Nahida
- Llega hasta donde está Scaramuccia
- Habla con Scaramuccia
- Derrota al Protector Eterno de la Sabiduría Arcana
- Entra en el último recuerdo de la Reina Mayor Rukkhadevata
- Habla con Nahida
- Abandona el lugar en el Barco de la Consciencia
- Habla con Nahida
- Dirígete al Irminsul del pasado
- Encuentra la consciencia remanente de la Reina Mayor Rukkhadevata
- Habla con Nahida
- Habla con Paimon
Recompensas[]
- EXP de Aventura
- Protogema
- Mora
- Recuerdo del verde naciente
- Experiencia del aventurero
- Mineral de refinamiento místico
Notas[]
- Al completar la misión recibirás el logro "Acceso denegado" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
Diálogos[]
- (Espera a las 16h y busca a Nahida en el Santuario Surasthana)
- (Habla con Nahida después de prepararte)
- Paimon: ¿Cómo te va, Nahida?
- Nahida: Ya terminé con las partes que necesitaban de mi intervención.
- Nahida: Aunque es la primera vez que manejo el Akasha de esta forma, me resulta fácil comprender su estructura interna y procedimientos de operación. El diseño de la Reina Mayor Rukkhadevata es realmente excepcional.
- Nahida: Por cierto, esto es para ti.
- Un misterioso objeto verde aparece ante ti...
- Paimon: ¿Eh? ¿Qué es esta cosita flotante?
- Nahida: Es un pequeño dispositivo que acabo de ensamblar. Pueden considerarlo como un conmutador Akasha mejorado.
- Nahida: Puede que no lo necesiten ahora mismo, pero seguro que les es útil en el futuro.
- Paimon: ¡Espera! ¡Esta cosa tiene las mismas características que Paimon!
- Paimon: Se ve de primeras que ambos somos cositas pequeñas voladoras...
- Paimon: *Suspira*... Todas las cosas que hacen a Paimon especial han sido copiadas... Ahora, cuando Paimon aparezca junto a Viajero, nadie se acordará de ella porque ya no es única...
¿De verdad te ha molestado?
¡No se parece en nada a ti!
- Nahida: No te preocupes, Paimon. Nunca podrá reemplazarte.
- Nahida: Es solo un dispositivo volador, pero tú eres la compañera irremplazable de Viajero.
- Paimon: Guau, qué buena eres reconfortando a los demás, Nahida. Si solo Viajero fuera tan atento como tú...
Humm...
- Nahida: ¿Oh? Solo te estoy diciendo la verdad tal como la siento. No estaba intentando reconfortarte.
- Paimon: ¡Tienes talento natural para esto! ¡Lo que acabas de decir ha alegrado a Paimon aún más!
- Nahida: Por cierto, hay algo que tengo que confesarles...
- Nahida: Aunque soy la Arconte y tengo de nuevo pleno control sobre mí misma, no soy muy buena peleando...
- Nahida: Puede que hayan escuchado que el poder de un Arconte proviene de la fe de su pueblo. Pero yo no soy tan querida como la Reina Mayor Rukkhadevata.
- Nahida: Así que, Viajero, cuento contigo si nos vemos en alguna situación donde el combate sea la única opción. Yo te ayudaré en todo lo que pueda.
No te preocupes.
Pelear se me da bien.
- Nahida: Qué confiable.
- Paimon: Humm, así que la Diosa de la Sabiduría no es buena peleando. Sip, tiene lógica.
- Nahida: Ya he localizado al falso dios. No hay tiempo que perder, pongámonos en marcha.
- (Recorre el pasaje y llega hasta donde está Scaramuccia)
- (Habla con Nahida)
- Paimon: ¿Vamos a tener que pasar por este sitio?
- Paimon: Paimon no se imaginaba que habría lugares así escondidos dentro de la ciudad.
- Nahida: Los sabios querían ejecutar su plan de crear un dios sin ser descubiertos. El modo más seguro y práctico era construirlo dentro de la propia Academia.
- Paimon: Humm, tienes razón. Ya estaban escondiendo una deidad, ¿por qué no dos?
- Nahida: A juzgar por la estructura de este lugar, este proyecto tiene una magnitud colosal. Parece que los sabios realmente consideran el plan de crear un dios como su objetivo definitivo.
- Nahida: Pero no parece que la Academia haya podido construir sola este lugar...
- Nahida: Seguro que los Fatui bajo las órdenes de Dottore contribuyeron al proceso con su apoyo tecnológico.
Después de todo, es para que uno de Los Once se convierta en un dios.
- Paimon: ¡Cierto! ¡Seguro que si no, no se habrían puesto tan generosos!
- Nahida: ¿Es ese todo el motivo? Siempre me pareció que este Dottore era distinto a los sabios de la Academia. No tenía pinta de tener tanta prisa como ellos...
- Nahida: Más que interesarse por el producto final, parecía como si disfrutara más del proceso en sí.
- Paimon: Humm... Los Once de los Fatui son todos unos raritos, así que es normal que Dottore también haga cosas raras.
- Nahida: Hablando del tema... ¿El recipiente de este falso dios se llama Scaramuccia?
- Nahida: Nos encontramos anteriormente con su consciencia. Tiene unas obsesiones especialmente fuertes...
- Nahida: Una de ellas es su deseo de poseer una Gnosis, ya que fue creado para ser el recipiente de una.
- Nahida: Su otra obsesión está relacionada probablemente con su pasado. No sabría explicarla.
- Paimon: Paimon sabe que él fue una marioneta prototipo para la Shogun Raiden antes de convertirse en unos de Los Once de los Fatui...
