Michelle: Estaba a punto de empezar a trabajar, pero de repente me empezó a doler la espalda.
Michelle: Le prometí a Quinn que hoy lo ayudaría en el puesto de fruta, pero creo que es mejor que descanse un poco...
Michelle: Sin embargo, no puedo quedarme aquí y dejarlo plantado.
Michelle: ¿Podrías ir a preguntarle a Quinn qué necesita que haga? Así podré preparar lo necesario.
Entendido.
Michelle: Gracias. Me encontraré mejor después de un breve descanso.
El puesto de frutas no está tan lejos...
Michelle: Vamos, ¿de verdad es mucho pedir? Por favor, ayúdame.
(Habla con Michelle de nuevo)
Michelle: : Me duele mucho la espalda... espero recuperarme después de un breve descanso...
(Yendo a Quinn)
Paimon: ¡Uf! Es un trabajo realmente duro.
Paimon: Michelle está muy cansada. Ayudemos a Quinn a terminar el trabajo.
Paimon: Y pidámosle que le dé a Michelle algo más fácil que hacer.
Paimon: : Esperemos que a Michelle no le importe que intervengamos en su lugar.
(Habla con Quinn)
Quinn: ¿Dónde está mi entrega? No me lo puedo creer...
¿Que pasó?
Quinn: *Suspira*, se me acabaron las solsettias, así que pedí varios paquetes más hace poco...
Quinn: Pero aún no han llegado, y mis clientes no pueden esperar para siempre.
Quinn: Eury ya ha venido tres veces porque quería tan solo tres solsettias. Es una clienta habitual, ¡y no me gustaría perderla!
Quinn: Yo tengo que quedarme a cuidar del puesto... Ojalá alguien pudiera ir a buscar unas cuantas solsettias silvestres por mí.
Si es urgente, puedo ir.
Quinn: ¿En serio? ¡Genial! Muchas gracias.
Michelle está en camino...
Quinn: ¡Un momento! ¿Qué está haciendo Michelle recogiendo fruta en esas condiciones?
Paimon: ¡Podemos ayudar!
(Habla con Quinn sin las solsettias)
Quinn: ¿Encontraste solsettias?
Aún no.
Quinn: Debe haber un montón de solsettias en las afueras de la ciudad. Por favor, necesito quedarme aquí. ¿Puedes ir rápido a recoger algunas?
(Entrega las solsettias a Quinn)
Quinn: ¿Pudiste recoger algunas solsettias?
Aquí las tengo.
Quinn: Excelente. Eso debería ser suficiente para la señorita Eury.
Quinn: *Suspira*, pero la mayoría de mis clientes ya se han ido. Al parecer este no es un trabajo para una sola persona.
Quinn: Oh, debería darte algo por las molestias. Dame un segundo...
Paimon: No tienes por qué darnos nada. Pero tenemos una petición.
Se trata de Michelle.
Quinn: ¿Michelle? ¿La has visto?
Quinn: ¿Debería darle un trabajo menos exigente?
Quinn: Solo le he pedido que vigile la tienda por mí.
Paimon: Oh, ¿en serio?
Quinn: Pero si no tengo clientes, no necesitaré que ella cuide de la tienda.
Quinn: Por favor, díganle de mi parte que vaya a casa y descanse.
Quinn: Iré a buscar esa entrega en un momento.
(Después de hablar con Quinn)
Paimon: Por lo menos ahora Michelle puede descansar...
(Habla con Quinn de nuevo)
Quinn: Gracias por tu ayuda. *Suspira*, la próxima vez le pediré ayuda a alguien más. ¿Quizás a Beatrix? No, olvídalo.
(Habla con Michelle)
Michelle: ¿Has hablado con Quinn?
Sí. Dice que deberías descansar un poco.
Paimon: Hoy no hay nada que hacer en la tienda de Quinn, ve a casa y descansa.
Michelle: ¿En serio?... *Suspira*, parece que debería encontrar algo más que hacer...
Paimon: ¿Qué? ¿No vas a tomarte el día para descansar? ¡Aprovecha ahora que puedes!
Michelle: Detente por un momento y siente lo que sucede a tu alrededor. Son los vientos del señor Barbatos trabajando duro.
Michelle: Por eso, los que hemos sido bendecidos por él no debemos holgazanear.
Michelle: En cuanto a ti... ¿Qué has estado haciendo? ¿Por qué estás sudando tanto?
Michelle: Parece que tú también estás muy ocupado. Pero supongo que eso no tiene nada de malo. Cuanto más trabajamos, más sudamos y con mayor intensidad sentimos los vientos de Barbatos.
Michelle: Ten, toma esta botella de leche. Bébetela y vuelve a lo que estés haciendo, porque en este mundo siempre hay trabajo que hacer.
Solsettia × 3
Leche × 10
¿Te encuentras bien?