- Paimon: Por eso quiere una Gnosis con tal vehemencia. No es posible que estuviera dispuesto a ser un conejillo de indias, no con el carácter y el ego que tiene.
- Nahida: Parece que conocen bastante bien a Scaramuccia.
Hemos tenido varios encuentros desagradables con él...
Solo de algunos encuentros, y ninguno fue grato...
- Nahida: Entiendo. Cuéntame más sobre él...
- Nahida: Cuanto más sepamos sobre él ahora, mejor sabremos enfrentarnos a cualquier eventualidad.
- Le cuentas a Nahida todo lo que sabes sobre Scaramuccia...
- Nahida: Oh, comprendo... Es fascinante.
- Nahida: Bien, es hora de ponernos en marcha. Atravesemos este lugar y encontrémonos con él cara a cara.
- Nahida: A juzgar por el estado operacional, debemos prepararnos para lo peor. El dios que querían crear... probablemente esté casi completado, si es que no lo está ya del todo.
No sería de extrañar...
Ya presencié como era capaz de controlar el clima.
- Paimon: Oh, no... Qué podemos hacer... Paimon no se imagina lo difícil que será luchar contra uno de Los Once de los Fatui en posesión de una Gnosis...
- Nahida: ¿Estás nerviosa, Paimon?
- Paimon: Si realmente quieres saberlo... ¡Claro que Paimon está nerviosa! ¿Tú no, Nahida?
- Nahida: Sí, lo estoy. Esta es probablemente la primera vez que me enfrento a un desastre de esta magnitud desde que nací.
- Nahida: Pero aparte de nervios, también siento curiosidad.
- Paimon: ¿Curiosidad? ¿Sobre qué?
- Nahida: Sobre nuestro destino.
- Nahida: Para mí, todo lo que percibimos en este mundo, todo lo que aprendemos y todo lo que nos pasa es conocimiento.
- Nahida: Y si es una forma de conocimiento, entonces puede ser comprendido.
- Nahida: Pero todo lo que aún está por ocurrir es solo cosa del destino, así que siempre ha despertado mi curiosidad.
- Nahida: Así que, para mí, el "destino" es el conocimiento definitivo.
- Nahida: Por eso me encanta observar a los humanos y todo lo que les pasa. Me aporta una gran satisfacción.
- Nahida: Y ahora, por fin, ya no soy una simple espectadora.
- Nahida: Viviré mi propio destino, con ustedes a mi lado. ¿No es algo maravilloso y emocionante?
- Paimon: ¡Oh, a eso te referías! Paimon cree entender lo que sientes...
Yo también estoy impaciente.
No perderemos.
- Nahida: ¡Sí! Bien, sigamos. Ya puedo sentir su aura desde aquí...
- (Llega hasta donde está Scaramuccia)
-
- Se introducen en lo más profundo del taller y descubren la clave del plan para crear a un dios: Scaramuccia, de Los Once de los Fatui. Nahida extiende el brazo como si fuera a usar alguna clase de poder, pero Scaramuccia los sobresalta al despertar. A pesar de que los sabios aún no han podido introducir el conocimiento encapsulado divino en el cuerpo de este nuevo dios, Scaramuccia posee el poder de uno. Al dejar atrás su identidad como Kunikuzushi, se ha convertido en una verdadera divinidad: un Dios Mecánico.
- (Habla con Scaramuccia)
- Paimon: Esta aura abrumadora... Parece realmente la de un dios...
- Nahida: Un cuerpo que aprovecha la construcción original de Scaramuccia como marioneta mecánica, con una Gnosis actuando como fuente de energía constante...
- Nahida: ¿Cuánto esfuerzo y recursos dedicaron a esto los sabios?
- Nahida: Sin duda, es un logro admirable desde el punto de vista tecnológico. No sería exagerado afirmar que este es el culmen de la sabiduría humana.
- Paimon: Eres de lo que no hay, Nahida. ¿Cómo puedes ir soltando cumplidos en un momento así?
- Nahida: Pero no creo que haya alcanzado el cenit espiritual de un dios.
Así que sigue siendo el Scaramuccia de siempre por dentro...
No sé si eso es algo bueno o algo malo...
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Cada deidad y cada Gnosis que ve la luz en este mundo viene marcada por el conflicto.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: ¿Puedes sentirlo? Es la euforia de poseer semejante poder, y la emoción previa a nuestro enfrentamiento.
- Paimon: ¡Nahida nunca sentiría lo mismo que tú!
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: ¿Eres consciente... de que estás interrumpiendo una conversación entre dioses? ¡Criatura despreciable, deberías saber cuál es tu lugar!
- Paimon: ¡¡!!
Sigue siendo el mismo Scaramuccia de siempre...
- Nahida: El conflicto grabado sobre cada Gnosis... Te refieres a la Guerra de los Arcontes.
- Nahida: La paz que goza Teyvat actualmente no se ganó de manera fácil. No participé personalmente en la Guerra de los Arcontes, pero tal como yo lo veo...
- Nahida: Todas esas pérdidas fueron negligibles en vista de lo que las "leyes" demandaban. No tiene sentido sacarlas a relucir ahora.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Jeje... ¿Eso crees? A mí, sin embargo, me decepciona profundamente no haber tenido la oportunidad de participar personalmente en dicha guerra.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Esto es nuevo, encontrar en este mundo una deidad que no ansía el poder.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: No me extraña que tu propia gente te haya abandonado, Diosa de la Sabiduría.
Pero a partir de ahora sus seguidores serán cada vez más.
¿Si? Pues ya son más devotos de los que vas a tener tú.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: ¡Hum! Tus juicios son tan insustanciales como tu existencia.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Este es el final de tu camino, Buer, Diosa de la Sabiduría.
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Deberías saber que la sabiduría no puede resolver todos los problemas. Incluso en este momento, tu única opción es enfrentarte a mí en combate.
- Nahida: ...
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Adelante...
- Protector Eterno de la Sabiduría Arcana: Recreemos un pasaje de la Guerra de los Arcontes. Ven e inaugura mi nacimiento como dios.
- (Derrota al Protector Eterno de la Sabiduría Arcana)
-
- Has hecho tu mejor esfuerzo, pero no eres rival para el Dios Mecánico. Al encontrarte vulnerable, Nahida se apresura para interponerse entre los dos. El Dios Mecánico mueve uno de sus mecanismos gigantes y aprisiona a Nahida mientras Scaramuccia extiende su brazo en un intento de arrebatar la Gnosis de Nahida. Inesperadamente, la visión de la derrota inminente te resulta muy familiar. Los alrededores comienzan a desmoronarse ante el poder de Nahida; la pelea entera se ha desarrollado en el sueño de un samsara.
Nahida les advierte que es la vez número 168 que se repite. Al concluir este samsara, Nahida te transmite sus datos por medio de una cápsula de conocimiento. Además, ha enviado todo lo que acaba de ocurrir al pueblo de Sumeru en forma de conocimiento para pedirles que te ayuden a buscar la forma de derrotar al dios falso.
Ahora, el conocimiento de toda Sumeru está en tus manos. Como el Primer Sabio de la Diosa de la Sabiduría, la batalla definitiva contra el Dios Mecánico apenas comienza...
- Has hecho tu mejor esfuerzo, pero no eres rival para el Dios Mecánico. Al encontrarte vulnerable, Nahida se apresura para interponerse entre los dos. El Dios Mecánico mueve uno de sus mecanismos gigantes y aprisiona a Nahida mientras Scaramuccia extiende su brazo en un intento de arrebatar la Gnosis de Nahida. Inesperadamente, la visión de la derrota inminente te resulta muy familiar. Los alrededores comienzan a desmoronarse ante el poder de Nahida; la pelea entera se ha desarrollado en el sueño de un samsara.
- (Derrota al Protector Eterno de la Sabiduría Arcana)
-
- Usando el poder de Nahida, logras derrotar al Dios Mecánico. Nahida da un paso al frente y toma la Gnosis del cuerpo de Scaramuccia, cuya obsesión por la Gnosis se ha disipado. Desesperanzado, Scaramuccia se arrastra hacia afuera del cuerpo mecánico y cae al piso.
Con esta Gnosis adicional, Nahida al fin puede interpretar los últimos recuerdos de la Reina Mayor Rukkhadevata. Una cápsula de conocimiento divino flota en su mano: es el último recuerdo de esta divinidad.
- Usando el poder de Nahida, logras derrotar al Dios Mecánico. Nahida da un paso al frente y toma la Gnosis del cuerpo de Scaramuccia, cuya obsesión por la Gnosis se ha disipado. Desesperanzado, Scaramuccia se arrastra hacia afuera del cuerpo mecánico y cae al piso.
- (Entra en el último recuerdo de la Reina Mayor Rukkhadevata)
- (Habla con Nahida)
- Paimon: Esto es muy distinto a como Paimon se lo imaginaba... ¿No debería estar el Irminsul en este plano de consciencia?
- Nahida: Sí, ese es nuestro destino. Pero no me imaginaba que la consciencia remanente de la Reina Mayor Rukkhadevata estuviera tan contaminada.
¿Contaminada?
No querrás decir que el conocimiento prohibido...
Debe ser por el conocimiento prohibido.
- Nahida: ¿Conocimiento prohibido? Humm, parece un concepto que no alcanzo a comprender del todo. ¿Podrías decirme lo que sabes?
- Le cuentas a Nahida todo lo que aprendiste en el desierto.
- Nahida: Su conclusión parece bastante lógica...
- Nahida: El conocimiento prohibido contaminó el desierto hace miles de años, pero fue rechazado con éxito gracias al sacrificio del Rey Deshret y a que la Reina Mayor Rukkhadevata casi agotara todo su poder.
- Nahida: Luego, volvió a haber una segunda contaminación de conocimiento prohibido durante el desastre de Khaenri'ah hace quinientos años.
- Nahida: Pero me temo que esta vez es algo mucho más serio. Está en peligro hasta el propio Irminsul.
- Paimon: Así que, si estamos en la consciencia remanente de la Reina Mayor Rukkhadevata, y si también le ha afectado la contaminación... ¿Quiere eso decir que la Reina Mayor Rukkhadevata murió para...?
- Nahida: Sí, es muy posible que se sacrificara durante la lucha contra el conocimiento prohibido.
- Nahida: Aunque no erradicó por completo el conocimiento prohibido, la contaminación se habría extendido mucho más durante estos últimos quinientos años si no hubiese sido por ella.
- Nahida: Puede que todos, incluida yo, hayamos olvidado todo sobre el conocimiento prohibido precisamente porque restauró el Irminsul.
- Nahida: ...
- Paimon: Oh. ¿Te sientes triste, Nahida?
- Nahida: Ahora estoy sintiendo su dolor... Su consciencia está gravemente contaminada aquí. Estamos rodeados de locura, caos y dolor.
- Nahida: ¿Cómo pudo resistir hasta su último aliento la contaminación del conocimiento prohibido en estas condiciones tan terribles?
- Nahida: Incluso dejó un último resto de su consciencia lúcida como pista para que la pudiésemos seguir...
¿Te refieres a esas palabras: "Mundo... olvídame..."?
¿Con pista quieres decir eso de que el mundo la olvidara?
- Nahida: Sí, el conocimiento prohibido distorsionó sus palabras, así que esto es todo lo que podía oírse.
- Nahida: Pero ahora tenemos la oportunidad de encontrar la respuesta a este misterio.
- Nahida: Podemos recorrer la consciencia contaminada hasta encontrar el camino correcto hacia su consciencia lúcida.
- Nahida: Y luego... la propia Reina Mayor Rukkhadevata podrá contarnos la verdad en persona.
Espero que podamos usar esa verdad para salvar a todos.
- Nahida: Debemos tener cuidado con el estado de nuestra propia consciencia mientras estemos aquí.
- Nahida: Incluso con la protección de la Gnosis, debemos procurar tener la mente despejada. Si no, podríamos enloquecer en cualquier momento.
- Paimon: ¡Ah! ¡Eso es aterrador!
- Nahida: No te preocupes, Paimon. Debería resultarte fácil mantener esa mente tuya despejada. Pongámonos en marcha.
- (Abandona el lugar en el Barco de la Consciencia)
- (Habla con Nahida)
- Paimon: Hemos cambiado de dirección. ¿Estamos siguiendo el curso correcto, Nahida?
- Nahida: Sí, a juzgar por la ruta actual, el Barco de la Consciencia nos sacará pronto de aquí.
- Nahida: Llegaremos pronto a nuestro destino. ¿Cómo se sienten? ¿Siguen sus mentes intactas?
De vez en cuando se me pasa algún pensamiento extraño, pero parece que ya está bien.
Estoy bien, aunque mi mente hace mucho que dejó de estar intacta.
- Paimon: ¿Eh? Paimon no ha sentido nada extraño.
- Nahida: Con suerte no habrá más interrupciones. Esta vez deberíamos poder encontrarnos con la Reina Mayor Rukkhadevata.
- Paimon: Hablando de ella, ¿alguna vez la has visto?
- Nahida: No. Parece que su muerte y mi nacimiento ocurrieron en el mismo momento.
- Nahida: De otro modo, creo que ella me habría orientado un poco, y yo podría haber hecho un trabajo mejor.
- Paimon: ¡Eh, lo has hecho fenomenal, Nahida! ¡De todos modos, salgamos de este lugar espeluznante y vayamos a conocerla!
- (Dirígete al Irminsul del pasado)
- (Encuentra la consciencia remanente de la Reina Mayor Rukkhadevata)
- Nahida: Hemos llegado.
Eso parece...
Es justo como lo recordaba.
- Paimon: Esto... Estamos aquí para buscar a la Reina Mayor Rukkhadevata, ¿verdad?
- Paimon: Pero quien está ahí de pie es...
- Nahida: ¿Esa soy yo? Es idéntica a mí...
- Nahida: ¿Eres... la Reina Mayor Rukkhadevata?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Sí, soy yo. ¿Te sorprende mi aspecto?
No puedo creer lo que ven mis ojos, son idénticas...
Creo que estoy viendo doble...
- Reina Mayor Rukkhadevata: El Irminsul y las tierras circundantes están reproducidos aquí tal como eran años atrás, pero esto sigue siendo un plano de consciencia y nada más.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Somos manifestaciones de la misma naturaleza, por eso tenemos el mismo aspecto.
- Nahida: ¿Por qué... de la misma naturaleza?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Porque tú eres yo, y yo soy tú.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Tú eres yo en el nuevo samsara.
- Nahida: El nuevo samsara...
- Reina Mayor Rukkhadevata: Como Reina Mayor Rukkhadevata, soy el avatar del Irminsul, y tú eres la rama más pura arrancada de él.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Imagínatelo así: incluso si un árbol muere, sus ramas podrán enraizar y crecer, y continuarán la vida del árbol en otra forma.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Yo solo soy la consciencia remanente de la Reina Mayor Rukkhadevata. Mi yo verdadero murió probablemente hace mucho tiempo.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Humm... A juzgar por tu aspecto, debo haber estado muerta unos quinientos años...
- Reina Mayor Rukkhadevata: Por fin llegaste, mi nuevo "yo" en este samsara.
Así que ese es el vínculo entre la Reina Menor Kusanali y la Reina Mayor Rukkhadevata...
Vaya, y yo que pensaba que también eran gemelas...
- Nahida: Si eso es verdad, entonces yo... ¿seré algún día una gran Arconte, al igual que tú?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Aunque compartimos la misma naturaleza, nuestros destinos son distintos. Cada ser debe tener su propio destino.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Cuando una rama crece hasta convertirse en un árbol maduro, no será el mismo que el original.
- Nahida: Por eso el destino es el conocimiento definitivo, ¿verdad?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Una idea muy perspicaz. Bien pensado.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Por eso precisamente no te convertirás en mí...
- Nahida: ¿De verdad?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Aunque también cabe la posibilidad de que te conviertas en una Arconte más formidable que yo, jeje.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Ya veo en ti una determinación de la que yo carecía en aquella época, y el futuro hacia el que te encaminas será solo tuyo.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Ese futuro también será la continuación y la recompensa de todas tus experiencias pasadas.
- Reina Mayor Rukkhadevata: No te preocupes. La sabiduría crece igual que una planta, solo tienes que esperar pacientemente a que florezca.
Yo también tengo fe en Nahida.
Estoy seguro de que será una gran Arconte.
- Paimon: Puestos a pensar, los sabios nunca tuvieron ni idea de lo que realmente significa la sabiduría...
- Nahida: Gracias... Me alegra sobremanera saber que la Arconte a la que siempre he admirado era de hecho yo misma con un destino distinto.
- Nahida: Me ha encantado hablar contigo, Reina Mayor Rukkhadevata. Siempre quise conocerte...
- Reina Mayor Rukkhadevata: Yo me siento igual. Siempre esperé poder hablar contigo desde el mismo momento en que arranqué la rama del Irminsul y te creé.
- Nahida: ¿Podrías decirme... por qué me creaste? ¿Y qué pasó exactamente cuando falleciste?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Ah, entiendo. Estás buscando respuestas, ¿verdad?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Ese día, todo, incluso el mismo cielo, se puso de este color...
Lo sabía... El desastre de Khaenri'ah.
- Reina Mayor Rukkhadevata: En aquel entonces, Los Siete fueron convocados a la nación de Khaenri'ah. Todos menos yo, yo tenía un asunto más importante del que ocuparme.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Tenía que proteger el Irminsul.
- Reina Mayor Rukkhadevata: El desastre ocurrió como consecuencia de la contaminación del conocimiento prohibido. En ese mismo momento, mientras tenía mi consciencia conectada al Irminsul, sentí que algo estaba mal.
- Reina Mayor Rukkhadevata: El dolor comenzó a atormentar mi mente. Cuando alcancé el Irminsul, ya mostraba signos de corrosión.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Si no hubiese rechazado la contaminación del conocimiento prohibido miles de años antes junto al Rey Deshret, me habría sentido aún más perdida y desesperanzada.
- Nahida: ¿Qué es exactamente el conocimiento prohibido?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Un tipo de conocimiento que no pertenece a este mundo, y una forma de la verdad que no puede ser comprendida.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Vino desde el mismo fondo del Abismo. Ni siquiera yo podría llegar a comprenderlo nunca.
- Reina Mayor Rukkhadevata: El mundo lo rechaza constantemente, lo que provoca todo tipo de fenómenos indeseables.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Si dejamos que el conocimiento prohibido contamine el Irminsul, me temo que todo Teyvat colapsaría.
- Paimon: Así que hay conocimientos que ni la Diosa de la Sabiduría puede comprender...
- Reina Mayor Rukkhadevata: En aquel entonces, sabía que no podría contener el conocimiento prohibido solo con mi fuerza.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Por eso creé un dispositivo para recopilar la sabiduría humana, y lo llamé "Akasha".
- Nahida: Es realmente el invento más extraordinario del mundo.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Jeje... Gracias. Durante mucho tiempo creí que los sueños eran fruto de la sabiduría humana.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Aunque estaba siendo egoísta, usé el Akasha para tomar prestados los sueños de la gente. Luego recopilé su sabiduría y volqué todo mi poder...
- Paimon: ¿Y luego? ¿Funcionó?
- Reina Mayor Rukkhadevata: Gracias a la sabiduría del pueblo de Sumeru, casi todo el conocimiento prohibido fue erradicado del Irminsul.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Pero... las cosas no fueron tan bien como yo esperaba. Me entró una terrible jaqueca, y con ella, una sensación de intranquilidad...
- Reina Mayor Rukkhadevata: Y entonces recordé que toda mi consciencia estaba también conectada al Irminsul. Me transmitía conocimiento y sabiduría, pero también esa abominable contaminación.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Desde el principio... el conocimiento prohibido había contaminado mi existencia.
- Paimon: Oh, no... ¿Cómo pudo ocurrir algo así?
- Nahida: He experimentado el dolor en tu consciencia. Debe haber sido una experiencia horrible.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Sí, pero lo que yo sentía no era relevante. Lo importante era...
- Reina Mayor Rukkhadevata: Que aunque yo muriese, mi existencia y todo lo relacionado conmigo continuaría existiendo en el Irminsul como recuerdos y conocimiento... Lo que significaba que el conocimiento prohibido nunca podría ser eliminado del todo.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Y... yo tampoco tenía forma de eliminarme a mí misma. Sería una especie de paradoja.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Así que arranqué la rama más pura del Irminsul para que fuera mi encarnación en el nuevo samsara, y dejé tras de mí una serie de pistas...
- Reina Mayor Rukkhadevata: Tenía la esperanza de que vinieras y me eliminaras a mí y mi contaminación del Irminsul para siempre.
- Nahida: ¿Q-qué? ¡N-no! ¡No puedo hacer eso!
- Reina Mayor Rukkhadevata: Jeje, así que comprendes cuáles son las consecuencias. Eres muy lista.
- Reina Mayor Rukkhadevata: El Irminsul contiene todo el conocimiento y los recuerdos de este mundo. Y tal como imaginas...
- Reina Mayor Rukkhadevata: ... Eliminarme del Irminsul significa que nunca habré existido en este mundo.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Pero... esta es la única forma de salvar el Irminsul.
- Nahida: Pero la gente te ama tanto y... te han echado tanto de menos durante estos últimos quinientos años. Yo... siento exactamente lo mismo. ¿Cómo podría...?
- Nahida: ¿Cómo podríamos... olvidarte así como así?
- Nahida: ¿De verdad no hay ninguna otra forma? ¡Debe haber algo más que pueda hacer!
- Reina Mayor Rukkhadevata: Eres la Diosa de la Sabiduría, Buer. Deberías saber que no hay ninguna otra forma.
- Nahida: Pero esto... esto es... tan cruel. ¡No quiero olvidarte!
- Reina Mayor Rukkhadevata: No tienes que sentirte tan triste, Buer. Ya que te deleitas con la sabiduría, debería alegrarte poder encontrar la respuesta.
- Reina Mayor Rukkhadevata: Esto es lo que tenía que decirte... La respuesta que has estado buscando todo este tiempo.
- Reina Mayor Rukkhadevata: "Dile al mundo: 'olvídame por completo'".
- Nahida abraza a la Reina Mayor Rukkhadevata entre lágrimas. El último rastro de consciencia de la Reina Mayor Rukkhadevata se desvanece poco a poco y se convierte en un hermoso destello que ilumina el cielo nocturno. Asimismo, todos los sueños finalmente regresan a los habitantes de Sumeru.
"Todos anidamos a la sombra del gran árbol de la sabiduría mientras nos asomamos a ver el mundo.
A través de la tierra y de la lluvia, percibimos sus maravillas hasta convertirnos en aves blancas que posan sobre una rama, y finalmente arrancan la hoja más importante.
Hace mucho tiempo, soñaba sola en este mundo. En mis sueños, todo el mundo también soñaba al dormir.
Pensamientos descabellados y maravillosos brotaban de sus mentes. Algunos caían de bruces, y otros flotaban en el aire, conectando a todo en este mundo en una única red resplandeciente.
En medio de un sinfín de mundos, había incontables universos diminutos. Todos los destinos brillaban intensamente en el entramado.
Poco a poco comprendí que lo indescriptible e inconstante tiene el significado más profundo de este mundo.
Solo ello puede disipar la locura. Solo los sueños pueden despertar la consciencia de las profundidades insondables.
Soy yo quien hizo la pregunta. Y soy yo quien buscó la respuesta.
'Salvar al mundo por medio de los sueños de la gente'. Antes, esa era mi respuesta.
Pero ahora, ustedes también han encontrado su propia respuesta.
Devolveré todos los sueños a la gente. Adiós, pueblo de Sumeru. Espero que esta noche sean bendecidos con los sueños más dulces".
- Nahida abraza a la Reina Mayor Rukkhadevata entre lágrimas. El último rastro de consciencia de la Reina Mayor Rukkhadevata se desvanece poco a poco y se convierte en un hermoso destello que ilumina el cielo nocturno. Asimismo, todos los sueños finalmente regresan a los habitantes de Sumeru.
- (Habla con Nahida)
- Nahida: ...
¿Nahida?
¿Estás bien?
- Nahida: Ah, Viajero. Es-estoy bien, solo un poco confusa...
¿Qué es lo que no comprendes?
- Nahida: Acabamos de salvar el mundo, ¿verdad?
- Nahida: Entonces, por qué... ¿Por qué estoy llorando?
...
No querrás decir...
- Nahida: No sé por qué me siento así... Pero estoy desolada.
¿Te acuerdas... de lo que acaba de pasar?
- Nahida: ¿Lo que acaba de pasar? Usamos el poder de dos Gnosis para conectar con la consciencia del Irminsul de hace quinientos años...
- Nahida: Luego, eliminamos la contaminación que quedaba en él...
(De verdad se ha olvidado de ella...)
(¿Por qué yo sí la recuerdo? ¿Es porque no soy de este mundo?)
- Paimon: Eso es. ¿Te ocurre algo, Viajero? ¿No estabas tú también presente?
(Parece que Paimon tampoco lo recuerda. ¿De verdad se han olvidado todos de la Reina Mayor Rukkhadevata?)
(¿Debería... contarles la verdad?)
- ¿?: *Bzzz*
(¿Qué es ese ruido?... Qué sueño... tengo...)
- Nahida: ¿Eh? Este ruido... ¿Viajero? ¿Paimon?
- Paimon y tú se sienten muy cansados y caen en un profundo sueño...
- Dottore: He estado esperando demasiado tiempo... Pero finalmente puedo estar a solas contigo. Por fin todo el tiempo que he malgastado tiene su recompensa.
- Nahida: ¡Tú eres uno de Los Once de los Fatui!... ¡¿Qué has hecho?!
- Dottore: Es solo un tipo de onda sonora capaz de dormir a la gente indefensa. Como me esperaba... no surte efecto en los dioses.
- Dottore: Esto fue lo único interesante que encontré entre las investigaciones de los eruditos. Pensé que era buena ocasión para probarlo.
- Dottore: No te preocupes. Sé que nunca me perdonarías si los matase.
- Dottore: He venido a negociar contigo. Como es lógico, no haré nada arriesgado que pueda poner en peligro nuestra relación.
- Nahida: ¿Negociar conmigo? Oí que ya habías abandonado Sumeru. ¿Por qué regresaste?
- Dottore: Abandoné Sumeru, pero también me quedé en Sumeru.
- Dottore: La cognición es un hábito que restringe incluso a la Diosa de la Sabiduría, qué decepción.
- Nahida: ¿Quieres decir... que hay distintas versiones de ti mismo en este mundo?
- Dottore: Esa es una buena conjetura.
- Dottore: Incluso un mismo individuo puede tener una cognición distinta durante etapas distintas de su vida.
- Dottore: Tomé una decisión importante hace mucho tiempo con el objetivo de conservar todas las perspectivas que pudiera para observar el mundo.
- Dottore: La observación es el primer paso de todo experimento. Pero observar el mundo actual no me satisfacía. Carecía de una dimensión importante: el tiempo.
- Dottore: Así que guardé "segmentos" de todas mis edades, y los convertí en individuos independientes.
- Dottore: Eso es todo. Ahora permíteme preguntarte, ¿qué opinas sobre mi forma de buscar conocimiento?
- Nahida: Es un insulto al mismo concepto de la vida.
- Nahida: La vida tiene muchas reglas y restricciones inherentes, cada una con su propio sentido y motivo para existir. No deberían romperse por capricho.
- Dottore: Jeje... Bien. Estupendo.
- Dottore: Tienes razón. A un humano... le resultaría difícil reconciliarse consigo mismo, no digamos ya con su yo de otra época.
- Nahida: Ya que estabas en la Academia, ¿por qué has esperado hasta ahora para hacer acto de presencia? Podrías habernos detenido y haber ayudado a ese falso dios.
- Dottore: Deja que te responda con una sencilla pregunta... ¿Debería un simple empleado ayudar a un sujeto de ensayo en mitad del experimento?
- Dottore: Era mi experimento, ¿por qué debería interferir con los resultados?
- Nahida: La Academia consideraba el plan de crear un dios como su meta definitiva, pero para ti solo era un experimento.
- Nahida: Estás completamente loco. Si el experimento hubiese salido bien, tendrías un nuevo dios en tus manos. ¿Cómo habrías podido volver a mirar a la cara a tu propia deidad?
- Nahida: ¿Elegirías mantener tu posición actual? ¿Te verías a ti mismo con los mismos ojos?
- Dottore: Soy ante todo un erudito. Estos resultados deberían dejarse al juicio del "yo" hipotético que tuviera que vérselas con tal desenlace. Pero tienes razón, y por eso estoy francamente decepcionado con el resultado de este experimento.
- Nahida: Como individuo, no pareces tener sentido de pertenencia a ningún lugar... Y aparentas tener incluso menos convicciones que un erudito corriente.
- Dottore: Oh, no. Tengo mis propias convicciones, de eso puedes estar segura. Es simplemente que no encajan muy bien con tus estándares.
- Dottore: Está bien, basta de charla por hoy. El experimento ha terminado y es hora de ordenar el equipo y recuperar cualquier material que tenga utilidad.
- Dottore: Por ejemplo... la Gnosis.
- Nahida: ...
- Dottore: Reina Menor Kusanali, eres una Arconte inteligente. Estoy seguro de que eres consciente de lo dispares que son nuestras habilidades de combate en estos momentos... Además, no podrías siquiera utilizar esa Gnosis Electro en la batalla.
- Nahida: ¿No decías que habías venido a negociar conmigo? Parece más bien que simplemente quieres arrebatármela por la fuerza.
- Dottore: Jajaja... Solo estaba diciendo las cosas tal como son.
- Dottore: Después de todo, soy un erudito. Por eso, me gustaría tratar con respeto y dignidad a la Diosa de la Sabiduría.
- Nahida: Tu hipocresía solo puede proceder de tu absoluta confianza en ti mismo.
- Nahida: Sé lo que estás tramando, pero...
- Nahida saca la Gnosis que extrajo de Scaramuccia...
- Nahida: ¿Qué pasaría si destruyese la Gnosis ahora y despertase al Orden Celestial?
- Dottore: ¿Despertar al... Orden Celestial?
- Dottore: ...
- Dottore: ¿Crees que eso es realmente posible?
- Nahida: El Orden Celestial ha permanecido mudo durante muchos años, pero las Gnosis son los símbolos de su control sobre Teyvat y todas sus leyes.
- Nahida: ¿Atraería la destrucción de una Gnosis la atención del Orden Celestial? Y si es así... ¿Cómo lidiarían los Fatui con las consecuencias?
- Nahida: ¿Te atreves... a apostar conmigo sobre esa posibilidad?
- Dottore: ¡Hum! ¿Apostar? Me sorprendes.
- Dottore: Pensé que me mostrarías alguna prueba o recurrirías a un riguroso razonamiento para convencerme... "Apostar" es la última palabra que me esperaría oír salir de los labios de la Diosa de la Sabiduría.
- Dottore: Pero es una jugada astuta. Debes haber captado bien mi forma de ser cuando capturé tu consciencia.
- Dottore: Como erudito que soy, respeto todas las posibilidades. Este siempre ha sido uno de mis principios, y es un rasgo esencial para cualquiera persona dedicada a la experimentación.
- Dottore: Ciertamente, no puedo ignorar tal posibilidad. Así que dime, ¿cuáles son tus condiciones?
- Nahida: Esta Gnosis foránea solo causará desastres si permanece en Sumeru...
- Nahida: Pero esta Gnosis Electro es el premio que conseguí tras derrotar a uno de Los Once.
- Nahida: Ya que tú iniciaste toda esta serie de eventos, ¿no deberías pagar el precio correspondiente?
- Dottore: ¿Precio? Interesante. ¿Qué precio te gustaría que pagase?
- Nahida: ¿Qué tal eliminar todos tus otros segmentos?
- Dottore: Jajaja... De modo que así quieres restringirme a mí, el adversario más amenazador para la Nación de la Sabiduría. Eso sería como pedirme que me arranque los ojos que he colocado en la dimensión del tiempo.
- Dottore: Los segmentos son muy difíciles de fabricar. Requieren materiales muy difíciles de obtener y grandes cantidades de tiempo y energía. Y quieres que los destruya a todos aquí y ahora... Tu propuesta es muy inteligente.
- Dottore: Sí, muy interesante. Imagino que llevas mucho tiempo recelando de mí, ¿cierto?
- Dottore: Entre todas mis versiones, este segmento que tienes ante ti es el más egoísta. Si no fuera yo... tu idea no habría funcionado.
- Dottore: ¿Qué viste cuando estabas aprisionada? Me estabas observando y por eso sabes que me cansé hace mucho de las dudas y las disputas interminables de ellos.
- Nahida: Tal como dijiste, es difícil reconciliarse con uno mismo.
- Nahida: Siendo tan inteligente como eres, ¿has conseguido hacerlo?
- Dottore: ...
- Dottore: Entiendo. Si piensas que todas esas versiones de mí valen una Gnosis... Entonces, trato hecho.
- Nahida: Apenas dudaste. ¿Tan mal se llevan todas tus versiones?
- Dottore: No me parece necesario ahondar en ello. Las versiones excedentes de mí pueden cambiarse por una Gnosis. ¿Crees que alguien más podría venderse a sí mismo por un precio más alto?
- Dottore: Además, con mis habilidades, encontrar mejores "perspectivas" solo es cuestión de tiempo. Quizás sería más adecuado decir que... tu ventaja solo será temporal.
- Dottore: Pero lo que me gustaría saber es: ¿cómo puedes estar segura de que los he borrado?
- Nahida: Puedo percibir la honestidad que queda en ti.
- Nahida: ...
- Dottore: Hum.
- Nahida cierra los ojos. Un sinfín de voces se introducen en su consciencia. Algunas son jóvenes, otras ancianas. Hay voces enfurecidas y voces desamparadas... Todas ellas son fragmentos de Dottore en distintas etapas de su vida. Parece que el resto de los fragmentos han sido eliminados.
- Dottore: ¿Bien? ¿Ya confirmaste que está todo hecho?
- Nahida: Aquí tienes.
- Nahida: El futuro de la Ciudad de Sumeru dependerá de mí y solo de mí. Apagaré el Akasha y dejaré que la curiosidad y la sed de conocimiento impulsen de nuevo el mundo académico.
- Nahida: No habrá más lagunas de las que te puedas aprovechar.
- Dottore: Me duele sinceramente que mis logros académicos nunca hayan sido apreciados en mi tierra natal. Pero, por supuesto, no tengo ningún interés en que esta ciudad me rechace una tercera vez.
- Dottore: Otra pieza del tablero... ¿Y dónde está tu Gnosis Dendro?
- Nahida: No seas avaricioso, heraldo de Snezhnaya.
- Dottore: No. Esta es una transacción distinta. Si tienes pensado apagar el Akasha, la Gnosis de Sumeru no tiene ninguna utilidad, ¿me equivoco?
- Dottore: Además, ¿no es obligación de un Arconte conceder lo que busca a quien tiene grandes aspiraciones?
- Dottore: Oh, a juzgar por tu expresión, la idea no te parece muy apetecible. Bien, digámoslo de esta forma... Ya que eres la Diosa de la Sabiduría, ¿qué tal si, a cambio, te doy algo de conocimiento?
- Nahida: En el mundo solo hay leyendas de gente obteniendo conocimiento de la Diosa de la Sabiduría. Y aquí estás tú, intentando intercambiar conocimiento por otra cosa que me pertenezca.
- Nahida: Tu oferta es arrogante, pero ha despertado mi curiosidad.
- Dottore: Dime... Tú, que todo lo conoces, ¿has oído alguna vez el rumor de que el cielo de Teyvat es falso?
- Nahida: ¿Eh?
- Dottore: Ese es el secreto que esconde el Irminsul sobre la "verdad" de este mundo.
- Nahida: ...
- Dottore: Cuando termine de contarte todo esto, será hora de despedirnos.
- Dottore: Negociando, hemos conseguido todo lo que queríamos. Me alegro mucho de haberte conocido de esta manera.
- Nahida: Tu arrogancia no conoce límites, y las convicciones no significan nada para ti. Pero escucharé lo que tengas que decir.
- Secretos y oscuras verdades fluyen hacia la mente sabia. Y después... silencio.
- Varios días después...
- (Habla con Paimon)
- Paimon: Está... bien... Paimon... despertará...
*Bosteza*...
- Paimon: ¿Ya estás despierto? Collei nos está llamando para desayunar. ¡Vamos, levanta!
Buenos días, Paimon.
- Paimon: ¡Muy buenos días! ¿Cómo estás hoy?
Estupendamente.
- Paimon: ¡Paimon se alegra de oír eso! Ni siquiera Tignari puede impedir que salgamos ahora, ¿a que no?
¡Eso!
(Aquel día, quedamos inconscientes durante el combate... Despertamos en la Villa Gandharva. Tignari y Collei están cuidando de nosotros).
(Dicen que fue Cyno quien nos trajo aquí. Tignari protestó porque Cyno siempre está enviándole heridos, pero ha cuidado muy bien de nosotros.)
(Hemos pasado unos días descansando aquí después de agotar nuestras fuerzas. Ahora por fin nos hemos recuperado lo suficiente como para volver a partir.)
(Tignari y Collei nos contaron que han apagado el Akasha definitivamente y que la gente de Sumeru ya no volverá a depender de él.)
(Es un hecho que un cambio tan drástico tendrá un gran impacto en la vida de la gente... Pero no hay duda de que es un cambio a mejor.)
- Paimon: ¡Vamos, Viajero! ¡Andando!
Historial de cambios[]
- Versión 3.2
- ¿Dónde estará el Barco de la Consciencia? se añadió al juego.